jueves, 12 de junio de 2025

1624.- Adam Raised a Cain - Bruce Springsteen

 

Adam Raised a Cain, Bruce Springsteen


     En 1978, Bruce Springsteen estaba en la cuerda floja. Con apenas 29 años, y tras su exitoso Born To Run (1975), ya cargaba el peso de ser la gran promesa del rock, pero también la presión de un mundo que parecía querer devorarlo. Darkness on the Edge of Town, su cuarto álbum, no fue solo un disco; fue un grito de guerra, un puñetazo al cielo desde las entrañas de un joven de Nueva Jersey que se negaba a ser domesticado. Y en medio de ese torbellino de furia y redención, nació Adam Raised a Cain, una canción que se convirtió en un manifiesto de rebeldía, culpa y lucha contra los demonios heredados.

Adam Raised a Cain es la pista que abre el lado B de Darkness on the Edge of Town, un álbum grabado tras una batalla legal que mantuvo a Springsteen alejado de los estudios durante casi dos años. La canción, con su riff crudo y su ritmo implacable, es una mezcla de rock visceral y narrativa bíblica. Inspirada en el relato de Caín y Abel, Springsteen toma la historia del Génesis y la retuerce para hablar de su propia guerra interna: la lucha contra el legado de su padre, la clase trabajadora y las cadenas invisibles de la vida en los suburbios. El título mismo es un guiño a la película East of Eden de John Steinbeck, que a su vez adapta la misma parábola bíblica. Pero Springsteen no se conforma con citar; él hace suya la historia, la arrastra al asfalto y la empapa de sudor y gasolina. Bruce no solo canta, escupe las palabras como si quisiera librarse de un veneno. La letra, cargada de imágenes sombrías, pinta a un narrador atrapado en un ciclo de pecado y redención. No solo habla de su relación tormentosa con su padre, Douglas, un hombre de clse trabjadora marcado por la frustración, también habla de todos los que heredan un destino que no eligieron. Springsteen nos pone en la piel del hijo que se enfrenta y reclama su propia voz.

Destaca la cruda producción del tema, cortesía de Jon Landau y el propio Springsteen. La E Street Band, con su energía desbocada, convierte la canción en un torbellino. El riff de guitarra de Springsteen es como un alarido, y la batería de Max Weinberg golpea como un martillo en una forja. No aparece aquí el saxofón de Clarence Clemons, pero tampoco hace falta, la canción es puro músculo, sin adornos. Es rock en su forma más desnuda, como si Bruce hubiera decidido que la única manera de contar esta historia era rompiendo todo a su paso. La canción refleja el estado mental de Bruce en esa convulsa etapa para él. Tras el éxito de Born to Run en 1975, el pleito con su exmánager Mike Appel lo dejó varado, lleno de rabia y dudas. Darkness on the Edge of Town no fue un disco para complacer a las masas; fue un desafío, una declaración de que Springsteen no iba a ser solo el “nuevo Dylan” o el chico de portada. Adam Raised a Cain es el corazón de ese desafío, una canción que no pide perdón ni ofrece soluciones fáciles. Su intensidad la convirtió en un momento clave en los conciertos de la gira de 1978, donde Bruce y la E Street Band la tocaban con una ferocidad que dejaba al público sin aliento. Adam Raised a Cain es el grito de un rebelde que, en 1978, estaba dispuesto a pelear por su lugar en el mundo, aunque eso significara morr en el intento. Y en cada nota, en cada grito, se siente la verdad de un artista que luchaba, con todas sus fuerza, por no ser domesticado, y abrirse, a su manera, camino en la cruel y despiadada industria de la música.

miércoles, 11 de junio de 2025

Killing Machine - Judas Priest (Mes Judas Priest)

 





Judas Priest estaba en una buena racha a mediados y finales de los 70. Sus primeros cuatro álbumes vieron a la banda ir viento en popa, y a medida que crecía su confianza, también lo hacía su ambición, tanto es así que apenas ocho meses después del lanzamiento de su último álbum, los fans de Judas Priest recibieron un nuevo disco de sus ídolos. Recuerdo vívidamente la primera vez que escuché "Killing Machine". Fue alrededor de 1987/88 y yo tenía unos quince años, una tarde me subi las escaleras al cuarto a casa de mi amigo Jorky y allí estaba él con una casette que le habían dejado de Judas Priest. Nunca había oído escuchado un disco entero, demasiado potente para mis oídos acostumbrados a los Iron Maiden, pero el álbum me impresionó mucho. Tomé prestado el casete para poder grabarlo en casa y terminé escuchándolo durante varias semanas, luego la fiebre se evaporo como llegó. Me resulta curioso que Jorky me haya asignado este álbum, no se si como yo tiene en su memoria aquella remota tarde que me descubrió a los Judas o ha sido casualidad, el caso es que aquí me tienen escribiendo de un disco que me voló la cabeza y que luego abandone casi hasta ahora, ¿Tendra la culpa Nevermind que me metio la droga de Prince o Michael Jackson?. Priest no cambiaba mucho las cosas de un álbum a otro durante los 70, generalmente hacían pequeños ajustes a su fórmula ya bien definida para afinar su sonido, afortunadamente para mí, los cambios que hicieron para "Killing Machine" los llevaron en una dirección que realmente me convenía. En primer lugar, el sonido de la guitarra y el estilo de los riffs son más metaleros que nunca, de hecho, me atrevería a decir que este fue el momento en que Judas Priest pasó de ser una banda de proto-metal de los 70 a un grupo de heavy metal de pleno derecho en el sentido de los 80. Este ajuste también encajó muy bien con la nueva imagen de la banda, de cuero y tachuelas, otros cambios notables son la duración de las canciones, más corta y comercial, y la inclusión de un par de temas con un toque deliberadamente comercial en la composición y los estribillos. Algunos podrían pensar que esto fue una traición, pero creo que, en cierta medida, no lo entienden.

 

El álbum empieza con un estallido, el tema de apertura, Delivering The Goods, es un auténtico monstruo, de hecho, de todo el material de Priest de los 70, esta canción fue la que más me impresionó. El riff del estribillo es de lo más metalero y se me pone la piel de gallina cada vez que lo escucho, aunque esta versión de estudio es un poco más lenta y menos enérgica de lo que debería ser, aun asi tiene todas las cualidades para ser un buen tema de apertura. Rock Forever no es un tema horrible, no es un gran tema, simplemente promedio en cuanto a las guitarras (creo que este tema habría sonado mejor si las guitarras se hubieran mezclado un poco más agudas), se queda en una melodía de hard rock bastante básica que, por desgracia, queda aplastada bajo el peso de la canción anterior. Lo mismi sucede con Evening Star, tiene un patron musical muy básico y un ritmo a medio tiempo sin grandes momentos que te animen o te hagan levantar el puño, no exite un solo rompedor ni nada sobresaliente de las voces para ser memorable. Las agradables guitarras acústicas en la introducción, que dan paso a un buen trabajo de guitarra y la imponente voz de Halford, una cancion ligeramente mejor que la media que llenan el espacio, pero no lo dominan, un intento de sonido comercial. Hell Bent for Leather es una de las mejores canciones del álbum. Una gran introducción ruidosa que da paso a un gran riff con un buen solo posterior. La fantástica voz gutural de Halford y el rápido trabajo de doble bombo de Binks crean una canción simplemente aplastante, ella solo te despierta el amor al mundo del metal por los himnos de motocicletas con voces gruñonas pero altísimas, velocidades ágiles, golpes impactantes y uno de los solos de guitarra más electrizantes que jamás hayas escuchado. Take on the World parece ser un himno, pero sin el empuje ni las agallas para realmente serlo. Al final se siente más débil de lo que es porque parece que se esfuerza demasiado por ser algo que no es, esa influencia de Queen hacia el terreno de "We Will Rock You", pero el sólido ritmo de batería y el estribillo pegadizo se ven acosados ​​por su tema de unión que resulta condescendiente, no fue una buena jugada.

Burnin' Up curiosamente no es de las mejores, la canción principal, "Killing Machine", no parece salir de segunda en ningún momento, confirmo que tiene una gran letra y esta cantada con gran emoción por Halford, y un riff fulminante son buenos argumentos para una canción pero en conjunto no consigue brillar. Killing Machine no pasa de ser un tema bastante decente con un buen riff y un tono blusero muy curisos, quizás la letra es lo que mas destaca para mí. Running Wild tiene un gran trabajo de guitarra que hace de esta canción una de las mejores pistas, me da que fue uno de los temas que le sirvieron de inspiración a Iron Maiden para muchas de sus primeras canciones o no. La potente balada Before the Dawn suena muy bien, con la voz de Halford elevándose en todo momento, estamos ante la balada del álbum, posiblemente el mejor trabajo vocal de Halford en el álbum, con algunas guitarras acústicas realmente hermosas y un gran solo emotivo. Y la canción de cierre, Evil Fantasies, a pesar de que fue escrita y grabada mucho antes de la canción "Heavy Duty", todavía suena como un pariente pobre de esta, y la voz de Halford durante la primera mitad suena completamente fuera de contexto con la canción. En la mayoría de estas canciones, da la sensación de que uno de los principales atractivos de Judas Priest, su doble ataque de guitarras, ha desaparecido por completo.

No creo que sea injusto pensar en "Killing Machine" como el comienzo de una nueva era para Priest, ya que la banda empezó a tomar nuevos rumbos con su sonido. De hecho, creo que estaban listos para un cambio y "Killing Machine" podría ser el primer álbum de Judas Priest que realmente me encantó. No me malinterpreten. Me gusta todo su material de los 70, pero este me llega un poco más cerca y tiene más momentos destacados. Además, tiene ese toque más metalero que lo acerca aún más a mi zona de confort. Es realmente increíble que la banda haya podido reunir todo esto en tan poco tiempo.