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miércoles, 29 de enero de 2025

The Magic Whip - La varita mágica del #MesBlur (Mes Blur)



"The Magic Whip" (2015), el octavo álbum de estudio de Blur, fue un inesperado regreso fruto de un repentino cambio de agenda en la breve gira en la que la banda, reunida de nuevo doce años después de "Think Tank" (en el que Graham Coxon ya había estado ausente), estaba llevando a cabo con la única intención de desempolvar viejos éxitos y sin nuevo material en mente. El grupo llegó a Tokyo para tocar en el festival Tokyo Rocks Music, pero el evento se canceló repentina e inexplicablemente, y los cuatro músicos se encontraron "atrapados" y con cinco días por delante hasta el siguiente concierto. Para distraerse y hacer algo útil con aquel tiempo, se encerraron en los Avon Studios de la ciudad para ensayar, improvisar y ver que salía de aquello. Y lo que salió, casi por arte de magia y como si hubieran agitado la varita de la inspiración y del título, fue un buen puñado de inacabadas pero prometedoras ideas y melodías, en bocetos de lo que podían ser hasta 15 canciones diferentes.

Damon Albarn no estaba seguro de si podrían publicar aquella música alguna vez, porque no había podido escribir allí las letras, y consideraba que la inspiración adecuada no le vendría igual estando en otra parte del mundo, así que dio por hecho que aquellas ideas acabarían para siempre en un cajón. Sin embargo, y mientras Albarn salía de gira para promocionar su disco en solitario "Everyday Robots" (2014), Graham Coxon retomó aquellas grabaciones de Hong Kong, y empezó a trabajar seriamente en aquellos bocetos con la ayuda de Stephen Street, productor de los discos míticos de la banda en los noventa. Cuando el material fue tomando cuerpo, Coxon invitó a Alex James y Dave Rowntree para perfeccionar las partes de bajo y batería, y con el trabajo casi terminado, le mostró los resultados a Albarn, que tras terminar su gira en solitario por Australia, se marchó a Hong Kong para escribir las letras.

Pese a la particularidad "local" de un disco gestado e inspirado en Japón, inevitablemente y por la cercanía temporal con su disco en solitario Everyday Robots (2014), las canciones de The Magic Whip comparten con aquel la temática y el sentimiento de alienación en un mundo sobrepoblado e impersonal, desde la perspectiva de un viajero distante que comparte sus vivencias con asombro y desesperación. Esa es la temática de canciones como "Lonesome Street", que abre el disco y para la que se rodó un video promocional en el que un japonés baila en soledad delante de un telón, hasta que hacia el final de la canción el telón cae y aparece una multitud de personas bailando con el la misma coreografía, en un impactante efecto visual y emocional, fruto del primer golpe asestado por la varita mágica de unos Blur que regresan en estado de gracia.

Le siguen "New World Towers" , un tema más pausado sobre la sensación que produce observar los letreros de neón de las junglas de rascacielos de las ciudades, que conceptual y musicalmente habría encajado como un guante en "Everyday Robots", y la más animada "Go out", el primero de los temas que desarrollaron en Japón, que explora el sentimiento de soledad y abandono del metafórico viajero en los bares nocturnos de la ciudad, y que musicalmente es un intento de sonar a los Blur pegadizos y ligeros de los noventa, pero que queda algo descafeinado.

La sombra de David Bowie, siempre presente en algún tema de los discos de Blur, es alargada en "Thought I was a Spaceman", con algún que otro escarceo electrónico y con Graham Coxon asumiendo el rol vocal. En un disco sobre la soledad y la alienación que paradójicamente experimenta un viajero al ver la sobrepoblación y la impersonalidad de los lugares que visita, la referencia / homenaje al astronauta de "Space Oddity" era seguramente obligada, pero resulta menos inspirada y brillante que el "Strange News from another Star" del disco Blur (1997) con el que comparte halo y temática. De la más o menos conseguida ensoñación nos saca con fuerza "I Broadcast", que obedece también a la pauta de incluir un tema más cercano al punk en cada uno de sus trabajos, aunque aquí el tono es más rebajado y melódico que en temas como "Bank Holiday", "Song 2" o "Crazy Beat" con los que podría tener cierto parentesco sonoro.

Las referencias al mundo oriental afloran en temas como "My Terracota Heart", "PyongYang" "Ghost Ship" (un barco fantasma que temáticamente podría haber atracado en la "Isla de Plástico" de Gorillaz), aterciopeladas baladas de suave instrumentación y gran belleza melódica, en contrapunto con la angustia de temas como "There are too many of us", la pieza central del disco en cuanto al concepto en el que este se basa, inspirada en la obra maestra de ciencia ficción "Fahrenheit 451" (1953) de Ray Bradbury, y en una reflexión de su protagonista: "Somos demasiados. Somos miles de millones y eso es demasiado. Nadie conoce a nadie". En mitad de esa angustia y desencanto, queda tiempo para la alegría y la esperanza en la amable y divertida "Ong Ong", y para la pausa y la reflexión de "Mirrorball", brillante tema de cierre que destaca por la elegante guitarra de Coxon, que la dota de la atmósfera más descaradamente japonesa del álbum.

"The Magic Whip" recibió grandes elogios por parte de la crítica musical en el momento de su lanzamiento, alabando la calidad de los temas de un disco que muchos ya no esperaban, aunque viéndolo en perspectiva y en comparación con el posterior y excelso álbum "The Ballad of Darren" (2023), en el que asumen su madurez y la aprovechan en el proceso creativo, hoy se noten más las costuras auto-paródicas de alguno de los temas de un disco creado en circunstancias inesperadas por un grupo de músicos que resultan más convincentes cuando miran al presente y no pretenden recrear el pasado. Es mejor aceptarse como lo que uno es, en lugar de pretender que una varita mágica te devuelva el brillo superfluo de antaño. Y, sin embargo, en algunos momentos de "The Magic Whip" el hechizo sigue hoy funcionando, haciéndonos sonreír sin darnos cuenta al escuchar sus mejores temas y sus guiños a otros tiempos. Es lo que tiene la magia, que consigue que, a veces, suceda lo inexplicable y lo inesperado, como una cancelación de un festival, que acabó devolviéndonos a los que nunca debieron irse. 

sábado, 5 de noviembre de 2022

Blur - The magic whip Píldora #9


The Magic Whip fue escrito durante una estancia de Blur en Hong Kong, allí se suponía que la banda tocaría en el Tokyo Rocks Music Festival, pero fue cancelado, así que los chicos estuvieron atrapados en Hong Kong durante cinco días y para pasar el tiempo decidieron ser creativos y empezaron a componer canciones y no le salió nada mal. El estilo sigue siendo es el mismo, sigue siendo irresistible, recubren este disco de una mezcla de melancolía poco convencional, pero siempre con la prominente actitud de ser ellos mismos, estos detalles son los que hace que la banda sea lo que es, y justamente esto es lo que se espera de ellos durante los últimos años. Se inicia el album con "Lonesome Street" y con esa sensación clásica de Blur que recuerda los mejores momentos, una canción de rock emocionante, divertida y llena de energía que recuerda más a su era Britpop ya que tiene una estructura de canción similares, es optimista mientras habla de cosas turbias en Lonesome Street. “New World Tower” suena como algo sacado directamente de Everyday Robots (álbum solitario de Damon Albarn), Damon hizo la grabación mientras estaba de gira con su proyecto en solitario, y en la cancion canta sobre sus experiencias de viaje (luces de neón, enormes torres en el nuevo mundo, posiblemente trata sobre Hong Kong ya que fue la principal inspiración detrás del álbum). En el sencillo principal de este álbum “Go Out”, es una canción pop fantástica, es uno de mis mejores momentos del álbum, lo de Lo-ooo-cal es tan pegadizo y destaca esa sucia distorsión de guitarra, con Coxon tocando algunos rellenos entre el riff principal, disfrutamos de un puro estilo rock-n-roll con muy pocas locuras, convirtiéndose en una de las canciones más duras del álbum. “I Broadcast” es una psicodelia pop infundida con sintetizadores muy enérgicos, Coxon trae una guitarra más espacial aquí con un distorsionado ocasional, la línea de bajo de Alex James es mejor de lo habitual. "There Are Too Many Of Us" es un himno, líricamente es similar a The Universal en cierto modo por lo global, hay señales de llamadas telefónicas en segundo plano y el pequeño interludio es todo sintetizadores espaciales y suena realmente bien. “Mirrorball" es otra de las grandes, con la guitarra limpia de Coxon, es una de las primeras canciones en los que fácilmente se nota que hay un piano presente en el álbum, no sabría decirte si es algo bueno o no, pero la canción es buena casi un punto culminante. Para ser un álbum que inicialmente no estaba planeado y que simplemente sucedió, es la demostración de la química y habilidad que estos 4 muchachos aún tienen. Hay un par de pistas desechables, pero incluso con su corta sesión de grabación han demostrado que después de 16 años separados todavía tienen ese talento raro especial para producir música hermosa y relevante.


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