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martes, 6 de diciembre de 2022

0705.- Lorca - Tim Buckley


Buckley había madurado muchísimo desde 1966, basta con leer un poco sobre su carrera y ver como el músico Lee Underwood menciona que Tim no estaba contento con esos primeros dos álbumes en gran parte porque no había encontrado su identidad musical, todavía era un cantante de folk en ciernes, de 20 años y carente de mucho éxito comercial o de crítica. Solo dos años después, Happy Sad mostró a Tim Buckley finalmente descubriendo esa identidad musical con su suave mezcla de elementos folclóricos y una música suave y relajante. Esta fue una fórmula mucho más única que cualquiera de sus trabajos anteriores, y aunque Blue Afternoon fue en gran parte más de lo mismo, mostró que Tim Buckley había comenzado a encontrar su estilo. Entonces, ¿qué sigue a esos dos álbumes? Bueno, Tim decidió tirar todo a la pared en cuanto al sonido. Que se sepa, Lorca es un viaje extraño y vanguardista de folklore que muestra a Tim Buckley pasando a la siguiente fase de su carrera; folk de vanguardia con elementos de jazz salpicados. En resumen, se podría decir que Happy Sad fue el momento en el que Tim Buckley comenzó a jugar con su composición para incluir composiciones más largas, Blue Afternoon es su incursión en una espiritualidad más etérea, y Starsailor es el disco en el que realmente se adentró en los reinos de la vanguardia, Lorca publicado en 1971 puede considerarse como la síntesis de los 3.


Con unos pianos algo tenebrosos abre el disco y comienza la canción que da título al álbum: Lorca. A esto le superpone una voz algo sumergida en elementos surrealistas que nos trasporta a esas "calles muertas" de las que Tim, inspirado en el poeta Granadino, nos habla en sus letras, solo hay que escuchar y si no son ávidos para el inglés busquen las letras ( y no solo de este tema) lo disfrutaran. Si Cohen nos infiere una poesía hermosa, tierra y nostalgia, Buckley nos sumerge en casi que una prosa, en algo antiguo, en algo perdido en el tiempo, sus melodías nos llevan a conmemorar Dioses antiguos, perdidos en el espacio y en la historia de la humanidad, nos lleva a tiempos inmemoriales, con una surrealista y a la vez mortífera poesía. Todo sumado una capacidad vocal única, digno de un bardo, desconocido pero glorioso. Esa apertura de "Lorca" con el riff del teclado y la línea de guitarra descendente fue tan rara, extraña y diferente a todo lo que había hecho Tim Buckley. Podría continuar diciendo mucho sobre esa canción principal porque me quedé un poco asombrado. A medida que la canción continúa, la línea de bajo descendente se extiende y luego un órgano de tubos y un teclado forman un muro de sonido alrededor de la incomparable voz de Buckley; sus inflexiones, gemidos y vacilaciones, todo lo que hace una actuación que se encuentra entre sus mejores. Diferente a cualquier cosa en su carrera anterior, y en muchos sentidos diferente a todo lo que he escuchado. Y eso que estamos solo ante una canción, pero es mucho mas, es algo que poco se había escuchado porque encontramos a Tim Buckley precariamente encaramado en una cornisa, como si representara una línea que separa la experimentación de la locura, otros se han enfrentado a tales limitaciones (me viene a la mente Brian Wilson cuando estaba escribiendo Smile ), pero la mayoría de los artistas nunca se acercan a realizar toda su capacidad creativa, Tim Buckley sí lo hace en Lorca .