Poco más de tres minutos de duración es lo que necesitaron los chicos de Kiss para facturar uno de los grandes himnos de heavy rock de todos los tiempos. La banda no es ajena a la relevancia de este tema sobre el resto de su ya amplia y variada discografía, y lo demuestra el hecho de que "Rock and Roll All Nite" sigue siendo la canción con la que normalmente cierran sus conciertos desde 1975.
"Rock and Roll All Nite" salvó los muebles del disco "Dressed to Kill" y de la discográfica Casablanca, al ser el único de los dos singles del álbum que logró repercusión en las listas de ventas y en las emisoras de radio estadounidenses, todo un mérito para una canción y un disco grabados en unas paupérrimas condiciones económicas, que provocaron que la producción del disco fuera firmada por el grupo y por Neil Bogart, presidente del sello discográfico, ante la imposibilidad de recurrir a productores profesionales.