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martes, 11 de enero de 2022

Grandes éxitos y tropiezos: Gabinete Caligari

 



Como cada semana, toca darnos una vuelta por la sección de Grandes éxitos y tropiezos de 7dias7notas, y en esta ocasión nos vamos a detener en la obra del grupo madrileño, Gabinete Caligari, cuya carrera se desarrolló durante 18 años, entre 1981 y 1999, donde publicaron 8 discos de estudio, vamos a por otro de los grandes grupos de la movida madrileña, con Jaime Urrutia como cantante y guitarrista, Ferni Presas como bajista y Edi Clavo como batería. Tomaron su nombre de una histórica película alemana, titulada 'El gabinete del doctor Caligari', una de las caracteristias que mas diferencain al grupo es que el comportamiento de sus miembros fueron reflejos nítidos de "la identidad sociocultural española", ys u legado forma parte del acervo patrimonial, sociológico y musical de nuestro país, pasan los años y el grupo sigue considerándose de culto y han sido más que numerosas las apariciones en diferentes recopilatorios, amén de las constantes reediciones de sus discos. Me dirijo a la tienda para pillar algún disco de estudio, pero solo tengo dinero para un par de ellos hasta que llegue la nómina y no me aguanto….. vamos a ver que decido

 

 

Estás tardando en comprarlo:

Tras tres discos en el mercado, Gabinete Caligari iba a fichar por la compañía discográfica EMI e iban a romper el mercado con un álbum con una portada totalmente en blanco donde con letras mecanografiadas solo podíamos leer su nombre, y la frase Camino a Soria, su gran obra maestra, y uno de los grandes clásicos de la movida madrileña, 9 canciones y cada uno con su estilo y su particularidad, a eso le tenemos que sumar que fue concebido como un disco conceptual, es imposible no querer pasar la noche en esa “suite nupcial”, un tema lleno de swing, donde que mejor lugar donde pasar pagina de un desengaño amoroso con otra persona. ”Tocala, Uli”, es casi una canción de The Motown, y un homenaje a Ulises Montero, saxofonista que acompaño a la banda hasta 1986, “la sangre de tu tristeza”, un country-rock americano con mucha guitarra y gran calidad, y de repente te ves escuchando una especie de bossa-nova cuando suenan los acordes de “Sarava”, diversos cauces recorridos hasta que llegas nunca mejor dicho al Duero, “Camino soria”, una canción sensacional que a pesar de estar construida con rimas fáciles, es evocadora, emocionante y ya quisieran muchas ciudades que les escribiesen una canción como esta. Mucha calidad musical, además consiguen que la gente compren sus discos, todo un pelotazo que no debe faltar en ninguna discoteca.

 

Si te queda pasta, llévate también:

Camino Soria fue la explosión para el publico en general, pero si hay un disco donde Gabinete Caligari hacen una verdadera clase de lo que es hacer música en mayúsculas es Cuatro Rosas, su mini-LP supuso la culminación del viraje fundamental de Gabinete Caligari. De sus inicios siniestros, constatados en su EP "Autosuficiencia" (1981), fueron mutando poco a poco hasta el estilo que acabaría por encumbrarlos. Ese rock cañí y torero ya aparecía en su primer LP, "Que dios reparta suerte" (1983), pero es aquí donde queda marcado a fuego para la eternidad. Sólo necesitaron veinte “minutejos” para culminar su revolución personal. En "Cuatro rosas" encontramos la destilación esencial y perfecta de los Gabinete. Seis clásicos entre los que destacan el tema titular, auténtica piedra de toque de la movida y de la historia de la música en castellano. Quizás "Haciendo el bobo" sea algo más flojita que el resto, pero también reclama su lugar en un disco redondo y que se hace todavía más corto de lo que es. Sin hipérboles innecesarias, que tampoco es plan, admito que "Cuatro rosas" es una grabación fundamental, un placer más que un deber para nuestro oido y un disco que tienes que tener y escuchar.

 

Vuelve a dejarlo en el expositor:

Como muchos otros grupos el final fue largo y tortuoso, el éxito en cierto modi había hecho mella en el grupo y tras cuatro años fuera de los focos tras la publicación de Cien mil vueltas, un disco muy estimable pero bastante inferior a lo que habían hecho hasta entonces, llega para completar su discografía “Gabinetissimo” y la pereza de esos cuatro años se hace música en un disco bastante aburrido, es muy extraño el camino que ha tomado, podemos escucharles como una burda imitación de The Cure, o intentando imitar las baladas de David Bowie, se les nota que están cansados de tocar y de ser ellos, pero más dura fue la caída con “Subid la Música”, su último intento de permanecer en el candelero, y se juegan el todo con una crítica a los nuevos grupos, una canción que puede y que cabrea a aquellos que conocieron su época de luz, esos no son nuestros Gabinete, el magnetismo se ha perdido, pero en su defensa hay que decir que Gabinete Caligari siguió a su rollo, siempre centrados en su música y en su espíritu.


Nuestro TOP 5
1.- Camino a Soria
2.- Cuatro rosas
3.- El calor del amor en un bar
4.- La culpa fue del cha cha cha
5.- Tocala, Uli

viernes, 18 de octubre de 2019

El disco de la semana 149: Gabinete Caligari - La culpa fue de Gabinete Caligari



La reseña de esta semana no ha sido nada fácil. Y no solo porque no soy un gran conocedor de la trayectoria de Gabinete Caligari, sino porque se trata de un recopilatorio de los mejores temas de su carrera, en lugar de un disco en concreto, seleccionado entre la totalidad de su obra. Estoy acostumbrado, y en el fondo es lo que más me gusta de escribir reseñas, a intentar entender las canciones desde el análisis de la situación vital del artista en el momento de sacar el disco. Tiendo a interpretar un álbum como un todo, como una obra completa con un posible significado, en lugar de un puñado de canciones inconexas. Por último, me resulta inevitable compararlo con el resto de entregas de la discografía del artista en cuestión, para poder valorarlo y disfrutarlo en su justa medida.


Nada de eso es posible cuando tienes entre las manos un recopilatorio. Normalmente se caracterizan por la falta de unidad del conjunto, ya que por más que se trate de los mismos músicos, las canciones provienen de momentos temporales distintos. En el caso de artistas de dilatada trayectoria puede haber diferencias de 20 años entre unas y otras, y a lo largo de su carrera los músicos habrán tenido distintas influencias y, probablemente, se habrán cansado de hacer de la misma manera determinadas cosas.

Después de darle muchas vueltas a este problema, decidí que tampoco era tan relevante, y que lo único que debería estar dando vueltas era el tocadiscos. Y si no podía caer en mis divagaciones habituales, me centraría simplemente en la escucha de las canciones, liberado del objetivo de escribir sobre ellas, y vería que pasaba sin preocuparme por el momento de tener después que enfrentarme a la pantalla en blanco.

Lo que ocurrió entonces es que disfruté como nunca con el bestial arranque del disco, encadenando cuatro temas seguidos del genial Camino Soria (la canción del mismo nombre, Suite nupcial, La sangre de tu tristeza y Tócala Uli). Creo que el tiempo ha tratado bastante bien a estas canciones, que hoy en día mantienen intactas la brillantez y la frescura que tenían la primera vez que las escuché. Aquel disco debió haber sido para mí un "disco llave", nombre con el que denomino a esos discos con los que descubres a un grupo, y que tras rayarlos tras mil escuchas, te abren la puerta de la curiosidad sobre publicaciones anteriores, y te llevan a buscar más material de los  mismos autores.

Inexplicablemente, un disco tan genial como ese no me llevó a seguir explorando en las entrañas del gabinete del Profesor Caligari, lo cuál no impidió que, tanto hace 20 años en los bares de Madrid  como ahora escuchándola de nuevo, cantara a voz en grito y con los ojos cerrados que "La culpa fue del cha cha cha". ¿Y de quién iba a ser si no? Pues de unos músicos brillantes, por hacer un hit tan  chulesco como eterno. Tras este tema, no pude evitar lamentar que, en el orden de temas elegido para el disco, no hubieran puesto a continuación los otros dos grandes temas de lo que siempre llamé "La trilogía de los bares", por sus referencias al mundillo de las copas y la fiesta nocturna. Cuatro Rosas y El calor del amor en un bar están presentes, pero desperdigadas entre otras canciones con las que desafortunadamente no me encontré en su momento y que no tienen la misma carga emocional, aunque eso no signifique que en lo musical sean inferiores a las otras.

¿Y qué decir de las "nuevas" canciones? (Nuevas para mí, por mi imperdonable error de hace ya tanto tiempo). Pues que ha sido un placer descubrir que no todas lo eran. Canciones como Sólo se vive una vez y Lo mejor de tí habían sido borradas de mi memoria por el paso del tiempo, pero al escucharlas de nuevo han reverdecido sus hojas y han desplegado las alas de sus estribillos para volar alto de nuevo y pasar a engrosar la lista de canciones míticas de esta recopilación. Por el contrario, temas como Sangre española o Que Dios reparta suerte (ésta última con su guiño al pasodoble incluído) suenan más oxidadas y con un toque de "movida madrileña ochentera" que no ha aguantado tan bien el paso del tiempo.

Y sobre el resto de canciones... Creo que no sería justo comentarlas aquí, sin que antes me dejéis subsanar mi error de adolescencia. Bécquer no era idiota ni Machado un "ganapán", pero yo me comporté como un idiota, al ponerme el impermeable y no dejar que otros discos de esta banda me calaran hasta los huesos. Permitidme ahora degustarlas un poco más, y otro poco mañana, y el día después de pasado mañana, y quizá en un futuro no muy lejano, puede que Al final de todo, disfrute Como un animal de esas otras canciones, y me encuentre de repente Haciendo el bobo al ritmo de su música.

Y será entonces, cuando pueda llegar a meterlas en el mismo saco en el que ya están canciones que tienen una carga emocional muy grande para todos los que nos hemos sentido alguna vez desgraciados, abrazados a la tristeza, enamorándonos de ella mientras la sacábamos a bailar un "cha-cha-cha" en uno de aquellos bares, tan gratos para conversar mientras, en el escenario, al calor del amor por la música, un tal Uli tocaba su armónica una vez más.