Pusherman, Curtis Mayfield |
Super Fly es el tercer álbum de estudio del músico de soul y funk estadounidense Curtis Mayfield. Dicho trabajo fue grabado entre diciembre de 1971 y mayo de 1972 en los estudios RCA de Chicago y los Bell Bell Sound de Nueva York, bajo la producción del propio músico, y publicado el 11 de julio de 1972 por el propio sello discográfico de Curtis Mayfield, Curtom Records. Este disco fue lanzado como banda sonora de la película del género Blaxplotation del mismo nombre, Super Fly. El disco se convirtió rápidamente en un absoluto éxito, siendo considerado como un clásico de la música soul y funk de los años 70.
Super Fly fue junto a What's Going On (1971) de Marvin Gaye, uno de los discos conceptuales de soul pioneros, con unas letras socialmente comprometidas que nos hablas de temas como la pobreza o el problema del abuso de las drogas. Gracias al éxito de este disco como banda sonora, Curtis fuel elegido para realizar varias bandas sonoras más a lo largo de la década. Mayfield había contribuido anteriormente con dos canciones en la película de 1968 Krakatoa, East of Java, la cual fue todo un fracaso comercial. Más tarde, sería el director de cine Gordon Park Jr., quien estaba trabajando en una película llamada Super Fly, quien pide a Curtis y su banda que realicen un cameo en una escena en una discoteca, y que para ello tienen que tocar una canción completa. Este cameo es lo que lleva al director a pedir a Curtis que se encargue de la banda sonora completa. Esta banda sonora es una de las pocas que fue capaz de superar a la película a la que iba ligada.
Incluido en este disco se encuentra Pusherman, escrita por Curtis y grabada en las sesiones en los estudios Bell Sound de Nueva York. Esta canción y prácticamente todo el álbum fue escrita desde en un sótano en Chicago donde Curtis vivía mientras atravesaba un proceso de separación matrimonial de su esposa. El músico uso cada canción del disco para abordar diferentes problemas, y con Pusherman abordó el problema del tráfico de drogas. Normalmente se solía ver al traficante de drogas callejero como un hombre de negocios tratando de ganarse la vida y mejorar su situación, y en Pusherman Curtis nos da a entender que Pusherman es tanto héroe como villano, una extraña víctima más devorada por las demandas y circunstancias del gueto.
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