viernes, 12 de abril de 2019

El disco de la semana 123: Prince "Purple Rain"




Queridos hermanos,
Nos hemos reunido aquí hoy para afrontar esta cosa llamada "vida".

Palabra eléctrica "vida", significa para siempre y eso es mucho tiempo

Pero estoy aquí para deciros que hay algo más... el más allá

Un mundo de felicidad sin fín, en el que siempre podréis ver el sol, de día o de noche
Así que cuando llaméis a ese tipejo en Beverly Hills, sabéis quién digo, el Dr. “Todo irá bien”

En lugar de preguntarle cuánto tiempo os queda,
preguntadle cuánto queda de vuestra mente.

Porque en esta vida, las cosas son mucho más difíciles que en el más allá.

En esta vida... Estás sólo

Y si el ascensor intenta llevarte abajo,

Vuélvete loco... ¡¡¡Pulsa el piso superior!!!

Este es el comienzo de "Let's  go crazy", el tema que abre "Purple Rain". Una impactante intro de teclado y voz salmódica que es una sátira de los discursos de los predicadores prometiendo el más allá, sólo que en este caso el predicador es Prince, que nos aconseja enloquecer y divertirnos antes de que los enterradores "nos metan en el camión". Algunos le hicimos demasiado caso y enloquecimos hasta el extremo de cantar esta canción en un concurso de flamenco, pero esa es otra historia (ver "La música en historias: Prince y el concurso de Flamenco" en este blog)


Tras esta particular reflexión sobre la vida y la muerte, explotan las guitarras y los teclados y ya no habrá tregua. En su propuesta musical y escénica, vestido como un Mozart que viajara en el tiempo y descubriera una guitarra eléctrica y un amplificador, Prince nos lleva a su particular más allá cuando la canción llega a su fin en un solo de guitarra electrificante al mas puro estilo Hendrix, hasta que desatado grita a la banda "Llévadme lejos", momento en el que todos los instrumentos estallan en un último golpe final.

¿Y cómo enganchar la siguiente canción con un final así? Solo podía ser arrancando de nuevo en lo más alto. Un épico redoble de batería que mantiene la adrenalina en los niveles en los que el anterior tema la dejó, hasta que la canción muta en un medio tiempo agradable marcado por el ritmo pegadizo de los teclados. Si antes nos invitaba a un viaje enloquecido,ahora "Take me with U" (Llévame contigo) es la respuesta a esa invitación. Subamos en la icónica moto púrpura y viajemos hasta el Lago Minnetonka o hacia dónde quiera que el genio de este artista quiera llevarnos.

El éxtasis vocal final de "The Beautiful Ones" en "Purple Rain"
Asumiendo la vida como una locura que hay que aprovechar, y aunque tengas a una bella acompañante sentada en el asiento de atrás de tu moto, aún necesitarás declararle tu amor de manera rotunda y convincente, para lo que la escucha de "The Beautiful Ones" será de gran ayuda. En uno de los temas más impactantes del disco, Prince pasa del enamorado falsete del primer tramo, a la rabia y pasión desmedida ante la indecisión de la mujer amada, "Le quieres a él, o me quieres a mí, porque yo te quiero a tí" grita desgañitándose, en un final de canción que es la declaración de amor más brutal que he escuchado en un disco.

Y entramos entonces en el tramo del disco más lascivo, el más Prince en cuanto a la temática sexual provocadora y controvertida. "Computer Blue" es una reflexión de un personaje solitario que no entiende por qué las relaciones de pareja no le han ido bien, sintiéndose como un triste computador que necesita ser reprogramado, pero comienza con una conversación entre Wendy Melvoin (guitarra) y Lisa Coleman (teclados), en lo que parece la conversación previa a darse un baño caliente juntas.

Musicalmente la canción vuelve a la senda rockera del inicio del disco, y contiene una de las transiciones instrumentales más brillantes del disco (con permiso del épico solo de guitarra de "Purple Rain") en el desarrollo guitarrístico de la segunda parte de la canción, con toda la banda tocando a tope hasta llegar al abrupto grito de Prince que marca el cambio a "Darling Nikki", la canción más polémica y oscura del disco, con una temática similar a la que desarrolló en "Little Red Corvette" (chico recordando una experiencia sexual con una chica mucho más experimentada y liberada).

La diferencia es que en la canción de 1999 el tono es nostálgico y más luminoso, sugiriendo a través de atrevidas metáforas, mientras aquí el lenguaje es totalmente explícito, hasta el punto de ser ésta canción la responsable de la inclusión de la pegatina "Parental Advisory: Explicit Lyrics" ("Aviso para padres: Letras Explícitas") en las portadas de los discos que incluyeran contenido considerado ofensivo o peligroso para la juventud estadounidense.

Para rebajar la tensión del tema más duro del disco, tanto en temática como en intensidad rockera, y para dar un final místico y esotérico a la cara A, la canción culmina con una parte coral en la que Prince hace todas las voces. Esta parte está grabada al revés, en un guiño al mito de los mensajes satánicos en los discos de rock. Como curiosidad, lo que dice reproduciéndolo correctamente es un mensaje religioso en lugar de satánico: "Hola, ¿cómo estás?, yo estoy bien porque sé que el Señor vendrá pronto"

La cara B abre con "When Doves Cry", uno de los temas emblemáticos del genio de Minneapolis, no solo por ser el single de adelanto del disco, sino porque para esta canción eliminó todas las líneas de bajo. Todos le dijeron que era una locura, no se podía hacer una canción de éxito sin bajo. No era Prince muy amigo de rectificar sus ideas por influencia de otros, así que la canción se quedó sin bajo y se convirtió en un éxito mundial, su primer  número uno en Estados Unidos y la canción más vendida del año.


La siguen dos canciones enlazadas, "I would die 4U" y "Baby I'm a Star". La primera es la canción más sencilla y corta del disco, lo cual no evita que brille con luz propia, aunque carece de la profundidad de matices y los cambios sorprendentes del resto. La segunda es la canción más funky del álbum, en la que la banda está más presente que nunca y en la que más se evidencia otra de las curiosidades sorprendentes de este disco: Gran parte de los temas están grabados en directo, en un concierto celebrado en 1st Avenue en 1983, en el mismo escenario en el que transcurren las actuaciones de la película. La calidad de los temas es tal, y fueron tan brillantemente aderezados con arreglos adicionales en el estudio, que cuesta creer que muchos de los temas sean en directo.

Así es queridos hermanos, cortes como la propia "Purple Rain", el grandioso tema que cierra y titula el disco, son en realidad canciones interpretadas en directo en lugar de creaciones de estudio. Puede apreciarse en la parte orquestal final, cuando la lluvia púrpura ya está amainando, y pueden oirse los silbidos y alabanzas del público. Ese público que, desde aquel día, ha reconocido y admirado la grandeza de un tema que, curiosamente, surgió de un intento de Prince de ¡hacer una canción country!, para acabar convirtiéndose en un himno atemporal surgido de una actuación irrepetible.

Poco más puedo decir de una canción y de un disco que no son abarcables con simples palabras, así que para cerrar la reseña voy a hacer mías las palabras del replicante de Blade Runner, que valoraba las cosas bellas de la vida más que muchos humanos:

"Yo he visto cosas que vosotros no creeríais... He cantado Let`s go crazy en un concurso de flamenco, he visto a un amigo subir a un risco a gritar The Beautiful Ones a los cuatro vientos dedicada a la chica de sus sueños, he grabado mi propia versión de Purple Rain en un local de ensayo con mis amigos los "Telelovers", me he emocionado al escuchar a mis hijos tocar When Doves Cry en sus clases de piano... Todos esos momentos se perderán en el tiempo... como lágrimas... en la lluvia púrpura".

2 comentarios:

  1. Eres muy grande Nacho !!! Disfruto y aprendo con tus lecciones. Abrazos infinitos ..

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  2. Gracias Joserra!!! Mas grande todavía que la música es la amistad, orgulloso de tener la vuestra. Telelovers!!!

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