jueves, 30 de diciembre de 2021

La música en historias: The Wall, derribando el muro del #MesPinkFloyd



Cerramos el mes de Pink Floyd con el inmenso muro musical que fue The Wall (1979), el undécimo álbum de estudio de la banda británica. Producido por Bob Ezrin, junto con David Gilmour y, sobre todo, Roger Waters, que volcó en Pink, el personaje protagonista de esta enorme obra conceptual, multitud de detalles autobiográficos y del estado anímico por el que atravesaba en aquellos momentos, fue aclamado como uno de los mejores discos de la historia del rock. Dotado de una atmósfera opresiva, que va generando en el oyente esa misma angustia en la que vive encerrado el personaje, al tiempo que nos permite disfrutar de una obra musicalmente compleja que combina estructuras de ópera rock y de rock progresivo, se ha convertido con los años en un auténtico icono cultural. Comercialmente, disfrutó desde el principio de un éxito a nivel mundial, convirtiéndose en el disco más vendido de la década de los 70, y en el disco doble más vendido de la historia.

Pink es una estrella del rock, agobiado por diversos traumas acumulados a lo largo de su vida, que incluyen desde la trágica muerte de su padre combatiendo en la Segunda Guerra Mundial, pasando por una infancia marcada por la sobre-protección de una madre viuda y por la opresión de la rígida educación británica, y culminando en una etapa adulta plagada de fracasos sentimentales y de las adicciones habituales de una estrella del rock. Una a una, estas complicadas experiencias van erigiendo un muro alrededor suyo, aislándole del resto del mundo, impidiendo su desarrollo personal y alejándole de su verdadero yo y de la persona que podría haber llegado a ser. Los paralelismos con la vida de Waters son evidentes, y el propio músico declararía años después que “Cuando escribí The Wall era un joven lleno de traumas y miedos que, con el tiempo y con la exploración de las sensaciones, y la exploración de mi propio yo a través de la música, conseguí ir venciendo y racionalizando…” Si creemos en la música como herramienta terapéutica para el alma, y recurrimos a ella en los momentos en los que necesitamos esa cura milagrosa que nos proporciona su escucha, entonces este disco es un auténtico tratamiento de choque, que debería ser pautado como vacuna obligatoria para todo aquel que se haya sentido alguna vez angustiado por ese muro invisible, esa coraza que aparentemente nos protege, pero que en realidad, nos aísla y nos impide vivir la vida de manera plena y satisfactoria.

El disco comienza con la épica oscura y rotunda de In the Flesh?, una introducción al imaginario y desequilibrado mundo interior de Pink, una especie de himno aterrador y apocalíptico que, musicalmente, nos traslada de inmediato a un campo de batalla de la segunda guerra mundial. La letra es un prosaico discurso de un alentador de masas, con un aire dramático que parece anticipar la tragedia personal y la degradación del personaje ("Dime si hay algo que esté eludiéndote, querida. ¿No es esto lo que esperabas ver? ¡Si quieres encontrar lo que hay detrás de estos ojos fríos, no tienes más que escarbar a través de este disfraz!") La canción termina con un avión de combate estrellándose, en la primera de las referencias a la muerte del padre de Pink (Waters) en acto de servicio, que constituye sin duda el primero y más grande ladrillo de los que conformarán el muro de aislamiento del protagonista.

Con los ecos del fatídico accidente aéreo aún resonando en los altavoces, The Thing Ice emana la tristeza y la desolación por la pérdida, y la fría realidad de una infancia al lado de una madre destrozada por la pérdida, y con la perspectiva de una vida adulta tan complicada y frágil como caminar sobre una fina capa de hielo, "arrastrando tras de tí el silencioso reproche, de un millón de ojos llenos de lágrimas. No te sorprendas, cuando una grieta en el hielo aparezca bajo tus pies..." 

Le sigue la primera de las tres piezas en las que se descompone el tema central, Another brick in the wall, que continúa desentrañando los lúgubres sentimientos y recuerdos del pequeño Pink sobre la muerte de su padre ("Papá se fue volando a través del océano, dejando solo un recuerdo... Después de todo, no fue más que un ladrillo en el muro...") en una infancia en la que, supuestamente, vivimos The happiest days of our lives (Los días más felices de nuestras vidas). La brillante transición in crescendo con la que está estructurado este breve pero intenso tema, casi indivisible de Another brick in the wall II, es uno de los momentos más intensos del disco, y da paso al siguiente ladrillo, centrado en la férrea y asfixiante educación inglesa de los años setenta, personalizada en la figura de un sádico profesor que pasa las clases "derramando su sarcasmo sobre cualquier cosa que hiciéramos, y exponiendo cualquier debilidad de los niños, aunque éstos se esforzaran en ocultarlas".

Entre ambos temas, un grito que el productor Bob Ezrin le pidió a Roger Waters por  teléfono. Le pidió que lo repitiera varias veces mientras lo grababa al otro lado del auricular, hasta que Waters le dijo que su familia empezaba a mirarle de una manera muy rara ante los gritos que estaba profiriendo, que pasarían a la historia como el aterrador comienzo de Another brick in the wall II, el single por antonomasia del disco, y que comparte temática con su predecesora en el disco, con el famoso manifiesto rebelde de los niños del coro de la Islington Green School contra una educación opresiva y alienante: "¡No necesitamos no-educación, no necesitamos control del pensamiento, no al oscuro sarcasmo en clase, profesores dejad a los chicos en paz! Después de todo, no somos más que otro ladrillo en el muro." Los profesores de aquel colegio cercano a los estudios de grabación de la banda desconocían la letra de la canción hasta que los chicos la interpretaron en el estudio, y palidecieron ante una iniciativa de la que ya no pudieron desligarse. Y no debió parecerles del todo mal, porque años después demandaron a Pink Floyd, reclamando (y ganando) un porcentaje de las ventas de la canción, por la relevancia en la misma del coro de niños del colegio.

Con Mother llega el turno de otro de los grandes traumas (ladrillos) del protagonista del disco. La ya mencionada viuda deprimida y sobre-protectora hace su demoledora aparición estelar: "Calla, niño, no llores, Mamá va a hacer que todas tus pesadillas se conviertan en realidad. Mamá te va a inculcar todos sus miedos. Mamá va a tenerte aquí , bajo su ala... Y por supuesto, Mamá te ayudará a construir el muro". Es en esta canción dónde la historia hace el tránsito hacia los desengaños de la vida adulta, a través todavía de la influencia de la madre: "Mamá examinará a todas tus novias por tí. Mamá no dejará que ninguna guarra se te acerque... Siempre serás un niño para mí". Y es también aquí dónde Pink empieza a mostrar signos de su infinita tristeza, en una frase demoledora con la que termina esta asfixiante pieza: "Madre...¿Era necesario que (el muro) fuera tan alto?

Goodbye Blue Sky es un breve recuerdo de los bombardeos alemanes sobre Londres, probablemente parte de la infancia de Waters (y por tanto también de Pink), una pesadilla apocalíptica envuelta en la suave guitarra acústica de David Gilmour y los sobrecogedores teclados de fondo de Richard Wright. Es el último retazo de la dura infancia del personaje, antes de adentrarse en los espacios vacíos de la etapa adulta. En Empty Spaces, el muro apenas tiene ya huecos visibles, y las malas experiencias amorosas acabarán de construirlo. Antes de que el muro le aisle por completo, Pink busca compañía femenina en Young Lust, uno de los pocos temas firmados por David Gilmour: "¿Podrá alguna fría mujer, en esta tierra desértica, hacerme sentir un hombre de verdad?.

La relación de pareja va degenerando con el paso del tiempo en One of my turns (Uno de mis ataques) y la situación de Pink es cada vez más oscura y asfixiante: Noche tras noche, fingimos que todo está bien, pero yo me he hecho más viejo y tu te has vuelto más fría, y nada es ya divertido. Y puedo sentir que uno de mis ataques se aproxima, me siento frío como una cuchilla de afeitar, rígido como un torniquete, seco como un tambor fúnebre. En esta canción, encontramos cínicas y exageradas referencias a esa relación autodestructiva y violenta: "Corre al dormitorio, en la maleta de la izquierda, encontrarás mi hacha favorita. No te asustes tanto, es solo una fase pasajera, uno de mis días malos" La locura del personaje es evidente, cuando al final de la canción, después de una amenaza tan grave, se pregunta "¿Por qué estás huyendo?". Y en la clara continuación que supone Don't leave me now (No me dejes ahora) un abandonado Pink sigue mezclando el dolor y la rabia, el arrepentimiento y la amenaza, implorando por la vuelta de su amada al tiempo que no puede evitar verbalizar sus oscuros pensamientos: "No me dejes ahora, no digas que es el final del camino. Te necesito... para ponerte en la trituradora..."

Se escucha el ruido de un televisor encendido, que Pink golpea hasta destrozarlo, mientras canta los primeros versos de Another Brick in the wall III: "No necesito brazos a mi alrededor, no necesito drogas para calmarme, he visto la pintada en el muro (...) Después de todo, todos vosotros no erais más que ladrillos en el muro".  El grado de deterioro psicológico es tal en este punto, que Pink solo encuentra salida en el suicidio, y Goodbye Cruel World es su breve y concisa nota de despedida: "Adiós mundo cruel, hoy te dejo atrás (...) Adiós a todo el mundo, no hay nada que podáis decir para hacerme cambiar de opinión. Adiós." En concierto, Roger Waters la canta desde detrás del único hueco que queda en el muro, y ese último ladrillo es colocado justo después de ese "Adiós" final. El muro se ha completado, aislando completamente a Pink de la realidad del mundo exterior y de todos los que le rodean. Desde el otro lado, lanza una tenue y lastimosa llamada a quién pueda escucharle en Hey You, pero nadie responde, por lo que el tono se vuelve aún más resignado y melancólico en Nobody Home: "Tengo sorprendentes poderes e observación, y así es como se que, cuando intente contactar contigo por teléfono, no habrá nadie en casa".

Los dos siguientes temas parecen apenas retazos de alucinaciones o recuerdos de la infancia de Pink, con referencias a la actriz de los años cuarenta Vera Lynn, conocida como "la novia de las fuerzas armadas" durante la Segunda Guerra Mundial, y a un canto de protesta para que las tropas inglesas volvieran a casa (Bring the boys back home). Ninguna de ellas llega a los dos minutos de duración, y son la antesala de Comfortably Numb, el plato fuerte del segundo disco de The Wall y su auténtica obra maestra. Los solos de guitarra de David Gilmour para este tema se cuentan siempre entre los mejores de toda la historia del rock, y la alternancia entre los tramos lúgubres y atmosféricos de Waters, con los tramos luminosos y orquestales que acompañan a la voz de Gilmour es, probablemente, el mayor acierto sonoro del disco. La letra mezcla igualmente los tramos de ensoñación el los que se ha sumido el personaje (cómodamente insensibilizado como reza el título) con los esfuerzos de un médico por devolverle a la vida después de lo que parece una sobredosis. La inyección surte el efecto deseado, porque Pink vuelve a tiempo de que el show continúe (The Show must go on).

El espectáculo comienza de nuevo con In the Flesh, al que seguirán temas como Run Like Hell o Waiting for the Worms, antes de entrar de nuevo en crisis y parar definitivamente en Stop: "Quiero irme a casa, quitarme este uniforme y dejar el show, pero estoy esperando en esta celda, porque tengo que saber si he sido culpable todo este tiempo". La supuesta culpabilidad es entonces sometida a juicio en The Trial, una impresionante mini ópera rock en la que Roger Waters hace todas las voces del juez, los testigos (la madre, el profesor, la novia...) y el propio Pink, que se debate entre la locura y el anhelo de encontrar una puerta de salida del muro. Tras las declaraciones de los testigos, el implacable juez emite su lapidaria sentencia: "Amigo mío. has revelado tu más profundo miedo, y te condeno a ser expuesto ante tus semejantes... ¡Echen el muro abajo!"

Outside the wall

"Completamente solos, o de dos en dos, aquellos que realmente te aman caminan arriba y abajo, fuera del muro..." susurra una voz sobre una lejana melodía, la misma que apagaron los ecos de In the Flesh? al comienzo del disco. Es la calma melancólica de después de una batalla, la banda sonora de la esperanza en un nuevo comienzo, y es aún más emotiva si esa batalla la has librado en tu interior.

The Wall fue criticado, en su momento, por su desproporcionada duración, y por la ausencia de grandes singles comerciales. Hay quien piensa que se le ha sobrevalorado y vanagloriado en exceso, y posiblemente todos esos reproches tengan su parte de razón, si lo enfocamos únicamente como un disco al uso, pero esta obra va mucho más allá del concepto normal de un álbum. Los ladrillos de este descomunal muro psicológico no pueden ser juzgados como meras canciones. Os invito a deteneros en la escucha de cada canción, y que la atmósfera agobiante y cerrada de cada uno de los temas os ayude a identificar vuestras propias experiencias negativas. Haced, al mismo tiempo, una lista de los acontecimientos que os marcaron negativamente, y de las personas tóxicas de vuestro entorno cercano. Por último, pensad en cómo os han afectado, y afectan, sus acciones y comentarios, y en como podéis bloquearlos o impedir que os sigan lastrando. Yo lo hice, y sacando todo ese ruido hacia afuera, conseguí derrumbar muchos muros interiores, y abrirme mucho más a un crecimiento personal que, de otro modo, no habría logrado. Y eso es algo que no me ha dado ningún otro disco. Con The Wall pude dejar muchas de esas cosas atrás. Después de todo, no son más que ladrillos en el muro.

miércoles, 29 de diciembre de 2021

0363 - Foxey Lady - Jimi Hendrix

0363 - Foxey Lady - Jimi Hendrix 

Foxy Lady o Foxey Lady es una canción de Jimi Hendrix. Que apareció por primera vez en su álbum de debut de 1967 Are You Experienced y posteriormente se publicó como su tercer sencillo en los Estados Unidos con la como Foxey Lady.
Es una de las canciones más conocidas de Hendrix y fue interpretada con frecuencia en sus conciertos a lo largo de su carrera. 
La revista Rolling Stone situó la canción en el número 153 de su lista de las "500 mejores canciones de todos los tiempos".

La compañía discográfica de Hendrix, Reprise Records, publicó la canción en diciembre de 1967, un mes antes de la publicación del segundo álbum de la Experience, Axis: Bold as Love. Reprise Records utilizó el título "Foxey Lady", que también apareció en el lanzamiento de Are You Experienced. Estaba respaldada por "Hey Joe", Reprise Records ya había lanzado como single en abril de 1967. 

Aunque los álbumes de Hendrix funcionaron bastante bien en las listas de éxitos, "Foxy Lady", junto con los otros primeros singles, tuvo una actuación relativamente débil, alcanzando el número 67 en la lista de singles pop Billboard Hot 100. 

En 1967, Polydor Records publicó el single en Alemania con "Manic Depression" como cara B, pero no apareció en las listas. "Foxy Lady" ha aparecido en numerosos álbumes recopilatorios de Hendrix, como Smash Hits, The Essential Jimi Hendrix Volume Two, Cornerstones: 1967-1970, The Ultimate Experience, Experience Hendrix: The Best of Jimi Hendrix, y The Singles Collection. 

También es una de las pocas canciones que han sido interpretadas por cada una de las diferentes formaciones de Hendrix, incluyendo la Experience, Gypsy Sun and Rainbows, la Band of Gypsys, y el grupo de gira Cry of Love. 
Las versiones en directo aparecen en Live at Monterey, Live at Woodstock, Band of Gypsys 2, Blue Wild Angel: Live at the Isle of Wight, y varios otros álbumes en directo 
La revista Rolling Stone situó "Foxy Lady" en el número 153 de su lista de las "500 mejores canciones de todos los tiempos".

Daniel 
Instagram storyboy 

La música en historias: The division bell - Pink Floyd #MesPinkFloyd

 


Si esté álbum hubiera sido el final de Pink Floyd, habría que decir que es un más que digno punto final, a una de las más grandes e influyentes bandas de rock de todos los tiempos, aun asi el álbum ha sido muy minusvalorado, más que nada por la ausencia de Roger Waters, una baja muy sensible, sin embargo Gilmour y compañía han sabido sacar a delante un álbum, muy compacto, y sin dudas mejor que su antecesor, en el que se distinguen los signos musicales inconfundibles de la banda, con muchos temas de corte épico, con extraordinarios pasajes en las guitarras que hacen recordar algunos de sus álbumes insignia como el The Wall, o el Wish You Were Here.

 


“Cluster One” es la apertura perfecta para el álbum, ya que retrata la naturaleza atmosférica y contemplativa del álbum es perfecta la instrumentación de ida y vuelta con piano y guitarra, captando notas como un insecto abriéndose camino a través del agua. El efecto es soñador y fascinante, un tema que te pone en alerta de lo que está por venir. “What do you want from me” es un cambio total en el sonido anterior, aun asi permanece la esencia, los solos de esta canción también son una gran muestra del estilo de interpretación de David Gilmour, un equilibrio entre dulce y agresivo, y una voz bastante extraña de la misma manera y los cantantes de respaldo hacen un gran trabajo para construirlo, la parte más destacable es el puente. La canción cuestiona la expectativa indiscutible que tanto los críticos como los fans han puesto en Pink Floyd. ¡Gran canción! “Poles apart” es otra canción es otra vuelta de tuerca en el sonido del album, puede parecer rara pero no incomoda, una pista pop ligeramente progresiva, tiene un estado de ánimo particularmente esperanzador, el serpenteante toque de la guitarra acústica, junto con el bajo, hacen una gran combinación. La sutil guitarra lap steel se alza con la interpretación vocal, que encapsula perfectamente la atmósfera. La canción hace hincapié en la separación de los objetivos de Waters y Gilmour, y cómo querían ir en diferentes direcciones musicalmente. Marooned es otro tema de atmósfera en el disco, un intento de recrear el valor emocional y social de "Echoes", sin embargo, los multiinstrumentos parecen crear una emoción opuesta en relación con las emociones arrojadas por "Echoes". La percusión aparece a los 2:30 minutos y, presenta las emociones genuinas que la pista intenta retratar, es aunque parezca mentira la gran protagonista de este tema y esa omnipresente guitarra, en un tema que transmite mucha felicidad. A Great Day For Freedom, destaca por los coros y el hecho de que esta canción realmente mantiene viva la atmósfera. Creo que las letras hacen un trabajo decente hablando de la caída del Muro de Berlín, aunque el verdadero espectáculo es el solo de guitarra y ver como se fusiona muy bien con la percusión progresiva, resultando un bucle fascinante de composiciones musicales intensas que va añadiendo algo nuevo a la canción, realmente brillante.

 

'Wearing the Inside Out', escrita y cantada por Rick Wright, es una canción reflexiva y cautelosa sobre la depresión, un tema en el que más tarde dedicaría todo un álbum, es               posiblemente la pista más singular del álbum en relación con la producción anterior de Pink Floyd. Creo recordar a alguien que dijo que 'Taking It Back' fue el intento de Floyd de superar a U2, y es que suena como U2, con el timbre de la guitarra de apertura similar a la famosa introducción de The Joshua Tree . Pero dejemos de lado la comparación y detengámonos en la interpretación vocal de David, el simple pero poderoso ritmo de la batería y los coros, esta triada hace realmente grandiosa la canción. Yo diría que esta canción no se basa en la atmósfera, pero la transmite de manera asombrosa. La preparación para el clímax de la canción es increíble, y me encanta cuando las guitarras se imitan entre sí hasta el clímax. ¡Realmente una gran canción! “Coming Back to Life” podría ser la mejor canción del álbum. Tiene cuatro partes, de más o menos igual duración (es decir, 1-2 minutos cada una). El primero es instrumental, la guitarra de Gilmour sobre un teclado. la voz de Gilmour, nunca ha estado en mejor forma, aparece para la siguiente parte, reemplazando la guitarra de la introducción, hacia la mitad del camino, el ritmo se acelera con la batería de Mason y la canción por un tiempo se asemeja a un himno de rock sencillo. La cuarta sección es una estruendosa guitarra, que termina con un corte repentino a través de las cuerdas de la guitarra.

“Keep Talking” presenta el sintetizador de voz electrónico de Stephen Hawking su monólogo es memorable, así como una guitarra 'talk box' para que suene como si la guitarra de Gilmour estuviera imitando burlonamente el repetido estribillo de los cantantes de fondo, la canción es bastante poderosa. “Lost for Words” es una canción sobre el tiempo y la energía inútiles que las personas gastan en atacarse entre sí. Probablemente tenga en mente a Waters en algunos puntos, pero no podemos estar seguros ni lo han confirmado, suena un poco como "I wish you were here", pero no lo suficiente como para llamarlo nueva versión. La melodía es increíble, y aunque la letra es oscura, la melodía alegre se contradice maravillosamente. “High Hopes" es grandiosa con el efecto de sonido de la campana continúa en el fondo a lo largo de la canción, y que a menudo se repite en las notas del piano. La canción hace referencia a las vertiginosas alturas a las que subimos, pero al final sugiere que "el deseo y la ambición" nos derribarán de nuevo lo que hace que suene como una marcha fúnebre. Es un cierre perfecto ya que resume en una canción todos los temas del álbum y ve la nostalgia con una mentalidad crítica. Los hermosos y ondulados acordes de piano combinan perfectamente con el solo de guitarra al final, es una de mis canciones favoritas de Floyd donde se fabrican eléctricamente emociones implacables.

 

Pink Floyd no alcanzó la gloria obtenida antaño con este disco, sin embargo, el álbum parece capturar múltiples aspectos destacados de la discografía de Pink Floyd. Crecí con canciones como High Hopes y Poles Apart, me encanta la vocalización relajante en su mayor parte, y los instrumentos naturalistas materializan este álbum en una de las muchas obras maestras de Pink Floyd. un álbum que logra poner mis emociones a través de instrumentos, todavía disfruto mucho de este álbum debido a las inquietantes y extrañas emociones que brotan a lo largo del álbum.

martes, 28 de diciembre de 2021

0362: Hey Joe - Jimi Hendrix

 

Hey Joe, convertida por The Jimi Hendrix Experience, en su disco de debut Are you experienced (1967) en una obra maestra del rock, tiene un origen misterioso que no se ha podido clarificar. La autoría de la canción se le adjudica desde 1962 a Billy Roberts, un cantante de folk del circuito local de California, y la primera grabación que se conoce es la del grupo de garaje rock The Leaves en 1965, dos años antes de que Hendrix publicara su versión. Sin embargo, se cree que era en realidad una canción popular de las montañas Apalaches.

La letra cuenta la historia de Joe, un hombre que camina armado por la calle, y al ser preguntado por ello, afirma disponerse a asesinar a su mujer, por haberla sorprendido en los brazos de otro hombre. Una vez culminado el asesinato, Joe planea huir hacia México para escapar de la justicia. La letra tiene un esquema de diálogo, entre la persona que le ve arma en mano, y el propio Joe respondiendo. Tiene además una estructura cercana al blues, con la repetición de los primeros versos (la pregunta), y con la particularidad de carecer (tras la respuesta) de un puente o de un estribillo.

Jimi Hendrix la grabó con su grupo el 23 de octubre de 1966, en un tono de blues psicodélico mucho más lento que la versión de The Leaves (1965) o la de The Byrds (1966) pero con una interpretación vocal mucho más oscura y dramática, sonando por debajo de la sección rítmica, y con unos solos de guitarra distorsionada que pronto se reconocerían como marca de la casa de un, por entonces, todavía desconocido Hendrix.

Grandes éxitos y tropiezos: Whitesnake

 

Whitesnake


     Como cada semana aprevechamos esta sección de Grandes éxitos y tropiezos para profundizar un poco más en el artista elegir. Una sección que te puede interesar si estás empezando a ecuchar al artista elegido y así tener una ayuda para saber por donde ir empezando. Y si te engancha el artista saber que dejar para el final, pues además de sus grandes trabajos en 7dias7notas no somos ajenos a aquellos trabajos que no tuvieron el impacto deseado o simplemente no llegaron a estar a la altura del resto de su obra. Y el grupo que proponemos en esta ocasión, Whitesnake, además de grandes álbumes, también tiene alguno que otro menos deseable. Así que nos ponemos manos a la obra y nos dirigimos a nuestra tienda virtual con la intención de aportar un poco más de luz a la hora de que discos elegir, que discos evitar o simplemente que deberíamos llevarnos y que no si tenemos un presupuesto limitado:

Estás tardando en comprarlo:



Trouble
(1978), considerado el  primer álbum de estudio de la banda a pesar de que un mes antes de su lanzamiento, en setiembre de 1978, la compañía discográfica decide promocionar el EP Snakebite, al cual se le añadieron a los cuatro temas originales otros cuatro para editarlo en formato LP y que pertenecían al segundo disco en solitario de David Coverdale, NorthWinds. Trouble es un excelente disco de los pies a la cabeza, empezando por lo músicos, y acabando por el sonido del grupo, donde Coverdale apuesta por indagar en las raíces de la música negra, mezclando el hard rock con el blues y el soul con una gran maestría. El segundo álbum de estudio, Lovehunter (1979), es otro que no puede faltar. Disco que continúa con la fórmula de su primer disco. Sin embargo, y a pesar de su creciente éxito en Europa y Reino Unido, el grupo no acaba de explotar en el mercado estadounidense. La falta de éxito en el país americano quizás viene marcado por la negativa de Coverdale a acelerar el sonido de la banda y seguir apostando por bajar la cadencia y jugar con los ritmos para segir apostando por la fórmula de mezclar hard rock con el blues y el soul. La portada del disco, una mujer desnuda en una postura muy provocadora y montada en un enorme reptil provocó una fuerte polémica, aunque nunca llegó a ser ceensurada. Whitesnake (1987), es el séptimo disco de estudio de la banda y el más exitoso a nivel comercial y popular de la banda. Este álbum en Estados Unidos se tituló Whitesnake, en Europa 1987 y en Japón Serpens Albus. Con este disco, con un sonido más endurecido y pesado, Coverdale consiguió alcanzar la popularidad que venía persiguiendo desde hace algunos años y que tanto se le había resistido en Estados Unidos, donde llegó a lacanzar el puesto número 2 en la lista Billboard Hot 200 llegando a vener hasta la fecha más de ocho millones de copias. En Reino Unido se mantuvo en las listas de éxitos durante 57 semanas. Todo los sencillos publicados se posicionaron en los dos rankings más importantes del mercado estadounidense: Billboard Hot 100 y Mainstream Rock Tracks

Si te queda pasta, llévate tembién:



Ready An' Willing
(1980), tercer disco de estudio de la banda de Coverdale. Un disco que continuaba con el éxito pogresivo de la banda en Reino Unido y Europa. El disco contiene uno de los temas más importantes en la historia de la banda, Fool For Your Loving, primer sencillo del grupo, y con el que consiguieron un gran éxito en Reino Unido y buenas cifras también en Estados Unidos. Este fue el primer disco de la banda en conseguir entrar en la lista estadounidense Billboard 200, y en conseguir también el Disco de Oro en Reino Unido. Muy recomendable también su directo, Live...In The  Heart Of The City (1980), el cual contiene material de su primer directo editado únicamente para el mercado japonés, "Live At Hammersmith", y que contiene material grabado en el Hammersmith Odeon de Londres en 23 y 24 de noviembre de 1980, y el 23 de noviembre de 1978. Disco que demuestra el poderío y el gran estado de forma que atravesaba la banda en aquél momento, con grandes interpretaciones de temas como Ain't No Love in the Heart of the City, Take Me With You o Mistreated.

Vuelve a dejarlo en el expositor:



Restless Heart
(1997), noveno álbum de estudio de la banda. Disco grabado con una formación completamente desconocida a excepción de Adrian Vandenberg, que continúa junto a Coverdale. Está considerado com el disco más flojo de del grupo, no en vano a pesar de tener una aceptable repercusión en Europa se desinfló rápidamente, y sus tres singles editados, Too Many Tears, Don't Fade Away y All in the Name of Love, no alcanzaron los objetivos mínimos deseados. En Estados Unidos ni se publicó, donde a día de hoy sigue siendo un álbum apenas conocido. Slip Of The Tongue (1989), disco que cuenta con Steve Vai y con la colaboración de un Glenn Hughes, que no se encuentra precisamente en su mejor momento debido a su adicción a las drogas, para colaborar en los coros, y que hace que en ese estado su aportación apenas se note. El disco, octavo del grupo, fue grabado bajo una fuerte presión por parte de la discográfica, Geffen Records, que quería repetir el gran exito de su anterior disco, Whitesnake, y también bajo grandes problemas personales en el seno del grupo, y eso se nota. El resultado es un álbum algo monótono y falto de fuerza. A pesar de todo ello, en Reino Unido llegó a alcanzar el Disco de Oro. En españa se llegó a colar en las listas de discos más vendidos y todos sus sencillos fueron radiados constántemente por la famosa cadena Los 40 Principales

Si buscas canciones sueltas: Nos encontramos con muchísimas canciones, desde los temas con raíces de blues y soul de sus comienzos hasta temas con un sonido más endurecido y contundente, pero podríamos ir empezando por estos cinco temas para ir abriendo boca: 

1. Fool For Your Loving

2. Take Me With You

3. Here I Go Again (2 versiones: 1982 y 1987)

4. Love Ain't No Stranger

5. Is This Love








lunes, 27 de diciembre de 2021

0361 Red House - Jimi Hendrix

 

Red House,Jimi Hendrix


     Nos encontramos en el año 1967, año que marcaría es debut de uno de los guitarristas más grandes que ha dado la historia del rock, sino el más grande: Jimi Hendrix. El genial guitarrista estadounidense debuta con Are You Experienced?, álbum que es editado con varios temas diferentes para el mercado británico y el estadounidense. El disco es grabado entre octubre de 1966 y abril de 1967 en tres estudios de Londres, De Lane Lea, CBS y Olimpyc Studios, y publicado en mayo de 1967 en Reino Unido y en agosto de ese mismo años en Estados Unidos. En Reino Unido estuvo 33 semanas en las listas de ventas, y en Estados Unidos llegó a un excelente quinto puesto en la lista Billboard Hot 200, llegando ha permanecer durante 70 semanas en la lista Billboard R&B.

El disco, titulado Are You Experienced?, es publicado bajo el nombre Jimi Hendrix Experience, donde el guitarrista es acompañdo por Noel Redding al bajo y Mitch Mitchell a la batería, conformando uno de los mejores y más potentes power tríos que se recuerdan. El disco, con un sonido que va hacia el rock psicodélico y el hard rock y basado en la rompedora e innovadora forma de componer y de tocar la guitarra de Jimi Hendrix supuso un gran éxito comercial y tuvo unas excelentes críticas.

Incluido en la edición británica del álbum debut del genio de Seattle se encuentra el tema Red House, escrito por Jimi Hendrix y grabado el 13 de diciembre de 1966 en los CBS estudios de Londres bajo la producción del mánager de este, Chas ChandlerRed House está compuesto bajo la fórmula de un blues tradicional de doce compases al que Hendrix incorpora su revolucionaria forma de entender y tocar la guitarra y que revolucionaría el panorama musical del rock posteriormente. 

En cuanto a la temática del tema, Hendrix canta sobre regresar a casa para ver a su chica, la cual vive en un casa roja. cuando llega a la casa, comprueba que la llave que tiene de la misma no funciona, y es cuando se da cuenta de que su chica ya no vive allí. En vez de entristecer decide darse una vuelta y visitar a la hermana de su novia. Sobre la inspiración que tuvo Hendrix para componerlo corren varias hipótesis, una defiende que Jimi la compuso cuando sobrevivía a duras penas en Nueva York y mientras vivía en el apartamento de un amigo el cual estaba decorado completamente de rojo. Otra defiende que se inspiró en la casa de una de sus novias de Seattle, la cual estaba pintada de rojo. Y otra dice que se inspiró en una leyenda sobre una misteriosa ciudad roja. En cualquier caso, en lo que todos están de acuerdo es que Red House es uno de los grandes temas que nos dejó el guitarrista. 

El tema, que en estudio tiene una duración aproximada de tres minutos y cuarenta y cinco segundos, solía ser uno de los fijos de Hendrix en directo, y basándose en la grabación original, solía realizar largas improvisaciones que alargaban el tema más allá de los doce minutos.

domingo, 26 de diciembre de 2021

0360: You just may be the one - The Monkees


You just may be the one es un tema firmado por Michael Nesmith, incluido en el disco Headquarters (1967) de The Monkees, banda de rock de Los Ángeles, creada en 1966 para una comedia televisiva de la NBC. Los productores de la serie seleccionaron a los integrantes de la banda entre los más de quinientos jóvenes que se presentaron a las pruebas. Buscaban rostros comerciales, más que músicos con talento o con sus propias canciones, por lo que de los finalmente seleccionados, solamente Michael Nesmith y Peter Tork eran músicos, y en las primeras grabaciones de estudio el resto fueron sustituidos por músicos consagrados como Carole King, Neil Sedaka o Neil Diamond.

Eso no impidió que Michael Nesmith fuera imponiendo su talento y colando sus propias composiciones en los discos de The Monkees. Sus temas fueron ganando cada vez más relevancia en el conjunto, y eso empujó al resto a atreverse a plantear temas propios. A partir de su tercer disco, Headquarters, en el que Nesmith ya firmaba cinco temas, se permitió al resto del grupo tocar sus instrumentos, y por primera vez remar juntos como grupo en el barco de los Monkees, pero no pudieron competir con el Sgt. Pepper's de The Beatles, todo un transatlántico que les arrebató el número uno de las listas.

De los temas firmados por Nesmith, el más destacable era You just may be the one, una canción que aúna todo lo mejor de las influencias con las que construyeron el sonido que buscaban como banda, empezando por la ligereza melódica de The Byrds y terminando por la rítmica de las canciones de los ya mencionados The Beatles. Con esos ingredientes, y aunque la originalidad de la propuesta fuera más discutible, cocinaron un tema y un disco muy defendibles y acertados para la época.

sábado, 25 de diciembre de 2021

0359 A Whiter Shade of Pale - Procol Harum

 

A Whiter Shade of Pale, Procol Harum


     Entra en escena una de las canciones que mas éxito comercial ha tenido en la historia de la música, sus creadores: la banda de rock inglesa Procol Harum. La canción es grabada en los Olympic Sound Studios de Londres, y publicada el 2 de mayo de 1967 por el sello discográfico Deram para el Reino Unido y London para Estados Unidos, acompañada en la cara B por Limit Street Blues.

La canción alcanzó el puesto número 1 en la lista de sencillos del Reino Unido, permaneciendo ahí durante seis semanas. En Estados Unidos, y sin mucha promoción, alcanzó el puesto número 5 en el Billboard Hot 100. Se convirtió además en uno de los himnos del llamado Summer of Love de 1967 (Fenómeno social que ocurrió durante el verano de 1967, cuando hasta unas 100.000 personas, en su mayoría jovenes de aspecto e ideología hippie, se congregaron en el barrio de Haight-Ashbury, en San Francisco, y que estuvo marcado por la música hippie, las drogas alucinógenas, el antibelicismo y el amor libre). La canción ha vendido más de 10 millones de copias en todo el mundo y se ha convertido en todo un clásico merced a sus más de 1000 versiones conocidas por otros tantos artistas.

La melodía de la canción, un instrumental derivada de Bach fue compuesta por los miembros del grupo Gary Brooker y Matthew Fischer, y la letra, con unas voces conmovedoras, fue compuesta por otro miembro, Keith Reed. Originalmente los créditos de autoría solo reconocían cómo compositores a Brooker y Fisher, hasta que en 2009 Reed consiguió judicialmente que fuera incluido como coautor del tema. Estructural y temáticamente, estamos ante una canción inusual compuesta únicamente de dos versos con un coro cada uno. 

A Keith Reed se le ocurrió el título y la letra de la canción en una fiesta donde escuchó a alguien decir: "You've turned a whiter shade of pale" / "Te has puesto pálida más blanca", y la frase se quedó grabada en su mente. Según afirmaba el propio Reed, estaba tratando de evocar un estado de ánimo, tratando de contar una historia donde una chica deja a un chico. Se trata de una relación donde hay personajes, donde hay un viaje, no sólo se trata de una serie de frases juntadas, hay una historia con un hilo conductor.

viernes, 24 de diciembre de 2021

0358 - Country Joe and the Fish - Flying high

0358 - Country Joe and the Fish - Flying high 

Country Joe and the Fish fue una banda estadounidense de rock psicodélico formada en Berkeley, California, en 1965. 

La banda fue uno de los grupos más influyentes de la escena musical de San Francisco entre mediados y finales de la década de 1960. Gran parte de la música de la banda fue escrita por los miembros fundadores Country Joe McDonald y Barry "The Fish" Melton, con letras que abordaban de forma directa temas de importancia para la contracultura, como las protestas contra la guerra, el amor libre y el uso de drogas recreativas. A través de una combinación de psicodelia y música electrónica, el sonido de la banda se caracterizó por innovadoras melodías de guitarra e instrumentales distorsionados con órganos que fueron importantes para el desarrollo del rock ácido.

En febrero de 1967, Country Joe and the Fish entraron en Sierra Sound Laboratories para grabar su primer álbum, Electric Music for the Mind and Body, en el cual el primer corte de este álbum es el tema Flying High una representación de un viaje por tierra y aire, que describe su letra. 

Daniel 
Instagram storyboy 

Disco de la semana 255: This is the life - Amy Macdonald


This is the Life (2007) es el título del primer disco de Amy Macdonald, joven cantante escocesa que, seguramente, no esperaba el éxito que consiguió con aquel puñado de buenas canciones, con el que dio el primer paso en firme de lo que hoy es una carrera más que reconocida y solvente. El disco llegó a lo más alto de las listas de Reino Unido y de media Europa, pero curiosamente en España no logró una gran repercusión. Desconozco el número exacto de ventas que obtuvo el álbum en España, pero puedo presumir de ser uno de esos pocos "afortunados" que descubrieron "Esto es la vida" y dejaron que fuera una parte importante de la suya propia.

En mi caso, el descubrimiento fue completamente casual, y me cuesta reconocer que escuché la canción que le da título, en el hilo musical de una cadena de ropa de un centro comercial. El destino es caprichoso, y lo que en principio fue para mí una concesión a regañadientes para contentar a mi chica, se convirtió en la grata experiencia de escuchar a alguien que me sorprendió por la frescura de la combinación de un ritmo acelerado y un cierto toque folk, con un estribillo intenso y pegadizo y una característica voz alejada de los estándares ñoños que habría esperado escuchar entre vestidos veraniegos y chaquetas de entretiempo.

A ella le encantó al instante, y a mí me despertó una más que razonable curiosidad, así que sin que ella se percatara saqué el móvil del bolsillo y dejé que el Shazam hiciera su impagable trabajo en la sombra. Se llamaba Amy, su apellido era Macdonald, y apenas acababa de cumplir veinte años. Su disco de debut se convirtió, pocos días después, en un perfecto regalo sorpresa, que escuchamos por primera vez en un viaje en coche. Desde las primeras notas de Mr Rock & Roll supe que había dado en la diana, pero ella no dio un respingo en el asiento del conductor hasta el siguiente tema, cuando reconoció en This is the Life esa canción perfecta que le había embrujado en aquella tienda.

Canciones intensas y cargadas de venenosa inquina como Poison Prince, o más solemnes e introspectivas como Youth of Today, sobre la pérdida de la inocencia de su generación al enfrentarse a la realidad de la vida, pero todas ellas con el denominador común de haber sido concebidas en los ratos en los que le tomaba prestada la guitarra a su padre. En el coche, fueron sonando temas como Run o Let's start a band, sobre adolescentes que planean formar un grupo y sueñan con llegar un día a tocar en Glastonbury, y entre todos fueron convirtiendo nuestro viaje en una experiencia inolvidable, en la que disfrutamos juntos de esa poción mágica que parece aplicar a sus canciones, que combinan un toque justo de aroma comercial con una instrumentación y una madurez más propias de artistas con mayor experiencia y muchas más velas sopladas.

Y quizá ese sea el único "pero" que le pondría al disco, el no haberse atrevido a salirse del camino y haberse desmadrado instrumentalmente en alguno de los temas. Siguiendo esa combinación exacta y prudente de canción corta y trabajada al punto exacto para triunfar en la radio, Barrowland Ballroom brilla como las anteriores, pero a la altura de L.A el disco empieza a notar el desgaste y a dar signos de agotamiento de la fórmula.

A Wish for Something More levanta el vuelo con su evidente positivismo, y Footballer's Wife parece atisbar una mayor militancia crítica en futuras letras, pero en este caso el tema (la superficialidad de las mujeres de los futbolistas) resulta poco interesante y no deja para la historia un final a la altura de este disco, que desde entonces ha sido parte de la banda sonora de todos y cada uno de nuestros viajes largos en coche. Al principio fuimos dos, y luego fuimos creciendo hasta ser cuatro, y en ese crecimiento fueron cambiando también los discos que escuchábamos, pero siempre hay un ratito reservado a This is the Life. No es un disco perfecto, ni lo tiene que ser. Esto es la vida, ni más ni menos.

jueves, 23 de diciembre de 2021

0357: I Had Too Much to Dream Last Night - The Electric Prunes


 

Antes de adquirir el nombre The Electric Prunes, el grupo se hacía llamar The Sanctions y mas tarde fueron Jim And The Lords, se juntaron por primera vez en marzo de 1965 en Woodland Hills, CA y eran esencialmente un conjunto de covers de surf / garage, grabando versiones de temas clásicos, incluyendo "Long Tall Sally" y "Louie, Louie. Convencido de que la banda no podía escribir sus propias canciones, consiguieron mediante su manager material de las compositoras profesionales Annette Tucker y Nancie Mantz autoras de canciones para otras bandas de la escena de garage californiana como The Brogues, The Vulcanes o The Knickerbockers, y producido por David Hassinger, quien recientemente también había participado en la grabación del álbum Aftermath (1966) de los Rolling Stones. Durante un período de dos años desde 1967 hasta 1969, la banda lanzó cinco álbumes de estudio. El grupo también lanzó una docena de sencillos, algunos álbumes en vivo y una serie de discos recopilatorios. Al final, en la accidentada historia de los Prunes priman las frustraciones frente a los triunfos: el segundo álbum, el mucho más personal Underground, no cuajó, y como símbolo de uno de los trabajos más estrafalarios de la historia del rock queda el tercero, Mass in F minor, un intento de fundir psicodelia y canto gregoriano para el que todas las letras se escribieron en griego o latín. El grupo se separó en 1970, sin embargo, treinta y un años después, la banda se reunió y comenzó a lanzar álbumes de nuevo.

 

Una de sus grandes canciones y con las que se dieron a conocer fue "I Had Too Much to Dream Last Night", una canción que fue originalmente concebida como una balada lenta de piano. Sin embargo, cuando pasaron por sus manos se convirtió en una fantasía de tres minutos, empapada de eco, repleta de guitarras relucientes, pistas fuzz y la misteriosa voz de doble pista de Lowe's. La canción es una obra maestra que define todos los elementos de la música psicodélica en su mayor esplendor. El sonido de guitarra oscilante y de ejecución inversa que se convertiría en una característica de la banda, nunca fue más prominente que aquí, y la letra describe la terrible resaca que sufrimos cuando la chica que amas te ha dejado. La canción, fue incluida en el álbum debut de la banda en 1967 y lanzada como el primer sencillo del álbum. La canción alcanzó el número 11 en las listas del Billboard Hot 100 en 1967 y fue escrita por el equipo de compositores de Annette Tucker y Nancie Mantz. Sin duda "I Had Too Much To Dream Last Night" se ha convertido en la canción insignia de la banda. Sin embargo, la canción no solo ha representado a la banda, se ha convertido en uno de los momentos más relevantes de la era psicodélica de finales de los sesenta.

miércoles, 22 de diciembre de 2021

0356 Down On Me - Big Brother & the Holding Company

 

Down On Me


     el 23 de agosto de 1967 la formación Big Brother & the Holding Company debuta con su disco homónimo. El disco es lanzado bajo el sello discográfico Mainstream Records poco después del éxito de la banda en el famoso Monterey Pop Festival. La discográfica Columbia Records se haría poco después cargo de lo contratos de la banda, relanzó el álbum agregando dos pistas adicionales y puso el nombre de Janis Joplin en la portada. El citado festival y este disco supondrían el inicio del meteórico ascenso en la carrera de Janis Joplin.

Después de realizar para Mainstream Records algunas grabaciones y nada satisfactorias y de lanzar un par de sencillos de escaso éxito durante su estancia en Chicago, la banda regresa a Los Ángeles y entre el 12 y el 14 de diciembre de 1966 graban 10 temas bajo la producción de Bob Shad. El álbum fue un éxito menor, llegando a alcanzar el puesto número 60 en las listas de ventas de Estados Unidos. 

Incluido en el álbum debut de la Big Brother & the Holding Company se encuentra el tema Down on Me, una cancióntra dicional que conó con los arreglos de Janis Joplin. Este tema llegó a alcanzar el puesto número 42 en las listas de ventas del país estadounidense. Down on Me es una canción tradicional de la década de 1920 que habla sobre la libertad. Joplin retocó la canción y creó nuevas letras para el tema, como por jemplo la tercera y última estrofa, donde Joplin nos lanza un mesaje positivo: "Believe in your brother, have faith in man, / Help each other, honey, if you can / Because it looks like everebody in this whole round world / is down on me" (Cree en tu hermano, ten fe en el hombre / ayudanos unos a otros, cariño, si puedes / porque parece que todos en este mundo / me caen mal)

Existe una versión más potente y agresiva que apareció posteriormente en el álbum en vivo publicado a título postumo titulado In Concert, y en la colección de 1973 Janis Joplin's Greatest Hits. Esta versión también fue lanzada como single, alcanzando el puesto número 91 en las listas de éxitos de Estados Unidos en 1972.

La música en historias: Wish you were here - Pink Floyd #MesPinkFloyd

 


Pink Floyd sobrevivió a la agitación de finales de los años sesenta y se fortaleció una vez más a principios de la nueva década. Habían lanzado una serie de álbumes que representaron un fuerte cambio artístico y un salto en la calidad de su período desigual, comenzando con Atom Heart Mother, continuando con el clásico Meddle, tomando un desvío con Obscured by Clouds y finalmente adquiriendo la fama y la fortuna que querían lo que habían deseado desde el principio con su obra maestra, The dark side of the moon. Lo habían conseguido, Pink Floyd ahora eran superestrellas y la pereza se instaló en ellos y las luchas…..Sin embargo, en Wish You Were Here encontramos a Pink Floyd como un grupo unificado, en sincronía entre sí a pesar de la tensión. Ante nosotros solo cinco canciones.


Shine on You Crazy Diamond es su carta de presentación, 13 minutos que se pueden dividir en cinco partes compuesta de espacio y dimensión cinematográfica poblada con ritmos de otro mundo. A diferencia de otra banda, la música de Floyd es un medio visual y cualquiera que la escuche puede explorar paisajes que ninguna banda puede interpretar del todo y te lleva a viajes que solo se puede decir que son alucinógenos espirituales. A) Comienza con una secuencia de sintetizador aireada interpretada por Richard Wright, esta secuencia dura tres minutos hasta el tercer minuto cuando entra David Gilmour con el primer solo de guitarra, Gilmour y Wright tocan sus instrumentos desde el principio con el alma y el corazón. Comienza la segunda parte de la construcción de la canción y se convierte en un crescendo de notas repetidas que tienen un tono casi desesperado, la batería de Nick Masons explota a los cinco minutos y la banda toca un solo que dura un minuto, que es la cosa más apasionada que cualquiera de ellos haya tocado. En el minuto cinco que te das cuenta de lo que es Gilmour en la guitarra, aunque no tan rápido o técnicamente adaptado como Hendrix o Page, Gilmour es capaz de hacer que sus acordes suenen como una voz humana su guitarra chilla con un dolor que no se sentía desde hace mucho, si tu corazón no se conmueve con esto, te sugiero que vayas al médico. Tercer viaje el órgano asume el control mostrando que el teclista era igualmente emotivo con su instrumento como su compañero de banda, antes de marcar el comienzo de la letra en el minuto siete. Cuarta fase, "Recuerda cuando eras joven", comienza Waters mientras comienza a cantar el tributo a su compañero perdido, es cariñoso y canta con pasión y devoción por su amigo, así que cuando comienza el coro de Shine on empiezas a cantar radiantemente con él, la canción se convierte en un bardo para los amigos perdidos y conocidos del pasado, la interpretación nunca pierde su intensidad y su emoción, si no estás llorando por lo que canta este hombre, no eres de carne y hueso. Quinta y última parte, esta vez la banda está acompañada por el saxofonista Dick Perry, quien demuestra ser un buen acompañante para Gilmour y Wright mientras los tres hombres se involucran en un duelo de emociones melancólicas.... Welcome to the machine, recuerdos nostálgicos del adolescente con el saxofón caen pulcramente en una pesadilla de fría maquinaria una cancion que puede asustar con su uso repetido del sintetizador y tonos amenazadores, es implacable en su intención de funcionalidad fría y representa el compromiso del artista como una mercancía en la industria, solo la suave afinación del trabajo de la guitarra acústica de Gilmour en el segundo minuto lo que proporciona alguna sensación de seguridad, pasados los años parece un presagio de como la música pop ha degenerado en nada más que monstruosidades plásticas sin alma.

 

 

 

Have a cigar es la típica canción de rock estándar, o la típica canción de rock que uno podría esperar de una banda que suena como Bach con tecnología. Gilmour decide bajar y hacer boogey al estilo muy blues cuando el músico invitado Roy Harper interviene para cantar, Pink Floyd usan el rock para ser una sátira sobre los males sociales, en este caso haciendo tratos con los gerentes interesados ​​en hacer dinero con su producto. Harper es fantástico, un cantante fantástico y realmente entiende la sátira de interpretar el personaje de los hombres de negocios repugnantes. La banda está haciendo una gigantesca declaración de Fuck you a la industria. Wish you were here, fue quizás lo que más unió a la banda, una llamada a Syd y desear que estuviera allí física y mentalmente, es un número conmovedor y agridulce. Después de un verso de apertura contemplativo, los tambores suenan, las guitarras no cambian, ni siquiera en volumen, pero la canción se ve realzada por el piano de Wright y el bajo de Waters. La voz de Gilmour es resonante y, sin embargo, también se resigna a la inevitabilidad. Después, hay un breve interludio en el que vuelve a entrar la guitarra principal. Wright ocasionalmente decora con el Minimoog, y Gilmour canta sobre sus pistas de guitarra y luego vuelve al redil principal de la canción. Las últimas líneas de la canción son algunas de las más hermosas jamás escritas. La interpretación de Gilmour y la letra de Waters se combinan para crear lo que probablemente sea la candidata a la mejor canción que la banda haya hecho, una oda por los amigos ausentes, con una interpretación realizada desde el mismo corazón. Y de regalo Shine On You Crazy Diamond continua, esta no tiene nada que ver con la primera mitad, sin embargo, sigue siendo estelar y todavía está a la altura de ser una obra maestra. Los últimos tres minutos de Wright están excepcionalmente subestimados, su poder y su impulso siguen siendo brillantes, cada vez que escuchas los momentos finales es como ser conducido a un funeral, los compases se cierran y la reproducción del sintetizador sube como una estrella en el cielo que irradia su última vida. Después de esto, Roger Waters tomaría el control completo de la producción de la banda, esta sería la última pieza que cualquier miembro de la banda escribiera sin su participación. Se erige como un final para Syd Barrett y de la banda como familia, después de esto se hundiría en un espectáculo de un solo hombre……el final de una era.

martes, 21 de diciembre de 2021

0355 Ray Charles - Here We Go Again


0355 Ray Charles - Here We Go Again

Ray Charles tiene una carrera profesional muy amplia, donde ha trabajado con diferentes discográficas. En noviembre de 1959, después de doce años como músico profesional, Ray Charles firmó con la discográfica ABC Records tras la finalizar su contrato con Atlantic Records.

Como Charles había firmado con la ABC como cantante de rhythm and blues, decidió esperar a que su contrato se renovara por tres años antes de experimentar con la música country, aunque quería hacerlo antes. Con la ayuda de Sid Feller, un ejecutivo de la ABC, reunió un conjunto de canciones country para grabarlas.

Y Charles logro editar y lanzar dos álbumes de country en 1962 "Modern Sounds in Country and Western Music" y su continuación "Modern Sounds in Country and Western Music, Vol. 2". Esto amplió el horizonte de su música para el gran público y provoco en ese momento que Charles empezase a atraer más al público blanco. En 1962 fundó su propio sello discográfico, Tangerine Records, que ABC-Paramount promocionó y distribuyó.

Here We Go Again se grabó durante esa fase de la carrera donde de Charles se centró en la interpretación de la música country, así, Here We Go Again era una canción de música country editada por el sello Tangerine ABC-Paramount, pero interpretada al estilo rhythm and blues de Charles. Sin embargo sus trabajos no llevaron el sello Tangerine hasta 1968. Feller, el ejecutivo de la ABC, dejó la ABC en 1965, pero volvió para arreglar el álbum de Charles de 1967, Ray Charles Invites You to Listen, donde Joe Adams produjo y diseñó el álbum, que incluiría Here We Go Again.

Here We Go Again fue publicada por primera vez por Charles en 1967, y Here We Go Again fue escrita por Lanier y Steagall y publicada por la Dirk Music Company. Charles la grabó en los estudios RPM International de Los Ángeles, y la canción figuraba como el sexto de los diez temas de este álbum. A partir de 1987 se incluyó en numerosos álbumes de grandes éxitos y recopilaciones 

Cuando se reeditó Modern Sounds in Country and Western Music en 1988, la canción se añadió como tema extra, también se incluyó en el álbum Ray Charles Anthology de 1988.

Daniel
Instagram Storyboy

Grandes éxitos y tropiezos: Los miembros de Pink Floyd en solitario

 

Hoy las secciones se entremezclan en 7días7notas. En pleno #MesPinkFloyd ha resultado imposible escapar a la tentación de aprovechar este Grandes éxitos y tropiezos para profundizar un poco más en nuestro artista del mes o, para ser más exactos, en las carreras en solitario de cada uno de sus miembros. Todo aquel que descubre a un grupo que le entusiasma, y tras haber escuchado hasta la saciedad todos sus discos, intentará seguir buscando esa luz brillante y quizá ya perdida en los discos posteriores de sus integrantes. Imaginemos que ese grupo es Pink Floyd, y que esa ansiosa búsqueda tiene lugar en nuestra imaginaria y vieja tienda de discos de segunda mano ¿Qué discos de Waters, Gilmour, Barrett, Wright o Mason deberíamos comprar? ¿Cuáles deberíamos evitar? Bien podrían ser éstos:

Estás tardando en comprarlo:

Amused to Death (1992) es la obra maestra de Roger Waters en solitario. Un disco conceptual sobre la estupidez del ser humano, reflejada en su propensión a las guerras y al consumo desmedido, que está a la altura de sus mejores obras con Pink Floyd. De temática parecida es el reciente Is this the life we really want (2017), en la que un Waters más maduro e introspectivo que nunca nos vuelve a regalar una obra de peso.

On an Island (2006) es probablemente la mejor obra en solitario de David Gilmour. Una obra en la línea de The Division Bell, que a su vez es el mejor disco facturado por Pink Floyd tras la marcha de Roger Waters. Un Gilmour maduro y virtuoso nos regala atmosféricos pasajes y talentosos solos de melancólicas guitarras.

Si te queda pasta, llévate también:

Tras dejar Pink Floyd por sus problemas mentales, y aunque su desequilibrio iba cada vez más en aumento, llegó a grabar dos álbumes en solitario, The Madcap Laughs (1970) y Barrett (1970), en los que contó con la colaboración y ayuda de varios de sus ex compañeros. Ambos son obras de culto que suponen una clara continuación del sonido psicodélico de la primera etapa de Pink Floyd, pero son obras intimistas de aire inconexo y difícil escucha, que transmiten el caos y la inestabilidad mental que sufría su autor.

En 1984, en pleno proceso de separación de la banda, Roger Waters lanzó su primer álbum como solista: The Pros and Cons of Hitch Hiking, al que seguiría en 1987 el disco Radio K.A.O.S. Ambos son trabajos interesantes, que siguen la línea conceptual y estilística de discos como Animals o The Final Cut, pero alejados de sus mejores momentos con Pink Floyd.

En paralelo a su participación en Pink Floyd, David Gilmour lanzó dos interesantes discos en solitario. Su disco de debut David Gilmour (1978) y About Face (1984) merecen una revisión a pesar de que, en su momento, no tuvieron apenas seguimiento. El reciente Rattle that lock (2015) tampoco tiene desperdicio, aunque quede también lejos en cualquier comparativa con las grandes obras de la banda.

El último disco de Rick Wright, Broken China (1996), es un disco en la línea atmosférica y conceptual marca de la casa. Una interesante obra sobre la lucha contra la depresión, y una rareza que cuenta con la colaboración de Sinéad O’Connor en algunos temas. 

Vuelve a dejarlo en el expositor:

Nick Mason es el único miembro de Pink Floyd que se ha mantenido a lo largo de toda la trayectoria del grupo, por lo que no tiene discos en solitario, pero sí que firmó los discos Profiles (1985), Life Could Be a Dream (1986), White of the Eye (1987), Body Contact (1987) y Tank Malling (1989) a dúo con Rick Fenn, ex guitarrista de 10cc, pero ninguno de ellos merece ser rescatado en esta búsqueda. Misma suerte correría el disco Nick Mason’s Fictitious Sports, firmado junto a Carla Bley, aunque su labor en el mismo fue casi exclusivamente la de productor.

Un año antes de que Roger Waters le expulsara del grupo, Rick Wright lanzó su primer disco: Wet Dream (1978), un álbum melódico y pausado que se aleja del sonido conceptual de la era Waters, y se acerca a lo que sería Pink Floyd en la época Gilmour (que le repescaría y le devolvería su sitio en la banda). El propio Wright lo calificó de disco simple y poco sólido, así que lo dejaremos de nuevo en el expositor, junto al disco Identity (1984) que hizo junto a Dave Harris del grupo New Romantic.

Si buscas canciones sueltas: Hay muchas y muy buenas, y la lista depende totalmente de cuál sea vuestro músico preferido. Aquí van cinco temas imprescindibles para ir abriendo boca, y ya completaréis vuestra playlist vosotros con el resto:

1. What God Wants (Roger Waters)

2. On an Island (David Gilmour)

3. Perfect Sense (Roger Waters)

4. David Gilmour (Castellorizon)

5. Terrapin (Syd Barrett)

lunes, 20 de diciembre de 2021

La música en historias: Animals, la fábula del #MesPinkFloyd


La Inglaterra de 1976 estaba sumida en un clima de violencia social, inflación y desempleo, que actuaron como caldo de cultivo de nuevos movimientos musicales de carácter nihilista y contestatario como el punk, que no solo rechazó las normativas impuestas por la política y la sociedad, sino que renegó también de los estilos musicales anteriores. Con este panorama, Pink Floyd se convirtió para ellos en el símbolo de un decadente pasado, en un dinosaurio que no encajaba en la nueva escena underground, algo parecido a lo que le ocurría a la vieja central eléctrica de Battersea, que tras haber sido durante décadas uno de los edificios más relevantes de la ciudad, empezaba a estar en desuso y su tamaño y tipo de construcción, con aquellas enormes chimeneas, no encajaban del todo en el nuevo skyline londinense.

Pink Floyd no pasaba además por su mejor momento financiero durante la gestación de Animals. Acababan de estrenar su propio estudio de grabación (Britannia Row), y para reducir los costes en los que habían incurrido recurrieron a equipos de grabación de menor calidad que los que habían tenido en EMI. Eso repercutió en el sonido más áspero y rudo de Animals respecto a los discos anteriores. Al estudio llegaron con bastante material nuevo, que combinaron con dos descartes de Wish you were here, Raving and drooling (que tras muchos cambios acabaría convirtiéndose en Sheep) y You've got to be crazy (germen de lo que finalmente sería Dogs).

Roger Waters aprovechó un momento en el que sentía que la banda se estaba aburguesando, con sus compañeros más ocupados en disfrutar de los placeres de los nuevos ricos (coches deportivos, aviones privados, veleros) y escribió un disco que atacaba todas aquellas contradicciones, vistas desde la ideología proletaria y progresista en la que le había educado su familia. Basándose en el libro Rebelión en la Granja (1945) de George Orwell, creó una fábula protagonizada por perros, cerdos y ovejas representando a las tres clases sociales más representativas de la Inglaterra de aquel momento.

El disco comienza con el único tema suave y acústico que encontraremos en Animals. Dividido en dos breves partes que actúan como intro y final, Pigs on the wind (Cerdos en el viento) es un remanso de calma previa a la tormenta que se desatará en los temas posteriores. Su título engancha con la mítica portada del álbum, en la que un globo con forma de cerdo al que llamaron Algie, sobrevuela la Battersea Power Station en una fotografía tomada en un día nublado. La consecución de la fotografía para la portada está llena de anécdotas, como que el globo se escapó y como medida de seguridad hubo que desviar varios vuelos del aeropuerto de Londres. Varios cazas intentaron localizarlo sin éxito, pues los radares no detectaban el plástico con el que estaba hecho el globo. Algie apareció finalmente en una granja de las afueras, después de, paradójicamente, haber asustado al rebaño de vacas de la granja.

Dogs es uno de los temas centrales del disco, diecisiete minutos de oscuridad y cinismo, denunciando a la clase formada por los perros, rabiosos guardianes del sistema y su opresión despiadada. La alternancia vocal entre Gilmour y Waters contribuye a la atmósfera de división del tema, y los solos de Gilmour potencian la intensidad y la crudeza de esta distópica y brillante pieza.

Los perros están al servicio de los cerdos, la clase dominante de este ácido y oscuro cuento. En Pigs (Three different ones) se describen tres subclases bien diferenciadas: Las grandes corporaciones, cerdos que controlan realmente al país en la sombra, los políticos que les sirven a sus oscuros propósitos, y los adinerados moralistas y las figuras religiosas que, en posesión de la verdad, esparcen la doctrina de los cerdos y lavan el cerebro de las sometidas ovejas. Impulsada de nuevo por los solos de Gilmour, y los apocalípticos salmos de la voz de Waters distorsionada por el vocoder, es el segundo momento álgido del álbum.

Sheep es la canción en la que se ofrece al oyente el gris retrato de la vida de la clase trabajadora, las ovejas de este alegato musical y proletario. Pese a trabajar sin descanso, ven como el dinero solo les alcanza para lo justo, mientras los cerdos se enriquecen a su costa, y los perros abortan violentamente cualquier intento de las ovejas por levantarse en contra del sistema establecido. Lo más crudo de este tema es que acaba sin ofrecernos una luz al final del túnel.

La melancolía del segundo tramo de Pigs on the wind, con el que se cierra el disco, parece reafirmar que todo ha vuelto al principio. El cerdo a contar los billetes, el perro a morder a quién se atreva a salirse de la fila, y la oveja a su rutina y su triste vida gris de cada día, al tiempo que Waters, Gilmour y compañía volvieron a sus contradicciones y sus coches, sus aviones y sus veleros. Cuando, en 2016, pasé una temporada viviendo y trabajando en Londres, la Battersea Power Station seguía irguiéndose majestuosa a la orilla del Támesis, y aunque nunca llegó a ser un lugar de referencia y de visita a la altura del mundialmente conocido Abbey Road, yo no falté a mi obligada cita con la vieja central, para intentar replicar la foto del disco.

Para mi sorpresa, no fue posible obtener esa preciada instantánea en las mejores condiciones, porque todo el edificio estaba en remodelación y los andamios rodeaban las vetustas chimeneas como una hiedra venenosa. Hoy en día, está previsto que albergue apartamentos de lujo, pero el viejo edificio de ladrillo rojo espera paciente y en silencio a que, un buen día, el cerdo Algie aparezca y la sobrevuele de nuevo, denunciando desde el aire que la eterna rebelión sigue aún pendiente.