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lunes, 30 de septiembre de 2024

Sleepwalker - The Kinks #mesTheKinks



Cerramos el #mesTheKinks con su decimosexto álbum de estudio, "Sleepwalker" (1977), que si bien no es una de las obras maestras de su discografía, si que es un disco interesante por marcar un regreso a las canciones de rock directas con las que comenzaron su carrera, y a una estructura estándar de banda de cuatro miembros, sin el aderezo de coristas o secciones de metales. Este radical regreso a los orígenes incluyó también el abandono de las historias conceptuales y las estructuras teatrales de sus discos anteriores, que les había proporcionado tan buenas críticas como paupérrimos réditos comerciales. En su lugar, se lanzaron a un efectivo "rock de estadios", más convencional y comercial, con el que rellenar un poco las maltrechas arcas del grupo.

"Sleepwalker" es también el primer álbum publicado con la discográfica Arista, y el último álbum de The Kinks con el bajista John Dalton, quien dejó la banda durante las sesiones de grabación, cansado de la ajetreada vida del grupo y queriendo dedicar más tiempo a su familia, pero su bajo está aún presente en todas las canciones del álbum salvo en "Mr. Big Man", el último de los más de veinte temas que se llegaron a grabar para el disco entre mayo y diciembre de 1976. De todos ellos, solo nueve terminaron dando forma definitiva a "Sleepwalker".

Entre las primeras canciones que se grabaron estaba "Life on the Road", canción de arranque melancólico y posterior desarrollo en clave de rock de ritmo desenfadado y pegadizo con el que da comienzo "Sleepwalker". Le sigue la ya mencionada "Mr. Big Man", tema de rock más oscuro e introspectivo en el que Andy Pyle sustituye al por entonces ya ausente John Dalton, en una de las piezas musicales más acertadas del disco. Sin tiempo para la pausa, llega el turno de "Sleepwalker", la canción que da título al disco, y una de las más alegres y pegadizas. Con riffs y solos efectivos, es otro de los momentos más comerciales y directos del álbum. Publicada como single, alcanzó el puesto 48 del Billboard Hot 100 estadounidense, entrando en esa privilegiada lista por primera vez desde que lo hicieran con el single de "Apeman" en 1970. 

Otra de las primeras canciones en ser grabadas para el disco fue "Brother", la balada con la que cierra la primera cara de "Sleepwalker", un tema que se llegó a plantear como single, pero acabaron descartando esa idea por tener cierto parecido con el "Bridge over Troubled Water" de Simon and Garfunkel. Sí que salió publicado como single el siguiente tema del disco, "Juke Box Music", una animada canción al más puro estilo Elton John, que no logró entrar en el Billboard Hot 100. Es el tema más animado de una cara B más melódica y menos impactante, con temas correctos como "Sleepless Night" (en la que la voz y la música recuerdan al Paul McCartney de los tiempos de Wings), la balada taciturna Stormy Sky, el tema de aire country rock "Full Moon" (publicado como cara B en el single de "Sleepwalker") o el melódico cierre de disco que es "Life Goes On", un tema en el que los hermanos Davies nos dicen en tono positivo que hay que mirar hacia adelante y que "la vida continúa".

No deja de ser una verdad como un templo, pero habría sido más fácil que la vida siguiera su curso sin el sentimiento de nostalgia de los Kinks de "Lola vs Powerman", "Arthur" o "The Kinks are the Soul Preservation Society" que nos deja la escucha de un disco como "Sleepwalker". Pero "La vida continúa", y en 7días7notas lo haremos dedicando el mes de octubre a los mejores discos de Joe Satriani, genial guitarrista que seguro nos saca de la nostalgia por el final del verano y por aquellos gloriosos Kinks de antaño.

domingo, 15 de septiembre de 2024

The Kinks - The Kinks Are the Village Green Preservation Society (Mes The Kinks)



"The Kinks Are the Village Green Preservation Society" es el sexto álbum de estudio de la banda de rock británica The Kinks. Lanzado en noviembre de 1968, es considerado por muchos como el primer disco conceptual de la historia, o un precursor temprano de ese tipo de discos, porque la realidad es que el término "álbum conceptual" no existía en el momento en el que esta obra maestra de The Kinks fue lanzada, y el propio Ray Davies quitó hierro a esta honorífica etiqueta, refiriéndose a "The Kinks Are the Village Green Preservation Society" como un álbum que "no era una historia, sino un hilo emocional".

Fue el primer álbum producido íntegramente por su líder Ray Davies, y el último disco de The Kinks grabado por su formación original, antes de que el bajista Pete Quaife abandonara la banda en 1969. También fue el último disco en el que el reputado músico de sesión Nicky Hopkins colaboró con el grupo, con memorables contribuciones al piano y el mellotron. Estas particularidades ya lo convertirían en un disco relevante desde un punto de vista histórico para los fans de la banda, pero lo que de verdad hace grande a "The Kinks Are the Village Green Preservation Society" es la sorprendentemente unitaria temática de sus canciones y el impresionante despliegue de estilos musicales que The Kinks ponen sobre la mesa, con predominio de estructuras del pop y el rock, pero con poderosas referencias estilísticas del folk, el blues, el music hall, el calipso y la psicodelia.

Ray Davies centró el disco en la temática central de la preservación de las costumbres y la cultura inglesa, que a su juicio se estaban perdiendo en beneficio de una innecesaria modernización y de un excesivo e inexplicable interés olvidar la tradiciones y abrazar todo que viniera de Estados Unidos o del continente europeo. Con ese punto de partida, concibió el álbum como una serie de nostálgicas historias y personajes inspirados especialmente en "Under Milk Wood", un drama radiofónico de Dylan Thomas emitido en 1954 en el Reino Unido, que retrataba un día normal en la vida de los habitantes de un pequeño pueblo de Gales, en la novela de George Orwell de 1939 "Coming Up for Air", y en la novela de 1925 "El gran Gatsby" de F. Scott Fitzgerald.


La grabación del disco se realizó en los estudios Pye Londinenses, con la banda aprovechando cualquier horario en el que estuvieran libres, lo cual sucedía casi siempre a última hora de la tarde o a medianoche. La producción de "The Kinks Are the Village Green Preservation Society" destacó por su sobriedad y escasez de adornos, con un sonido que por momentos recuerda a los de una grabación de demos, y que sin embargo incluyó una amplia gama de instrumentos como el mellotron, la armónica, el clavecín, la flauta o una sección de cuerdas, que se unían a los habituales de batería, bajo, piano y guitarras. Tras muchas y muy productivas sesiones, a mediados de agosto de 1968, los Kinks grabaron la última canción, "The Village Green Preservation Society", que completaba lo que iba a ser un LP de doce pistas, y que acabó dando nombre al disco. Sin embargo, en el último momento Ray Davies pidió que se detuviera la producción del álbum y se retrasara su lanzamiento, al parecer porque quería transformarlo en un disco doble con veinte canciones. Finalmente el sello discográfico rechazó esta propuesta por no considerarla rentable, pero aceptó que el disco se lanzara como sencillo con quince canciones. The Kinks grabaron entonces las canciones "All of My Friends Were There", "Big Sky" y "Last of the Steam-Powered Trains", completando por fin el álbum.

El disco comienza con "The Village Green Preservation Society", el himno principal del álbum y una auténtica declaración a favor de la defensa y preservación de las cosas bellas del pasado, entre las que se mencionan específicamente el vodevil, la medalla George Cross y sus destinatarios y la cerveza de barril, entre otros. El ritmo se basa en un ritmo de batería predominante y en un efectivo piano acompañando a las armonías vocales de los dos hermanos Davies. Le sigue el tema "Do You Remember Walter?", que arranca con un gran redoble de batería y que, sobre un ritmo de bajo y piano, va disparando una letra inspirada en un encuentro de Ray Davies con un amigo de la infancia, al que recordaba de una manera idealizada, y al coincidir años después se da cuenta de que ya no tenían nada en común. En "Picture Book", uno de los temas que más destaca musicalmente en "The Kinks Are the Village Green Preservation Society" por su efectiva mezcla de guitarras acústicas y eléctricas, los Kinks nos cuentan la nostálgica historia de un anciano mirando un viejo álbum de fotos. Tras este gran tema, llega el turno de "Johnny Thunder", inspirada en la película de 1953 "Salvaje" de László Benedek y protagonizada por Marlon Brando, que estuvo prohibida por la censura británica hasta 1968. En la canción, una pieza de corte rockero que combina ritmos de guitarras acústicas con melodías eléctricas, Johnny Thunder es también un rudo motociclista que se rebela contra el orden establecido.

"Last of the Steam-Powered Trains" fue la última canción que Ray Davies compuso para el álbum, con una letra que describe un antiguo tren de vapor, relegado ahora a pieza de museo. Para la música, el grupo se basó en el riff del éxito de 1956 de Howlin' Wolf "Smokestack Lightning". A continuación suena "Big Sky", otra de las tres canciones con las que se completó el disco a última hora. Ray Davies la compuso en el balcón de un hotel, inspirado por un grupo de ejecutivos que caminaban bajo el balcón en el momento en el que el sol salía en el horizonte. Algunas teorías sobre el significado de la canción compararon la parte recitada con la voz de Dios, mientras que Dave Davies dijo que su hermano estaba simplemente imitando a Burt Lancaster. Tras este curioso tema, "Sitting by the Riverside" supone un cambio musical relevante, con su efectiva combinación de piano honky-tonk y del mellotron imitndo el sonido de un acordeón. La canción alterna momentos de calma y tranquilidad con tramos de sueño agitado, representados por un tumulto creciente que recuerda a los tramos orquestales del "A Day in the Life".

La segunda cara comienza con "Animal Farm", en la que destaca la aparición de una sección de cuerdas y cuyo título recuerda a otra obra del ya mencionado George Orwell ("Rebelión en la granja", 1945), pero con una temática que nada tiene que ver con esa novela, y que por el contrario defiende las bondades de vivir en una granja. la percusión añadida y un prominente piano de tachuelas. En "Village Green" las cuerdas hacen de nuevo su aparición, apoyando musicalmente una historia en la que los protagonistas (Tom y Daisy) llevan los nombres de los personajes de "El Gran Gatsby". Se trata de la canción más antigua de "The Kinks Are the Village Green Preservation Society", ya que Ray Davies la compuso en agosto de 1966, en mitad de una gira por la Inglaterra rural. En una de sus visitas a un tradicional pub inglés, sufrió la gran decepción de comprobar que la cerveza se almacenaba en un barril de metal, en lugar de en el clásico barril de madera, y la temática de "Village Green" sobre la nostalgia y declive de los pueblos tradicionales le vino entonces a la cabeza. El protagonista, abrumado por los cambios y la modernidad, recuerda a su amada Daisy, y jura volver para revivir los recuerdos del pasado. La música complementa a la perfección este sentimiento de añoranza del pasado, con instrumentos barrocos como el clavicémbalo (interpretado por Nicki Hopkins) y los arreglos orquestales de oboe, violonchelo, viola y flautín.

"Starstruck" fue el único single del álbum (y solo en Estados Unidos y Europa), con el tema "Picture Book" como cara B, y es un homenaje a bandas Motown como los Four Tops y los Temptations. Su conexión con la temática de exaltación de la vida rural está en una letra que alerta sobre los peligros de la vida en la gran ciudad. Tras este buen tema, escuchamos una intro de mellotron imitando el sonido de una flauta, con la que da comienzo "Phenomenal Cat", con una letra sobre un gato volador que, tras viajar por todo el mundo, decide retirarse a vivir tranquilo y comer en abundancia. No menos sorprendente es el estilo de music hall de "All of My Friends Were There", con un galopante órgano y un ritmo alocado y caótico, e inspirada en la sensación de vergüenza que Ray Davies pasó al tener que dar un concierto estando enfermo, al saber que no había estado a la altura y que sus amigos habían ido a verle esa noche.

"Wicked Annabella" es la única canción del disco en la que la voz principal corre a cargo de Dave Davies, cantando sobre una malvada bruja llamada Annabella, en lo que es todo un cuento psicodélico con moraleja incluida (es mejor que los niños se queden en el pueblo y no se adentren en el peligroso bosque). Musicalmente, el riff principal recuerda a la canción "Light my Fire" de los californianos The Doors, y es la pieza psicodélica del álbum, en la que probablemente sea la única incursión de The Kinks en ese terreno musical en toda su trayectoria. Un nuevo giro estilístico se produce en "Monica", un tema al más puro estilo calipso, mezclando ritmos caribeños y de jazz con guitarras acústicas y teclados, y con una cuidada letra (para evitar prohibiciones en las radios) que habla de una prostituta, inspirada en uno de los personajes de "Under Milk Wood" de Dylan Thomas. Es la antesala del final del disco, y la designada para tal fin es "People Take Pictures of Each Other", una afilada sátira contra las personas que están continuamente haciéndose fotografías (quizá los turistas que tanto le molestó ver en mitad de la Inglaterra más tradicional y profunda) a todas horas y en todos lados, como si con ello fueran a conseguir "preservarse" para la eternidad

Pese a los elogios recibidos de la prensa y la crítica especializada, y a que el lanzamiento del disco se planificó estratégicamente para que coincidiera con las Navidades, la casualidad jugó en contra de "The Kinks Are the Village Green Preservation Society", y su publicación coincidió con la del "White Album" de The Beatles y el "Beggars Banquet" de The Rolling Stones, y sus ventas se vieron totalmente ensombrecidas por las de estos otros dos monumentales discos. Al conocer esta circunstancia, Ray Davies dijo que "tendríamos suerte si llegáramos a vender 100.000 copias", y el tiempo no le quitó la razón hasta la década de los noventa, cuando grupos emergentes de la talla de Blur y Oasis clamaron a los cuatro vientos que "The Kinks Are the Village Green Preservation Society" era un disco de referencia y una enorme fuente de inspiración para ellos. Tal fue el resurgimiento que este apoyo proporcionó al disco, que con las sucesivas reediciones y versiones ampliadas que se publicaron, acabó convirtiéndose en el álbum más vendido de The Kinks en el Reino Unido. Y así fue como, aunque los turistas siguieron turbando la tranquilidad de los pequeños pueblos rurales con su cháchara y sus fotos, y ya nunca más las cervezas se volvieron a almacenar en barriles de madera, la ilustre "Sociedad para la Preservación Verde del Pueblo" acabaría por fin triunfando y siendo reconocida en todo el mundo.

martes, 14 de febrero de 2023

0775.- Lola - The Kinks


“La conocí en un club del viejo Soho, donde bebes Champagne y te sabe a Coca-cola... Se acercó a mí y me preguntó si quería bailar, le pregunté su nombre y con voz grave me dijo Lola..." Su nombre completo, o más bien el del disco, era Lola Versus Powerman and the Moneygoround, Part One (1970)​, la impresionante obra conceptual que The Kinks entregaron como octavo álbum de estudio. Pero todos la conocían por su nombre de pila: Lola, el título de su single más relevante y su mayor éxito desde Sunny Afternoon o el archiconocido You really got me.

Lola fue uno de los primeros temas que se grabaron para el disco, y las sesiones de grabación fueron complejas e interminables, hasta que lograron conseguir el particular sonido que estaban buscando para la canción. Lo lograron tras una visita de Ray Davies a una tienda de instrumentos musicales londinense, a la que fue buscando la guitarra Martin que quería para la canción. Allí, además de la guitarra, encontró un viejo dobro de los años 30, que combinado con la guitarra y una fuerte compresión dio como resultado el sonido tan característico del que sería su mayor hit. Lola es brillante en sonido, pero destaca además en lo audaz de la letra para la época, narrando un encuentro romántico con una chica que resulta ser un chico travestido: "Bueno, no soy idiota, pero no puedo entender por qué ella habla como un hombre, y anda como una mujer..." 

La Lola de los Kinks es el personaje más honesto y humano de todos los que pueblan el disco, el ninot que salvan de la quema y se quedan consigo: "Bueno, no soy el hombre más masculino del mundo, pero sé lo que soy, estoy satisfecho de ser un hombre y también Lola..." Y Lola se lo agradeció con un éxito descomunal como sencillo, llegando a los primeros puestos de las listas británicas y al noveno del Billboard estadounidense (en una versión en la que en la letra sustituían "Coca-Cola" por "Cherry-Cola" para evitar contenciosos con la marca de refrescos y que pudiera ser emitida en la BBC). Un tema sin duda apasionante... "Aunque, bueno, no soy el tipo más apasionado del mundo, pero cuando miré a sus ojos, casi caí por mi Lola, la-la-la-la Lola..."

miércoles, 14 de septiembre de 2022

0622.- Victoria - The Kinks



Victoria es la canción que The Kinks escogieron como arranque de su obra conceptual Arthur (Or the Decline and Fall of the British Empire) (1969), el séptimo álbum de estudio de la banda, y también como su principal single. El disco al completo iba a ser la banda sonora de un programa de Granada Television, y en ese sentido tanto Victoria como el resto de las canciones mantenían un hilo argumental que se desarrolló junto al novelista Julian Mitchell.

Inspirada en la vida en Inglaterra durante la era victoriana, la canción de Ray Davies es una mordaz y satírica descripción de las diferencias entre clases de la época, la hipocresía y adulación de la clase alta y las vanas esperanzas de libertad de las clases oprimidas, que sin embargo están dispuestas a morir por su país. Al cancelarse el proyecto de programa televisivo, siguieron desarrollando la temática del disco, que a través de la vida de un personaje inventado llamado Arthur Morgan, instalador de alfombras, va relatando la evolución de la sociedad británica desde la mencionada era victoriana hasta su hipotético derrumbamiento final. 

La canción comienza con un riff de guitarra, en clave de blues eléctrico y rock, pero la canción va creciendo hasta convertirse en una exuberante pieza con arreglos de metales. Las críticas a Victoria y al álbum fueron muy positivas, pero solo el sencillo de Victoria alcanzó unas ventas satisfactorias, devolviendo al grupo al Billboard estadounidense después de dos años de ausencia, y llegando hasta el puesto 62.​ El álbum solo pudo llegar al puesto 105 del Billboard, la posición más alta conseguida por un álbum del grupo en Estados Unidos desde 1965, pero Arthur no fue profeta en su tierra, y no consiguió entrar en las listas del Reino Unido.

martes, 8 de febrero de 2022

0404.- Waterloo Sunset - The Kinks



Waterloo Sunset ("Anochecer de Waterloo") es uno de los temas más famosos e universales de la banda británica The Kinks. Su temática local y cercana (el paseo de dos amantes por un puente del Támesis, hacia la estación de Waterloo), la convirtieron además en todo un himno del modo de vida y el orgullo británico, hasta el punto de ser una de las canciones elegidas para ser interpretada en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Londres en 2012.

Lanzada como single en mayo de 1967, e incluida en Something Else, el sexto álbum de estudio de la banda, se convirtió en uno de los éxitos más grandes del grupo en el Reino Unido, y se vio además impulsada por el rumor de que los dos amantes estaban inspirados en personalidades reales del momento, en concreto la relación entre los actores Terence Stamp y Julie Christie, lo cual fue posteriormente negado por Ray Davies, compositor de la canción, desmontando aquel castillo de naipes mediático al desvelar que la misteriosa pareja estaba formada, en realidad, por su hermana y su novio.

La grabación de la canción no fue especialmente compleja, pese a que dedicaron muchas horas a la búsqueda de un nuevo sonido para las guitarras, que le diera al tema un toque diferencial con respecto a otras grabaciones anteriores de la banda. Lo consiguieron utilizando efectos de eco, al estilo del que se empleaba en los viejos hits del rock and roll de los años cincuenta, que aplicados a la estructura de su canción, le dieron el componente de novedad y distinción que habían estado buscando para la descripción de un amanecer tan bello como el que puede verse desde un puente del Támesis, cerca de la estación de Waterloo.

viernes, 19 de noviembre de 2021

0323: Sunny Afternoon - The Kinks


Sunny Afternoon, incluida en el disco Face to face de The Kinks, es una canción hermanada en temática con el Taxman de The Beatles, denunciando los altos niveles de impuestos aplicados por el gobierno británico de la época. A diferencia del toque rockero y áspero de la canción de los de Liverpool, la canción de The Kinks da un giro hacia el music hall y el cabaret, una línea de progresión en la que profundizarían después en sus discos conceptuales más reconocidos (The Village Green Preservation Society, Arthur y, en menor medida, Lola vs. Powerman).

La canción nace en un momento en el que Ray Davies afrontaba una enfermedad pasajera. La sensación de sentirse mal y estar encerrado en casa sin hacer nada le llevó a escribir la letra, sobre un aristócrata en decadencia que se había peleado con su novia tras una noche de borrachera. La grabación del tema fluyó de manera rápida y sencilla, cuando el bajista empezó a tocar unos breves y divertidos ritmos clásicos, y Nicky Hopkins, que estaba tocando el piano en esa sesión, le siguió el juego al mando de las teclas, generando el embrión de lo que sería la desenfadada atmósfera musical de la versión definitiva.

El decadente y alcohólico aristócrata no estaba, a pesar de todo, exento de carisma. Lanzado como single el 3 de junio de 1966, Sunny Afternoon alcanzó el nº 1 de la listas de singles del Reino Unido y de Irlanda en poco más de un mes. En Estados Unidos no llegó tan alto, quedándose en un honroso puesto 14 del Billboard Hot 100. No está nada mal para la historia de un tipo sin horizonte ni esperanza, sumergido en el mar de la pereza en una tarde soleada.

viernes, 8 de octubre de 2021

Disco de la semana 244: Lola vs Powerman & Themoneygoround, The Kinks


“La conocí en un club del viejo Soho, donde bebes Champagne y te sabe a Coca-cola... Se acercó a mí y me preguntó si quería bailar, le pregunté su nombre y con voz grave me dijo Lola..."
Su nombre completo, o más bien el del disco, era Lola Versus Powerman and the Moneygoround, Part One​, la impresionante obra conceptual que The Kinks entregaron como octavo álbum de estudio. Pero todos la conocían por su nombre de pila: Lola, el título de su single más relevante y su mayor éxito desde Sunny Afternoon o el archiconocido You really got me.

"No soy el tipo más fuerte del mundo, pero cuando me abrazó casi me rompe la columna. Oh mi Lola... Realmente, ese es el efecto que la fuerza satírica del disco ejerce contra las diferentes disciplinas del mundillo musical del momento, una auténtica patada en la espalda de una industria discográfica plagada de personajes oscuros y venenosas serpientes de diferentes colores: Ejecutivos y contables, críticos y periodistas, editores y sindicatos. Canción a canción, ninguno de ellos escapa a la afilada sátira y la crítica mordaz de los hermanos Davies y compañía.

Grabado en 1970 en los Estudios Morgan en Willesden (Londres), el disco se beneficio de la inclusión en sus filas del teclista John Gosling, y de la libertad creativa que suponía grabar en un estudio independiente. La sensación de trabajar sin barreras impregnó desde el principio el sonido de las primeras grabaciones, entre las que estaban ya temas como Powerman, Got to be free o la propia Lola, y fruto de ello el disco es un gran despliegue de estilos, principalmente el rock, el folk y los característicos toques de music hall británico, que tan bien se presta a la ironía y la sátira de las letras de The Kinks.

El disco arranca en una sorprendente línea folk, con una breve introducción de voz, banjo y guitarra del Got to be free que cerrará el disco, abruptamente interrumpida por el rotundo riff de The Contenders, la primera de las gemas eléctricas del disco, aunque combine en sus cambios con tramos más pausados y acústicos. En esa línea acústica y sosegada va también Strangers, con cierto toque a The Band, mientras que en Denmark Street, diatriba sobre los editores de discos, aparecen los primeros guiños de teclado barroco y ambiente de music hall. La balada Get back in the line es una visión satírica sobre el papel del responsable del sindicato, que decide quien trabaja y quién debe "volver a la fila" de la oficina de empleo, y la última canción de un brillante bloque que funciona como eficaz ágape previo al suculento banquete que está por venir con Lola, el hit estelar del disco y merecedora de un capítulo aparte.

Lola fue uno de los primeros temas que se grabaron para el disco, y las sesiones de grabación fueron complejas e interminables, hasta que lograron conseguir el particular sonido que estaban buscando para la canción. Lo lograron tras una visita de Ray Davies a una tienda de instrumentos musicales londinense, a la que fue buscando la guitarra Martin que quería para la canción. Allí, además de la guitarra, encontró un viejo dobro de los años 30, que combinado con la guitarra y una fuerte compresión dio como resultado el sonido tan característico del que sería su mayor hit. Lola es brillante en sonido, pero destaca además en lo audaz de la letra para la época, narrando un encuentro romántico con una chica que resulta ser un chico travestido: "Bueno, no soy idiota, pero no puedo entender por qué ella habla como un hombre, y anda como una mujer..." 

Por si sola ya es brillante y atemporal, pero en el contexto del álbum su significado y su valía crecen de manera exponencial. En un disco plagado de personajes oscuros y cruelmente satirizados, la Lola de los Kinks es el personaje más honesto y humano de todos, el ninot que los Kinks salvan de la quema y se quedan consigo: "Bueno, no soy el hombre más masculino del mundo, pero sé lo que soy, estoy satisfecho de ser un hombre y también Lola..." Y Lola se lo agradeció con un éxito descomunal como sencillo, llegando a los primeros puestos de las listas británicas y al noveno del Billboard estadounidense (en una versión en la que en la letra sustituían "Coca-Cola" por "Cherry-Cola" para evitar contenciosos con la marca de refrescos y que pudiera ser emitida en la BBC).

La crítica sibilina del disco sigue su curso en la divertida y enérgica Top of the Pops, sobre los programas de actuaciones musicales de la época, la prensa y la manera en la que convertían canciones en éxitos. Después le llega el turno de pasar por la guillotina verbal a los contables y directivos de las discográficas en The Moneygoround, segundo tema en clave de cabaret y music hall, antes de regalarnos uno de los momentos álgidos del disco en This Time Tomorrow. Una melancólica revisión de la vida del músico en la carretera, a medio camino entre acústica y eléctrica, con brillantes armonías vocales y un mensaje de desorientación y desarraigo que, como buen disco conceptual, encadenan con la temática del siguiente tema, la nostálgica balada A long way from home (Muy lejos de casa).

El último tramo del disco vuelve a la senda rockera en temas de guitarras afiladas como Rats, y la sátira se mantiene intacta en canciones como Apeman, un tema de aires tropicales y planteamientos algo cómicos, que se convirtió en el segundo single del disco, para el que tuvieron que regrabar la frase "the air pollution is a-foggin' up my eyes" ("la polución del aire está nublando mis ojos") porque "Fogging" se confundía con otra palabra que empieza con "F". Tras un psicodélico arranque de sitar, Powerman se destapa como otro de los temas de cadencia hard rock del disco. Y no uno cualquiera, porque está entre las canciones más desarrolladas e impactantes del álbum, y funciona como potente y falsa coda final, antes de cerrar el disco como lo empezaron, con el calmado country-folk de Got to be free (Tenemos que ser libres).
 
Libres de abusivos contratos discográficos, de la avaricia desmedida de contables y directivos que solo quieren llenarse los bolsillos a costa de los músicos, de las excesivas limitaciones impuestas por los sindicatos, y de las interminables giras, plagadas de carreteras secundarias y moteles de mala muerte en los que acabas planteándote qué demonios estás haciendo allí, y lamentando estar tan lejos de tu casa, dónde quizá te esté esperando un hombre o una mujer importante en tu vida. Esa es la historia detrás de la lucha de Lola contra Powerman y Themoneygoround. Un disco apasionante... "Aunque, bueno, no soy el tipo más apasionado del mundo, pero cuando miré a sus ojos, casi caí por mi Lola, la-la-la-la Lola..."