Mostrando entradas con la etiqueta Primal Scream. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Primal Scream. Mostrar todas las entradas

viernes, 27 de agosto de 2021

Disco de la semana 239: Riot City Blues - Primal Scream

 

Actitud rockera, ritmo de guitarras, estribillo pegadizo y hasta un tramo de mandolinas y banjos abren en Country Girl un disco atípico de los escoceses Primal Scream, que ya habían avisado en 1994 con Give out but don't give up (lleno de temas que fusionaban el rock de estadios con referencias funk) de su eclecticismo y su total despego por seguir una línea estable y definida como la que les proporcionó el éxito y el reconocimiento mundial con el electrónico y house Screamadelica (1991). El cambio no fue bien recibido por los fans y críticos más ortodoxos del grupo, pero este Riot City Blues es una destacable y fresca colección de temas de blues rock con sabor a clásicos, y con guitarras y ritmos que nos recuerdan a los mejores Rolling Stones en temas como Nitty Gritty.

Suicide Sally & Johnny Guitar comienza con rasgueos acústicos, pero desde el primer momento se intuye la explosión que va a seguir a la solitaria guitarra. Otro estribillo pegadizo y efectivo, y un áspero e intenso solo de guitarra nos mantienen enchufados al poder del grito primario, antes de sumergirnos en la crepuscular y apocalíptica When the bomb drops, un tema en el que bajan levemente el ritmo pero en el que se ponen algo más serios que en el arranque del disco.

Con Little death transitan terrenos más lisérgicos y experimentales, recordando en el arranque y por momentos al The End de The Doors, pero en The 99th floor el blues rock de ferrocarril desatado y carretera polvorienta vuelve a supurar energía, volviendo a la senda predominante del disco. Le sigue sin apenas respiro We're gonna boogie, un blues clásico de ritmo repetitivo y constante, con una pegajosa armónica que de nuevo nos traslada a los discos de los Stones de los sesenta. 

Inquietos como siempre, no se resisten a jugar con referencias rítmicas al glam rock de T. Rex en Dolls, uno de los singles del disco junto al ya mencionado Country Girl, para virar a continuación al country - blues de violines y banjos en Hell's coming down, y cerrar un buen disco con la calma de las armónicas, los teclados taciturnos y los coros femeninos de Sometimes I feel so lonely, el tercer single que se publicó del álbum, y una de sus mejores canciones. Una guinda soberbia para un disco que no sería arriesgado para un grupo de blues rock al uso, pero que es una auténtica demostración de genio y versatilidad para una banda que subió a lo más alto con propuestas más cercanas al dub, el house o la música electrónica. Pero Riot City Blues tenía que ser así, porque tras todo grito primario, siempre hay un breve momento en el que, para bien o para mal, nos quedamos boquiabiertos.