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viernes, 18 de agosto de 2023

Disco de la semana 340: Gran Turismo - The Cardigans



El cuarto disco de estudio de los suecos The Cardigans, supuso un cambio de registro importante en el registro habitual de la banda, y su propuesta de oscuro pop rock electrónico les catapultó al éxito internacional. Gran Turismo (1998) combina a la perfección cierta frialdad electrónica, con la sensual y emblemática voz de su cantante y líder Nina Persson. Dentro de una discografía algo corta pero bastante completa e interesante, quizá no estemos ante el mejor de sus discos, pero es innegable que es el más arriesgado de todos ellos, y el que les puso en lo más alto, consiguiendo hasta siete nominaciones a los premios Grammy de 1999, y vendiendo más de tres millones de copias en todo el mundo.

El título de "Gran Turismo" hace referencia a la propuesta de cambio y de viaje musical que The Cardigans estaban ofreciéndole al oyente a lo largo de once novedosas canciones, un viaje en el que la banda estaba también buscando su propia identidad y destino. Jugaron con la idea de un título en francés o en italiano, y a partir de esa idea llegaron al concepto de "Gran Turismo", en referencia a la propuesta de cambio y de atmósfera con respecto a sus discos anteriores y a sus raíces e influencias nórdicas, con la que ellos mismos se sentían también como turistas en pleno proceso de descubrimiento de otros lugares musicales.

El viaje comienza con Paralyzed, con la sugerente e intensa voz de Persson arropada por un ritmo industrial y atmosféricos sonidos electrónicos, dejando claro que el cambio va en serio, y no va a ser precisamente paulatino ni edulcorado. Le sigue una de las mejores canciones del disco, Erase / Rewind, y uno de los tres singles que se lanzaron del disco. Más convencional y menos electrónica, es un hit redondo y de mayor gancho comercial, construido a partir de la sugerente voz de Nina y la efectiva guitarra de Peter Svensson, y que juega en la letra con el concepto de cambio con el que nació "Gran Turismo": "Borra y rebobina, porque estoy cambiando mi forma de pensar".

Explode retoma las atmósferas minimalistas y electrónicas de Paralyzed, en un tono de balada más apagada pero no menos brillante, en uno más de los momentos acertados del disco, con Nina debatiéndose entre "explotar o implosionar". No termina de hacer ni lo uno ni lo otro en Starter, un efectivo tema de pop rock electrónico que, intentando combinar las tres cosas, se queda un poco a medio camino de todos esos géneros. 

Hanging Around es la segunda de las canciones que, inevitablemente, estaban destinadas a convertirse en single, y así fue. Con más peso de las guitarras y claramente volcada hacia los esquemas del indie rock que premiaba en los noventa, estamos ante otro de los momentos más recordados de un disco que, singles aparte, combina efectivamente la electrónica y el pop en temas como Higher, una sugerente balada que despega por encima de una fría base rítmica electrónica, o Marvel Hill, un interesante medio tiempo que mezcla rock y electrónica con cierta mística y épica coral, aunque a estas alturas la mezcla ya no suene tan fresca como al principio.

Llegados a este punto, merece un capítulo aparte el tema My Favourite Game, primer single del disco y el gran culpable de la repercusión que este tuvo en todo el mundo. Como no podía ser de otro modo en un disco titulado Gran Turismo, en el vídeo promocional vemos a una rebelde e irresistible Nina Persson, conduciendo un descapotable en dirección prohibida por una carretera de un desierto estadounidense, en un peligroso y adictivo juego de autodestrucción. Quizá ese gran choque final con el que acaba el video habría sido el perfecto cierre mental del disco, porque tras un corte tan emblemático, canciones más pausadas como Do you believe o Junk of the hearts, sin ser malos, suenan menos relevantes y dejan cierto sabor a relleno, y el instrumental Nil es un alargue tan etéreo e inconsistente como anecdótico. No pasa nada, porque al fin y al cabo, ningún viaje sale siempre al cien por cien como lo habíamos planeado, y lo importante es el recuerdo que nos queda de los momentos más impactantes. En eso consiste el "Gran Turismo".

viernes, 1 de febrero de 2019

El disco de la semana 113: Nina Persson - Animal Heart






Hay discos para casi todas las situaciones de la vida. Discos para agitar cabezas, para chasquear los dedos, discos a todo volumen mientras pasas la aspiradora, discos que suenan insulsos de fondo en un ascensor, discos para escuchar en los discos en rojo, discos para poner la mente en blanco, discos a los que poner verde,  discos de oro y de platino, discos grandes y pequeños, y discos bellos y contradictorios como el "Animal Heart" de Nina Persson.


Y es que a Nina Persson le gustan las contradicciones. Lo leí en alguna entrevista hace tiempo, precisamente durante la promoción de este "Animal Heart". Empezando por su etiqueta de "disco de debut" en solitario, cuando en realidad cuenta con la colaboración de su marido Nathan Larsson en la parte instrumental. El hecho es que ambos ya trabajaron juntos previamente en los dos discos del proyecto "A Camp" que se desarrolló en paralelo a los discos de "The Cardigans" y que podrían considerarse como proyectos previos en solitario de la artista sueca.



Otro ejemplo lo encontramos en el título del disco y de la canción que lo inicia. Su  "Animal Heart" (Corazón Animal) nos haría esperar un disco más rápido y eléctrico, que dejara salir al animal salvaje que lleva dentro, cuando en realidad nos encontramos ante una obra reflexiva y taciturna, cargada de baladas y medios tiempos capaces de emocionarnos gracias a la calidad de las composiciones y, sobre todo, al talento de una voz que te cala hasta los huesos.

Eso es lo que ocurre en "Burning Bridges for Fuel". El trabajo que realiza en este tema con su voz llega a momentos de auténtica excelencia. Quemar los puentes para conseguir combustible no parece la mejor de las soluciones, pero llega a convencernos si nos lo cuenta en la que probablemente es la mejor canción del disco.

Del sueño de escapar corriendo, salta sin previo aviso al lado opuesto en "Dreaming of houses", en la que el placer está en quedarse en casa tranquilamente. Su voz es tan intensa y peculiar que, tanto si quiere huir por la autopista como si propone tomar una taza de chocolate junto a la chimenea, nos parecerá buena idea mientras sea ella la que suene por los altavoces del coche o del equipo de música.

"Clip Your Wings" es junto a "Animal Heart" uno de los temas más pop y con toques más electrónicos, en ambos se nota que la producción ha sido cuidada para que fueran las banderas del disco, pero el resto de temas no les desmerecen.

Los momentos más animados llegan también con "Food for the beast" y "Catch me crying", leves incrementos de intensidad que no rompen el ambiente sosegado que transmite el disco en conjunto.


Ella conoce bien sus armas y las despliega a su antojo. Puede estar hipnotizándonos con su dulzura en "Forgot to tell you" y cantar después en "The Grand Destruction Game" con la actitud folkie y el poso de una mujer a la que ya no le pillan de sorpresa los baches del camino, aunque reconozca que cada vez se hace más duro esconderse en la jungla en la que vivimos ("Jungle").

El disco cierra con "This is heavy metal", la canción más minimalista y desnuda del disco, todo un ejercicio de contradicción en sí misma, apenas un piano y un ejercicio vocal impresionante para una balada en la que Nina canta desde muy adentro. En las antípodas del heavy metal, y al mismo tiempo emocionalmente es material del duro.

¿Y cuál es la situación en la que mejor encaja este disco? Lo mejor es que lo decidáis después de escucharlo. En mi caso, me encanta este disco para escucharlo por la noche y dejar que Nina Persson me cante al oído hasta que el sueño me venza. En realidad puedes dormirte ayudado por cualquier disco, pero pocos discos hay que hagan que te duermas feliz.

En esta categoría está este "Animal Heart", pero ahora que lo pienso también lo he escuchado chasqueando los dedos, a todo volumen mientras pasaba la aspiradora, en la tensa espera de un semáforo y en la calma del desayuno de un sábado. Que gran contradicción.