Lole y Manuel fueron unos artistas fundamentales que dieron un vuelco al flamenco tradicional aportando frescura y nuevos aires a uno de los géneros más genuinos del mundo entero. La particular voz de Lole Montoya y el duende de Manuel Molina fueron capaces de romper esquemas ancestrales sin perder por ello el respeto que la tradición merece. Las letras del poeta José Manuel Flores engalanaban de pura sensibilidad los paisajes sonoros que Molina recreaba enarbolando su guitarra al viento. El resto del mérito hay que atribuírselo al bueno de Ricardo Pachón, otro loco visionario anticipado a su tiempo que les produjo sus tres primeros discos. Lole y Manuel, dúo flamenco formado por: Dolores Montoya Rodríguez, Lole, cantaora y nacida en Sevilla (1954), junto con Manuel Molina Jiménez, nacido en Ceuta (1948), guitarrista, compositor y cantaor. Pareja artística por raíces y formación, no en vano, Lole es hija de la temperamental cantaora y bailaora Antonia Rodríguez Moreno, "La Negra" y del bailaor Juan Montoya, mientras que Manuel es hijo de Manuel Molina Acosta, conocido como "El Encajero". Criados entre cante y genio de casta gitana, desde pequeños y antes de conocerse han estado en contacto con el mundo del espectáculo. Ella, bailaora en los tablaos de su Sevilla natal; sin embargo, él, más precoz y curtido en otros lares fue acompañante con 12 años de Chiquetete y Manolo Domínguez "El Rubio" en el trío de Los Gitanillos del Tardón, o guitarrista tras la mili del grupo de rock andaluz Smash. Estupendos aperitivos en ambos casos de lo que sus portentosas personalidades fusionadas llegarían a producir.
1972 es la fecha clave de su nacimiento artístico y sentimental, y 1975 el momento fijado para la publicación de su debut. Nuevo Día representó una revolución y un disco a contracorriente de su tiempo, el ejemplo de un nuevo flamenco joven. Sus letras no entraban en el contexto de la transición, nada de política o cantos a la libertad, sino más bien un discurso hippie plagado de amor o paz, nutrido de la deliciosa pluma del poeta José Manuel Flores y opuesto a lo habitual. La canción que da titulo al disco es una joya, Nuevo dia tiene un espectacular inicio que no deja lugar a la indiferencia: un tímido chelo primero y después toda una troupe de violines que arrastran consigo el alba acompañan la voz orgullosa de Lole Montoya mientras desgrana sílaba a sílaba unos versos inolvidables: “El sol joven y fuerte / ha vencido a la luna / que se aleja impotente / del campo de batalla” (…) Y ahí encaja la renovación lírica de las letras de Juan Manuel Flores, llenas de bellos motivos campestres que conectan con el espíritu del hippismo que impregnaba la escena internacional (…) “Lole y Manuel han hecho una música que todavía no se ha entendido”, dice la Lole de ahora. De ahí en adelante, seis discos defensores a ultranza de su estilo personal han completado una carrera que en 1995, con la realización del disco Una Voz y una Guitarra, selló su punto final. Pareja de revolucionarios y eternos horizontes, son cátedra viva de un flamenco que les debe privilegios y desmedido reconocimiento, a una labor insondable que en gran medida es culpable de su actual evolución.
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