
Para abarcar completamente la reseña de un disco tan complejo, nada mejor que empezar por su título, que Charly tomó de la película "Help!" de The Beatles, claramente una gran influencia porque, incluso, un pequeño fragmento de la película suena en un disco que combina de manera caótica y aparentemente deslavazada canciones al uso con piezas instrumentales que originalmente habían sido escritas para la banda sonora de la película "Geisha", y que finalmente habían quedado guardadas en un cajón por desavenencias con el director del film.
El concepto de Say No More se basó en la grabación directa de un disco, sin un guion claro ni una lista previa de canciones preparadas para tal fin, en busca de una mayor espontaneidad y frescura frente a los arquetipos y estándares de los cuidados discos de los noventa. Como resultado, el caos y le eclecticismo brillan por su alocada presencia, en un disco que combina la psicodelia más irreverente con toques de música clásica y apreciables momentos instrumentales, llenos de tristeza y oscuridad.
Aclarados la inspiración, el origen y el concepto que llevaron a la creación de Say No More, mejor "no decir más", y pasar directamente a las canciones que lo han convertido en una referencia de culto. El disco arranca con "Estaba en llamas cuando me acosté", un largo tema de siete minutos de duración en el que el músico ataca a la prensa sensacionalista, ansiosa de poner altavoz a las noticias sobre su vida caótica y, en muchas ocasiones, escandalosa.

Le toca el turno después a "Say no more", la canción que da título al disco, pero dónde merece la pena detenerse es en "Cuchillos", un tema compuesto por Charly García en homenaje a Mercedes Sosa, con quien le unía una gran amistad. La propia Mercedes apareció en el videoclip promocional, el único que se grabó para el disco. A día de hoy, "Cuchillos" es todo un clásico del cancionero de García. Después, los instrumentales siguen salpicando el disco, por partida doble con "A1" y "Plan 9", antes de llegar al tramo final con las más ortodoxas "Casa vacía", "Podrías entender" e "Intuición".
Para terminar, y casi como si quisiera justificar la tremenda travesura que acaba de facturar, el tema instrumental de cierre lleva el nombre de "La vanguardia es así". Pura genialidad, porque con ese título, queda todo más que explicado, y realmente no queda mucho más que decir.