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viernes, 14 de noviembre de 2025

Disco de la semana 456: "Joy as an Act of Resistance" - Idles

 


El segundo disco de los británicos Idles, publicado en 2018, es un manifiesto que te engancha ya desde el acertado título: "La alegría como un acto de resistencia", inspirado en un poema de Toi Derricotte. La alegría de encontrar, en plena década de agonía de la música rock y punk en favor del reggaeton y las superdivas del nuevo pop, un grupo de punk contemporáneo con una propuesta que va más allá de los arquetipos punk, sin perder por ello la esencia del género en el que se basan, y entregando doce canciones plagadas de afiladas e irónicas letras de denuncia social y resistencia, disparando a temas tan vigentes y actuales como el machismo, el brexit o el rechazo a los inmigrantes.

Tras las buenas críticas recibidas por Brutalism (2017), su disco de debut, Joy as an Act of Resistance no tardó en convertirse en un referente del punk británico contemporáneo, con un enfoque que mezcla la rabia visceral (la resistencia) con mensajes más empáticos y de esperanza (la alegría) a través de una idea central que plantea la alegría como una corriente política y de resistencia en tiempos de superficialidad, cinismo y odio.

Joy as an Act of Resistance empieza a lo grande con "Colossus", un largo tema que va avanzando progresivamente desde una entrada lenta y marcada por el ritmo casi solitario del bajo, ramalazos de tensas guitarras y la voz grave de Joe Talbot, denunciando la herencia cultural que fomenta la masculinidad tóxica y la violencia como vía de expresión, antes de que la canción vire hacia el punk más oscuro y agresivo. El ritmo no decae con la rotunda "Never Fight a Man with a Perm", que ridiculiza al típico chulo de gimnasio, ironizando sobre su estereotipada masculinidad y su evidente superficialidad, y haciendo un guiño al estribillo de "These boots are made for walking" de Nancy Sinatra.

"I’m Scum" es punk directo y básico, entendiendo ambos adjetivos como un cumplido a un tema urgente en el que Talbot se autodefine como “scum” (escoria), aceptando la etiqueta que la sociedad ha puesto a los que se salen del mainstream y lo establecido. Es una buena piedra de toque antes de la excelsa "Danny Nedelko", la mejor canción del disco y la más conocida. Todo es perfecto en este tema, desde la afilada letra en defensa del inmigrante en plena era del brexit, pasando por el intenso ritmo punk de batería y bajo, y terminando por las agresivas y cortantes guitarras y la intensa y energizante voz de Joe Talbot. Es una auténtica joya del punk de nuestro tiempo.

Hay temas más personales y caóticos como "Love Song", que enfoca el amor desde un punto inevitablemente irónico y sarcástico, y canciones extremadamente crudas e íntimas como "June", en cuya letra Joe Talbot aborda la muerte de su hija. Es la parte más oscura y desgarradora del disco, que nos devuelve de nuevo a la irónica alegría y el sarcasmo con "Samaritans", uno de los temas más pegadizos y energéticos del álbum, con una letra que golpea sin piedad el estereotipo de la masculinidad en la sociedad, regalándonos un nuevo guiño al mainstream en la frase "Besé a un hombre y me gustó" en referencia al "Besé a una chica, y me gustó" de Katy Perry. Otro himno rotundo y contemporáneo de resistencia ante los estereotipos culturales tóxicos.

No le va a la zaga "Television" con un ritmo de bajo y batería irresistible, al que se une pronto la guitarra y que explota en un energizante estribillo, que culmina en un expresivo "Fuck TV" que resume la crítica a los estereotipos de belleza que fomenta la televisión. "Great" ataca de nuevo el sinsentido de racismo y odio al inmigrante que conlleva el Brexit bajo la capa de orgullo y nacionalismo británico en la que vino envuelto. El "gran" del título se refiere a "Gran Bretaña", y la letra denuncia los discursos políticos xenófobos y el enrarecido ambiente político de la gran isla.

"Gram Rock" (El rock del gramo) sigue contagiada de la intensidad punk de la batería y el bajo, acompañando las salvas dialécticas de Talbot, que aquí habla sobre las drogas entre un carrusel de explosivas guitarras, pero la auténtica curiosidad del último tramo del disco es sin duda "Cry to Me", una irreverente pero acertada versión punk del clásico de Solomon Burke, que nos deja boquiabiertos antes de la ráfaga final de "Rottweiler", un ataque directo y frontal a la prensa sensacionalista del Reino Unido, encargada de fomentar el odio y la separación con el mismo celo que un perro violento atacaría si se lo pidiera su amo. Con las caóticas guitarras finales de este tema, termina en todo lo alto Joy as an Act of Resistance, disco de la semana en 7dias7notas, y uno de los grandes discos de la pasada década. Lo celebramos con alegría, porque con discos así seguiremos resistiendo.