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viernes, 1 de agosto de 2025

Disco de la semana 351: Uchu Nippon Setagaya - Fishmans


 

Este puede que sea el viaje (metafórico) más largo que hemos hecho en 7dias7notas.net, porque en esta ocasión el disco de la semana nos ha llevado hasta Japón, donde una banda llamada “Fishmans”, liderada por el carismático Shinji Sato, logró con el álbum Uchu Nippon Setagaya” (1997), el reconocimiento internacional a un estilo único que fusionaba magistralmente géneros como el dub, el pop y la psicodelia, desarrollado y cuidado en cada uno de sus discos anteriores, pero que alcanzó en el disco que hoy reseñamos la categoría de “obra maestra” de su discografía, y que lamentablemente funcionó como brillante despedida, porque sería el último disco de estudio antes del fallecimiento de Shinji Sato a causa de una cardiopatía.

El disco abre con la etérea e hipnótica “Pokka Pokka”, una pieza relajada y de arreglos minimalistas, dominada por una efectiva línea de bajo y una suave percusión sobre la que la suave y melódica voz de Sato flota y se entrelaza con el resto de los instrumentos. El arranque es de lo más prometedor, pero lo que viene después es simplemente magistral, porque en “Weather Report” los sintetizadores, la percusión y los innovadores efectos de sonido generan un extenso y por momentos psicodélico paisaje sonoro de variadas formas y texturas.

うしろ姿 (Ushirosugata)” tiene cierto aire de balada melancólica e introspectiva, y de nuevo la instrumentación está cuidada al máximo, y la voz de Sato es delicada e intimista. No menos cuidada es la producción de “In the Flight”, que deriva hacia un folk de guitarra acústica, chasquidos de dedos y atmosféricos sonidos ambientales, acompañando a la susurrante voz de Sato. Son dos grandes temas, quizá un peldaño por debajo de los del arranque, y de la canción que les sigue, porque “Magic Love”, con su ritmo hipnótico es una de las piezas más emblemáticas del álbum. Con su ritmo de dub pop hipnótico y pegadizo, su bajo vibrante y su efectiva melodía vocal, se convierte en toda una explosión de energía dentro de un álbum marcadamente pausado e introspectivo.

バックビートにのっかって (Back Beat Ni Nokkatte) es un dub repetitivo al más puro estilo Gorillaz, con un hipnótico ritmo constante, efectivos teclados, buenas armonías vocales y breves escarceos de guitarra eléctrica. Es otra pieza memorable, aunque en sus más de ocho minutos de duración se echan en falta cambios de ritmo que hagan que la canción se desarrolle y evolucione en mayor medida. Y no es la canción más larga del disco, porque el dub pop progresivo de “Walking in the Rhythm”, obra maestra que se va por encima de los doce minutos de duración. Esta extensa pieza es probablemente la pista más ambiciosa del álbum y un ejemplo de cómo aplicar estructuras progresivas en el pop y el reggae, comenzando con un tramo suave y percusivo para ir creciendo y alcanzar el clímax con una intensa descarga de cuerdas.

Terminar con esta pieza cumbre ya habría sido impresionante, pero aún nos reservan espacio y tiempo para una obra maestra más, porque los casi nueve minutos de psicodelia acústica de “Daydream” son el cierre perfecto para un disco que te sume en un agradable trance musical, que termina con este onírico groove hipnótico y atmosférico, en el que la interpretación vocal de Sato es especialmente sensible y conmovedora. Con los intensos arreglos de cuerda y de guitarra con los que cierran la canción, y sabiendo a posteriori que “Daydream” no era solamente el final del disco, sino el final de los Fishmans con Sato, resulta aún más impactantes los últimos minutos de un disco de producción impecable y generosos detalles sonoros, con los que construyen una experiencia auditiva memorable.

El impacto de “Uchu Nippon Setagaya” fue y es incalculable, ya que no solo consolidó a Fishmans como pioneros de la música pop japonesa, sino que el reconocimiento del disco traspasó las fronteras de Japón, trascendiendo las barreras culturales y geográficas hasta ser considerado internacionalmente como el mejor disco de pop japonés de la historia. Nuestro limitado conocimiento de la música rock y pop japonesa nos impide afirmarlo con esa misma contundencia, pero no tenemos ninguna duda de que el viaje que supone la escucha de “Uchu Nippon Setagaya” es un auténtico lujo musical.