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viernes, 16 de julio de 2021

El disco de la semana 234: Marquee Moon, Television

 

Me gusta hablar de discos de "culto", porque eso implica elevar la música a la categoría de "religión", termino quizá excesivo pero que da buena fe de la importancia que puede tener en la vida de las personas. Y aunque podamos asegurar, casi a ciencia cierta, que Eric Clapton no es Dios, y que Robert Johnson no hizo realmente un pacto con el diablo, también podemos aventurarnos a decir que hay discos que, en su perfección, nos hacen creer en la existencia de los milagros, o en el embrujo mágico de la luna, que afecta a las notas musicales casi tanto como lo hace con las mareas oceánicas.

Uno de esos discos que parecen tocados por una misteriosa varita mágica es Marquee Moon (1977), el primer álbum de estudio de los neoyorkinos Television. En lo que podría denominarse como el año clave del punk, optaron por un sonido experimental y de vanguardia, más cercano al art rock que en la época practicaban totems musicales como la Velvet Underground o David Bowie, que se sustentaba en las efectivas e imaginativas guitarras de Tom Verlaine (guitarra y voz principal) y Richard Lloyd (guitarra), y en el destacable trabajo de Fred Smith (bajo) y Billy Ficca (batería).


Con esas armas, se convirtieron de la noche a la mañana en la banda del momento de la escena underground de Nueva York, y en particular del CBGB, el club más emblemático de aquel movimiento, haciendo incluso sombra a grupos punk de la talla de los Ramones o los Stooges, cuando en realidad estaban plantando la semilla del post punk con un disco experimental que fue considerado por el New Musical Express como el cuarto mejor álbum de la historia, y la revista Rolling Stone la incluyó en el puesto 128 de los 500 mejores discos de todos los tiempos.

La declaración de intenciones es evidente ya desde See no evil, un tema que combina la actitud revolucionaria del punk con el que se codean, pero al tiempo muestra estructuras musicales más bizarras y una limpieza de sonido en las guitarras que la alejan de los arquetipos del por entonces nuevo estilo dominante. Con Venus y Friction siguen pisando el pedal a fondo y manejando el volante con firmeza, y aportando líneas melódicas y trabajadas letras que de nuevo les diferencian de la aspereza punk reinante. Tenían claro el sonido que querían para el disco, y en su camino para conseguirlo se permitieron incluso el lujo de rechazar a Brian Eno como posible productor, lo que seguramente les crearía más de una "fricción".

Tras el efectivo trío de arranque, llega el momento de deslumbrar con Marquee Moon, el tema que da título al disco, una suite rock de diez minutos con ritmos y estructuras que beben del jazz experimental y la improvisación, en largos tramos de guitarra en los que la habilidad de Verlaine y Lloyd queda en un nítido primer plano, mientras la base rítmica trazada por Smith y Ficca lleva en volandas al oyente a través de las diferentes partes de esta bohemia y decadente obra de arte.

Temas como Elevation, Guiding Light o Prove it mantienen el disco en un nivel de calidad tan alto como homogéneo, redundando en un sonido que suena fresco y a la vez intenso. Capítulo aparte merece el colosal cierre que supone Torn Curtain, que junto a Marquee Moon son las dos piezas en las que la improvisación y la experimentación son más evidentes, los máximos exponentes de un sonido que no sólo fue pionero en el momento, sino que influenció después a muchas bandas posteriores, y entre ellas cabe mencionar a otros ilustres neoyorquinos como Sonic Youth o The Strokes.

"Dios está en la televisión..." decía Marilyn Manson en "Rock is Dead". Probablemente se equivocaba, y al igual que Eric Clapton nunca fue realmente Dios, y Robert Johnson no hizo un pacto con el diablo, la "caja tonta" no tiene poderes sobrenaturales, salvo que en realidad se estuviera refiriendo a un grupo llamado Television, que en su debut fueron capaces de crear un disco de culto, que bajo el embrujo mágico de la luna sigue haciendo que seamos cada vez más fanáticos y creyentes, con cada nueva escucha de Marquee Moon.