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La canción se construyó sobre un ritmo de batería grabado previamente, al que Lynne añadió capas de guitarra, bajo y sintetizadores. El resultado es un tema con una energía y ritmo contagiosos, y su potente riff la convirtió rápidamente en un éxito, alcanzando el puesto nº 4 en el Billboard Hot 100 y convirtiéndose en el mayor éxito de la ELO en Estados Unidos.
La letra de “Don’t Bring Me Down” expresa frustración y desilusión en una relación amorosa en la que la otra persona parece estar más interesada en cultivar su vida social que en cuidar de la relación de pareja.
La sensación es de desencanto y de ruptura inminente (¿Qué pasó con la chica a la que creía conocer?), y llama la atención el contraste entre la amarga letra y el tono musical alegre de una canción que marcó un punto de inflexión en la carrera de la ELO, permitiéndoles llegar a una mayor audiencia y consolidando a Jeff Lynne como un compositor versátil y abierto a nuevas tendencias y estilos.