viernes, 6 de noviembre de 2020

El disco de la semana 198: Sex Pistols - Never mind the bollocks here's the Sex Pistols


En “La zona punk”, artículo publicado en 7días7notas en 2019, y repescado esta semana para la ocasión, ya dediqué una historia personal al disco que hoy ocupa el trono del “disco de la semana”. En aquel artículo, narraba un paseo en bicicleta en el que encontraba un gran tesoro abandonado en el suelo, a un lado de la calle: “Y de pronto, mirando al suelo, vi un destello que reflejaba los rayos del sol de una manera extrañamente multicolor (...) Era una chapa de las que llevan un imperdible detrás, pero en la parte delantera emulaba la bandera del Reino Unido y en letras brillantes y coloridas podía leerse “Sex Pistols". Por aquel entonces, no tenía ni idea de quiénes eran los Sex Pistols..."

¿Y quiénes eran los Sex Pistols? Cuando por fin pude responder a esa pregunta, descubrí que ese grupo era, en el mundo del punk, como el francotirador certero que aparece en las películas de guerra. Mientras sus compañeros tienen que lanzar sucesivas ráfagas (discos) con sus fusiles automáticos para abrirse paso, el francotirador se parapeta en lo alto del campanario, y desde allí lanza un único y decisivo disparo (Never mind the bollocks…) con el que da directamente en el blanco. Y esta es la historia de ese único y brillante fogonazo, resumida en las doce piezas de metralla en las que estalló, al ponerlo en los tocadiscos de la época:

 

HOLIDAYS IN THE SUN

A mediados de los setenta, Inglaterra estaba sumida en una crisis que condenaba a los adolescentes al abismo del desempleo. Sin poder pagarse unas “vacaciones al sol”, muchos de ellos merodeaban por los alrededores de King’s Road, en el barrio londinense de Chelsea, dejándose caer por “Sex”, la tienda de ropa de Malcolm McLaren y Vivianne Westwood. Ambos estaban planeando la formación de un grupo, a partir de algunos componentes de The Strand, en el que ya estaban  Steve Jones y Paul Cook, que serían, respectivamente, el guitarrista y el batería de los Sex Pistols​. A ellos se unió al bajo Glen Matlock, que trabajaba ocasionalmente en la tienda. El último en llegar sería John Lydon (más tarde rebautizado por sus compañeros como Johnny Rotten), que apareció en la tienda con el pelo teñido de verde y una camiseta con la leyendaOdio a Pink Floyd”, encarnando a la perfección al personaje que el grupo necesitaba como frontman. Acababan de nacer los Sex Pistols, que a finales de 1976, empezaron a trabajaron con el productor Chris Thomas en las canciones de su disco de debut. Thomas se propuso dar al disco la claridad de sonido de los discos de rock, y fortalecerlo añadiendo varias capas de guitarras a la mezcla de las canciones, en contra de la simplicidad instrumental del género. Un buen ejemplo es Holidays in the sun, el último de los cuatro temas que la banda lanzó previamente como sencillos, que contiene un vistoso riff con ciertas similitudes con el de In the City, del grupo The Jam. La letra, inspirada en un breve viaje a Berlín, es un irónico alegato en contra de la existencia del muro, presentando a la Alemania del Este como su lugar favorito de vacaciones, en contra de la corriente popular que preferiría unas vacaciones al sol. Fue versionada posteriormente por bandas como Green Day o Skid Row.

 

BODIES

Las sesiones de grabación de Never mind the bollocks se llevaron a cabo ya sin Glen Matlock, y evitando al mismo tiempo la presencia de Sid Vicious en las mismas, debido a su pobre nivel con el bajo. En su lugar, crearon los temas a partir de una base rítmica formada por la guitarra y la batería, y fue el guitarrista Steve Jones quién finalmente añadiría las líneas de bajo, quedando la aportación de Sid Vicious reducida a su participación en Bodies, segundo corte del disco y tercer sencillo de la banda. La letra contiene un elevado número de palabras malsonantes, lo cual fue un nuevo motivo de polémica alrededor del disco, y cuenta la historia de Pauline, una groupie con problemas mentales que, tras ser internada en una clínica, quedó embarazada de un enfermero y acabó abortando. El tema fue versionado posteriormente por Stone Temple Pilots, Velvet Revolver y Manic Street Preachers.

 

NO FEELINGS

Violenta e imaginativa bofetada a una sociedad vacía y superficial, en la que Johnny Rotten escupe los versos con una rabia y enajenación que muchos han tratado de imitar, pero pocos han llegado a superar. La canción destila violencia y rechazo hacia todo lo que le rodea, sin dejar títere con cabeza: “Te pateo la cabeza, no tienes nada que decir, quítate del camino, porque tengo que escaparme. Nunca comprendes que me meo en ti, tú sube y mírame, y te golpearé dejándote moretones, te enviaré lejos, y no tengo sentimientos, no tengo sentimientos, no tengo sentimientos hacia nadie más, excepto para mí mismo.”

 

LIAR

Con la misma dosis de rechazo y de mala leche en la interpretación, ya rebosante en la canción anterior, la polémica generada por Liar está circunscrita al ámbito interno, y a las referencias al “mentiroso” del título, al que posteriormente Johnny Rotten puso nombre y apellidos, apuntando directamente a Malcolm McLaren, el manager del grupo: "Ahora quiero saber por qué tu nunca me miras a la cara, destruyes la confianza solo por placer, tu ego debería replantearse, tú sabes lo que yo sé. Sé a dónde vas, conozco a todos a quienes conoces, sé todo lo que dices y haces. Así que, cuando mientas, siempre estaré en tu camino. No soy el tonto de nadie y lo sé todo, porque sé lo que sé. Estás bajo sospecha, eres un mentiroso".

 

GOD SAVE THE QUEEN

El objetivo de los Pistols para su segundo sencillo parecía inalcanzable: Generar tanta o más controversia que la conseguida con Anarchy in the U.K. Y lo lograron con God save the Queen. El título de la canción coincidía con el del himno nacional británico, y la letra fue considerada por los sectores más conservadores del país como una flagrante burla hacia la corona británica y la Reina Isabel II. Frases como "Dios salve a la Reina, el régimen fascista te ha convertido en un idiota, una potencial bomba de hidrógeno", no dejaban mucho margen a una interpretación más suave. La portada del sencillo tampoco estuvo exenta de polémica. Jamie Reid, cuyas portadas de los singles de los Pistols se convirtieron en auténticos iconos punk, mostraba a la Reina con sus rasgos tapados con letras recortadas, que componían el nombre de la canción y el de la banda. El diseño ofendió a los trabajadores de Virgin, que inicialmente se negaron a prensar los discos. Cuando por fin accedieron, el sencillo llegó al número 2 de las listas británicas, pero siempre quedó el rumor de que se alteró el resultado, otorgando el número 1 al tema "I Don't Want to Talk About It" de Rod Stewart para no ofender a la Corona. El 7 de junio de 1977, el día del aniversario de la Reina, la banda esquivó la prohibición de tocar la canción en suelo británico, interpretándola en directo desde un bote que navegó por el Támesis. La canción ha sido versionada posteriormente por bandas como Anthrax, Motorhead o, en el mercado patrio, por el irreverente cantautor punk Manolo Kabezabolo.

 

PROBLEMS

El comportamiento polémico de los Sex Pistols les generó también problemas. A finales de 1976, la banda y sus acompañantes provocaron un escándalo en el programa televisivo Today de Thames Television. Fueron al programa para sustituir, en el último momento, a Queen, que cancelaron su aparición. Durante la entrevista, el presentador Bill Grundy se esforzó especialmente en provocarles, y cuando intentó flirtear con Siouxsie la gota colmó el vaso, y se enzarzaron en una acalorada discusión con el presentador, en la que no faltó una buena ristra de improperios a los que los telespectadores de la BBC de la época no estaban acostumbrados. La noticia corrió como la pólvora por los periódicos del día siguiente, lo cual les dio gran repercusión en todo el país, pero también provocó que las tiendas se negaran a vender sus discos, y que muchos de sus conciertos fueran cancelados por las autoridades locales. Para poder seguir con las giras de promoción del disco, tuvieron que actuar clandestinamente y bajo el pseudónimo de The S.P.O.T.S (Sex Pistols on Tour Secretly)

 

SEVENTEEN

Como curiosidad altamente recomendable, antes del lanzamiento de Nevermind the bollocks se publicó un disco pirata llamado Spunk, que contenía las versiones primigenias de muchas de las canciones del disco, desprovistas del envoltorio de la producción de Chris Thomas y con un sonido mucho más rudo y directo. No son pocos los que prefieren la urgencia e inmediatez de Spunk, antes de la elaborada producción del Nevermind. Un disco recomendable para ver cómo eran los Sex Pistols sin aditivos, en el que, por ejemplo, God save the Queen aparece con su nombre provisional (No future) y Seventeen aparece como I’m a Lazy Sod, (Soy un bastardo perezoso), un título mucho más adecuado y explícito, sacado del estribillo de la canción.

 

ANARCHY IN THE UK


El primer sencillo de los Sex Pistols, publicado en 1976, fue el único que publicaron para EMI, que les despediría solo un mes después de la polémica entrevista en el programa de Bill Grundy. Durante el proceso de grabación, las tensiones fueron evidentes con la discográfica por la controvertida letra de la canción, que EMI percibía como un insulto a la sociedad civil inglesa, por su marcado carácter político y nihilista. Contiene menciones a organizaciones como el IRA (Ejército Republicano Irlandés), UDA (Asociación en Defensa del Ulster) o la más sorprendente, el NME (New Musical Express), la revista de música más famosa del Reino Unido, a la que en un brillante juego de pronunciación comparaban con el “enemy” (enemigo). Las letras incitaban a la anarquía y la destrucción, como vía de escape al desencanto y la ira que los adolescentes del momento sentían ante la situación social del país. Malcolm McLaren la definió como “una llamada a las armas para los chicos que creían que el rock and roll les había sido arrebatado”. La portada inicial era una cubierta negra sin referencias al grupo ni a la canción, pero EMI consideraba que dificultaría la compra del disco en las tiendas. El disco acabó asociándose a un polémico e icónico póster, diseñado por Jamie Reid, que mostraba una bandera del Reino Unido destrozada y remendada con imperdibles, con los nombres de la canción y la banda sujetos con clips a la bandera.

 

SUBMISSION

La primera versión del álbum tenía sólo once temas, pero en el último momento la banda decidió incluir Submission en el disco. Al no estar pensada inicialmente para el álbum, el sonido de este tema no es tan unitario ni recargado como el del resto de canciones del disco. Sin embargo, aporta cierta calma sonora en un disco que no tiene momentos de pausa. Virgin no tuvo tiempo para suspender las primeras ediciones, por lo que en ellas se incluyó la canción en un sencillo aparte. Otras versiones posteriores, ya con los doce temas, tuvieron algunos errores de contraportada, omitiendo Submission o mencionándola como Belsen was a gas, una canción que nunca llegó a formar parte del disco.

 

PRETTY VACANT

Otra canción que causó revuelo fue Pretty Vacant, no tanto por su letra, sino por la peculiar pronunciación de Johnny Rotten en la palabra "vacant" (desocupado). Su exagerada acentuación en la sílaba "cant" la hacía sonar como "cunt" (vagina). Fue el tercer sencillo del grupo, con el que se presentaron por primera vez en el programa Top of the Pops. Glen Matlock declaró que el famoso riff de esta canción se inspiró en la canción "SOS” de Abba. A su vez, Joey Ramone les copiaría el riff para el tema “What a wonderful world” y los Clash harían lo mismo para su frenética "I'm so bored with the USA". En la foto, el single de Pretty Vacant que está expuesto en el Museo de Londres, como ejemplo de la repercusión de este "grupo de un sólo disco" ha tenido en la historia reciente de la ciudad y el país.

 

NEW YORK

El título de esta canción, quizá la menos atractiva del disco, sirve de excusa para comentar la gira que el grupo realizó por Estados Unidos en 1978, y que culminaría con la disolución de la banda. Desde el comienzo todo fueron problemas, empezando por los retrasos motivados por la reticencia de las autoridades estadounidenses a dejar entrar en el país a los miembros de la banda con antecedentes. Esto supuso la cancelación de los conciertos previstos en el norte del país, quedando la gira reducida a los conciertos del Sur y de la llamada “América profunda”, en lugares en los que los Pistols no fueron bien recibidos.​ La gira, mal planificada, fue además un rosario de peleas internas. Los problemas de Sid Vicious con la heroína eran cada vez mayores, y la relación de Johnny Rotten con Steve Jones y Paul Cook estaba cada vez más deteriorada. Durante un concierto en San Francisco, en mitad de una versión del “No fun” de los Stooges, Johnny Rotten dejó de cantar y se dirigió al público para decir: "¿Para qué sigo con esto?". Al final de la canción, dio por terminado el concierto con un irónico “¿Habéis sentido alguna vez que os han estafado? Buenas noches”, antes de tirar el micrófono y largarse del escenario. Cada uno de los integrantes del grupo tomó entonces caminos separados, siendo Sid Vicious el único que escogió New York como próximo y, a la postre, fatal destino. ​

 

EMI

La discográfica EMI fue la primera con la que firmaron contrato, y con la que sacaron el sencillo de Anarchy in the U.K. La canción que cierra el disco relata la tensión entre la discográfica y el grupo, y cómo la relación termino en despido. Los Pistols habían firmado un contrato de dos años, pero durante un viaje a Holanda para una serie de conciertos, los miembros de la banda desfasaron en exceso, y el episodio llegó a oídos del periódico Evening News. Cansados de tanta polémica, y con la perspectiva de que God save the Queen empeoraría aún más las cosas, los directivos de EMI rescindieron el contrato, sólo un mes después de haberles fichado. Los conciertos de Holanda fueron también los últimos de Glen Matlock con la banda, siendo reemplazado por Sid Vicious. Poco después, los Pistols dieron una conferencia de prensa, anunciando que firmaban con A&M Records. Tras la firma, se dirigieron a las oficinas de la discográfica, en las que la fiesta se les fue nuevamente de las manos. Sid Vicious destrozó un inodoro con el pie, produciéndose un corte con el que fue dejando un rastro de sangre por los pasillos, mientras Johnny Rotten insultaba y discutía con los empleados, y Steve Jones intentaba ligar en el lavabo de señoras. Pocos días después, A&M rompió también el contrato.​ Al final de la canción, Johnny Rotten dice “Hello, EMI, goodbye A&M" describiendo lo efímero de las relaciones contractuales con ambas discográficas, y termina la frase con una burlesca "pedorreta" vocal, una especie de onomatopeya del "¿Qué cojones importa?" con la que pone punto y final al disco.

La banda acabó firmando con Virgin Records, con quien publicarían este Never mind the bollocks, el mejor disco punk de la historia según la revista Kerrang, y el 41 en la lista de los 500 mejores discos de todos los tiempos según la revista Rollingstone.​ Todo un tesoro escondido, que tuve  la suerte de encontrar detrás de aquella pequeña chapa de colores, que me mostró el camino hacia esta gran banda de "punk" de los setenta, y su histórica influencia en tantas bandas posteriores.

jueves, 5 de noviembre de 2020

La música en el cine: Theme From Shaft (Shaft, las noches rojas de Harlem), Isaac Hayes

 

Theme From Shaft


     En 7dias7notas ya dedicamos espacio a la figura de Isaac Hayes, artista muy importante por ser uno de los impulsores junto a Booker T & The Mg's y David Porter del sonido del famoso sello Stax Records, y además de ser cantante, compositor, productor y actor  fue el precursor del movimiento llamado Blaxplotation. En esta ocasión vamos a hablar del tema que dió origen a ese movimiento y que fue el tema central de una película.

Isaac nace en Covington, Tennessee (Estados Unidos), y tiene una infancia dura, pues su madre muere cuando es pequeño y su padre los abandona a él y a su hermano, siendo sus abuelos los que se ocuparán de criarlos a los dos. Sus inicios con la música son desde muy pequeño, pues a los 5 años ya canta en un coro de una iglesia local, y aprende a tocar el piano, el órgano hammond, la flauta y el saxofón. 

Se gradua en la escuela secundaria y recibe muchas ofertas a modo de becas de música de universidades, pero las rechaza todas pues quiere ayudar económicamente en casa y se pone a trabajar en una fábrica donde empaqueta carne durante el día, y por las noches toca en clubs y garitos nocturnos de los alrededores de Memphis. La carrera de Isaac comienza al ser fichado por el sello Stax Records como músico de sesión, pero es a partir de 1967 tras el fallecimiento de Otis Redding en un fatal accidente aéreo cuando Isaac es uno de los que dan un paso al frente para mantener el sello Stax a flote.

 En 1971 Isaac compone, Theme From Shaft, el tema principal de la película Shaft (Las noches rojas de Harlem), de la Metro Goldwyn-Mayer. La película se estrena en junio de 1971, y debido al éxito de la misma el sello Stax publica una edición del tema algo más corta como sencillo en septiembre de 1971. Con un estilo funk y soul, el tema llega a alcanzar el puesto número 2 en la famosa lista Billboard Soul Singles y el número 1 en la lista Billboard Hot 100.

Isaac acepta escribir y grabar la banda sonora de la película después de que el productor de la misma le prometa una audición para el papel principal de la misma, una audición que nunca llegó. El papel fue dado al actor Richard Roundtree, quizás la inexperiencia de Isaac pesa para que finalmente no se le dé la oportunidad ni siquiera de audicionar, aunque el sí mantiene el trato y compone la banda sonora. Al final haría un cameo en la película haciendo de barman.

En cuanto a la letra del tema, habla de Shaft como un tipo muy duro que se alimenta del peligro constante y no teme a nada ni a nadie, además de ser una máquina sexual, una especie de James Bond negro. El personaje de la película rápidamente se convierte en un icono, y el tema gana un premio Grammy al mejor arreglo instrumental y un Oscar a la mejor Banda Sonora Original. Isaac se convierte en el tercer artista afroamericano en ganar un Oscar, por detrás de Sidney Poitier y Hattie McDaniel, y el primer afroamericano que lo gana en la categoría de compositor. Theme From Shaft se convirtió  además en la primera canción del llamado movimiento y subgénero musical Blaxplotation, un género que consistía en bandas sonoras de cine negro que tenían como protagonista principal a la comunidad negra.



 Who's the black private dick

That's a sex machine to all the chicks? (Shaft)
You're damn right
Who is the man that would risk his neck for his brother, man? (Shaft)
Can ya dig it?
Who's the cat that won't cop out when there's danger all about? (Shaft)
Right on
You see this cat Shaft is a bad mother (Shut your mouth)
But I'm talkin' about Shaft (Then we can dig it)
He's a complicated man but no one understands him but his woman (John Shaft)

miércoles, 4 de noviembre de 2020

Nina Simone - I put a spell on you (Mes Nina Simone)


"Te hechicé" sería la traducción de "I put a spell on you", el disco de Nina Simone grabado entre 1964 y 1965 en Nueva York, y publicado por Philips Records en 1965. Y no deja de ser cierto, Nina nos hechizó en su momento con "Little girl blue", el genial disco de debut que ya comentamos en el #MesNinaSimone. Con esos antecedentes, nos lanzamos a la escucha de este "I put a spell on you" para que el hechizo continuara. Y lo hizo en un principio, con el mágico tema que le da título, una canción que brilla con luz propia en cualquiera de las muchas versiones que de ella se han realizado, y que nos da las primeras pistas de lo que ofrece este disco, mucho más orquestal y melódico que las propuestas anteriores, probablemente el disco más accesible y desenfadado de una artista tradicionalmente asociada a esquema de jazz más clásicos.

 

Ya en Tomorrow is my turn percibimos ese aire desenfadado, con guiños en los vientos a la melodía de las películas de James Bond, y con una producción que apuesta por los arreglos orquestales, sacrificando el sabor a club de jazz en favor de una atmósfera mucho más luminosa y alegre, y con ellos más comercial, en el sentido de la palabra que queráis darle. Ejemplo de ello es la elección del tema Ne me quitte pas, el clásico de la canción francesa, que funciona comercial y emocionalmente a la perfección, y de paso le da al disco el punto ecléctico del cambio de idioma. Le sigue Marriage is for old folks, un tema en tono amable y con ánimo de resultar incluso divertido, y un pícaro alegato en contra del matrimonio, algo que no encaja en el espíritu libre de Nina, reacia a pertenecer a nadie. Bañada en arreglos orquestales propios de un musical de celuloide, carece sin embargo de la garra y el sentimiento de las composiciones de la Nina más intimista.

Parecido resultado se obtiene de la escucha de July Tree, una balada melódica en la que de nuevo aparece arropada por la orquesta, y de la gran pieza swing que es Gimme Some, en la que nos saca de la ensoñación melódica un sorprendente arranque rock and rollero y rasgado de Nina en una de las frases centrales, justo a tiempo de reengancharnos de nuevo a la escucha, y disfrutar después de Feeling good, otro gran tema clásico en el que voz y orquesta brillan con luz propia y al máximo nivel, y su conocida melodía de vientos hace las delicias de los más aficionados al género.

Tras un nuevo viraje hacia la balada melancólica en One september day, apoyada una vez más en los arreglos de la omnipresente orquesta, el disco entra en terrenos más experimentales, tanto en el jazz instrumental de Blues on Purpose (la más cercana musicalmente a la añorada atmósfera de club de jazz de discos anteriores), como en la rareza que es Beautiful land, una breve pieza con aire a cancioncilla infantil, cuyo minimalismo contrasta en un disco tan marcadamente orquestal.

 

Por último, Nina parece retomar la senda y deja para el final un par de buenos temas. You've got to learn es, en mi opinión, el momento más álgido del disco. Tanto a nivel vocal como compositivo, es el tema que suena más redondo y que mejor le sienta a las características vocales de Nina, encajándole como un guante de terciopelo. Take care of business es otro buen tema, en el que vuelven los arreglos orquestales, de nuevo con altas dosis de condimento con sabor al séptimo arte, para poner el broche final a un disco muy trabajado a nivel instrumental, pero que al elegir ese camino, paga también un caro peaje en términos de originalidad e intensidad emocional.

Siendo I put a spell on you un muy buen disco, no puedo evitar echar de menos a la "pequeña chica triste", la reina del club nocturno de Side Street, que con tan solo un piano y un par de músicos de jazz de acompañamiento, hacía elevar la intensidad de la música hasta cotas insuperables. Quizá no estaba tan contenta, ni tan arropada, pero lograba ponerte los pelos de punta. Y eso es algo que, por más que le añadas ingredientes al guiso,  no tienes garantizado conseguir. La magia, y sus secretos, son conocidos sólo por unos pocos, que nunca los compartirían con toda una gran orquesta. Porque de hacerlo, y aunque siguieran siendo buenos trucos, perderían su capacidad de asombrar. Se rompería el hechizo.