jueves, 1 de abril de 2021

Prince - Bienvenidos a la Musicología, For You y Prince, comienza el Mes Prince


El 21 de Abril de 2016 la letra de Let's go crazy se hizo desgraciadamente profética. El "ascensor intentó llevarle abajo", y lamentablemente no pudo "volverse loco, y pulsar la planta más alta". Van a cumplirse ya cinco años desde aquel desafortunado día en el que con la muerte de Prince se nos moría también un poco la música, herida de gravedad con la muerte de David Bowie sólo unos meses antes. Así que nos parecía adecuado robar este mes de Abril a la primavera, para dedicarlo al #MesPrince. ¿Y por dónde empezar a describir una carrera de alrededor de cuarenta discos de estudio, tres largometrajes, varias grabaciones de directos, y una infinidad de canciones inéditas? Dicen que, a veces, "la mejor salida es, simplemente, la salida", y probablemente esa frase sirva también para los comienzos, así que la mejor manera de empezar a hablar de Prince será hacerlo desde el comienzo.


"Todo esto y más, es para ti.

Con amor, sinceridad y el más profundo cuidado.

Mi vida, contigo, la comparto"

Esta es la escueta letra de "For you", el tema que da comienzo y título a su primer disco. Tratándose de un artista novel, nadie sospechó que ese "Para tí" no fuera destinado a una novia del instituto o del Uptown de Minneapolis, y más teniendo en cuenta que la mayor parte de canciones de aquel primer disco eran de amor. Pero, con el tiempo, descubrimos que la vida que aquel adolescente se proponía compartir era la música, y que los destinatarios de aquel regalo eramos todos los que quisiéramos escucharle. Las pistas estaban en sus propias declaraciones, y en su forma de entender y trabajar con la música. Al juntar algunas de sus dispersas y poco frecuentes declaraciones, nos sorprendió el unitario sentido del conjunto, el "todo esto" que formaban, "para tí", para nosotros, para todos:

"Hago música porque si dejara de hacerla moriría. Grabo música porque llevo en la sangre. Escucho sonidos todo el tiempo (...) Únicamente soy libre cuando hago música. El resto del tiempo sueño con hacerla (...) Cualquiera que pasaba por delante sabía lo que estaba pasando. Yo trabajaba. Cuando ellos estaban durmiendo, yo estaba tocando. Cuando se levantaban, ya tenía terminado un nuevo ritmo (...) Yo no conseguí lo que conseguí por una discográfica. Si no hubiera logrado un contrato, hubiera seguido tocando..."

Son frases de una persona que dedicó su vida por entero a la música, y que formó parte del reducido club de genios que lograron cambiarla. Pocos artistas han mostrado una confianza y una fe tan grande en sí mismos, y una visión tan clara del camino a seguir:

“Lo más importante es ser tú mismo, pero a mí me gusta el peligro. Eso es precisamente lo que le hace falta a la música pop actualmente. No hay emoción ni misterio (...) Yo no podría avanzar si estuviera vinculado a una canción de mi pasado (...) Un espíritu fuerte trasciende la norma...

Un primerizo y adolescente Prince trascendió las normas de la discográfica Warner ya desde el principio, exigiendo el control absoluto de su trabajo en el estudio durante la grabación de FOR YOU (1978), el primero de los discos que nos ofreció con "amor, sinceridad y sumo cuidado", una obra tan perfectamente ejecutada que, paradójicamente, se convirtió en un paso inicial en falso. La obsesión de aquel "novato" por hacer un disco "perfecto", le llevó a gastarse todo el adelanto correspondiente a varios discos, en una grabación que se alargó excesivamente y en la que tocó más de veinte instrumentos diferentes. Él solo produjo, arregló, compuso e interpretó la totalidad del disco, pero el resultado se queda en una propuesta musical demasiado "científica". Y más allá de la cuidada música, un Prince de 19 años tenía mucho que pulir en su madurez personal y, en consecuencia, en la de las letras de sus canciones. Pero lejos de tildar la perfección técnica como un error de juventud, destacamos momentos álgidos como For you, un delicado tema "coral" en el que interpreta a capella todas las voces, o la excelsa y desmedida Just as long as we’re Together, la pieza más funk del disco y casi un "proyecto de fin de carrera" con el que logró convencer a los "espías" que Warner envió al estudio de que dejar que se autoprodujera y grabara sin banda era un riesgo que debían asumir. Destacan también las primeras demostraciones de habilidad con la guitarra en My love is forever o, especialmente, en la cuasi-heavymetalera I'm yours, pero es en la explícita sexualidad de la letra de Soft and Wet dónde se intuye que, con un poco más de maduración, el genio iba a acabar liberándose por completo en entregas posteriores.

Y lo hizo un poco más en PRINCE (1979). El nuevo intento de asalto al trono se realizó en menos tiempo y con menos medios, por lo que de nuevo recurrió a la estrategia de prescindir de una banda y hacerse cargo de todo el proceso de producción y grabación de los temas, y aunque la suavidad y el romanticismo siguen estando, presentes, el funk y la intensidad rítmica fueron ganando cada vez más terreno. Un ejemplo del tipo de canción pegadiza y funky que empezó a brotar en este disco es el arranque con I wanna be your lover, su primer single incluido en la categoría de "clásico", o la no menos memorable I feel for you, la primera canción que se grabó para el álbum, y que consiguió saborear el éxito en la versión de Chaka Khan. El trío de ases lo cierra la irresistible y pegajosa Sexy Dancer,  pero cabe destacar también dos piezas en las que da rienda suelta a su faceta guitarrera, la polémica y explícita Bambi (en la que Prince se postula como alternativa heterosexual a las tendencias lésbicas de la mujer que le obsesiona) y la intensamente rockera Why you wanna treat me so bad.

Estos dos discos son, para la carrera de Prince y para el #MesPrince en 7días7notas, sólo un aperitivo de lo que estaba por llegar en los discos siguientes, y de lo que intentaremos contaros en detalle en los próximos 30 días. Sólo para vosotros, Prince, la mente sucia, la controversia, el fin del mundo en 1999, la lluvia púrpura, y la vuelta al mundo en un día, aunque en realidad ya os digo que tardaremos un mes. El #MesPrince. Bienvenidos al desfile, al signo de los tiempos, y a la vida hecha música, esa a la que un genial músico bajito le puso un día el nombre de "Musicología".

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