miércoles, 31 de marzo de 2021

0090: Stand by me - Ben E. King

 

En Stand by me (Quédate junto a mí) podemos, en primer lugar, deleitarnos con la escucha de la que seguramente sea la línea inicial de bajo más adictiva y reconocible de los años sesenta, y quién sabe si de la historia de la música. La canción tiene, además, su propia historia, marcada por los avatares del destino, que hizo que pese a estar planificada parar ser parte del repertorio de The Drifters, tras el rechazo por parte del manager del grupo, acabara siendo interpretada por Ben E. King, que había compuesto el tema junto a la pareja Leiber-Stoller (los compositores habituales de las canciones de Elvis Presley, entre otros).

En segundo lugar, Stand by Me es una de las composiciones que mejor han reflejado el sentimiento de la amistad, y la lealtad que conlleva, en los versos de una canción. El mítico e intenso Darling, Darling! del estribillo nos hace cantar a voz en grito, y con los ojos cerrados, en cada escucha de la canción, pero también nos lleva al error de pensar que es una canción de amor. Puede serlo, en honor a la verdad, pero sobre todo es un canto a la amistad y el compañerismo, un You'll never walk alone en modo soul.

Son innumerables las versiones que, de esta mítica canción, han hecho otros cantantes y grupos. Las revisiones de Otis Redding (1964) y John Lennon (1974) quizá sean las más brillantes, pero no podemos dejar sin mencionar otras tan variopintas como la de los argentinos Sumo (1983), la de Seal (2008) o, más recientemente, la versión para la banda sonora de Final Fantasy XV de Florence and the Machine (2016) y la de los estadounidenses Weezer en 2019. Todos pedían lo mismo, porque en el fondo es lo que todos buscamos, que la gente a quien queremos este siempre a nuestro lado, y que no nos sintamos nunca solos. Para la soledad hay muchas otras canciones, pero para evitarla yo me quedo con Stand by me. Así que: ¡Darling, Darling... Quédate junto a mí!

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