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viernes, 9 de noviembre de 2018

El disco de la semana 68: The Strokes - Is this It







Recuerdo una actuación de The Strokes interpretando Take it or leave it, que encontré en uno de esos ratos de cacharrear por Youtube sin rumbo fijo, en la que la fuerza escénica del cantante, Julian Casablancas me recordó al carisma de Jim Morrison en sus apariciones televisivas. Su manera de atacar las frases frente al micrófono, la pose de “o paso de todo, o estoy colocado, o ambas cosas”, y su sorprendente invasión del patio de butacas, cantando mientras caminaba sobre los respaldos de los asientos como Jesucristo sobre las aguas, o como Iggy Pop sobre los brazos y hombros de la audiencia, me impactaron sobremanera. Para mí esa era la respuesta, el bofetón en la cara del insulso panorama musical, convertido en la España de los noventa en un auténtico páramo en lo que a programas televisivos especializados se refería.



Casablancas a punto de caminar sobre el público
Eso fue, en pocas palabras y en potentes imágenes, lo que supuso el disco Is this It para el panorama musical del momento, un auténtico pisoteo de las desgastadas fórmulas de finales de los 90, un chorro de aire fresco que nos hizo albergar la esperanza de que la nueva década sería mejor. Una vez apagados los otrora brillantes fuegos del grunge, el britpop y la nueva oleada punk, estrellas fugaces que ardieron en su propia combustión y dejaron la segunda mitad de los noventa tocando fondo y en penumbra, llegaron estos chicos bien de Nueva York y agitaron un avispero que parecía irremisiblemente adormecido. Su mensaje era claro y contundente. El título omitía el interrogante, pero era una pregunta que podía traducirse como “¿es esto lo que hay?, y que al final del disco te obligaba a valorar o a tomar una decisión al respecto. Esto es lo que hay. Tómalo o déjalo (“Take it or leave it”). Y decidimos tomarlo.

The Strokes - Take it or leave it
https://www.youtube.com/watch?v=C0qls7b5oAY

IS THIS IT

Nada mejor para explicar el sonido de Is this it que la frase con la que Julian Casablancas indicó al productor lo que quería de aquel primer disco: “Queremos sonar como una banda del pasado que hiciera un viaje al futuro para hacer su disco”. Para lograrlo, el grupo volvió a grabar en el pequeño estudio del East Village de Manhattan en el que habían registrado sus primeros temas. El sonido que buscaban era más cercano al garaje rock y a la aspereza sonora que reproducían sus maquetas en los conciertos, que a la pureza que se podía conseguir en el tratamiento de estudio.

Por esa razón, y siguiendo las indicaciones de Casablancas, las canciones se grababan en una sola toma y sin grandes arreglos posteriores, siendo lo más cercano posible a lo que habría sido un directo. La influencia del cantante en el sonido del disco fue capital, y en palabras del productor del disco, era capaz de estar adormilado tras tomar demasiadas cervezas, y despertarse en el momento de escuchar un golpe de batería desacompasado.

El proceso culminó con una colección de 11 canciones que reflejaban la aspereza buscada en ese supuesto viaje en el tiempo de una banda del pasado, y por las influencias que destilan las canciones, nos atreveríamos a decir que la banda en la que pensaban bien podría ser la Velvet Underground de su admirado Lou Reed, o el regreso triunfal del ya mencionado Jim Morrison desde la ultratumba para volver a comandar a los Doors más incendiarios. Casi como si no quisieran desvelar sus armas de inicio, el tema "Is this It" es en realidad el más lento del disco, para que creamos que la curación del hastío del final de los noventa va a consistir en una tirita y no en un tratamiento de choque.

Es sólo un truco de magia o un simple espejismo, del que comenzamos a darnos cuenta en el ritmo velvetiano de "The Modern Age" y en el sonido garajero y desnudo de "Soma". El ritmo pegadizo y aceleredado vuelve con "Barely Legal" ("Casi Legal"). Esté o no dentro de la legalidad, llegados a este punto ya no queremos bajarnos de este tren sin control al que los Strokes nos han subido, casi sin avisar.

Idéntico camino sigue la instrumentación de "Someday", "Alone Together" o "Last Nite", una de las canciones más conocidas del disco, aunque cediera el honor de ser la canción de lanzamiento del disco a "Hard to explain" (Difícil de Explicar"). Más que considerar difícil de explicar esta decisión, diremos que se explica en la gran cantidad de potenciales singles que contiene este disco, dotado además de una envidiable unidad de sonido y nivel de calidad en todos los temas, algo que no está al alcance de cualquier banda en su disco de debut.


Capítulo aparte merece el tema "New York City Cops", uno de los momentos más álgidos y brillantes del disco, que sin embargo fue suprimida de las ediciones posteriores por su crítica y despectiva letra contra la policía de su ciudad. Tras el 11S, la discográfica considero que no era lo más correcto cantar contra los heroicos agentes de la policía neoyorquina. Un descarado Julian clamaba en directo su desacuerdo ante esta censura, justo antes de que la banda comenzara con las primeras notas.


Portada alternativa de "Is this It"
Y tras una "Trying your luck" menos relevante, el cierre a lo grande llega con la bofetada en la cara con la que abríamos esta reseña, "Take or leave it", somos así y no nos vas a cambiar, o lo tomas o lo dejas, este ha sido nuestro disco y nos despedimos con un temazo lleno de rabia y sabor a clásico. Final perfecto para un disco que prácticamente también lo es, a pesar de los esfuerzos de la discográfica y sus managers por estropearlo, empezando por la censura de la desaparición de “New York City Cops” en beneficio de un corte (“When it Started") mucho más insustancial, y terminando por el absurdo cambio de portada en las ediciones posteriores, eliminado una portada icónica. El fotógrafo Colin Lane entregó al grupo la foto del trasero de una chica, acariciado por la mano de la propia chica enfundada en un guante de piel. La foto generó una inexplicable polémica que finalmente llevó a su retirada para posteriores ediciones. De nuevo Julian tuvo, nunca mejor dicho, la voz cantante, proponiendo como nueva portada una toma microscópica de una colisión de partículas.

No se puede decir que no encajara con un disco que fue una explosión sonora que nos devolvió la ilusión por el futuro de la música en la entonces nueva década. Esas mismas esperanzas las pusimos en un grupo que parecía que iba a romper todas las barreras, pero al igual que le ocurrió a Oasiscada disco siguiente fue siempre un poco peor que el anterior, cruzando la línea roja de no retorno tras First Impressions of Earth en 2006, último disco en el que se pueden encontrar varios singles potentes. Anuncian nuevo disco para 2020, y vuelve a ser comienzo de década, por lo que nunca debemos perder la esperanza. ¿Será éste el esperado retorno de The Strokes? ¿Volverán a “pisotearnos” con un disco de la envergadura del de su debut? No queda otra que esperar con incertidumbre, para saber si “esto es lo que hay” o si de nuevo volveremos a ilusionarnos.

jueves, 8 de noviembre de 2018

El disco de la semana 65: Jane's Addiction - Nothing's Shocking




A finales de los 80, se estaba desarrollando el germen de lo que en los 90 serían tendencias que influirían a toda una generación. Ocurrió con el grunge de Pearl Jam y Nirvana, el renacer punk de Rancid, Green Day y Off Spring y hasta con el impulso del hard rock de grupos como Guns and Roses y Metallica. En esa época de primeros pasos de lo que estaría por venir, en 1988 un nuevo grupo californiano de rock lanzó su disco de debut, que acabaría resultando tan adictivo como el nombre elegido por la banda, Jane's Addiction.


Nothing's Shocking retoma la sencillez y el minimalismo que tanto se echaron en falta en los sobrecargados sintetizadores que marcaron la mayor parte de entregas musicales de los artistas de éxito de los 80, y entrega una colección de temas de difícil clasificación. Son canciones de rock y metal del rock y metal, salpicadas de toques de Blues, Jazz, Funk y Soul, en una mezcla tan heterodoxa como original.Hablamos de un disco que muchos consideraron pionero en el cambio de la escena musical del momento, con la creación de lo que se dio a conocer bajo el término de "rock alternativo". Decir que lo inventaron ellos nos parece un poco excesivo, pero que Perry Farrell, Dave Navarro y compañía, en el final de una década marcada por la comercialidad, se anticiparon totalmente a la respuesta alternativa que vendría en la siguiente, es algo fuera de toda duda.



Arranca el disco con “Up the Beach", con las notas de bajo de Eric Avery y los gritos de Perry Farrell, para enganchar después con un riff de guitarra de Dave Navarro, que lo borda en canciones como "Ocean Size", alucinógeno tema de atmósferas psicodélicas. El rock se hace patente en la hererodoxa "Had a Dad", que antecede a los siete intensos minutos de "Ted, just admit it...", tema central que esconde el verso del que el disco toma su título, y una de las canciones de su repertorio que han alcanzado la categoría de míticas.  Inspirada en el famoso asesino en serie Ted Bundy, es una enloquecida colección de ambientes musicales, con un repetitivo y extraño estribillo que proclama que el “Sexo es Violento”. Con todos esos ingredientes, acabó siendo parte de la banda sonora de "Asesinos Natos" de Oliver Stone.

Vuelve el disco después al rock con "Standing in the shower thinking", antes de explorar de nuevo terrenos psicodélicos en “Summertime Rolls”. Tras "Mountain Song", una de las canciones del disco en la que más se pone de manifiesto la potencia de la guitarra de Navarro, nos regalan la llamativa e irreverente “Idiots Rule” en la que ponen en práctica un delirante ejercicio de pseudo funk setentero con personajes ilustres que lo dan todo en la sección de viento: Flea, bajista de Red Hot Chili Peppers, a la trompeta. Angelo Moorey, vocalista de Fishbone a la segunda trompeta. Y Christopher Dowd, teclista también de Fishbone, al trombón.


En el tramo final, encontramos la segunda de las canciones del disco que se convertirían en leyenda del grupo. “Jane Says” cuyo título es un homenaje a su admirado Lou Reed, autor de temas como "Lisa Says" o "Caroline Says",es un tema acústico y de aires folk dedicado a una antigua novia, en el que la voz de Farrell transmite un sentimiento que no le habíamos adivinado en otros cortes del disco. "Thank You Boys" es un minuto de anecdótico e irreverente music hall, un precalentamiento para cerrar a lo grande con "Pig's In Zen", el tema más heavy de todo el disco, en el que de nuevo Dave Navarro está enorme.





No quiero cerrar esta reseña sin hacer referencia al irónico título, sólo a sabiendas del disco que estaban entregando podían decirnos que "nada se está agitando", cuando estaban a punto de agitar el árbol del rock alternativo y hacer que cayeran al suelo todas las ramas secas y las manzanas podridas de una década desesperadamente enlatada en la comercialidad.

martes, 6 de noviembre de 2018

El disco de la semana 59: U2 - Songs of experience





Después de 40 años estamos todos de acuerdo que U2 es posiblemente de las bandas de rock con mas mítica en su carrera y quizás una de las que mejor han sabido innovar y moverse por las distintas posibilidades que el rock ofrece a los autores y al público. Es sin duda uno de los grupos que más expectativas nos crea cuando se rumorea que un nuevo trabajo de estudio se acerca a los distintos puntos de venta… no hay nadie más en la música rock en estos días que pueda generar un frenesí masivo de emoción y especulación ya que nunca les gusta repetirse

Songs of Experience, el decimocuarto álbum de estudio de U2, llegó 4 años después del lanzamiento de Innocence, la inquietud es una característica de la trayectoria musical de U2 y aunque lo que encontramos es un reconocible sonido U2, el álbum es muy diferente de todo lo que han hecho anteriormente. La característica que gobierna este álbum es la intimidad y la calidez, su punto de partida son las cartas de amor en forma de canciones para personas de los círculos más cercanos de la banda o cualquiera que se reconozca en estas canciones, la banda ha hecho lo que podría decirse que es el disco más refinado de su discografía.



"Love is All We Have Left”, esta canción presenta una suave entrada de ambientes con círculos suaves, sintetizadores vacilantes. Nuevamente, es la voz de Bono la que lleva las melodías emotivas de la canción. La forma en que se modula la voz y los pequeños detalles debajo de ella la hacen más conmovedora. Nunca la banda en toda su carrera tuvo una canción tan tranquila como un álbum de apertura. "Lights of Home", regresa a las guitarras deformadas y melodías urgentes y termina con una voz de coro gospel. La temática en sus letras se transforma en algo más oscuro. Es una canción de relleno y es uno de los momentos más flojos de este disco. A continuación el alegre y juguetón rock "You're The Best Thing About Me" está encendida por riffs e impulsado por ritmos llenos de baches y juguetones. En esta canción encontramos al rapero Kendrick Lamar. Saltamos a "American Soul" donde Bono canta sobre el problema de los refugiados, la música muerde, es feroz casi como el mensaje crítico hacia la política de los Estados Unidos

Con "The Showman" volvemos a dar un giro, estamos posiblemente ante una de las canciones más al estilo de los Beatles que la banda haya escrito, una canción alegre, cargada de swing y de felicidad, de la misma manera es contagiada "Landlady" muy del estilo de la anterior. U2 tiene una habilidad especial para mezclar grandes melodías y coros emocionantes que atraen a una amplia audiencia. "Lights of Home" y "Red Flag Day" son buenos ejemplos, canciones que brillan mas por lo que dan que por lo que realmente trasmiten.

"Little Things That Give You Away" es una potente canción de amor con las entregas vocales de Bono como desde hacía muchos años no habíamos escuchado. Es una de las canciones más destacadas de este álbum basado en teclado y ritmos simples que lo mantienen fluyendo perfectamente, pero pronto se convierte en una potencia con la voz de Bono con la melodía principal. Otra canción que interrumpe el flujo agradable es el glam rock stomper "The Blackout". Desde hace varios disco, U2 ha estado incluyendo canciones con momentos de estilo glam rock, con sus tambores de bombeo y sus jugosas líneas de bajo "The Blackout" simplemente avanza mientras Bono canta sobre la era oscura moderna que realmente es la era posterior a la verdad: "Las estatuas caen, la democracia está de espaldas / Lo teníamos todo y lo que teníamos no va a volver ".

"13 (There is a light)" es un tema casi silencioso, pero emocionalmente muy fuerte y ruidoso que sirve para cerrar el álbum.

Song of Experience es musicalmente meticuloso y una escucha más atenta revela un álbum fuerte y más profundo. Esta es una música muy bella que es aún mejor por su alma íntima y delicada. Las canciones son el resultado de una composición inteligente que está llena de anzuelos memorables, una gran musicalidad y sonidos cálidos, pero que no deja de girar, te engancha y no te suelta son canciones que buscan a la humanidad en estos tiempos en gran medida inhumanos



lunes, 5 de noviembre de 2018

El disco de la semana 58: Gorillaz - Demon Days





Soy fan de Damon Albarn desde los tiempos de Blur en los 90, y he abrazado con entusiasmo cada uno de los proyectos de un músico inquieto, imaginativo, adicto a las colaboraciones más diversas y dotado de una sensibilidad especial en la composición de todas sus canciones. Ya sea con Blur, Gorillaz, The Good the Bad and the Queen, o sacando óperas, musicales y discos en solitario, cuando escuchas una nueva canción nueva, enseguida sabes que la mano que mueve los hilos por detrás es la de Damon Albarn, porque disfruta creando música y esa sensación de estar pasándolo bien se transmite a sus canciones de una manera muy particular, incluso en las más melancólicas, es un sello característico del, por otro lado, variopinto "sonido Damon".


El proyecto Gorillaz surgió como la propuesta de un músico que sabía que, una vez que ha llegado a un punto de fama y reconocimiento consolidado, podía permitirse desafiar el status quo y arriesgar con su siguiente trabajo, pero también fue consecuencia de la necesidad de hacer algo nuevo, con unos Blur que agonizaban tras la marcha del guitarrista y amigo Graham Coxon. La respuesta fue un grupo basado en los dibujos animados de Jamie Hewlett, que aprovechaba el impulso de Youtube y la todavía rentable industria del videoclip, para ofrecer una refrescante propuesta visual que tenía detrás un elenco de músicos de sesión y múltiples colaboraciones de artistas del pop y el hip hop, con Damon Albarn como único miembro fijo.

No creo que esperaran que aquella rareza se convirtiera en el tremendo éxito en que se convirtió. El primer disco de Gorillaz no era más que una broma divertida, sin demasiada entidad como conjunto, pero con varios temas que tuvieron muchísimo gancho comercial. Para el segundo disco, Demon Days, se tomó las cosas mucho más en serio y entregó uno de sus mejores discos, a la altura de las propuestas de The Good, The Bad and The Queen o su disco en solitario, Everyday Robots. Dicen que cuando el demonio de aburre, espanta moscas con el rabo. Damon encontró el entretenimiento perfecto, concentrarse en hacer un disco enorme con un concepto global y apocalíptico. Bienvenidos a los días del demonio.

DEMON DAYS

La idea del disco, y de un proyecto de película que no llegó a convertirse en realidad, le vino a Damon en un viaje a China con su familia. La visión de largos campos de tierra y naturaleza deshabitada de aquel enorme país, en contraste con la masificación de sus grandes ciudades, le sugirió la visión de un planeta devastado, que impregnó algunos de los nuevos temas y le acabó dando al disco el empaque conceptual que no tenía su predecesor.

Como buen disco conceptual, comienza con una breve Intro que, individualmente, no llega a ganarse el calificativo de canción, pero que nos da la bienvenida y nos introduce en la atmósfera oscura y sinfónica que nos va a acompañar durante la brillante propuesta de Demon Days. Apenas unos trazos de una sección de viento, salpicados de un sampleado de "Dark Earth" de la película "El amanecer de los muertos", y enseguida hace su entrada triunfal el primer tema sólido del disco, "Last Living Souls" (las últimas almas vivientes), dónde se combinan de manera magistral la base electrónica con brillantes tramos melancólicos de guitarra acústica, piano y evocadores arreglos de violines y chelos.

"Kids with guns" tiene un enfoque más rockero y de denuncia, y nos evoca imágenes de niños blandiendo ametralladoras en cualquiera de los conflictos bélicos que asolan el planeta. Es el primer tema en el que aparece un artista colaborador, encarnado en esta ocasión en la voz de Neneh Cherry, que le da un contrapunto brillante a la atmósfera alienante de la canción.
El recurso de las colaboraciones es habitual en muchas canciones de Gorillaz, y llegó al exceso en el posterior e infravalorado "Humanz", pero en este disco está utilizado con acierto y equilibrio en la mayoría de los casos.

Los efectivos temas se van sucediendo sin tregua en esta primera parte del disco. "O Green World" es un canto sobre la destrucción del planeta, a ritmo de sintetizadores, guitarras y unas apocalípticas campanas en el tramo final, mientras que el coro de voces infantiles de la "Children Choir San Fernandez" de la pegadiza "Dirty Harry", combinado con un fresco ritmo de teclados, llevan el concepto de "Another Brick in the Wall" un paso más allá a nivel electrónico.

Llega el turno para "Feel Good Inc", redondo single dotado de un tremendo riff de bajo y un ritmo con el que es imposible no mover los pies, y fortalecido con la colaboración de los raperos De La Soul. Es además el segundo tema en el que se mezclan con acierto las partes más bailables y electrónicas con un excelso estribillo acústico, ambiental y melancólico. El resultado es uno de los mejores temas grabados por Gorillaz, y por Damon Albarn en el conjunto de su carrera.

"El Mañana" es uno de los momentos más intensos del disco, una descarnada y triste visión del contraste entre la inocencia infantil y un bélico y oscuro futuro en la edad adulto, una encrucijada entre quedarse estancado en el paraíso de la infancia, o mirar hacia adelante por un camino que lleva irremisiblemente a la muerte. Transitamos por la parte más oscura y negativa del disco, y a la falta de esperanza en el mañana hay que unirle que, en ese transitar sinfónico y electrónico por el descorazonador camino, cada nuevo planeta que vamos alcanzado está muerto ("Every planet we reach is dead"), y la desesperante búsqueda se prolonga en el tiempo. Llega Noviembre ("November has come") de la mano de una nueva colaboración, y salvando el triste estribillo de Damon, el mes y el recitado rapero de MF Doom se nos hacen demasiado largos y espesos.

En "All alone", el turno rapero es para Roots Manuva, pero el momento más álgido del tema es de nuevo el interludio sinfónico, en el que esta vez Damon cede la palabra a Martina Topley-Bird, que con su sugerente voz construye uno de los momentos más bellos del disco, trasladándonos a un mundo de ensoñación, al recurrente paraíso que, durante todo el disco, ha estado en constante choque con las imágenes apocalípticas de guerra y destrucción.

Toca después atravesar los dos minutos de "White Light", en mi opinión el momento menos inspirado e interesante del disco. Mi rechazo a esta canción es mayor si tengo en cuenta que, entre las canciones que se descartaron para esta obra, estaba una maravilla llamada "Hong Kong", interpretada con instrumentos tradicionales chinos, que habría elevado todavía más el nivel del disco. Podéis juzgar  si mi opinión es acertada, escuchando "Hong Kong" en el disco "D-Sides" que recopilaba caras B y descartes de "Demon Days", o viendo la increíble interpretación que hicieron de este tema en la presentación del disco en la Manchester Opera House.

Afortunadamente, el disco recupera rápidamente la senda de los singles poderosos con "Dare", efectivo dúo entre Shaun Ryder de los Happy Mondays y el contrapunto femenino de la suave voz de Rosie Wilson, y encontramos en el tramo final extrañas sorpresas, como el recitado de Dennis Hopper en "Fire Coming Out of the Monkey's Head". El petróleo se ha agotado en la Tierra, y el planeta es ya tan solo un gran cráter humeante.

Tras este apocalipsis, aún queda tiempo para que Damon nos regale un impactante final gospel para el disco, a través de dos temas engarzados por la cadena común de la London Community Gospel Choir. "Don't get lost in heaven" es un aviso a navegantes, si te pierdes en el paraíso irás directo al infierno. Comenzarán entonces los "Demon Days" del corte final, la inevitable era de la oscuridad y la destrucción. Pero aún estamos a tiempo. Mientras el demonio siga espantando moscas con el rabo, no estaría mal que hiciéramos más caso a los mensajes que el Planeta nos está enviando, y que entre todos empezáramos a cuidarlo. No está tan lejos esta brillante ficción de nuestra oscura realidad.

viernes, 2 de noviembre de 2018

El disco de la semana 49: Arctic Monkeys - Whatever people say I am...





En la antigüedad, se pensaba que la Tierra era plana y que no había monos en el Ártico. En el primero de los casos, ya en textos hindues del siglo XX A.C se insinúa que la Tierra pudiera tener forma esférica, pero no fue hasta Copérnico y Galileo cuando asumimos como certeza la forma redonda de la Tierra y los planetas. En el caso de los Monos del Ártico (Arctic Monkeys), los primeros indicios de su existencia aparecieron en 2001 en Sheffield (Reino Unido), algo lejos del Ártico. Dos adolescentes de esta localidad, Alex Turner y Jamie Cook, pidieron por Navidad una guitarra para formar una banda de música.


La mayoría de estos nuevos grupos desaparecen rápidamente, vencidos por la falta de repercusión de sus canciones, o porque sus miembros tienen que asumir las obligaciones del mundo real y no tienen tiempo para dedicarle al proyecto. Es lo que ocurrió en 1991 con "Los Paranoicos" (me permito tomar ese nombre porque es el que yo sugerí, pero no recuerdo si realmente llegamos a tener un nombre en firme). Éramos solo unos adolescentes, un grupo de amigos con la loca idea de formar un banda, sin tener instrumentos ni saber tocarlos, "igual" que los Arctic Monkeys (las comillas aquí son muy necesarias).


La diferencia fundamental es que los Arctic Monkeys consiguieron sus guitarras y aprendieron a tocarlas. Formaron una banda junto a otros dos amigos de la escuela, Andy Nicholson y Matt Helders, que asumieron los roles de bajo y batería, respectivamente. En los comienzos, contaron incluso con un quinto miembro como cantante (Glyn Jones), que dejó el grupo a los pocos meses, momento en el que Alex Turner tuvo que superar su timidez inicial y asumir el rol de cantante principal.

En el caso de Los Paranoicos, la estrategia fue errónea ya desde el inicio. Decidimos que, antes incluso de tener instrumentos y saber tocarlos, debíamos empezar por escribir las canciones. Quedamos en que cada uno trabajaría en una canción, y la presentaría al resto del grupo en un plazo máximo de un par de días. De aquellos intentos de composición surgieron, que yo recuerde, hasta cinco posibles canciones. Las risas que provocaron en los demás las canciones que cada uno de nosotros presentó aquel día, fueron las que acabaron con el grupo a los dos días de su intento de nacimiento.

Los Arctic Monkeys dieron su primer concierto el 12 de Junio de 2003 en una pequeña sala de su Sheffield natal. Para los siguientes conciertos, grabaron varias demos y las regalaron en CD a los asistentes. Se les acabaron muy pronto los CDs disponibles, pero los fans empezaron a copiar aquellos temas en sus ordenadores y a compartirlos de forma viral en la red. Eso hizo que la gente conociera sus canciones y las coreara en los conciertos, mucho antes de tener grabado su primer disco. Ellos ni siquiera sabían lo que era MySpace, pero ya tenían una página web que había sido creada proactivamente por sus fans.

En mayo de 2005, lanzaron Five minuts with the Arctic Monkeys, su primer EP, que contenía dos de las canciones que acabarían formando parte de "Whatever people say I am, that's what I'm not". Hablamos de Fake tales of San Francisco y From the Ritz to the Rubble. Posteriormente, lanzaron en Octubre de 2005 su primer sencillo, "I bet that you look good on the dance floor", que también acabaría formando parte de su disco de debut, y que llegó al número 1 de las listas de singles del Reino Unido. Aún sacaron un segundo sencillo, "When the sun goes down", antes de lanzar el disco, y de nuevo alcanzaron el lugar más alto de las listas inglesas.

Los Paranoicos se separaron a los dos días de formarse, por lo que canciones como "Casablanca" (una historia de amor entre dos adolescentes, ambientada en el mismo lugar que la película de Humpfrey Bogart), "Oye, tío cabrón" (pieza de rock pesado y riff repetitivo, compuesta mientras esperábamos a que un dependiente borde nos atendiera por fin), "Only as you now" (canción de despecho hacia una musa de los bares de Getafe, totalmente displicente hacia nuestros intentos de cortejo, a la que un vengativo enamorado juraba tratar algún día con la misma indiferencia), o "Soldado Autónomo" nunca vieran la luz en CD ni corrieran como la pólvora en MySpace, que dicho sea de paso no existía por aquella época.

Desafortunadamente, no me quedé con las hojas en las que garabateamos aquellas canciones. De haberlo hecho, ahora podría haber mostrado la "profundidad" de aquellas letras, que tantas risas provocaron en aquella reunión de principio y final de lo que pudo ser y no fue. Recuperárlas sería ahora mas dificil que encontrar alguno de aquellos textos hindúes del siglo XX antes de Cristo, en los que quizá se planteara no solo que la Tierra y los Planetas fueran esféricos, sino que ninguno de ellos estaría jamás alineado para que Los Paranoicos llegaran a ser un grupo de música rock. Los astros se alejaron de Getafe y miraron hacia el Ártico, haciendo una parada en Sheffield para recoger a cuatro prodigios que entregaron el mejor disco de debut que se recordaba desde el Is this It de sus idolatrados Strokes.  

WHATEVER PEOPLE SAY I AM... THAT'S WHAT I'M NOT


El título del disco, extrañamente largo ("Cualquier cosa que la gente diga que soy, es lo que no soy") proviene de Saturday Night and Sunday Morning, una vieja película de los años 60. Pese a que la mayor parte de las canciones ya eran conocidas a través de las demos que circulaban, el álbum generó mucha expectación y las ventas se dispararon desde la primera semana.

Las críticas en el Reino Unido les elevaron hasta la categoría de "los nuevos Beatles". Más allá de calificativos exagerados, la realidad es que su álbum de debut es un derroche de energía y decibelios, un chorro de aire fresco en el mundo del indie rock de los años 2000. Todo empieza con The view from the afternoon, un estallido directo desde las primeras notas del disco. Guitarras urgentes y distorsión, camuflando una melodía pop de estribillo pegadizo. Tras ver el atardecer, se trasladan a una discoteca con I bet that you look good on the dancefloor, una nueva descarga de energía que se ha elevado a la categoría de himno rock para adolescentes (y no tan adolescentes), sin duda la canción que más levanta al público en sus conciertos y una de las mejores canciones de un disco en el que todas las canciones llegan a un nivel muy alto.

Siguen de marcha con Fake tales of San Francisco, una de las canciones que existían ya desde los tiempos del primer EP. Al ritmo de un pegadizo riff de guitarra, describen de manera divertida una fiesta desmadrada en la que las rock stars toman vino blanco y otras sustancias en los cuartos de baño. Puede que en ese mismo baño esté el espejo en el que parece mirarse Alex Turner mientras canta Dancing Shoes, la letra parece un mantra de automotivación para atreverse a hablar con una chica de la fiesta, quizá la misma con la que cruzó miradas en la pista de baile.

El mantra debió funcionarle, porque en la siguiente canción su nivel de confianza en sí mismo se ha disparado, su título es la frase brillante y chulesca que todos hemos buscado alguna vez en nuestra época adolescente, para romper el hielo con una chica: You probably couldn't see for the lights but you were staring straight at me (probablemente no podías verlo por las luces, pero me estabas mirando directamente a mí). Y la frase parece que funcionaba, porque tras esta canción dan el salto a Still take you home (todavía te llevo a casa). Hasta aquí no hay tregua en lo musical, las guitarras desenfrenadas y los estribillos poderosos te llevan en volandas hacia la mitad del disco.

Riot Van es el único momento de calma, algo insustancial en su contenido, como las preocupaciones de los adolescentes. Salir, beber, el rollo de siempre... en las calles de Sheffield y metiéndose en algún que otro lío con un oficial de policía. El camino a casa, en esas horas intempestivas, pasa por tomar un taxi en Red light indicates doors are secured (frase que puede leerse en la cara interior de las puertas de los taxis británicos: "la luz roja indica que las puertas están cerradas), y por retomar la fuerza y brillantez de temas anteriores.

Llegamos a uno de los momentos más relevantes del disco, con otra de las canciones que se han convertido en un himno de la banda. Mardy Bum es la brillante descripción de una charla en la que el protagonista trata de reconciliarse con una chica, después de una discusión. Tras este tema, la noche se alarga con Perhaps vampires is a bit strong but... en la que, tras la descarga guitarrera marca de la casa, el tema se corta en un silencio, roto inmediatamente por la voz del protagonista, desgañitándose para decirles a los que le rodean "¡todos vosotros sois vampiros!" ¿Quién no ha gritado algo parecido cuando, a las 6 de la mañana, sus amigos aún querían ir a tomar la última?

El disco se acerca a su fin con una canción brillante pero oscura, When the sun goes down, que denuncia el ambiente de prostitución que se vive en algunas zonas de Sheffield. Es el submundo que aparece cuando el sol se esconde, y la noche se apodera de las calles de esta ciudad, como en el recorrido nocturno descrito en From the Ritz to the Rubble, la canción con la que cierran este épico recorrido por las calles y los bares de la noche británica. Diez años antes, un grupo de adolescentes transitamos por calles similares, fuimos a otros bares y conocimos chicas que habrían podido inspirar grandes canciones como éstas, pero lograrlo habría sido más raro que encontrar monos en el Ártico. Y para eso llegarían después los Arctic Monkeys, para hacerlo con más gracia y un inagotable talento.

jueves, 25 de octubre de 2018

El disco de la semana 22: Red Hot Chili Peppers - Blood Sugar Sex Magik

Blood Sugar Sex Magik



     Blood Sugar Sex Magik es sin duda, si no el mejor, uno de los mejores discos que el grupo californiano Red Hot Chili Peppers sacó a la luz. Red Hot Chili Peppers se forma en 1983, en 1988 llevan ya tres discos editados, y ese año el grupo se lleva un durísimo golpe tras la muerte del guitarrista Hillel Slovak, hecho por el que el batería Jack Irons decide abandonar la banda. Este hecho provocó que Anthony Kiedis, cantante y guitarra del grupo se fuera a Mexico a desintoxicarse de su adicción a las drogas. Posteriormente Kiedis y Michael "Flea" Balzary, bajista del grupo deciden seguir adelante y acaban fichando a John Frusciante como guitarrista principal y a Chad Smith como batería.


     Esta formación en 1989 edita el cuarto álbum de la banda, Mother's Milk del cuál venden la nada despreciable cantidad de casi 3 millones de copias en todo el mundo. Animados por este hecho en 1991 sacan el quinto trabajo de la formación, donde se atreven a ir más allá y aparte de los ritmos punk, rock o funk que estaban acostumbrados a tocar y deciden meter también riffs más duros, coqueteando también con el Heavy metal. Un disco que no deja indiferente pues la tematica que emplearon en los temas fueron el sexo, las drogas, la muerte o la lujuria.
Un álbum que les catapultó al super estrellato mundial, vendiendo sólo en Estados Unidos más de 7 millones de copias. El disco fue editado por la discográfica Warner Bros, y para tal aventura contaron con el productor Rick Rubin, el cual habia trabajado entre otros para Beastie Boys, un tipo de mente abierta, algo que iba a necesitar para trabajar con Kiedis, Flea y compañía.

     El grupo quería grabar un álbum diferente, algo que se saliera de lo convencional, y para ello decidieron encerrarse en una mansión en la que vivió un tiempo el mago Harry Houdini y acordaron que no saldrían hasta que el disco estuviera terminado, Pero el batería Chad se negó a quedarse en la mansión pues según el ésta estaba embrujada, por lo que acordaron que los demás si se quedarían y Chad podría salir de la misma para irse a dormir y volver siempre por las mañanas.

     El resultado fueron 17 temas  de los cuáles abría el disco The Power of Equality, tema en el que hablan del racismo y la desigualdad, y donde hacen un guiño al grupo de rap Public Enemy

     If You Have To Ask, tema que escribieron con una letra que no tenía sentido, y que fue prohibido emitir en las emisoras de radio en Estados Unidos. El tema contiene un solo de guitarra con Wah Wah de John Frusciante que esta considerado como uno de los mejores solos de wah wah de la historia por la recista Guitar World, posicionandolo en decimoquinto lugar.

     Breaking the Girl, es uno de los temas más melódicos del disco, compuesto por Kiedis donde habla de sus constantes aventuras amorosas las cuales son cortas, por lo que temía acabar como su padre, siendo un mujeriego y no encontrar relaciones a largo plazo que merecieran la pena.

     Funky Monks, tema con una base funky donde meten riffs de guitarras muy contundentes. También da título al documental que la banda grabó en la mansión donde estuvieron trabajando para grabar el disco.

     Suck My Kiss, tema que habla de un hombre que está tan enamorado de su pareja que hara cualquier cosa por ella. El tema contiene una propuestas sexuales subidas de tono, pero Kiedis siempre defendió que estas propuestas no pretendían ser ni mucho menos groseras y si positivas y cariñosas.



     I Could Have Lied, el tema fue compuesto por Kiedis tras haber sido abandonado por Sinead O'Connor, y habla sobre la mentira y el engaño, que fue lo que provocó al parecer la ruptura, aunque sobre esto Sinead siempre mantuvo que ellos sólo salieron un par de veces y que no soportaba la música de Red Hot Chili Peppers ya que no los entendía.
Para la música del tema se inspiraron en el famoso tema de Bob Dylan que tan famoso hizo Jimi Hendrix All Along The Watchtower.

     Mellowship Slinky In B-Major, tema donde Kiedis se dedica a citar simplemente cosas que a el le gustan como bandas de punk, escritores como Twain o Capote, artistas como Hendrix o actores como De Niro. También acaba citando como una de sus cosas favoritas el Clítoris, dejando claro que si queŕian salirse de lo convencional lo consiguieron. Curiosamente el tema no está compuesto en B mayor.

     The Righteous & The Wicked, tema donde hablan de los males que estan acabando con el planeta y la humanidad y acaba pidiendo ayuda a su héroe Marvin Gaye, todavía tienen esperanzas y por eso tocan.

     Give It Away, uno de los mayores exitos de la banda y que curiosamente al principio las radios se negaron a emitir argumentando que carecía de melodía. La música la compusieron Flea y Frusciante durante una Jam Session, y luego Kiedis le añadió la letra en la que habla del altruismo y la generosidad y una experiencia que tuvo con otra de sus ex novias, Nina Hagen. Nina tenía una chaqueta que a Kiedis le gustaba y esta se la regaló, algo que no pasó desapercibido para Kiedis y que quiso reflejar en este tema.

     Blood Sugar Sex Magik, tema que da título al disco, donde vuelven a estar presentes las letras de contenido sexual, donde según ellos lo hacen aquí de una forma metafórica y espiritual.

     Under The Bridge, una de las joyas del disco y de la banda. Kiedis había estado escribiendo un poema donde hablaba de la angustia y los pensamientos autodestructivos tenía como resultado de su adicción a la heroína y las anfetaminas, casualmente el productor Rubin se encontró con este poema animó a Kiedis a que se lo enseñara al resto de la banda, pero este pensaba que la letra era demasiado blanda y que no pegaba con el estilo del grupo. Finalmente se animó y se lo mostró al grupo, y a partir de entonces Kiedis y Frusciante se pusieron a darle forma. Así se gestó esta auténtica maravilla.

     Naked In The Rain, donde Kiedis nos habla de su aversión al género humano: "La gente fría y ofensiva me dan escalofríos", y por contra ensalza al mundo animal: "Nunca encontré un animal que no me gustara"

     Apache Rose Peacock, tema donde Kiedis nos relata sus experiencias en Nueva Orleans y sus coqueteos con las chicas, las drogas y la fiesta.

     The Greeting Song, tema que Kiedis acabó escribiendo ante la insistencia del productor Rubin, donde trata de temas como las chicas y los coches, un tema quye a Kiedis nunca le gustó pues trataba de temas demasiado frívolos que no le llenaban ni aportaban nada.

     My Lovely Man, tema que se compuso como tributo al guitarrista Hillel Slovak, el cuál murió en 1988 de sobredosis siendo sustituido por Frusciante.



     Sir Psycho Monkey, tema con muchas connotaciones sexuales, trata de un personaje ficticio llamado Sir Psycho Sexy y sus historias sobre sus raros y extraños encuentros sexuales.

    They're Red Hot, cañera versión de poco más de un minuto del tema del mítico bluesman Robert Johnson.   

     Blood Sugar Sex Magik es en definitiva un disco que se sale de la norma, querían salirse de lo convencional y lo consiguieron sobradamente, donde se atreven a fliltear con una naturalidad pasmosa con temas como el sexo, las drogas o la muerte, y donde juegan con maestría con ritmos como el punk, el rock, el metal ó el funk.
Blood Sugar Sex Magik es en definitiva un disco con mayúsculas.