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The Number Of The Beast |
Finaliza el mes de junio, el mes que hemos dedicado a la banda británica
Iron Maiden, y no se me ocurre mejor forma de despedirlo que con uno de los mejores álbumes de la historia del heavy metal,
The Number Of The Beast. Además da la casualidad que éste fue el disco seleccionado para la semana número 84 de la aventura de
7dias7notas, y que mejor forma de cerrar el mes dedicado a la
Doncella de Hierro que con su disco más icónico.
En 1981 el vocalista de la banda
Paul Di'Anno es expulsado debido a sus excesos con el alcohol y las drogas que habían provocado que hubiera sido detenido varias veces y que hubiera faltado en momentos claves de la banda. Tocaba elegir nuevo vocalista, y tras varias probaturas el elgido por la banda era el cantante por entonces de la banda
Samson Bruce Dickinson. Pero había un pequeño problema,
Samson había tenido anteriormente problemas con el manager de la banda
Ron Smallwood, por lo que este en un principio se niega a que
Bruce ingrese en la banda; Al final
Steve Harris logra convencer a
Ron para que le acompañe a ver un directo de
Samson con
Dickinson. Tras ver la calidad de
Dickinson como vocalista y la desenvoltura de este en el escenario
Ron se convence de la decisión de
Harris, le citan para una audición, y tras la misma
Bruce es fichado para
Iron Maiden, bendita insistencia. El grupo quedaba conformado por
Steve Harris (bajo),
Dave Murray (guitarrista),
Clive Burr (batería),
Adrian Smith (guitarra) y
Bruce Dickinson (vocalista).
Steve Harris, que suele llevar casi todo el peso compositivo de la banda, sabe que
Dickinson tiene muchísimo potencial y decide aprovecharlo dándole un enfoque diferente a sus composiciones. Según
Martin Birch, el productor del álbum, con
Dickinson se abrían todo un abanico de amplias posibilidades que con
Paul Di'Anno eran imposibles, no en vano el apodo de
Bruce gracias a sus cualidades vocales es
"Air Raid Siren" (sirena de ataque antiaéreo). Durante la grabación del álbum la prensa musical de la época informó que durante la grabación del álbum se sucedieron una serie de hechos inexplicables, luces que se encendían y apagaban solas, extraños ruidos en el estudio, y fallos inexplicables que estropearon equipos de grabación. Pero el punto álgido de todos esos supuestos hechos que la banda al parecer había sufrido fue el que le ocurrió a su productor
Martin Birch mientras trabajaba en el álbum. Un día al terminar una de esas jornadas de las sesisones de grabación del disco
Martin cogió su coche como de costumbre para ir a casa, pues bien durante el trayecto sufrió un desafortunado accidente al colisionar con un autobus llenos de monjas. Lo bueno es que nadie resultó herido considerablemente, tan solo daños materiales, sobre todo en el coche del productor.
Martin lleva su coche a reparar al taller, y se lleva una desagradable sorpresa al enterarse del coste de la factura, 666 libras esterlinas, y aunque
Martin no era supersticioso, para evitar problemas o suspicacias decide abonar la factura y pagar al taller 667 libras esterlinas.
Con
Martin Birch a los mandos de la producción el grupo se marcha en diciembre de 1981 a los
Battery estudios de Londres, terminando el proceso de grabación en enero de 1982. Aunque
Harris sigue llavando la maor parte del peso en la composiciones, éste es el único disco donde
Clive Burr es incluido en los créditos de composición debido a sus aportaciones (sería el último disco en el que participaría
Clive Burr). También empiezan a aparecer aportaciones en forma de temas escritos por
Adrian Smith, y
Bruce Dickinson, que no puede aparecer en los créditos debido a asuntos contractuales con su anterior banda, se involucra en el proyecto y aporta numerosas
"contribuciones morales" en el álbum (
Children Of The Damned, The Prisioner y
Run To The Hills).
El 22 de marzo veía la luz
The Number Of The Beast Con una portada que generaría polémica, concebida por
Derek Riggs y que inicialmente fue creada para la canción
Purgatory del anterior disco,
Killers. La portada era tan buena que
Ron el manager convenció a la banda para que la utilizaran para su siguiente disco. En la portada aparece
Eddie controlando a
Satán como a una marioneta, y a su vez
Satán controla a un pequeño
Eddie. El concepto de la portada era preguntarse quién controla a quién y quién es el verdadero diablo. El cielo que aparece en el diseño era de color negro, pero por un error de impresión en la portada apareció de color azul. Un error de impresión que se subsanaría en la posterior reedición de 1998.
Ocho temas que convertirían este álbum en uno de los mejores y más influyentes de todos los tiempos del género heavy metal:
Invaders, compuesta por
Harris. Se nota que al grupo le gusta la historia y en esta ocasión nos hablan de las batallas del pueblo vikingo. Canción potente y rápida donde
Dickinson ataca la primera estrofa y rápidamente hace que nos olvidemos de
Di'Anno.
Di'Anno tenía calidad y otras cualidades pero no llegaba a los registros de los que nos hará disfrutar
Dickinson.
Children Of The Damned, acreditada a
Harris, el cuál se baso en la película
El pueblo de los malditos y su secuela
Los hijos de los malditos, inspirándose también en el tema de
Black Sabbath Children Of The Sea. La canción tiene un arranque melódico y tranquilo y de repente la canción va in crescendo hasta llegar al éxtasis con el bajo de
Harris mandando y las guitarras de
Smith y
Murray doblandose a la perfección. Es el segundo tema y
Dickinson ya ha dejado claro el porqué es el elegido para hacerse cargo de la voz de
Iron Maiden.
The Prisioner, acreditada a
Smith y
Harris. El tema es una alegato por la libertad y está basado en una serie de los años 60 del mismo nombre,
The Prisioner. Para el inicio del tema se usaron los audios originales que se utilizaban en la apertura de la serie, y para ello el manager de la banda tuvo que llamar al cocreador y actor de la serie
Patrick McGoohan para pedirle permiso para usar los audios.
Ron no tenía nada claro que les dejasen utlizar los audios pero al final lo consiguió gracias a la buena fe de
McGoohan.
Cierra la cara A
22 Acacia Avenue, compuesta por
Harris y
smith. Este tema es una continuación del tema
Charlotte The Harlot, tema incluido en el primer disco de la banda llamado
Iron Maiden. Este tema originalmente había sido compuesto por
Smith cuando se encontraba en su anterior grupo
Urchin, y
Harris recordó haberla escuchado en una actuación de estos y decidió rescatarla y modificarla para este álbum. El tema nos relata como es la vida en el trabajo de una prostituta llamada
Charlotte. Atentos al riff del tema acompañado de la batería de
Burr, sencillamente espectacular.
Y llegamos al tema que abre la cara B y que da título al álbum,
The Number Of The Beast, compuesto por
Harris. Este tema fue considerado por las asociaciones religiosas como una clara evidencia de que
Iron Maiden era una banda satánica. En realidad el tema fue inspirado en una pesadilla que tuvo
Harris después de ver la película
Damien: Omen II. Las letra del tema está inspirada en el poema
Tam Bur' Tam o' Shanter de
Robert Burns. Para la cita a capella que inicia el tema el grupo quería que fuera
Vincent Price, pero éste quería más dinero que el que la banda estaba dispuesta a pagar, así que al final se contrató al actor
Barry Clayton para hacerlo. La introducción de
Clayton está basada en el libro de Revelaciones 12:12 y 13:18 de la
Biblia del Rey Jacobo. El tema se ha convertido por derecho propio en una de los grandes clásicos del metal de los años 80.
Run To The Hills, acreditado a
Harris. Este tema fue el primer single editado del álbum. El tema es una composición magistral que relata desde varias prespectivas cuando los europeos empezaron a llegar a las costas de América del Norte y empezaron a tener contacto con los
indígenas estadounidenses. El primer verso relata la situación desde la perspectiva de los indígenas
("El hombre blanco cruzó el mar, nos trajo dolor y miseria"), el segundo verso lo hace desde la perspectiva de los colonos (
"Persiguiendo a los pieles rojas hasta sus agujeros, luchando contra ellos en su pripio terreno"), y el tercer verso lo hace desde la perspectiva imparcial de una tercera persona
("Venderles Whisky y tomar su oro, esclavizar a los jovenes y destruir a los viejos").
Gangland, compuesta por
Burr y
Smith. Es una de las pocas composiciones donde escontramos al baterista
Clive Burr acreditado, un buen tema que nos sirve de antesala para lo que se nos avecina.
Hallowed By The Name, compuesta por
Harris. El bajista se saca de la manga una de las mejores composiciones del disco y de toda la carrera del grupo, tema redondo, potente, demoledor. El grupo es una apisonadora donde el bajo de
Harris y la batería de
Burr marcan perfectamente la base para esas guitarras se que doblan a la perfección y que nos regalan unos duelos antológicos, y todo ello mientras
Dickinson estira su voz hasta unos registros imposibles. Para la composición del tema, que nos relata la historia y las impresiones de un preso antes de ser ahorcado,
Harris se inspiró en la letra del tema de 1974
Life's Shadow del grupo
Beckett.
Ron Smallwood fue el manager de
Beckett y
Steve Harris siendo adolescente vio a la banda tocar este tema en vivo.
Al margen de los extraños sucesos que pudieron rodear la grabación de
The Number Of The Beast y de las asocicaciones religiosas que quemaban los vinilos del grupo ó destrozaban a martillazos estos por miedo a inhalar los humos de éstos por considerar al grupo como una banda satánica, queda claro que este disco es uno de los mejores del género heavy metal de todos los tiempos, y merece una escucha al menos una vez en la vida.