El grupo y el disco que protagonizan este artículo surgen en 1968, en un pub-discoteca londinense llamado The Cromwellian, dónde un entonces aspirante a cantante llamado Rod Stewart tiene un encuentro casual con un, ya por entonces, aclamado guitarrista llamado Jeff Beck, conocido por su trayectoria previa en The Yardbirds, entre otros, dónde había coincidido con Jimmy Page, antes de que éste diera cuerpo a su proyecto posterior de Led Zeppelin. Y según cuenta el propio Beck, algo tuvo que ver este disco en el sonido que, posteriormente, enarbolara Page para su famoso dirigible.
Según cuenta Rod Stewart en su autobiografía, publicada en España en 2012 por Plaza & Janes editores, la conversación comenzó cuando le preguntó a Jeff Beck si era un taxista. Beck, sorprendido por la pregunta, le contestó que no, y le preguntó a su vez si Rod era un portero. Rod contestó: "No, yo soy cantante". Y eso era justo lo que Jeff necesitaba, un cantante para crear su nuevo grupo, tras haber abandonado The Yardbirds por desavenencias de egos con el otro tótem de la guitarra del grupo, el ya mencionado Jimmy Page. Quedaron al día siguiente para hablarlo en más detalle, en el Museo de la guerra, pero ya entonces había nacido el The Jeff Beck Group, y el siguiente paso fue reclutar al resto de miembros del grupo (Ron Wood a la guitarra de acompañamiento y bajo, Nicky Hopkins a los teclados y un sinfín de baterías que llegaban y al poco eran despedidos por un extremadamente perfeccionista e inestable Jeff Beck, que también llegó a despedir a Wood durante unos días) y meterse en el estudio de Abbey Road para crear el que fue su álbum de debut.
TRUTH
Para el disco, que se basó principalmente en versiones de temas clásicos del blues (por influencia de Jeff) y en menor medida del soul (Rod cuela una versión del Ol' man river de Ray Charles), necesitaban componer algunos temas propios. Jeff no era muy creativo a la hora de componer, de modo que los inseparables Rod y Ron se fueron a casa de la madre de este último, y al calor de un brasero intentaron componer algunos temas. El problema fue que a la cita se llevaron un par de cuadernos de cuartillas amarillas, en lugar de llevarse las guitarras. Para ayudar a las musas a encontrar el camino, abrieron una botella de vino, que acabó vacía en el suelo, junto a dos veinteañeros tumbados sobre la moqueta, entre varias cuartillas vacías. Cuando la madre de Ron llegó y les sorprendió de esa guisa, su respuesta fue brillante:
"Vaya, me parece que vosotros dos no vais a ser una amenaza para los Beatles"
De modo que el disco se basó en adaptaciones de clásicos del blues, transformadas en bofetadas de blues rock y bases rítmicas con las que dar espacio al virtuosismo de Beck con la guitarra. Y sin embargo, el disco brilla por la magia y la solvencia con la que estos tres monstruos enfocaron la grabación de los temas. Rod Stewart se maneja como un cantante mucho más experimentado de lo que realmente era, asumiendo registros blues por los que no había transitado. La guitarra de Jeff Beck tiene su espacio predominante en todos los temas, y el guitarrista estaba realmente en forma. La voz y la guitarra empastan a la perfección, pero el tejido de acompañamiento que dibuja Ron Wood es también eléctrico y muy solvente. El disco tiene poso y aporta un sonido novedoso para entonces. Jeff lo aprovechó para soltar otro de sus ácidos ataques a Jimmy Page, que junto a John Paul Jones y Keith Moon colaboraron en la grabación del tema Beck's Bolero. Les acusó de copiar el sonido de este disco para su siguiente grupo tras los Yardbirds. Un proyecto que se llamaría Led Zeppelin.
Por economizar y reducir los costes de trabajar en Abbey Road, el disco se grabó en apenas dos días, algo impensable para los discos que se graban hoy en día. Uno a uno y sin apenas pausa, fueron grabando temas como You shook me de Willie Nelson, I ain't superstitious de Howlin' Wolf, Morning Dew de Bonnie Dowson o el Ol' man river de Jerome Kern, popularizado por Ray Charles, en la que Keith Moon tocó los timbales, acreditado como "You know Who" en los créditos por problemas contractuales.
Para el tema de arranque, se optó por Shapes of things, una canción compuesta durante un proyecto previo de Beck, que en la voz de Stewart adquirió otra dimensión diferente. Los temas "originales" aparecen firmados por "Jeffrey Rod" (un pseudónimo de Jeff Beck y Rod Stewart). Optaron por firmar así los temas que estaban de nuevo basados en otros temas clásicos, pero cambiando tanto la letra y el enfoque musical que llegaban a tener identidad propia. Let me love you se basa en Let me love you baby de Buddy Guy, Blues Deluxe en Gambler's Blues de B.B. King y Rock my Plimsoul en Rock me baby, también de B.B. King. El disco se completó con una versión de un tema tradicional de finales del siglo XVI llamada Greensleeves que abría la cara B de la edición en vinilo. La melodía de la época Tudor fue reinterpretada al son de las cuerdas de la guitarra de Beck, en un tema instrumental curioso pero poco trascendente.
Paradójicamente, Truth (Verdad) nació con una gran mentira. Pese a ser un disco grupal y con varios artistas relevantes en sus filas, el mánager de Beck (Mick Most) se la jugó al resto y lo publicó como disco en solitario de su pupilo, lo cual no sentó nada bien en el seno del grupo, que ya estaban cansados de alojarse en moteles de mala muerte mientras el guitarrista ocupaba las suites de los mejores hoteles durante la gira previa y posterior al disco. Eso hizo que el segundo disco, Beck-Ola, se publicara por fin como un disco de The Jeff Beck Group, y que aún hoy en día aparezca en muchas publicaciones como el primer disco de la banda, aunque en realidad fuera el segundo y, a la postre, último que grabarían juntos. Beck también estaba cansado de lo que consideraba, pese a las continuas artimañas de su mánager, una falta de reconocimiento y protagonismo. Su ego de estrella no le permitía lidiar con situaciones como la que sucedió en los camerinos tras uno de los últimos conciertos del grupo en EE.UU. Un enviado de EMI Records se acercó a saludar y se fue directo hacia Rod Stewart, para decirle:
"Jeff, un concierto cojonudo, sí señor. Y llevas un gran guitarrista..."
Todas estas confusiones, mentiras y malos rollos influyeron en que, pese a seguir la misma fórmula, Beck-Ola no tuviera la misma magia que su antecesor, y en que todos estos grandes de la música siguieran caminos diferentes, en busca de una verdad que unas veces fue mejor y otras peor, pero que siempre fue diferente, como las canciones que nos regalaron en Truth, el verdadero disco de debut de The Jeff Beck Group.
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