Segundo album de Bob Dylan en el año 1970, pero en esta ocasión estamos ante un álbum mucho más serio que el anterior, Selfportrait, y también mucho más corto, Bob reduce el formato y vuelve al principio del disco 'ultracorto' que se mantendría durante la mayor parte de su 'período country'. En cuanto a la estilística, no es del todo de otro género ni nada por el estilo, todavía está trabajando en el estilo country tranquilo y despojado patentado. Sin embargo, ahora confía mucho más en el piano que en cualquier otra cosa, basando canción tras canción en secuencias de acordes vagas, acuosas, incoherentes y sin tener en cuenta riffs cuidadosamente estructurados. Y esto en ningún momento supone un problema: por caótico que parezca este disco, de alguna manera se las arregla para ser increíblemente pegadizo.
No estoy exactamente seguro de si te gusta o si odias Selfportrait, pero si eres de los que no lo odias, realmente encontrarás New Morning como un punto culminante importante en su carrera. Pegadizo, tranquilo e introspectivo, y también humilde y filosófico, esta vez encuentra a Bob en un estado de ánimo algo melancólico. Pero bueno, ese era probablemente el estado de ánimo real en el que estaba en ese momento, y todo sobre el álbum se siente absolutamente sincero y conmovedor. El álbum también muestra una actitud religiosa evidente, por primera vez en la carrera de Bob, se podría decir que, en cierto modo, New Morning predice el período de 'renacimiento' de Bob, aunque solo sus lados fuertes y ninguno de sus puntos débiles. Me refiero principalmente a los últimos tres minutos del álbum: 'Three Angels' es una pieza solemne, espeluznante basada en el órgano, con Bob recitando un cierto tipo de visión apocalíptica que me da escalofríos; y 'Father Of Night' es solo una cancioncita muy corta, pegadiza, simplista e infantil para completar el disco. Inimaginable en cualquier álbum anterior, pero nunca estropeando la imagen.
Pero vamos a destacar la pieza que abre New Morning se trata del clásico “If Not For You” que fue versionado por George Harrison en su emblemático All Things Must Pass publicado apenas tres semanas después de nuestro homenajeado disco. Fue versionado también por Olivia Newton-John y que da título a su primer LP, Dylan nos dice en la canción que “Si por ti no fuera, la puerta nunca hallaría, ni el suelo jamás vería, estaría triste, si por ti no fuera”. Además de ser el único “single” del disco, es una sencilla pero cautivadora canción de amor de básicamente unos cinco acordes pero de gran calidez, tanto en la original como en la versión de Harrison.
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