Huérfana de madre con cuatro años, durante toda su niñez sufrió en silencio el maltrato cruel de una madrastra loca, después de que su padre se fuera del hogar. Se casó cuatro veces sin nunca dar con el amor verdadero. Tuvo que esperar treinta y seis años para que por fin un tribunal de California le diera la razón en su batalla judicial contra Disney, que le negaba royalties por la composición e interpretación de la canción principal de La Dama y El Vagabundo, He’s a Tramp (But i Love Him). Luchó toda su vida contra una salud delicada, pero en 1998 sufrió un derrame cerebral que le quitó el habla.
Peggy Lee, conocida por su entrega sensual, sincronización impecable y entonación de blues, ya se había ganado el respeto de los grandes del jazz, mientras que sus éxitos comerciales ganaron legiones de admiradores. Versátil y prolífica, se ha convertido en una de las voces más reconocidas de la era del swing, famosa por éxitos como “Why Don't You Do Right” y “It's a Good Day”, siendo esta última una de sus muchas composiciones originales. En Estados Unidos, era considerada como una de las más grandes damas del Jazz, codeándose con Ella Fitzgerald o Bessie Smith. Billie Holiday le admiraba, Duke Ellington le llamaba The Queen, Sinatra estaba permanentemente fascinado, y Dios Elvis le consideraba como una de sus principales influencias.
En julio de 1958, casi 20 años después que empezara su carrera Peggy Lee tuvo la posibilidad de hacer una versión de un tema compuesto dos años antes por Eddie Cooley y Otis Blackwell, este último hizo muchas contribuciones al canon del rock'n'roll temprano, incluyendo "All Shook Up", "Don't Be Cruel" y "Great Balls Of Fire", entre otros. Los dos coescribieron “Fever” y fue grabado por la joven estrella de R&B y rock'n'roll Little Willie John, que tenía solo 18 años en ese momento. El original había vendido un millón de copias, pero a Peggy Lee le pareció poco y que podía tener más recorrido, hizo la canción suya, para ello adaptó la letra, quitó todo lo superfluo, quedándose solo con el contrabajo y la batería, ralentizó el tempo, le metió unos chasquidos de los dedos y le implantó una narración satírica de la que se hizo eco la Generación Beat. Lee tenia las cosas claras y vio la nueva época que se acercaba y quería tener su lugar en esta nueva era aprovechando la creciente audiencia del rock'n'roll, y consiguió que Fever fuera su éxito más grande, dejando una de las grandes canciones de la historia de la música popular y sobre todo un sofisticado espectáculo que destacó entre el mercado juvenil mientras, ya que la canción estaba llena de insinuaciones que incomodaban a los padres. Una brillante culminación de la experimentación y la excelencia del pop, “Fever” de Lee fue la voz subversiva de la sexualidad bajo el espíritu represivo de los conservadores años 50: una señal para la revolución sexual que estaba por venir.
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