La canción de Lennon, grabada con la ayuda de Klaus Voormann al bajo y el ex beatle Ringo Starr a la batería, tiene un embrujo especial en la manera en la que combina los tonos más bajos y calmados con el desgarrador estribillo, y a lo largo de los años, ha conquistado a artistas de la talla de Roger Waters, que la citó como una de sus canciones favoritas de todos los tiempos, Joe Cocker, que la versionó en su disco "Unchain My Heart" de 1987, o Snow Patrol, que lanzó también su propia versión en 2005.
Fue una de las últimas canciones interpretadas en directo por el genial guitarrista Jeff Beck, como parte del repertorio de la gira en la que apoyaba a Johnny Depp en su vuelta a sus raíces y a su hasta entonces casi desconocida faceta de músico, la que abandonó antes de poderse abrir camino, para emprender una exitosa carrera como actor, en lo que fue un nuevo y sentido homenaje a esta particular canción, una de las composiciones más aparentemente sencillas, y a la vez una de las más celebradas e influyentes del genial músico de Liverpool.
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