domingo, 19 de febrero de 2023

Björk - Vulnicura (Mes Björk)



Lanzado en el 2015, Vulnicura puede entenderse como una continuación de Vespertine (2001), o más bien del reverso de aquella moneda, y del negativo desenlace de la relación amorosa que inspiró aquel disco. La lírica y la sensualidad de antaño dejan en Vulnicura paso al dolor de la ruptura y el desamor, volcado a lo largo de un disco en el que se dibujan paisajes musicales de desgarro y desolación emocional. Con estos ingredientes, no es de extrañar que Björk facturara uno de sus discos más impactantes, y que la acogida del público y la crítica fuera bastante positiva. Sin embargo, la artista nunca se ha sentido cómoda con este disco, llegando incluso a calificarlo como un disco "común y de manual".

Viniendo ese comentario de una artista tan diferente y alternativa como Björk, eso significa que el disco transita por patrones más ortodoxos de lo habitual, y para que nos vamos a engañar, para los que no terminábamos de cogerle el punto a sus propuestas más intrincadas y minimalistas, no es necesariamente un problema ni algo que debamos tomar en negativo. Dicho de otro modo, los discos comunes y de manual pueden ser también buenos, y Vulnicura es un disco que, al igual que sucedió con otras propuestas más ambiciosas, no deja en absoluto indiferente al oyente.

Grabado en su mayor parte con música programada a través de aplicaciones móviles e instrumentos conectados a su iPad, la "curación de heridas" (del latín vulnus cura) planeada por Björk se completó con diversos instrumentos de cuerda, que le dieron el adecuado contrapunto tradicional a la instrumentación electrónica, en lo que se entendió como un regreso a los patrones de sonido de Homogenic (1997). Esto le sirvió precisamente como "cura" para su mal de amores, concentrando sus esfuerzos en la composición de música para instrumentos de cuerda, convirtiéndose, según sus propias palabras, en "una nerd del violín y a organizar todo para quince instrumentos de cuerda y así dar un paso más allá".

En Vulnicura encontramos momentos muy destacables. Stonemilker abre el álbum con una delicada melodía, y con los instrumentos de cuerda ya presentes desde el comienzo, apoyadas en leves percusiones y arreglos electrónicos. History of Touches es uno de los pocos temas en los que la dualidad entre electrónica y cuerdas cae más del lado de los sintetizadores, destacando los efectos vocoder y de modulación de voz. Black Lake destaca especialmente por su elaborada línea de percusión, que te engancha de una manera casi hipnótica, haciendo que sus diez minutos parezcan pocos, en un tema que está entre lo mejor del álbum. Family es uno de los momentos más íntimos y oscuros del álbum, con cambios de melodía y un desgarrador violín. Igualmente recomendables son la marcadamente islandesa Notget, la colaboración con Antony Hegarty en Atom Danceo la electrónica Quicksand, que cierra el álbum con un toque tecno, casi al más puro estilo Depeche Mode.

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