martes, 18 de octubre de 2022

Grandes éxitos y tropiezos: Beck



Nueva edición de "Grandes éxitos y tropiezos", en esta ocasión desgranamos la trayectoria de Beck, autor de varios discos tan geniales como irreverentes, pero que en la búsqueda del cambio y de nuevos horizontes también ha dado algún que otro mal paso en su ya extensa y variada discografía. Así que si vas a una tienda de discos en busca de algún álbum del artista angelino, éstas son nuestras recomendaciones:

Estás tardando en comprarlo:

Odelay (1996), irresistible ya desde el riff inicial de Devils Haircut, su single más reconocible, y uno de los mayores éxitos de Beck. Estamos ante un disco que es un auténtico derroche de creatividad y variedad estilística, con cambios constantes de ritmo y estilo que hacen imposible poder encasillarlo en un género. Country, blues, rock, hip hop y otros muchos estilos se combinan en un puzzle multicolor y atípico que te atrapa con cada escucha, y que no ha perdido ni un ápice de su fuerza y su descaro con el paso de los años.

En esta misma sección incluiría también el disco Sea Change (2002), no solo por la calidad que atesoran sus canciones, sino por el increíble cambio estilístico que supone con respecto a Odelay y otras obras de Beck. Tras una ruptura sentimental, el músico californiano se torna reflexivo y profundo, en un disco sosegado y equilibrado en el que destacan los arreglos de cuerda y los ambientes acústicos, arropando a un Beck que canta como un crooner con el corazón abatido.

Si te queda pasta, también puedes llevarte:

Mellow Gold (1994) Quizá haya otros discos en esta categoría que, en conjunto, sean mejores que éste, pero aquí ya se intuía el camino que condujo hacia Odelay, en las imposibles mezclas de estilos en las que tenían cabida tanto el pop como el rap, el folk, mezclados en una dinámica de sonido low-fi y con un single que es historia del post-grunge de los noventa: Loser. ¿Y cuáles son esos discos que, seguramente, son mejores en conjunto que éste Mellow Gold? Pues en nuestra opinión serían tanto Modern Guilt (2008), que podría denominarse como el álbum psicodélico de Beck, como Mutations (1998), otro ejemplo de lo que el californiano es capaz de facturar cuando se muestra contenido y se acerca al pop elegante y calmado, aunque tenga también tramos en los que la cabra tira al monte y saca su abanico de referencias del country y hasta de la bossa nova (Tropicalia)

Vuelve a dejarlo en el expositor:

En este apartado haremos una referencia general a todos sus discos anteriores a Mellow gold, porque el genio del artista angelino no había encontrado aun el cauce adecuado, y es poco o ninguno el interés de discos como Golden Feelings (1993), Stereopathetic Soulmanure (1994) o One Foot in the Grave (1994), seguramente en ese orden. Y de su obra más reciente, discos como The information (2006) o Morning Phase (2014) son también, en cierta manera, tropiezos que palidecen ante sus grandes obras y ante otras publicaciones de la misma época.

Por último, si hablamos de canciones, con una obra tan extensa habrá listas y gustos para todos los colores. Estas son nuestras cinco canciones top:

1. Loser
2. Devil's Haircut
3. Lost cause
4. The golden age
5. Tropicalia

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