miércoles, 8 de septiembre de 2021

0251: Turn, Turn, Turn - The Byrds

 

"Hay una estación para todo", cantaba la banda de folk The Byrds en Turn, Turn, Turn, tema inspiracional y anti-belicista escrito a finales de los 50 por Pete Seeger, y que da título a su álbum de 1965. Una canción que, en el estribillo, tiene una estructura de bucólicos coros repitiendo el Turn, Turn, Turn (Cambia, cambia, cambia) como complemento o respuesta a cada una de las aseveraciones de la voz cantante: Para cada cosa (Cambia, cambia, cambia) hay una estación (Cambia, cambia, cambia) y un momento para cada propósito...

Las breves estrofas son un compendio de todas esas cosas que se pueden hacer en la vida, para las que siempre habrá un momento "para nacer y para morir, para reír y para llorar, para construir y derribar, para amar y odiar, para la guerra y para la paz" Lo queramos o no, la vida nos pondrá en todas esas tesituras contrapuestas, pero el mensaje subyacente de la canción es que, para muchas de ellas, tenemos la capacidad de poder cambiar para mejor, y en particular para evitar las confrontaciones y luchar por la paz en el mundo, esperanza reflejada en el último verso de la canción: "Un tiempo para la paz, juro que no es demasiado tarde". Esta última frase, junto con el "Turn, Turn, Turn" de los coros, fueron las únicas frases originales de la letra de Pete Seeger, ya que el resto eran prácticamente un calco de un pasaje bíblico del capítulo 3 del Libro del Eclesiastés, atribuido al famoso Rey Salomón, que declara la existencia de un tiempo y un lugar para todas las cosas: la risa y el dolor, la curación y la muerte, la guerra y la paz... 

The Byrds decidieron hacer una versión de la canción durante un viaje en el autobús de la banda en una gira por Estados Unidos, cuando el cantante Roger McGuinn la interpretó en un tono más rockero que el de la versión folk original. La grabaron en septiembre de 1965 y la publicaron como single un mes después, siendo un gran éxito de ventas hasta el punto del llegar al número 1 del Billboard estadounidense. "Para todo hay un momento", y esa era la canción perfecta y el mensaje adecuado en el apogeo del folk-rock y la era hippie que se estaban viviendo en todo el mundo.

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