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viernes, 15 de diciembre de 2023

1079.- Live and let die - Paul McCartney & Wings



"Live and Let Die" ("Vive y deja morir"), compuesta por Paul McCartney y su mujer Linda, e interpretada por su banda Wings en 1973, fue el tema principal de la banda sonora de la película de la saga de James Bond del mismo nombre. Esto ayudó a que la canción se convirtiera en un éxito instantáneo, siendo en aquel momento el tema de mayor calado en listas de ventas de todos los que habían puesto música las aventuras del famoso agente secreto creado por Ian Fleming, al alcanzar el primer puesto en las listas de ventas del Reino Unido, y el segundo lugar del Billboard Hot 100 estadounidense.

Más allá de su relación con el celuloide, "Live and Let Die" tiene también otras curiosidades relevantes, como que supusiera el primer reencuentro de McCartney con George Martin, el productor de los discos de The Beatles, que se encargó de la producción y dotó a la canción de unos espectaculares arreglos de orquesta, añadidos a la base principal del tema, grabado por McCartney con Wings durante las sesiones de grabación del disco Red Rose Speedway en los AIR Studios en octubre de 1972.

Con el paso del tiempo, "Live and Let Die" se ha mantenido entre las mejores composiciones de Paul McCartney en solitario, y en una pieza imprescindible de sus actuaciones en directo. Tal es la fuerza de su instrumentación y sus arreglos orquestales, que encajó como un guante entre la vasta colección de temas de hard rock que componían los discos Use Your Illusion (1991) de Guns N' Roses, que grabaron la que probablemente sea la versión más famosa y acertada de este intenso tema de McCartney & Wings.

lunes, 4 de diciembre de 2023

1068.- My love - Paul McCartney & Wings



"My Love" fue lanzada por Paul McCartney y su banda Wings el 23 de Marzo de 1973 como single principal de su disco "Red Rose Speedway" (1973). Escrita por Paul, fue la primera canción del grupo en la que su autoría quedó plasmada en los créditos (hasta entonces todas las canciones de los discos de la banda habían sido acreditadas a los "Wings" en conjunto).

McCartney grabó "My Love" en los estudios Abbey Road, en los que se habían registrado los grandes discos de The Beatles. Decidió darle una estructura de balada de piano, a la que añadió arreglos orquestales de apoyo, siguiendo el método que tan bien le había funcionado con su antigua y mítica banda. La grabación de tema, realizada prácticamente de una sola vez y en directo, incluyó un brillante y delicado solo de guitarra de Henry McCullough, que el guitarrista de Wings improvisó durante la sesión.

La canción es una intensa declaración de amor hacia su esposa y compañera de banda Linda McCartney, que alcanzó el primer puesto del Billboard Hot 100 estadounidense (puesto en el que se mantuvo durante cuatro semanas) y el nº 9 de las listas del Reino Unido, convirtiéndose en el primer gran éxito en las listas de ventas de McCartney con la formación Wings en Estados Unidos, e impulsando las ventas de Red Rose Speedway. A pesar del gran éxito comercial, muchos críticos no recibieron "My love" con alabanzas, considerándola una ñoña y superflua balada de amor, algo a lo que McCartney respondería posteriormente en su éxito de 1976 "Silly Love Songs" ("Estúpidas canciones de amor").

sábado, 8 de abril de 2023

0828.- Uncle Albert / Admiral Halsey - Paul McCartney



"Uncle Albert/Admiral Halsey" fue publicada dentro del álbum "Ram" (1971) de Paul McCartney, y salió a la venta también como sencillo en Estados Unidos, convirtiéndose en el primer sencillo en solitario de McCartney en alcanzar el primer puesto del Billboard Hot 100 estadounidense. Acreditada a Paul y Linda McCartney (que aparece además en los coros), es un claro ejemplo del tipo de canciones que McCartney empezó a hacer en el último tramo de su carrera con The Beatles, jugando con diferentes ritmos y mezclando partes de posibles canciones, como tan magistralmente había hecho en el disco "Abbey Road".

En "Uncle Albert/Admiral Halsey" abundan los efectos de sonido para lograr el efecto paródico y casi cinematográfico que tiene la canción (lluvia, truenos, viento, gaviotas, y hasta un teléfono sonando a la espera de que alguien responda a la llamada), pero lo más impactante son los cambios de ritmo y de melodía, que hacen pensar que, como el propio título indica, estemos ante la fusión de dos canciones bien diferenciadas. La primera estaría inspirada en el tío de McCartney, al que éste recordaba con cariño y añoranza, mientras que el "Admiral Halsey" de la segunda parte estaba inspirado en un almirante estadounidense (William F. Halsey).

Para lograr el efecto nostálgico y clásico que buscaba para la canción, McCartney llamó a su amigo y productor de siempre George Martin, que realizó los arreglos de las partes orquestales, a cargo de la Orquesta Filarmónica de Nueva York, por los que "Uncle Albert/Admiral Halsey" ganó el Grammy al mejor arreglo instrumental con acompañamiento vocal en 1971.

viernes, 7 de abril de 2023

0827-. The Back Seat of My Car - Paul & Linda McCartney

 

The Back Seat of My Car, 
Paul & Linda McCartney


     Ram es el primero y único álbum acreditado a Paul y Linda McCartney, publicado en 1971 por el sello Apple Records. El disco fue grabado entre le 16 de octubre de 1970 y el 1 de marzo de 1971 en los Columbia Studios de Nueva York y los Sound Recording Studios de Los Ángeles, fue producido por Paul y Linda y publicado el 17 de mayo de 1971. El personal que colaboró en la grabación del disco además de la paraja, fueron los quitarristas David Spinozza y Hugh McCracken y el baterista Denny Seiwell. El lanzamiento de Ram coincidió con el periodo de tensión que había entre Paul y sus antiguos compañeros de banda en The Beatles, existiendo de por medio un arduo proceso legal para la disolución de los Beatles. El disco en un principio obtuvo una crítica desfavorable por una gran parte de la crítica especializada, sin embargo llegó a alcanzar unas cifras muy buenas tanto en el Reino Unido como fuera de dicho país, y con el tiempo ha sido calificado como uno de los mejores álbumes en solitario de Paul, aunque fuera grabado junto a su por entonces esposa, y también ha sido reconocido como uno de los primeros discos de la historia del llamado género indie pop.

Incluido en este disco se encuentra The Back Seat of my Car, escrita por Paul McCarteny, canción que se encarga de cerrar el disco. La canción llegó a ser lanzada después como sencillo, llegando a alcanzar el puesto número 39 en las listas de ventas del Reino Unido. Estamos ante una optimista balada que mezcla partes de piano y orquesta con secciones de rock. Paul comenzó a escribir este tema, cuando todavía era miembro de The Beatles, en un intento de componer la clásica canción de amor estadounidense bajo la temática de conducir con la chica que amas. Más concretamente, la canción fue un proyecto que quedó inacabado durante unas vaciones que Paul estaba dissfrutando junto por entonces su novia Maggie McGivern en Cerdeña en 1968. Según el propio Paul, esta canción se inspiró en los largos viajes por carretera que él y Linda solían hacer cuando The Beatles se estaban separando. La mayor parte de la canción es una balada a piano, pero alterna de forma magistral secciones orquestales y otras secciones de rock inspiradas en el rock and roll de los años 50, del cual Paul era una gran seguidor.

domingo, 22 de enero de 2023

Flaming Pie - #mesPaulMcCartney



Una noche de sábado de 1997, saliendo con los amigos por Getafe, en la céntrica calle Madrid nos topamos con un vendedor de cassettes piratas. Eran los últimos años de un formato que, aunque peor en prestaciones que el vinilo, era tan fácil de piratear como después lo sería el cd. Recuerdo perfectamente que José María Hernández, mi amigo y compañero en 7días7notas, estaba conmigo en aquel momento, pero he olvidado cuáles fueron los cassettes que se compró. Yo me llevé a casa el "Filthly lucre tour" de unos recién reunidos Sex Pistols, y el Flaming Pie de Paul McCartney.

McCartney venía de un largo silencio tras el irregular Off the Ground (1993), silencio en parte motivado por una obligación contractual con la discográfica, que le pidió que no publicara ningún trabajo durante los dos años que duró el proyecto de The Beatles Anthology, para no entrar en competencia consigo mismo, o más bien con su antiguo yo, ese que maravilló al mundo entero junto a los otros tres magníficos de The Beatles. Durante ese tiempo, McCartney limó asperezas con George Harrison y Ringo Starr, y el trabajo tanto de grabación de temas inéditos (Free as a bird y Real Love, coproducidos por George Martin y Jeff Lynne) como de revisión de las múltiples versiones y rarezas que formaron aquella antología, despertaron en él el gusto por la forma de tocar y de grabar de aquellos tiempos pasados. Todo ello, en mayor o menor medida, acabó contagiando el espíritu y el tono de Flaming Pie, uno de sus mejores trabajos en solitario.

Una de las conexiones más evidentes con aquella revisión de su pasado con The Beatles, junto a la presencia de Ringo Starr en varios temas o la producción de Jeff Lynne, es el título que McCartney decidió para el álbum, una clara referencia a una historia que Lennon contó en el diario Mersey Beat en 1961, sobre cómo habían escogido el nombre del grupo. Lennon dijo que un tipo que había salido de una "tarta en llamas" se lo había sugerido en un sueño. Y eso siempre fue para mí lo peor de este disco, porque un álbum tan personal y acertado habría merecido un título más centrado en todo lo bueno que Macca estaba ofreciendo, en lugar de volver a mirar hacia el pasado. Así que, para qué os lo voy a negar, el título me generó aquel día muchas dudas sobre lo acertado de mi compra, y le di bastantes vueltas en el camino a casa.

A la mañana siguiente, lo primero que hice al despertarme fue poner el cassette de McCartney, y todas las dudas se disiparon al escuchar The Song We Were Singing, una canción que tiene también una mirada nostálgica hacia "las canciones que cantábamos en cualquier momento determinado" y a los buenos ratos con Lennon escribiendo canciones en Forthlin Road,​ pero esa mirada es alegre y renovada, y es un energizante comienzo de disco junto a The World Tonight, uno de los sencillos del disco (el único publicado en los Estados Unidos) e If You Wanna, la primera de las tres colaboraciones con Steve Miller que se incluyen en el disco. McCartney y Miller habían colaborado anteriormente en el tema My Dark Hour (1969),​ y cuando reparó en que su hijo James era un gran seguidor de su música, le llamó para que colaborara en el disco.

Somedays es la primera balada del disco, compuesta mientras acompañaba a su mujer Linda a una sesión de fotos. Una pieza delicada y melancólica, y reforzada por los arreglos orquestales de George Martin. Tras este breve y agradable respiro, el tándem McCartney-Miller regresa con Young Boy, grabado con Steve Miller en 1995 en un estudio de Idaho en 1995. Por esa época, y hasta ya entrado 1997, se grabaron la mayor parte de los temas de Flaming Pie, y solo dos temas del disco son anteriores a ese período. Uno de ellas es Calico Skies, escrita en Long Island en 1991, en la época en que fue asolada por el huracán Bob​, y grabada en 1992, antes incluso de las sesiones de Off the Ground (1993).

Hasta aquí el disco es brillante y sin fisuras, pero la segunda parte del disco alterna buenos temas con canciones que se quedan en correcto relleno. A medio camino entre ambas categorías estaría precisamente Flaming Pie, una de esas canciones animadas y algo paródicas de Macca, que reafirma que elegirla como título del disco no fue una buena decisión, porque no encaja con la atmósfera de un disco en el que tanto McCartney como Lynne habían buscado crear una producción seria y no demasiado elaborada. En el capítulo de aciertos estaría Heaven on a Sunday, compuesta por Macca durante unas vacaciones en Estados Unidos, y que cuenta con su hijo James McCartney a la guitarra y con Linda McCartney en los coros. Por contra, Used to be bad, la tercera y última colaboración con Steve Miller, es un tema de corte blues sin demasiado gancho, y al que se le nota demasiado que proviene de una instrumentación en el estudio, más que de un trabajo compositivo específico. 

Tras un par de baladas en la que McCartney vuelve a demostrar la facilidad con la que factura melodías delicadas (Souvenir) y sentidos homenajes (Little Willow, compuesta para el hijo de Ringo Starr, tras la muerte de su madre, el disco transita por un tramo en el que la colaboración con el mítico batería se hace notar en Really Love You (compuesta por los dos ex Beatles y con Ringo en la batería) y, sobre todo, en Beautiful Night, uno de los mejores temas del álbum, una canción compuesta una década antes, en la que Ringo colabora también en las voces, y que contó también con el refuerzo de las orquestaciones de George Martin, añadidas en Abbey Road. Fue uno de los singles publicados del disco, y habría sido el final perfecto, pero Macca optó por incluir también la canción Great Day, el otro tema del disco que fue grabado en 1992, que contrasta con el tema anterior no solo por su título antagónico, sino por la sencillez de su estructura. Una canción con un simbolismo especial, pues incluye de nuevo a Linda McCartney en los coros, para acabar cerrando el que sería el último trabajo discográfico de McCartney junto a su esposa, que fallecería el año siguiente a la publicación de Flaming Pie.

Sólo una cosa me quitó más el sueño que el desafortunado título de Flaming Pie, y es que le impidiera llegar al número uno del Billboard estadounidense y de las listas de Reino Unido el disco Spice de las Spice Girls. Sin duda, un presagio de lo que le iba a pasar a la música en décadas posteriores. El picante pudo con la tarta, y hoy en día, de las llamas que gente como Lennon o McCartney una vez prendieron, solo parecen quedar las brasas.​ Menos mal que, por si aprieta el frío o me apetece un dulce, aún guardo aquel cassette de Flaming Pie, para acabar volviendo siempre que quiera a "las canciones que cantábamos en cualquier momento determinado".

domingo, 8 de enero de 2023

Band on the run - Wings - #mesPaulMcCartney



"Banda a la fuga", el título del tercer disco de estudio de Wings, parece una nueva referencia a la separación de The Beatles, tras la que cada uno de los "fab four" emprendieron sus carreras en solitario. La de McCartney comenzó marcada por la incomprensión de su primera propuesta ("McCartney", 1970) y una más trabajada segunda entrega ("Ram", 1971) en la que lanzaba algunas pullas a su ex compañero y amigo John Lennon. Ambos discos contenían un buen puñado de canciones que dejaban entrever lo que podía ser una gran carrera en solitario, pero Macca necesitaba sentirse arropado bajo la manta de un grupo, y fundó una banda hecha a su antojo y a su medida, incluyendo a su esposa Linda McCartney a los teclados. Con Wings la cosa no empezó bien con el primer disco ("Wild life", 1971) y mejoró algo con el segundo ("Red Rose Speedway", 1972), dejando a McCartney con la sensación de necesitar escapar de alguna manera, y lanzarse a la búsqueda del camino correcto para su música.

Y eso fue lo que hizo. Casi literalmente, y cansados de la monotonía y la repetición de las grabaciones en estudios del Reino Unido, los Wings se dieron "a la fuga" y buscaron un lugar exótico en el que las nuevas canciones cobraran vida. Revisando una lista de estudios de EMI por el mundo, a McCartney le llamó la atención que hubiera uno disponible en Lagos (Nigeria), y decidió que ese sería el destino de aquella particular fuga. La idea era que toda la plana mayor de Wings viajara para las grabaciones, pero a pocas semanas del viaje, Henry McCullough abandonó el grupo, y Denny Seiwell hizo lo propio solo un día antes de la partida, dejando a los Wings en un reducido trío (McCartney, Linda y Denny Laine). Para reforzar la parte técnica de la grabación, y al no tener la certeza de qué personal se iba a encontrar en aquellos recónditos estudios africanos, McCartney recurrió al ingeniero de sonido de The Beatles, Geoff Emerick, enrolándole en el exótico viaje de una banda cada vez más "a la fuga".

Al llegar a Lagos, se encontraron un estudio de grabación localizado en un suburbio, mal equipado y en un alarmante estado de abandono, sin mesa de control y un único magnetófono de ocho pistas. La situación política del país era además complicada, gobernado por militares y sumido en una atmósfera de caos y corrupción. En una de las salidas de la pareja, Paul y Linda fueron atracados a punta de navaja, y los asaltantes se llevaron, entre otros objetos de valor, los manuscritos de McCartney y cintas con demos de las canciones que se disponían a grabar. Sin músicos, en un estudio desvencijado y teniendo que recordar las canciones de memoria, la "fuga" de McCartney parecía condenada al fracaso, pero el de Liverpool asumió las labores de guitarra principal y batería, y con Denny Laine en la guitarra rítmica, Linda en los teclados y Geoff Emerick haciendo milagros con el equipo de sonido del que disponían, entre todos sacaron adelante (con los arreglos orquestales a cargo de Tony Visconti que se añadieron ya de regreso en Londres) el que todos consideran el mejor disco de McCartney sin los Beatles, y posiblemente, el mejor disco de cualquiera de los cuatro músicos por separado, en un empate técnico con el "John Lennon/Plastic Ono Band".​ 

El disco arranca con la propia Band on the run, que fue publicada como segundo single del álbum, convirtiéndose de inmediato en un éxito a nivel mundial y vendiendo más de un millón de copias solo en Estados Unidos. A lo largo de sus más de cinco minutos de duración, Band on the run atraviesa por tres partes muy diferenciadas, que van de la balada lenta del tramo inicial, al funk-rock de la parte central, y terminando en un gran final al más puro estilo country, en la que las guitarras acústicas y el slide se entremezclan con los coros. La letra es el nexo entre las tres partes, con un claro mensaje de huida en busca de la ansiada libertad, inspirada en un comentario de George Harrison durante una reunión en las oficinas de Apple. "Si alguna vez salimos de aquí", dijo su ex-compañero, y eso es lo que McCartney se propuso hacer, inventándose "una historia sobre personas que escapan de la cárcel" y adaptando lo que recordaba de la letra tras el robo sufrido, para reflejar el estado en el que se encontraba la banda "atrapada dentro de cuatro paredes" en el estudio africano, en un estado de "sombría incertidumbre".

Tras este espectacular arranque, el ritmo no decae con Jet, la elegida como single de lanzamiento, un tema de fuerte instrumentación de guitarras eléctricas y teclados que cosechó también gran éxito, llegando al nº 7 de las listas de ventas británicas y estadounidenses, aunque no fue comparable a lo que conseguiría después Band on the run. El título de la canción se basa en el nombre de un "perro labrador retriever" de los McCartney, aunque el músico también se ha referido a un pony como el origen de la inspiración, mientras que la críptica letra parece referirse al momento en el que conoció al padre de Linda. Es una de las pocas canciones que no se grabó en Lagos, ya que fue registrada en su totalidad en los estudios Abbey Road después del regreso del grupo de su experiencia africana.

Le sigue una balada marca de la casa McCartney/Beatles, la delicada Bluebird, y la inspirada Mrs. Vanderbilt, con McCartney en uno de sus mejores momentos interpretativos y compositivos. Esta última salió publicada como single, pero solamente en Europa y Australia, y su repercusión fue, por tanto, menor a la de los dos grandes hits con los que abría fuego el disco. Cuenta con la colaboración de Howie Casey al saxofón, y durante la grabación en Lagos, se produjo un corte eléctrico que, afortunadamente, no afectó al sonido de la canción, que se registró con los generadores de emergencia.

Let Me Roll It era otra de las grandes canciones del disco, y aunque desde el principio se le negó la repercusión que habría merecido, al designarla como cara B del sencillo de Jet, se ha mantenido como pieza habitual de los conciertos de McCartney. Escrita tiempo atrás en la granja familiar en Escocia, fue finalmente grabada en las sesiones de Band on the run, y llamó especialmente la atención de la crítica especializada, que encontraba en ella un riff áspero y unos patrones compositivos más cercanos al estilo compositivo de su ex compañero John Lennon.

La cara B comienza con la delicada Mamunia y la "beatleliana" No words, que encajaría por calidad y melodía en muchos de los discos de la banda de Liverpool, para después virar hacia la experimentación y el toque conceptual que tanto le gusta a McCartney, en un tramo en el que de nuevo mezcla pequeñas partes de canciones en parece mezclar pequeñas partes de canciones en ​Picasso's Last Words, grabada junto al batería y antiguo miembro de Cream, Ginger Baker, que usó una lata como instrumento de percusión en uno de los tramos de la canción, con breves guiños a Jet y a Mrs. Vandervilt que dotan al final del disco de un aire cíclico y conceptual. Esa es también la tónica reinante en la animada Nineteen Hundred and Eighty-Five, el tema de marcado ritmo de piano con el que cierra el disco, que vuelve brevemente a la canción Band on the run tras un apoteósico tramo final con toda la banda tocando y apoyada en una exuberante orquesta.

Publicado en diciembre de 1973, Band on the run alcanzó el primer puesto en la lista Billboard 200 en tres ocasiones, y pasó siete semanas en lo alto de las listas del Reino Unido, convirtiéndose en el disco mejor vendido de 1974. La fuga de la banda no pudo tener un final mejor, y el mejor disco de McCartney tuvo también un curioso paralelismo con el mejor disco de su mítica banda de origen. Si en "Sgt. Pepper's Lonely-Hearts Club Band" los Beatles se rodeaban de imágenes de muchas personalidades históricas en una portada icónica, en Band on the run son también varias las celebridades que aparecen, sorprendidas por un gran foco de vigilancia, en el momento de intentar fugarse junto a Paul, Linda y Denny Laine. Vestidos todos como reclusos de una prisión, personajes de la talla de James Coburn, Christopher Lee, o el boxeador de Liverpool John Conteh, entre otros, participaban de la fotografía con la que se inmortalizaba una mágica e irrepetible fuga musical, que llevó a Wings al primer puesto de las listas de éxitos en Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda, España y Noruega, y que hasta el habitualmente resentido John Lennon consideró un gran álbum.

jueves, 17 de noviembre de 2022

0686: Maybe I'm amazed - Paul McCartney



El álbum McCartney (1970) recibió en general malas críticas en el momento de su salida al mercado, quizá perjudicado por la atmósfera de disputa que Paul McCartney vivía con el resto de The Beatles, y durante mucho tiempo tanto los críticos como sus excompañeros solo tuvieron buenas para algunas pocas canciones del disco, en especial para Maybe I'm Amazed, el tema más completo y más elaborado de una grabación, en general, bastante casera y minimalista.

Aunque por decisión de McCartney no hubo ningún single de promoción del disco, Maybe I'm Amazed es, de facto, el sencillo estrella de aquel álbum, porque fue emitido en numerosas radios estadounidenses. Su compañero George Harrison la describió como "genial" junto a That Would Be Something, mostrando escaso interés en el resto del disco.

Fue una de las últimas canciones en ser grabadas para McCartney, cuando salió de su retiro en su granja escocesa, y regresó a los estudios de Abbey Road para dar los últimos toques a los temas ya grabados. Así, el 22 de febrero de 1970 grabó allí los que probablemente sean los dos mejores temas del disco: Every Night y Maybe I'm Amazed, una balada dedicada a Linda e interpretada al piano que se encuentra a la altura de los mejores temas de la carrera de McCartney tanto en solitario como con The Beatles. Ambas siguen hoy mostrando las dotes para la melodía del genial músico de Liverpool.

miércoles, 16 de noviembre de 2022

0685: Man we was lonely - Paul McCartney



Hablar de Man we was lonely es hacerlo de un disco muy particular de Paul McCartney. Titulado simplemente McCartney (1970), su primer álbum en solitario fue gestado y publicado en una época convulsa en la que aún trabajaba en paralelo en los últimos temas de "Let it be" antes de partir peras definitivamente con The Beatles. Agobiado por una declaración privada de John Lennon en la que manifestaba su deseo de disolver el grupo, McCartney se retiró a su granja en Escocia, y en plena depresión personal grabó un disco en el que, salvo por la contribución de su esposa Linda McCartney en los coros, McCartney tocó todos los instrumentos.

Las grabaciones fueron, por lo general, caseras y sin grandes arreglos, en lo que pretendía fuera un retorno a la simplicidad que había intentado con el concepto original de "Get Back" (que después se convertiría en "Let it be"). McCartney cantó las canciones acompañado por una guitarra acústica antes de rellenar las pistas restantes con una segunda guitarra o un acompañamiento de bajo y batería. En el caso de Man we was lonely, la canción surgió posteriormente cuando McCartney estaba de vuelta en Londres para pulir en secreto las canciones que había grabado en su estudio casero, reservando los estudios en los que grababa con el pseudónimo de Billy Martin.

Finalmente, en Abbey Road terminó de pulir las canciones y realizó las últimas grabaciones que compondrían McCartney. Allí, El 25 de febrero de 1970 compuso y grabó Man we was lonely, con Linda en los coros. Las críticas se cebaron con la práctica totalidad del disco, por su atmósfera general de canciones que parecían retazos inacabados, y el tono paródico de "country saloon" con el que Macca emulaba a Johnny Cash en Man we was lonely no fueron tampoco bien recibidos, pero el tiempo ha hecho cada vez mejor a ésta y muchas otras canciones de "McCartney". Hoy, en retrospectiva, tienen todas un encanto algo harapiento y básico, y un valor inapreciable como declaración personal de un músico que mostraba su vulnerabilidad ante la pérdida de un sueño, en un momento en el que estaba solo y le "resultaba duro encontrar una sonrisa".

McCartney refleja su soledad de un modo extremadamente literal, asumiendo todos los instrumentos y bromeando con la sensación de sentirse realmente "lonely". En palabras de Neil Young: "Era simplemente Paul. No había adornos en absoluto... No había ningún intento de competir con las cosas que había hecho. Y así salió de la sombra de The Beatles".