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lunes, 28 de febrero de 2022

#MesTheBeatles: Let it be - The Beatles

 


Tras la publicación de Abbey Road (1969), el último disco grabado por los Beatles, aun hubo margen para la publicación en 1970 de un álbum más de la banda. Grabado en su mayoría durante sesiones previas a las del anterior disco, y publicado días después de que Paul McCartney anunciara oficialmente que abandonaba el grupo, Let it be se convertiría en su duodécimo y último álbum de estudio, y la publicación final de un proyecto que, desde su concepción, atravesó por multitud de dificultades y contratiempos, y que se desarrolló durante un período de la banda de Liverpool en el que las brechas y las desavenencias entre sus cuatro miembros eran cada vez mayores.

La idea de este álbum surgió, precisamente, como medida de choque contra la situación interna del grupo, desgastada por las complicadas grabaciones del disco The Beatles, más conocido como el "Disco Blanco". McCartney pensó que lo mejor era un regreso a sus raíces como grupo, y propuso al resto grabar un puñado de canciones de rock sin mayores aderezos, para que los cuatro pudieran interpretarlas en un retorno de la banda al directo. Las sesiones de grabación de lo que iba a ser el disco y el concierto de Get Back (Vuelve) se llevaron a cabo en los estudios de Twickenham, en lo que supuso un nuevo cambio al abandonar su habitual base de operaciones de Abbey Road. Sin embargo, las grabaciones no hicieron sino empeorar las heridas abiertas entre los cuatro Beatles, con sesiones de ensayo en las que la tensión era asfixiante y las discusiones estaban a la orden del día, hasta el punto de considerar que el proyecto era un callejón sin salida y de decidir aparcarlo hasta nueva orden.

Paul McCartney intentó mantener el barco a flote durante estas sesiones, y fue el Beatle que más se esforzó en aportar material nuevo al proyecto (los tres sencillos Let it be, The long and winding road, y Get back), mientras un desmotivado John Lennon repescaba viejas ideas y canciones inacabadas (Dig a pony, Across the Universe, Don't let me down), al tiempo que mostraba un abierto desinterés por lo que después calificó como "el pedazo de mierda peor grabado de la historia". George Harrison (con sus dos aportaciones I me mine y For you blue) y, en menor medida, Ringo Starr, también parecían haber perdido el interés y la paciencia para lidiar con las interminables tomas y ensayos a los que un perfeccionista McCartney pretendía someterles, y en esa atmósfera asfixiante el proyecto de Get Back fue poco a poco apagándose.

Fue precisamente tras una discusión con McCartney, cuando Harrison anunció al resto que abandonaba el grupo. Las aguas volvieron temporalmente a su cauce, pero a cambio de renunciar al frío y megalómano escenario de Twickenham para reconducir el proyecto de concierto hacia los estudios de grabación que acababan de construir en la sede de Apple en Savile Row. La vuelta del guitarrista evitó que la sarcástica reacción de Lennon al posible abandono de su compañero, proponiendo sustituirle por Hendrix o Clapton, y seguir como si nada hubiera pasado, fuera nunca tenida en cuenta. En Savile Row, y a recomendación de un crecido Harrison, se incorporó a los ensayos el teclista Billy Preston, para tocar el piano eléctrico y el órgano durante las sesiones de grabación y en el planeado concierto, que tras considerar diversos escenarios (un barco, un hospital de niños enfermos o incluso las pirámides de Egipto) acabaría también reduciéndose en alcance y dimensiones, optando por la comodidad de actuar en su propia sede, enchufando los instrumentos en la azotea del edificio e invitando a un reducido grupo de periodistas y allegados.

Ese fue el último concierto de la carrera de los Beatles, que se vio prematuramente interrumpido cuando las quejas de los vecinos de la zona alertaron a la policía. Varias de las canciones del concierto acabaron incluyéndose en el disco, junto con otras canciones que se añadieron de los ensayos o que se grabaron en los días posteriores, pero el disco quedó aplazado para hacer coincidir el lanzamiento con el del documental, primero, y con la posterior edición de Abbey Road, después. Fue entonces cuando Lennon decidió rescatar aquel "pedazo de mierda peor grabado de la historia" y prescindir por primera vez de George Martin como productor, para darle los mandos a Phil Spector, que no contó nunca con el beneplácito del ya ausente McCartney, que vio como su proyecto de retorno al rock and roll se había convertido en el característico "muro de sonido" de Spector, en el que no faltaban los edulcorados arreglos orquestales marca de la casa, o unos coros femeninos que nunca antes habían aparecido en un disco de The Beatles.

Al final, aquella ácida y excesiva declaración de Lennon sobre las grabaciones de las sesiones de Get back resultó ser completamente injusta, porque incluso en los momentos de mayor tensión y desgana, los Beatles eran capaces de entregar grandes y atemporales canciones. El remozado Get Back pasó a llamarse Let it be (Déjalo estar), tomando su nombre de otra de las grandes canciones que McCartney aportó al proyecto antes de su marcha, y nada tuvo que envidiar a sus predecesores en cuanto a éxito comercial, alcanzando el número 1 en las listas de ventas de Estados Unidos y Reino Unido. La película de las sesiones de grabación se publicó en 1970 y ganó un Óscar a la mejor banda sonora, pero a la entrega de los premios de la academia no fue ninguno de los cuatro Beatles"El sueño había acabado" y todos prefirieron "dejarlo estar".