Con Grandes éxitos y tropiezos
iniciamos una nueva sección en 7días7notas, en las que os ayudaremos a elegir
los mejores discos de los grupos y artistas más relevantes de la historia de la
música, casi como si os estuviéramos acompañando en una de esas viejas tiendas
de discos de segunda mano, esas pequeñas y escondidas anomalías que aún pueden
encontrarse dentro del Matrix en el que se está convirtiendo este mundo en el
que vivimos. Para esta cuarta visita a nuestra imaginaria tienda virtual, hemos
pensado en meter producto nacional, vamos en busca de alguno de los 7 discos de
estudio de El último de la fila, el grupo Barcelones compuesto por Manolo
Garcia y Quimi Portet que en la década que fue de 1985 – 1995 hicieron las
delicias de muchos amantes de la música con sus ritmos rockeros con toques de
tradición sureña.
Estás tardando en comprarlo:
“Como la cabeza al sombrero” (1988), sin duda el disco con el que llegaron
a todos los rincones y a todas las emisoras del país, el reto lo tenían ahí
delante y lo superaron con creces, tras sus dos primeros discos “Cuando la
pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana” y “Enemigos de lo
ajeno” realizados cuando aún estaban buscando su lugar en la industria y un
sonido que les desmarcaran del resto de grupos, un avispado manager vio que
había material suficiente para dar una vuelta al sonido que estaban
desarrollando, y en 1987 sacaron una especie de álbum recopilatorio donde les
daban una nueva dimensión a su producto retocando los temas que ya habían
editado. Aquel disco pegó fuerte, y tenían que confirmarlo, y su nueva entrega
llegó en 1988 “Como la cabeza al sombrero” un auténtico crisol de sonido y
sobre todo de sentimientos, canciones escupidas desde el corazón, increíblemente
bien producido para los cánones de la época, es el disco en que las letras de
Manolo y Quimi rayan a mayor altura, alcanzan un nuevo nivel sobre todo en “En
los árboles” o en “Ya no danzo al son de los tambores”, que tienen influencias
del romancero español y de las historias de marineros y piratas,
respectivamente. De las melodías ¿qué se puede decir?, todas las canciones fueron
hits potenciales y cada una con su esencia, ¿Cómo no estremecerte con los aires
arábigos de “Sara”? ¿Y esa especie de rock-jazz que es “A veces si enciende”?
¿No te resulta imposible ponerte festivo con los acordes de “Piedra Redonda”?
¿Y el casi rock tenso de “Como la cabeza al sombrero” con ciertas
reminiscencias a Joaquin Sabina?..... pero, sobre todo, el añorante dramatismo en
el que te mete el ritmo en “Llanto de Pasión”.
Si te queda pasta, llévate también:
Metidos en la rueda del éxito
tras su último disco, hicieron un trabajo bastante estimable en
“Nuevo pequeño catálogo de seres y estares”
(1990), donde hacen un álbum lujoso y desbordante que se opone a la
sobriedad registrada en “Como la Cabeza al Sombrero” y al que, en aquel tiempo,
dobló en ventas. Teclados y sintetizadores pueblan un disco en el que vuelven a
enchufar las guitarras después de una obra de corte más acústico como fue su
anterior álbum, es cierto que pudieran caer en lo comercial, temas como “Cuando
el mar te tenga” la cúspide en sus obras de radioformulas tiene un tufillo que echa
para atrás, pero como contrapartida como no disfrutar de esa declaración de
intenciones de “Músico Loco” o de la espiritualidad de “En mi pecho”, el
dramatismo urbano y actual donde no existe la magia de “Barrio Triste” o la mística
heroica de “Sucedió en la antigüedad”.
Vuelve a dejarlo en el expositor:
“La rebelión de los hombres rana” (1995) es un absoluto
despropósito, si eres muy fan de ellos, aun podrás encontrar ecos de su sonido,
de su sensibilidad en temas como “Sin llaves” o “Uva de la vieja parra” pero su
esencia ha desaparecido, la poesía es forzada. Después de esta aventura, los
integrantes tomarán caminos separados y eventualmente volverán a juntarse para
grabar versiones más añejas de algunas canciones, aunque con resultados
menores. Para quienes los recordamos por los años mozos, la discografía de los
barceloneses es esencial y cada uno de sus entregas es una parte de nuestra
vida, solo por eso, La rebelión de los hombres rana es un punto final que se
deja escuchar, sin más. Si estas buceando en ellos por primera vez… Huye de
este disco.
Si lo que buscas son canciones sueltas:
Estas son las cinco canciones top
que no pueden faltar en tu colección o en tu playlist:
1. Llanto
de pasión
2. Son
cuatro días
3. Ya
no danzo al son de los tambores
4. Músico
loco
5. Mar
antiguo
No puedo estar más de acuerdo con ese planteamiento, el sonido y las letras que nos rebotaban una y otra vez en nuestras cabezas se perdieron totalmente en ese último trabajo y curiosamente tiene la que para mí puede ser LA CANCIÓN, Llanto de Pasión, qué aún siendo cómo muchas de sus letras, inconexa y triste, consigue removerme las tripas.
ResponderEliminarGracias por los aportes.