¿Quién no ha escuchado alguna vez la frase: "Hay dos tipos de personas..."? Tras los puntos suspensivos, suelen aparecer dicotomías muy variadas, del tipo: "Los que hacen esto o aquello y los que no", como si realmente fuera posible clasificar a la humanidad en dos categorías opuestas. Sin estar de acuerdo la simplificación que implica, voy a permitirme utilizar esta manida frase para referirme en esta reseña a "dos tipos de personas: Los que conocen a Neil Young y los que no".
En el grupo de personas que conocen a Neil Young se incluiría, por poner un ejemplo, William Ruhlmann de Allmusic, escribió: "Neil Young es famoso por desguazar álbumes completos y sustituirlos por otros rápidamente grabados con estilos radicalmente diferentes", y la frase describe a la perfección el collage que se despliega al poner el disco Freedom (1989) en el tocadiscos. Por un lado, el hit Rockin' in the free world, un tema musicalmente alejado de otros de los temas que componen el álbum, incluido aquí en sendas versiones acústica (abriendo el disco con un corte en directo) y eléctrica (cerrando magistralmente el disco), en un formato similar al que aplicó en el disco "Rust Never Sleeps" con la canción "Hey Hey, My My (Into the Black)".
Por otro lado, los temas Don't Cry, Eldorado y On Broadway (versión del tema soul escrito por Barry Mann, Cynthia Weil, Jerry Leiber y Mike Stoller) fueron publicados previamente en el EP Eldorado, y son ejemplos del sonido que Young creó a medio camino entre la claridad acústica y la distorsión y el feedback del grunge, mientras que otros dos temas del álbum incluyeron una sección de vientos, algo atípico e inusual en la discografía de Young, y alejado del estilo de las otras canciones del disco.
Publicado por Reprise Records, y pese a notarse en la escucha que se trataba de una selección de canciones de diferentes proyectos, Freedom cosechó críticas muy positivas y supuso un renacimiento comercial para Young tras una década de fracasos comerciales y enfrentamientos con su anterior discográfica (Geffen Records). El single principal (Rockin' in the Free World, versión eléctrica) es el single de mayor éxito de la carrera de Young, que se convirtió además en un himno contra la administración de George H. W. Bush, y una versión de la canción fue incluida en los créditos finales de la película de Michael Moore Fahrenheit 9/11. No more fue el segundo single, cosechando también buenos resultados aunque no a la altura de la canción estrella del disco.
No puedo terminar esta reseña sin hablar del otro grupo de personas, los que no conocen a Neil Young. Parece difícil de creer, pero existen. Un buen ejemplo sería un amigo y compañero que me llamó desde el concierto Rock in Rio el año que se celebró en Arganda. Tras acordar dónde nos veríamos cuando yo llegara al concierto, le pregunté quién estaba actuando en ese momento, porque se escuchaba de fondo y no conocía la canción que estaba interpretando. Su respuesta fue: "No sé. Es un abuelo tocando la guitarra". El abuelo era Neil Young y el tema era Rockin' in the Free World, versión acústica. Si os parece, le perdonamos a mi amigo el pecado cometido, y nos quedamos con el recuerdo de esa mítica canción, incluida por partida doble en un disco de imprescindible escucha.
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