domingo, 26 de junio de 2022

Tina Turner - Break every rule #MesTinaTurner



Para su sexto álbum en solitario, Tina Turner se enfrentaba a la difícil tarea de trabajar en el disco posterior a un disco de gran éxito. Private Dancer puso el listón bastante alto, y con Break Every Rule (1986) se conjuró para "romper todas las reglas" para que estuviera a la altura del anterior.

A nivel de ventas y repercusión internacional lo consiguió, y el disco alcanzó el número 4 en las listas estadounidenses, alcanzando rápidamente el disco de platino que por entonces se otorgaba al alcanzar el millón de copias vendidas. Mayor éxito alcanzó incluso en el Reino Unido, dónde el álbum se aupó hasta la segunda posición de las listas, siendo certificado triple disco de platino, y llegó a ser número uno en otros países europeos como Alemania o Suiza.

Sin embargo, y aún tratándose de un disco de contrastada calidad, en lo creativo se quedó por debajo de su predecesor, y dejó la sensación de que la tan ansiada nueva entrega de Tina Turner solo se saltaba las reglas en el título, entregando una serie de canciones comercialmente efectivas pero poco arriesgadas, entre las que afortunadamente se encontraban algunas joyas que se incorporaron de inmediato a su colección de grandes éxitos en solitario.

Typical Male es la canción con la que arranca el disco, y un buen ejemplo de la pulcra comercialidad de la propuesta. Una canción intensa y pegadiza que funciona para romper el hielo. What You Get Is What You See es otra de las piezas destacables del disco, con una guitarra y un ritmo que recuerdan a Dire Straits, y es una canción en la que la voz de Tina brilla especialmente en el puente y el energizante estribillo. Two People es seguramente más conocida, y sin embargo da la impresión de haber resistido peor el paso del tiempo, y en contraste con las dos piezas previas suena con menos fuerza y unos teclados algo desfasados en la actualidad.

El siguiente bloque de canciones deja entrever algún que otro relleno (Till The Right Man Comes Along) y una excesiva repetición de esquemas en ritmos y estribillos (Afterglow), que le restan al álbum en su carrera por alcanzar las cotas artísticas de su antecesor. La versión del tema de David Bowie Girls es correcta y salva los muebles con su, de nuevo, comercial producción y acabados, y vocalmente le viene mucho mejor a Tina que los dos temas anteriores. Es el momento en el que el disco vuelve a enfilar con fuerza la cuesta hacia arriba, y manteniéndose ahí con la pieza rock de Bryan Adams Back where you started y llegando a lo más alto con Break every rule, la canción que da título al disco, un hit diseñado para que encaje como un guante con la intensa voz de Tina.

Con cierto toque a blues eléctrico de carretera, a Overnight sensation no le llega para jugar en las grandes ligas, pero es correcta y aporta su granito de arena a un disco que, salvo en un par de temas ya reseñados, es ameno y de agradable escucha. Le sigue Paradise in here, una balada construida en base a unos omnipresentes teclados ochenteros, en la que Tina se luce vocalmente como siempre, pero que cae al grupo de canciones más prescindibles del disco, que cierra a buen nivel con la power ballad I'll Be Thunder, contribuyendo al buen sabor de boca general de un disco que realmente no rompió ninguna regla, pero que siguió cimentando la leyenda y el éxito de una artista única en su especie.

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