Phoebe Bridgers nació el 17 de Agosto de 1994 en Pasadena, California. Comenzó a cantar a una edad temprana y se unió a bandas en la escuela secundaria. Después de conocer al cantautor Ryan Adams cuando tenía 20 años, lanzó "Killer", su primer sencillo, en 2015. Su álbum debut, "Stranger in the Alps", llegó en 2017 y alcanzó el puesto número 82 en el Billboard 200. Su segundo álbum, "Punisher", llegó en 2020 y alcanzó el puesto número 43. Entre sus dos primeros álbumes, formó la banda Boygenius con Lucy Dacus y Julien Baker, lanzando su EP debut homónimo en 2018; alcanzó el puesto número 4. Además de ser un tercio del supergrupo, Bridgers también ha tenido otras colaboraciones importantes, incluida "Nothing New (Taylor's Version)" (From the Vault) en 2021 y "Ghost in the Machine" con SZA en 2022. Ha recibido múltiples nominaciones a los premios Grammy, entre ellas, mejor artista nuevo, mejor canción de rock por "Kyoto" y mejor álbum alternativo por "Punisher".
Stranger in the Alps es el álbum debut de Phoebe Bridgers y desde la portada del álbum hasta la música misma, hay un cierto espíritu inquietante. Para grabar las voces del álbum, Bridgers apagó todas las luces del estudio y cantó en la oscuridad. “Cuando puedes ver a todos mirándote, es una experiencia diferente a cantar para ti mismo”, explicó más tarde. Entre las canciones que relatan su relación con un hombre mayor y abusivo y cómo la reciente muerte de sus íconos afectó su salud mental, es fácil entender las motivaciones de Bridgers para no querer mirar a nadie mientras canta. Este sentimiento es pertinente a todos los temas de Strange in the Alps, un álbum con letras tristes endulzadas por la ligereza de sus canturreos. Pero incluso dentro de la atmósfera sombría y melancólica del LP, todavía se pueden ver puntos de luz aquí y allá, el sentido del humor de Brigers brillando a través de sus versos confesionales y referencias culturales sobre arreglos folk e indie-rock. La ira y la ferocidad en gran parte de la composición de Stranger in the Alps llegan transformadas, alquimizadas en calma por la dulce entrega de Brigers. El álbum reúne fragmentos de su vida como una entonces cantante emergente en la escena de Los Ángeles, alguien que dio oportunidad a diferentes caminos hasta encontrar el correcto. Al mismo tiempo, muchas de las canciones de Stranger in the Alps tratan sobre estar conscientemente enamorado de la persona equivocada y permanecer en esas malditas relaciones por una razón u otra. Estas contemplaciones se ponen en perspectiva a través de una vision muy morbosa: cada canción del álbum tiene la palabra muerte o palabras relacionadas con ella. Esta atmósfera sombría sugiere a Bridgers en un dormitorio oscuro con solo una guitarra, insomnio y pensamientos como compañía, mirando su calle desierta a través de la ventana en las primeras horas de la madrugada.
En el primer tema,
Smoke Signals, establece el tono de inmediato, mezclando guitarras limpias envueltas en ecos con el brillo suave de las cuerdas sinfónicas que suenan como si vinieran directamente de Vespertine. Desde el primer segundo la melodía triste y agotadora llega a los oídos, la mezcla de tristeza y belleza es embriagadora. Bridgers canta sobre una relación desconectada mientras explica el impacto que tuvieron en ella las muertes de los ídolos David Bowie y Lemmy de Motörhead. En una frase de 10 segundos, Phoebe Bridgers desata una ola de dolor y ansiedad que había encerrado durante casi dos años, muchos hemos experimentado el dolor antes de personas mucho más cercanas que fallecen a las megaestrellas, pero también ocurre que cuando falta alguien famoso que de una manera u otra te ha acompañado en tu vida el mundo se desconecta y no puedes evitar sentir que una parte de ti muere con él. ¿Hiperbole? Tal vez. Pero esto que expresa Phoebe son sentimientos reales, sentimientos profundos que quizás los entierras rápidamente para no mirar demasiado de cerca un futuro solitario. Smoke Signals ayudó a reconectar las partes rotas ocultas y a enfrentar verdades incómodas, confundiendo para siempre la experiencia de su sonido con mi recuerdo de la música. Existe en mi mente como una densa losa interconectada de emoción catártica, tanto buena como mala, algo por lo que estaré eternamente agradecido. Pero, de nuevo, soy afortunado. Tengo a alguien que resuelve todos nuestros problemas mientras yo corro de copiloto. Acelerando porque, bueno, ya saben por qué. Sé que podemos volver a conectar el mundo, solo que puede que lleve un poco de tiempo.
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