
¿Y qué cosas son las que no pudieron dejar atrás? La primera es el talento y la capacidad de entregar grandes discos que Bono y compañía han tenido siempre de serie. Y eso, a pesar de que las primeras sesiones de grabación no fueron demasiado fructíferas, y tan solo lograron sacar en claro el tema Kite, una canción en la que la voz de Bono volvía a brillar y a sorprender después de haber arrastrado problemas durante la anterior gira de la banda. El resultado obtenido con esta canción volvió a llenar el depósito de la ilusión hasta el tope, y decidieron enfocar las siguientes grabaciones hacia la simplicidad de una banda tocando juntos en una habitación, despojando a los nuevos temas de la instrumentación y la electrónica del pasado reciente.
El disco fue un éxito de crítica y ventas en todo el mundo, llegando la puesto 3 del Billboard estadounidense. Consiguió nada menos que siete Premios Grammy, convirtiéndose en el único álbum en la historia con dos canciones ganadoras del Premio Grammy a la Mejor Grabación del Año (Beautiful Day en 2001 y Walk On en 2002) y la revista Rolling Stone lo posicionó en el puesto 139 de su lista de los 500 mejores álbumes de todos los tiempos. Aunque fue promocionado como un retorno al sonido tradicional de la banda, y pese a que esa vuelta a los orígenes se imponga en canciones como Beautiful Day (la potente apertura del disco y single de enorme éxito, en la que la guitarra de The Edge tiene un tono similar al habitual en las grabaciones de discos como War en la década de los ochenta) muchos de los temas del álbum contienen todavía altas dosis de la experimentación y la complejidad de sus obras de los noventa.

Tienes que dejarlo atrás.
Todo lo que creas,
Todo lo que haces,
Todo lo que construyes,
Todo lo que rompes,
Todo lo que mides,
Todo lo que robas,
Todo esto puedes dejarlo atrás...
Dedicada al activista birmano de derechos humanos Aung San Suu Kyi, es el clímax emocional y creativo del disco. Hasta este momento, podríamos estar probablemente ante el disco que completaría el trío de obras maestras del grupo, tras los impecables The Joshua Tree y Achtung Baby. Sin embargo, en la segunda parte del disco, y a pesar de contener canciones destacables como la mencionada Kite, In a Little While o Peace on Earth, la sensación de que la llama, aunque aún encendida, ha perdido intensidad, empieza a rondar la escucha a la altura de When I look at the World y New York.

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