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lunes, 25 de abril de 2022

#MesU2: All that you can't leave behind



El décimo álbum de U2 empezó con buen pie ya incluso desde la elección del título. All That You Can't Leave Behind (Todo aquello que no puedes dejar atrás) es una nueva huida hacia adelante, en la que los irlandeses vuelven a replantearse su camino como grupo, dejando atrás la experimentación electrónica y la oscuridad lírica de esa gran trilogía alternativa que conformaron los discos Achtung Baby, Zooropa y Pop. Las malas críticas que recibió este último les impulsaron a un nuevo retorno al rock convencional de guitarra, bajo y batería, y se pusieron manos a la obra en el estudio con el habitual Daniel Lanois en la producción y la inestimable coproducción del ya por entonces asiduo Brian Eno.

¿Y qué cosas son las que no pudieron dejar atrás? La primera es el talento y la capacidad de entregar grandes discos que Bono y compañía han tenido siempre de serie. Y eso, a pesar de que las primeras sesiones de grabación no fueron demasiado fructíferas, y tan solo lograron sacar en claro el tema Kite, una canción en la que la voz de Bono volvía a brillar y a sorprender después de haber arrastrado problemas durante la anterior gira de la banda. El resultado obtenido con esta canción volvió a llenar el depósito de la ilusión hasta el tope, y decidieron enfocar las siguientes grabaciones hacia la simplicidad de una banda tocando juntos en una habitación, despojando a los nuevos temas de la instrumentación y la electrónica del pasado reciente.

​El disco fue un éxito de crítica y ventas en todo el mundo, llegando la puesto 3 del Billboard estadounidense. Consiguió nada menos que siete Premios Grammy, convirtiéndose en el único álbum en la historia con dos canciones ganadoras del Premio Grammy a la Mejor Grabación del Año (Beautiful Day en 2001 y Walk On en 2002) y la revista Rolling Stone lo posicionó en el puesto 139 de su lista de los 500 mejores álbumes de todos los tiempos. Aunque fue promocionado como un retorno al sonido tradicional de la banda, y pese a que esa vuelta a los orígenes se imponga en canciones como Beautiful Day (la potente apertura del disco y single de enorme éxito, en la que la guitarra de The Edge tiene un tono similar al habitual en las grabaciones de discos como War en la década de los ochenta) muchos de los temas del álbum contienen todavía altas dosis de la experimentación y la complejidad de sus obras de los noventa.​

Es el caso, por ejemplo, de Stuck in a moment you Can't Get Out Of, un tema que recuerda al excelso Stay (Faraway, so close) de Zooropa, y cuya letra está dedicada a Michael Hutchence (INXS) que se suicidó en 1997. Se convirtió en otro de los grandes singles del disco, junto a la enérgica y rockera Elevation (incluida en la banda sonora de la película Lara Croft: Tomb Raider, con la explosiva colaboración de Angelina Jolie en el video promocional) y la gran pieza central del disco, Walk on, que en su tramo final enumera, en un planteamiento similar al del tema Eclipse de Pink Floyd, las cosas que uno puede y debe dejar atrás para crecer y mirar hacia el futuro:

Déjalo atrás.
Tienes que dejarlo atrás.
Todo lo que creas,
Todo lo que haces,
Todo lo que construyes,
Todo lo que rompes,
Todo lo que mides,
Todo lo que robas,
Todo esto puedes dejarlo atrás...

Dedicada al activista birmano de derechos humanos Aung San Suu Kyi, es el clímax emocional y creativo del disco. Hasta este momento, podríamos estar probablemente ante el disco que completaría el trío de obras maestras del grupo, tras los impecables The Joshua Tree y Achtung Baby. Sin embargo, en la segunda parte del disco, y a pesar de contener canciones destacables como la mencionada Kite, In a Little While o Peace on Earth, la sensación de que la llama, aunque aún encendida, ha perdido intensidad, empieza a rondar la escucha a la altura de When I look at the World New York.

El disco cierra a buen nivel con Grace, aunque queda una leve sensación de que un disco de estas dimensiones habría merecido un final de mayor impacto, y probablemente ese final tendría que haber sido Walk on, aunque eso habría hecho que la comparativa con el final del Dark Side of the Moon hubiera sido más evidente. Nos consolamos con la acertada decisión de repescar uno de los temas de un proyecto paralelo de Bono, Daniel Lanois y Hal Wilner para la banda sonora de la película Million Dollar Hotel. Incluida como último tema del disco con la etiqueta de "bonus track", la intensa y atmosférica The Ground beneath her feet aporta el toque de gracia que echábamos en falta para cerrar un disco excelente. Demasiado buena para dejarla atrás, ni siquiera a cambio de un hotel de un millón de dólares.

domingo, 17 de abril de 2022

#MesU2: Achtung Baby - U2



En 1991, los chavales de Getafe sentíamos un gran orgullo de pertenencia a la autoproclamada "Capital del Sur", pero paradójicamente, al mismo tiempo teníamos una actitud bastante "fronteriza" y separatista entre los que nos considerábamos normales (aunque desde el otro bando nos tildaran de "frikis") y aquellos a los que despreciábamos por ser "pijos". En esa particular situación de antagonismo entre los dos bandos, era inevitable sentirse identificados con los protagonistas de películas como West Side Story o Quadrophenia, y asignar a los despreciables "pijos" el merecido papel de "villanos", por jurar como juraban siempre por Snoopy, por no perderse un solo capítulo de Friends, por llevarse siempre a las mejores chicas y, sobre todo, por cantando con los brazos en alto y los ojos cerrados cada vez que el disc-jockey ponía una canción de Hombres G o, incomprensiblemente, de U2...

Esa, amigos, es la absurda, y a la vez más que justificada, razón por la que, aún hoy en día, no he escuchado ninguno de los álbumes de U2 anteriores a The Joshua Tree. Bajar la guardia y cantar con los ojos cerrados "Pride" o "Sunday Bloody Sunday" podía agenciarte el rechazo y la sospecha entre tus iguales. La cosa se puso aún más difícil con temas tan buenos como I still haven't found what I'm looking for, Where the streets have no name o With or without you, y aunque hasta los propios pijos empezaron a renegar y a mirar de soslayo el Rattle and hum, no hubo ninguna señal de aviso que nos preparara para el brutal cambio de acera de Achtung Baby, hasta la publicación del álbum y su adecuado título: Achtung significa "Atención" o "Cuidado", la palabra con la que en alemán se recuerda a los viandantes que deben tener precaución en los cruces y pasos de cebra. Así que el título de "Cuidado, chica" era todo un toque de atención sobre el cambio que el disco ofrecía.

Evidentemente, ni Bono ni el resto de miembros de U2 sabían nada de la profunda y verdadera razón por la que sus discos no se vendían bien en los barrios de Las Margaritas o La Alhóndiga, pero sí que estaban molestos por las críticas recibidas a nivel mundial por el álbum Rattle and Hum, y decidieron dar un giro a su música, alejándose de los himnos comerciales de los ochenta y dejándose llevar por las influencias del rock alternativo y de la música industrial y electrónica. El cambio se trasladó también a la temática de las composiciones, en un álbum mucho más oscuro e introspectivo. Dónde antaño aparecían grandilocuentes slogans políticos y sociales con los que parecían querer salvar al mundo, ahora su paleta narrativa se adentraba en temas más realistas y profundos sobre las relaciones humanas, el amor, la sexualidad, la soledad o el desengaño. 

Grabado e ideado en su mayor parte entre el Berlín del recién derribado muro y su Dublín natal, con Achtung Baby fue como si los irlandeses hubieran hecho un corte de mangas a Chandler y Rachel, mientras María rechazaba a su novio Jet para liarse con un friki, y el más famoso de los rockers se compraba una parca verde y una vespa para ir de peregrinación a Brighton. De repente, los U2 molaban y eran muy frikis, con un brillante y recién estrenado disco que no era apto para ser cantado en un bar con los ojos cerrados, sino para degustarlo en la soledad de tu cuarto, con unos buenos auriculares, y no perderte el más mínimo detalle de aquella impactante transformación sonora y narrativa.

La ruptura con lo que hasta entonces había sido el otro lado de su particular "muro" sonoro es evidente ya desde el arranque del disco. Las primeras notas distorsionadas de Zoo Station buscan conscientemente que el oyente habitual (el "pijo" en nuestra realidad local) creyera que el disco estaba defectuoso o que por error le hubieran vendido un disco de un grupo de música electrónica. El cambio de temática y estilo es aquí especialmente marcado, en la distorsión de las abruptas y crudas guitarras, como si este primer tema (que se barajó como posible título del disco) tuviera que cumplir de manera agresiva y cortante el rol de primera y directa declaración de intenciones.

Dentro del tono oscuro general del disco, en Even better than the real thing se cuelan algunos de los mensajes más luminosos del disco, en la que es la canción más sexual y positiva, y The Edge combina su particular estilo de tocar la guitarra con la incorporación de efectos y sonidos de marcada influencia electrónica, que hacen que la canción suene mucho más adelantada al sonido de canciones similares del pasado reciente. Un pasado con el que querían romper, pero no les fue fácil encontrar la fórmula correcta para hacerlo. Para lograrlo, decidieron alejarse de la rutina y de los lazos familiares, y eligieron el Berlín del gran cambio socio-político del momento como fuente de inspiración, trasladando su campamento base a los estudios Hansa en los que se habían grabado discos como "Low" y "Heroes" de David Bowie o "The Idiot" de Iggy Pop, pero tras varias sesiones infructuosas, la moral y las relaciones en el seno del grupo se fueron poco a poco deteriorando, al no ponerse de acuerdo en la dirección a seguir.

Durante la grabación de Mysterious Ways, un complicado tema que combina ritmos bailables, inspirados en una breve estancia en Marruecos, con un riff de guitarra de corte sorprendentemente funky, la frustración llegó a su punto álgido, y la amenaza de la separación de la banda llegó a sobrevolar el ambiente. La llegada de Brian Eno para ayudar en la producción, demostrándoles que el trabajo que habían realizado era mejor de lo que pensaban, y el descubrimiento accidental de los acordes de One en una improvisación de The Edge, salvaron los muebles y recondujeron la complicada situación, convenciéndoles de que podían aunar a la vez canciones con capacidad comercial y nuevas y arriesgadas tendencias sonoras. One se convirtió en una de las canciones más relevantes de la historia de la banda, y una de las mejores canciones de todos los tiempos. Bono volcó en ella los sentimientos producidos por las difíciles relaciones en el seno de la banda y las incomodidades de la estancia en Berlín.​

Con las energías renovadas por la sensación de haber encontrado por fin el camino correcto, la creatividad y la determinación se dispararon y los nuevos temas siguieron rompiendo las barreras con las que habían limitado su capacidad musical y la temática de sus textos. En Until the End of the World profundizan en temáticas religiosas y apocalípticas, a través de una conversación entre Jesucristo y Judas Iscariote. Fue publicada como single, como también lo fue Who's Gonna Ride Your Wild Horses, el quinto y último sencillo extraído del álbum, una descripción de los problemas de pareja con melancólicas texturas musicales que de nuevo desafían las viejas fórmulas.

El tono melancólico sigue presente en So Cruel, un tema de atmósfera intimista en el que destaca la calidez de la voz de Bono, que en varias de las canciones de Achtung Baby trabaja en registros más bajos, logrando dar una mayor profundidad a las composiciones. El tono es de nuevo sombrío y derrotista, con referencias al amor no correspondido y la obsesión que esto puede generar en el desdichado enamorado. 

The Fly fue el primer single que se lanzó del disco, y una de las canciones más representativas del Mr. Hyde en el que se estaba convirtiendo la banda, dejando atrás la aburrida y previsible vida del (pijo) Dr. Jekyll para embarcarse en aventuras sonoras mucho más intrigantes. Mientras escribía la canción, Bono creó el alter ego de The Fly, un personaje ególatra vestido de cuero negro y oscuras gafas de sol, una especie de Elvis del lado oscuro, que se presenta en sociedad a través de la voz distorsionada de Bono en temas como éste o Zoo Station. Construida sobre una base hip hop y ritmos electrónicos combinados con oscuras y distorsionadas guitarras, The Fly surgió en las sesiones de Dublín, tras la fallida experiencia en Alemania, como parte de una larga suite que incluía también lo que posteriormente serían Zoo Station y Ultraviolet (Light My Way), esta última más emparentada narrativamente con los temas del tramo final del disco, que rozan lo conceptual en sus referencias a una mujer (la Luna) que seduce a un hombre (The Fly) llevándole al lado oscuro de la noche y la perdición amorosa.​

En Tryin 'to Throw Your Arms Around the World ese hombre vaga en estado de embriaguez, sin encontrar la salida a una relación tempestuosa, descrita también en Ultraviolet (Light My Way), mientras en Acrobat los problemas de pareja se entremezclan con una vuelta a las referencias religiosas que ya aparecieron en Until the end of the world,  y el lamento por el amor fallido de So Cruel es aún más desgarrador y sombrío en Love is Blindness, que nos revela que la historia de amor de este disco no tiene un final feliz.

El recorrido del disco sí que lo tuvo, a tenor de los 18 millones de copias vendidas, el Grammy al mejor álbum de rock, y la larga lista de premios que recibió por parte de la crítica especializada, que lo sigue considerando uno de los mejores álbumes de la historia. Achtung Baby está incluido en el libro "1001 álbumes que debes escuchar antes de morir", y la revista Rolling Stone lo posicionó en el puesto 63 de "Los 500 mejores álbumes de todos los tiempos"), pero el gran mérito de este disco siempre será habernos dado a los "frikis" el único momento de gloria en nuestra desigual lucha contra los "pijos" cuando por primera vez empezó a sonar The Fly en los bares del centro de Getafe. Cuando estaban a punto de cerrar los ojos y levantar los brazos al cielo, notaron que algo no funcionaba. Aquellas guitarras distorsionadas les desconcertaban, y al mirar a su alrededor, vieron a un grupo de frikis rasgar al aire sus imaginarias guitarras. Algo había cambiado. Ellos seguían teniendo la ropa de diseño y las gafas de marca, pero el muro había caído, y de repente U2 era nuestro. Nos duró solo un par de discos más (Zooropa y Pop) pero nos supo a batalla ganada.