Wonder le aporta además una interpretación vocal intensa y apasionada, alejada de la suavidad melódica de otras grandes piezas de su repertorio, y con una letra que explora la idea de la influencia negativa de la superstición en nuestro comportamiento y en las decisiones que tomamos en nuestras vidas, introduciendo una capa de crítica social al defender la importancia de mantenerse firme y no dejarse llevar por creencias falsas o irracionales que nos distraen de los problemas reales.
La inclusión de una sección de vientos es la guinda perfecta para terminar de darle el efectivo toque funk a la pieza y elevarla hasta la categoría de obra memorable, que tras su lanzamiento se convirtió en uno de los mayores éxitos comerciales y de crítica de la carrera de Stevie Wonder, y que a lo largo de las décadas ha sido versionada y sobre todo, sampleada hasta la saciedad por un buen número de artistas, atrapados por el embrujo y la adictiva cadencia de su mágico ritmo de teclado. ¿Embrujo? ¿Magia? No seamos supersticiosos, es mucho más evidente hablar, directamente de "obra maestra".
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