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Este gran hit de T. Rex comienza con un distintivo y electrizante riff de guitarra que le da a la canción un toque inconfundible, acompañando a la rotunda y rebelde letra de Marc Bolan, que culmina en la efectiva estribillo de "You won't fool the children of the revolution" ("No engañarás a los hijos de la revolución"), todo un alegato de la revolución y el cambio que aquella generación de jóvenes estaba demandando.
Combinando elementos de rock and roll clásico con guitarras distorsionadas y la casi teatral actitud "glam" de su carismático cantante, T. Rex crearon un auténtico himno de la contracultura musical y social de los setenta, una áspera píldora que pretendía derribar las convenciones arcaicas de la sociedad, para conseguir la libertad cultural, sexual y artística que demandaba toda una generación de jóvenes del momento, representados a la perfección por los "Young dudes" ("chicos jóvenes") de Mott the Hoople y Bowie o los "hijos de la revolución" de T. Rex.
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