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lunes, 24 de febrero de 2020

Coque Malla y The Satellites: Un homenaje a Lou Reed - Transformer (Mes Coque Malla)




     "Hola, buenas noches, el 8 de diciembre de 1972 Lou Reed publicó su segundo álbum en solitario", Con estas palabras iniciaba The Satellites su particular homenaje a la figura del artista, un disco grabado en vivo en vivo en la sala El Sol y que Coque organizó en honor a la figura del artista, que había fallecido recientemente, concretamente el 27 de octubre de 2013. The Satellites no era ni más ni menos que Coque Malla rodeado de su banda habitual, Gabriel Marijuán (percusión), Marc Hernández (bajo y contrabajo), Claudio de Casas (guitarra) y David Lads (teclados).

     Aquella noche Coque también contó con la colaboración de amigos como Luis Martín (Los Ronaldos), Miren Iza (Elektrobikinis, Tulsa), la cantante Alondra Bentley. David Herrington (trompeta y tuba)  ó su hermano Miguel Malla (clarinete y saxo)

     Coque y The Satellites se arrancaban con Vicious, el majestuoso tema que Lou compuso a partir de una sugerencia de Andy Warhol, quien por entonces era el manager de Velvet Underground. continuaban con Andy's Chest, tema inspirado en el intento de asesinato que sufrió Andy Warhol por parte de la escritora feminista radical Valerie Solanas. Ya advertía Coque que ante semejante obra maestra, lo mejor que podía hacer es ser lo más fiel posible a la obra del artista, pues intentar ser creativo ante semejante obra era harto complicado.

     Después de habernos enganchado con los dos primeros temas, le llega el turno a Perfect Day, un tema donde el maestro nos recordaba lo bonito que puede resulta disfrutar de las cosas sencillas.
Hangin' Round, el momento ideal para mover las caderas después del tema lento anterior. Y llegamos, para mí, a uno de los momentos cumbre del disco, la maravillosa Walk On The Wild Side, donde Lou nos hablaba del otro Nueva York, del que casi nadie habla. Ese Nueva York al que los travestis se dirigían en busca de algo de fortuna, y acababan ejerciendo la prostitución, un paseo por el lado salvaje de la ciudad.



     Make Up, tema donde nos regala un dúo magnífico lleno de sensibilidad junto con Miren Iza, la cantante de Elektrobikinis y Tulsa.
Después le lega el turno a Satellite Of Love, precisamente el tema en el que Coque se inspira para poner el nombre del grupo, The Satellites, que ha escogido para la ocasión y su tributo a Lou Reed. Un tema que Lou ya había compuesto en su etapa en la Velvet Underground y de la que existe una grabación anterior a Transformer con la Velvet, aunque la letra entre la primera versión y la de Tranformer no es igual y sería variada para a grabación en el disco Transformer.

     A Satellite Of Love le siguen el marchoso rock Wagon Wheel, y New York Telephone Conversation, donde durante casi dos minutos Coque con la colaboración de la magnífica Alondra Bentley nos reproducen precisamente eso, una llamada telefónica.
Se acerca el final, y son los acordes de I'm So Free los que suenan, donde nos cuenta que es hijo de la naturaleza, es único y por tanto libre. No queremos que acabe este particular homenaje, pero como todo lo bueno llega a su fín, y lo hace con el último tema, Good Night Ladies, donde da las buenas noches a las señoras, y a los señores que le han acompañado en tan noble homenaje a la figura de Lou Reed y su obra maestra Transformer.

     Comentaba Coque Malla, que si bien haber grabado rarezas como el homenaje a Rubén Blades le había supuesto un auténtico reto, hacer el homenaje en vivo del enorme disco de Tranformer de Lou Reed le suponía un reto aún mayor, pues fue más exigente aún por el tema añadido del idioma. Al ser una actuación en vivo Coque no quería cometer ningún error con el tema del idioma y que todo saliera perfecto. Tranquilo coque porque tus Satellites y tú estuvisteis a la altura.


domingo, 23 de febrero de 2020

Coque Malla - Soy un astronauta más (Mes coque Malla)



Coque Malla, hasta ahora un artista desconocido para mí, y muchos de mis amigos me decían "como que no conoces a Coque Malla, de Los Ronaldos", pero pese a la insistencia de mis amigos, seguía sin conocer su música. 

Así que un buen día, me puse a buscar su música en Youtube, y encontré sus canciones y discos, y realmente pude descubrir un artista realmente versátil, el cual debo decir que me ha sorprendido, por ello tras su primer disco como solista, quisiera destacar una palabras del propio Coque Malla. 

"Fue un trabajo casi pornográfico. Me desnudé completamente. Y la verdad, se pasa mucho frío desnudo. Tuve una mezcla de euforia y melancolía durante todo el proceso. Era mi primer disco sin Los Ronaldos y se juntaron la sensación de libertad absoluta y la de soledad, casi a partes iguales. Contiene una de las mejores canciones que he escrito nunca y que me trae recuerdos muy intensos: NADIE EN LA TIERRA. Al componerlo y escribirlo encontré mi nave y pude volver a casa"

Coque Malla.

Por ello reseñare en esta ocasión su primer disco como solista "Soy un Astronauta más", luego de su paso por Los Ronaldos, como el bien dice, una obra al desnudo, que para mi muestra la esencia de ese rock de los Rolling Stones, será el sonido de esa guitarra a lo Keith Richards, pero con el toque particular que le da Coque Malla. 

Soy un astronauta más, es un disco que tiene 10 canciones las cuales debo decir que me han gustado mucho cada una de ellas, ya que he encontrado en cada una de las canciones pequeñas historias donde el artista en muchas de ellas pone como figura ese amor a las mujeres, lo que me reafirma este amor en un disco posterior llamado Mujeres.  

La mujer sin llave, da el pistoletazo de salida a esta aventura, como una historia intergaláctica de un viaje, junto a una mujer a la que el artista invita en este viaje imaginario, el sonido me recuerda a un rock clásico, a golpe de guitarra y una batería que acompaña. 


Que será de nosotros?, ya lo he dicho, un disco con un canto a las mujeres, y este segundo tema del disco, muestra el poder de las mujeres, ante una posible revolución de las chicas si dejaran de bailar, hipotética reflexión, con la que las mujeres ejercen poder sobre los hombres, la base de este canción mantiene el sonido del rock clásico del primer tema. 


No hay nadie en la tierra, introduce el artista coros para este tema, donde nuevamente el artista poetisa, un sentimiento de soledad o de ser único sobre una tierra vacía, en búsqueda de alguien que entienda que nada a cambiado en él, ya que es el mismo de ayer. 

Paula, me recuerda a esa canciones del rock de los años 60 o 70, una base del más puro rock and roll,  porque se llama Paula esta canción, pero podría decir que Little Richard también hablaba de una mujer pero llamada Lucille, nuevamente el rock and roll y las mujeres primeras en escena. 

Quiero ser como tu, entregado en la garras de los deseos de otra persona, Coque Malla en esta canción debo decir que esta entregado a los deseos de querer ser otra persona, no se si decir que es una balada que de repente explota junto a una guitarra y batería, afirmando el deseo de querer ser otra persona. 

Mentiras, nuevamente el rock and roll marcado en el sonido de este canción, invita a en forma espontanea invita al movimiento de tus pies al ritmo del rock and roll, realmente invita a bailar. 

Rosa's Motel, esta canción me llevo a los lugares comunes de una canción de los Rolling Stones, sera la base de esa batería por detrás que golpea sin cesar en todo momento. 

Aquí me desconcierta el artista, cambia en las últimas canciones de ritmo, no solo con Donde estabais? sino con la siguiente canción Tú y Yo y su última canción del disco Punto Cero, se vuelve más melódico, pero en ninguna de las tres pierde el sentido, en el centro de ellas siempre presente ese amor a las mujeres, y como dije en un principio cada una de las canciones encierra una historia. 

De un perfecto desconocido, debe decir que Coque Malla, con su álbum "Soy un Astronauta más" a pasado a ser de esos artistas que reconocería en cualquier parte por su calidad como músico, ahora si cada vez que me pregunten por Coque Malla, deberé destacar el amor a las mujeres que refleja en cada una de sus canciones. 

Daniel 
Intagram: Storyboy  

lunes, 17 de febrero de 2020

Coque Malla en Wizink 15-2-2020 (Mes Coque Malla)



No podía faltar, en el mes de Coque Malla, su esperado retorno al Wizink para traer a su Madrid el espectáculo de ¿Revolución? En la distancia, el recuerdo de su anterior actuación en La Riviera, cerrando su gira "Irrepetible" (ver reseña "La música en historias: Coque Malla "Irrepetible 6-12-2018 en este blog). Y así como aquel concierto fue realmente irrepetible, la duda con el concierto del sábado en el Wizink era si sería realmente una revolución. Tampoco tenía que serlo, si nos atenemos a los interrogantes del título del brillante disco que le tocaba defender a Coque en el escenario del arena madrileño.


Tuve la suerte de acudir al concierto con los dos mayores fans de Coque Malla del mundo mundial, mis dos hijos, que con tan sólo 9 y 12 años se saben todas sus canciones al dedillo, y que iban a presenciar su primer concierto. En el coche, propusieron que cada uno de nosotros adivinara cuál sería la primera y la última canción del concierto. En la primera no tuve ninguna duda, y fuimos varios los que acertamos, no hay mejor manera posible de arrancar la revolución que con la canción que le da comienzo. Los tambores de "¿Revolución?" precedieron a la salida de la banda, que encadeno la canción de arranque con el siguiente tema del disco, un "Solo queda música" que encantó a los reporteros más jóvenes de 7días7notas.



De no ser por la inclusión de "Escúchame" en la que Coque presentó a la banda, reforzada por una sección de metales en la que no faltaba su hermano Miguel Malla, el concierto en este primer tramo habría calcado la primera mitad del disco. "Un lazo rojo, un agujero" es un hit poderoso, convertido ya en un clásico de Coque, y la aparición de Kase O, muy aclamado por el público, levantó al Wizink en el recitado del rap de la canción. Tras marcarse un rapeo extra y marca de la casa, abandonó el escenario para que la banda de Coque atacara las primeras notas de "América", demostrando que las canciones más orquestales del disco funcionan también en directo. El primer tramo, si dividimos el concierto en lo que para mí fueron tres partes bien diferentes, acabó de manera triunfal con "Extraterrestre", recién estrenado single que suena en directo tan brillante como en el disco. Otro de los temas que huele a clásico, y el favorito de mis jóvenes acompañantes.


Tras la ya icónica "Berlín", en el tramo central del concierto abundaron las canciones más introspectivas, brillantes como cualquier otra pero de más complicado encaje en el formato de gran superficie del Wizink. Se notó en el ambiente que canciones como "La carta" o "Todo el mundo arde", separadas por ese otro temazo que es "El último hombre en la Tierra", habrían tenido más impacto en el entorno más intimista de los teatros y salas del resto de la gira.


La atmósfera repuntó con un tema tan redondo como "Me dejó marchar", tras el que Coque presentó a Jaime Urrutia, segundo invitado especial de la noche, con el que cantó a dúo "La sangre de tu tristeza", que volvió a revolucionar a un público agradecido con ese tipo de sorpresas. Reconozco cierta decepción cuando, tras acabar la canción, Jaime abandonó el escenario, pues habría sido el momento de regalarnos ese temazo que es "Polvo cósmico", aprovechando su presencia para hacerla con el recitado del disco. En lugar de ese tema, le llegó el turno a "El gran viaje a ninguna parte", primera de un grupo de canciones de "acústica y taburete" que Coque despachó con soltura y oficio, incluyendo guiños al "Fire" de Bruce Springsteen en el comienzo de "El ángel caído", una brillante e intimista interpretación de "Una moneda" y el ya tradicional final a capella de "Hace tiempo".

El tercer tramo fue una traca final más eléctrica, que arrancó con el escenario a oscuras y un foco de luz blanca enfocando a un Coque muy seguro de sí mismo con la guitarra, atacando un solo de marcados matices blues rock, para enganchar después con el riff stoniano de "Quiero que estemos pegados". La siguiente sorpresa de la noche fue que la cosa no quedara ahí, sino que atacaran otros dos temas más de "Los Ronaldos". Con el público entregado tras la revisión nostálgica de "Guárdalo" y "Por las noches", Coque anunció que "La señal" iba a ser la despedida y cierre de esa gran noche. Que ésto hubiera sido cierto habría sido toda una revolución, pero afortunadamente no desobedeció los cánones establecidos, y tras hacerse de rogar durante unos minutos, regresó al escenario con la banda al completo para los bises finales, en los que comprobamos que "Un árbol", otra de las gemas de ¿Revolución?, suena también brillante en directo. Para este tema, contó con la colaboración en los coros de Fon Román, que había sido el telonero de la velada.

Para la siguiente canción, era inevitable llegar "Hasta el final", sin importar si eso estaba bien o mal, y dejar abiertas las ventanas para que entrara el último soplo de aire, en forma de una de esas canciones sin las que no podemos vivir. Con "No puedo vivir sin ti" se acabó lo que se daba, y se cumplieron los pronósticos que hicimos en el coche. Y con el "Revolution" de The Beatles sonando de fondo, la banda hizo las tradicionales reverencias de agradecimiento al público, fundidos en el abrazo que se merece el trabajo bien hecho.

domingo, 16 de febrero de 2020

Coque Malla - Termonuclear (Mes Coque Malla)


En el mes de Coque Malla me toca enfrentarme a uno de los discos que más valora el propio autor y que fue fruto de una ruptura que dejó noqueado al artista, es por eso, que nos vamos a encontrar a lo largo del álbum toda una serie de cuadros dolorosos y desoladores que tienen un puntito de esperanza y supervivencia, vamos todo lo que viene a ser una ruptura amorosa cuando uno de los dos protagonistas aun siente por su sangre el latido de ella o el.



Arranca el álbum con “Despierto” y con una solemnidad y trascendencia marcada por el violin con el que, solo su melodía, nos sumerge en un estado de expectación absoluta, lejos del rock que hasta ahora había desparramado anteriormente, una voz cansada y que no se cansa de alargar las palabras dejando entrever una languidez extrema, mientras un pequeño acorde de piano la acompaña repetidamente. Una canción para que te ronde la cabeza en esas noches que como el titulo estas Despierto y la melancolía te carcoma por dentro, un dolor que al final se acaba convirtiendo en esperanza, en deseo de seguir adelante y de que nada cambien. A continuación, toma el mando la canción que da título al álbum “Termonuclear” una canción en pasado, cuando podías gritar al cielo la felicidad, cuando te sentías gigante y dominabas todo lo que te propusieras, pero mientras la cautela está presente, y en la canción esta la fuerza de la unión, el poder derribar cualquier cosa, mientras mi mano agarre fuerte la tuya, y aunque esa mano un dia desaparecio, la certeza de que aun podemos con todo. De nuevo nos encontramos con un tono sombrio en la canción, lánguido y casi lastimoso que nos traslada a ese estado de desesperanza que mantiene viva la esperanza, es otro buen tema, quizá demasiado parecido al primero. Cierra la primera trilogía “Puede ser”, con un inicio más común ya que es la guitarra la encargada de sacar el dolor, el dolor que expresa con la letra Coque Malla, la incertidumbre hace presa de su persona y sin llegar a entender lo que esta sucediendo, sin querer da crédito, quiere darse una oportunidad a la esperanza. El lamento se ha intensificado mientras juega con la guitarra.



Se pone más intimista con “Una moneda”, una canción cercana al pop para el tema mas corto del disco, no son más que apenas dos minutos y medio, donde la voz juega con una guitarra, donde se da una pausa, tanto en la canción, como en el dolor, se ha vuelto más optimista en el tono de canción, no en la temática, donde sigue presente el destino y el portazo que le ha dado en forma de incertidumbre. Con “La carta” se nos transforma en juglar que va recitando su epopeya de desamor y dolor, con cierta teatralidad nos sumerge en su dolor y en su tono podemos descubrir como por primera vez en el álbum saca la rabia para expresar un sentimiento ante el que no puede resistirse, por primera vez toma riendas las acciones para desde la rabia para construir su nuevo yo, escupe a todo aquel que quiera escucharle. Con “El barco” se monta en una canción de reivindicación propia, algo muy importante en la vida, quererse a uno mismo tras un fracaso amoroso y ha llegado el momento, por primera vez en el disco de quererse uno mismo, y lo hace nuevamente desde la rabia, desde la incontrolable necesidad de cuidarse, por primera vez, es quizás uno de los mejores temas que mezcla la dureza de la voz con la parsimonia a partes iguales, desde la tranquilidad de por primera vez desde el ocaso, saber lo que tiene que hacer uno.

Con "Despierta" todo es melancolía, una canción de amor ensoñado, bucolica, cual musical de los años 60, nos traslada a un hipotetico lugar donde los sueños se han hecho realidad, una acompañamiento musical brillante, para uno de los mejores temas del disco. "Lo intenta" es casi una cancion juglar, festiva dentro del dolor, un cuento, una nana para adultos, una cancion infantil llena de realidad, es casi todo y nada de eso, porque el desamor esta de nuevo presente aunque no lo quiera inocular de forma que no duela. Finaliza el album con "Dejate llevar" con un comienzo que parece que nos va a meter en un tema totalmente pop, pronto la guitarra interrumpe el tema para hacerse con el mando, acompañado de la voz.

Termonuclear es un disco para disfrutar con el sentido del corazon, meterse de lleno en los sentimientos de lleno que nos trasmite sin un apice de descanso, mientras sentado en penumbra en el sillon, miras la foto de aquella que pudo ser, y que sabes que ya nunca sera.... bravo Coque!

miércoles, 12 de febrero de 2020

Coque Malla - Canta a Ruben Blades (Mes Coque Malla)


Coque Malla es un rockero, es un rebelde, le ha dicho adiós a papa e incluso nos ha llamado Idiota, parece estar mas cercano al punk antisistema que al angelito que podíamos ver en algunas de sus interpretaciones en el cine, pero a este hombre de corazón duro, de guitarra y batería, de alarido y sentencia, hubo un momento que le hizo click cierto tipo de imagen, cierto tipo de música que en ningún momento hubiéramos pensado que lo podíamos emparejar con él.



Nos encontramos en la segunda década del siglo XXI, Los Ronaldos hicieron su última aparición a finales de la década anterior y Coque Malla ha decidido labrarse una carrera en solitario, con algunos conceptos que dejo abandonados en el grupo de su vida, pero con nuevos sonidos e ideas que le bullían en la cabeza, ha publicado 3 discos en solitarios, de una calidad musical incuestionable, pero quizás, pero aparentemente no con el éxito de fama que había tenido con su grupo anteriormente, pero él sigue adelante, es feliz con lo que hace, nada le impide entregarse a nuevas sensaciones. Pero el tenía una sensación que le bullía por dentro desde hace muchos años, concretamente desde 1990 cuando pudo ver en concierto a Ruben Blades, desde entonces la admiración por el cantautor Panameño ha ido creciendo, ha seguido sus pasos, se ha machacado toda su discografía, pero el click salta en 2011, Blades se encontraba de gira por Madrid y no iba a perder la oportunidad de disfrutarlo y es allí donde se le ocurre que él tiene que hacer algo al menos que se parezca, y que tiene que darle las gracias de alguna manera, y empieza a buscar músicos que conozcan ese estilo y a embaucarlos en un proyecto que difícilmente tendrá una salida comercial pero si de satisfacción personal, artística y espiritual, no necesita más, los valientes, Pablo Navarro al contrabajo, Luis Guerra al piano, Juan Viera en la conga, Yuvisnei Aguilar con el timbal y Roberto Pacheco y Santiago Cañada con los metales. Y es así como se dedica durante el verano de 2012 a realizar una serie de actuaciones en el café Gijon de Madrid y para satisfacción propia realizan sus grabaciones, un sueño hecho realidad, un pasito mas que su corazón cumple.


Fue tres años después cuando decide publicar esas grabaciones, con el título de “Canta a Ruben Blades” una buena muestra de aquellos conciertos en los que recorrió la discografía del autor panameño, desde sus inicios, hasta sus éxitos más sonados. Escuchar el álbum es una delicia absoluta, empezando por “El cantante” de la que Andres Calamaro ya hizo su versión, es de admirar el tono tan sentimental que Coque le da en su versión, la reivindicativa “Camaleón”, nos embelesa con la historia tan divertida y picaresca de “Decisiones”, una especie de rap “GDBD” muy social, disfruta de los primeros ecos de la salsa intelectual con “Pablo Pueblo”, estremecerse con el homenaje a su país titulado “Patria”, esa maravilla titulada “Ligia Elena” una historia de amor que rompe con los prejuicios sociales que rondaban la época en la que fue escrita, para llegar al éxtasis al escuchar “Pedro Navaja” con ese toque tan Coque Malla que le da en la vocalización. Un disco para disfrutar de una faceta nueva del bueno de Coque Malla.

lunes, 10 de febrero de 2020

Coque Malla - Sueños (Mes Coque Malla)



Dentro del #MesCoqueMalla, en el que estamos haciendo reseñas de discos, documentales, películas y conciertos, faltaba una dedicatoria en el apartado de "Canciones que nos emocionan". Puestos a solucionar "faltas", cuando surgió la idea de dedicar un mes a un artista lo primero que pensamos fue que cada uno haría la reseña de uno de sus discos, pero en 7días7notas somos 4, por lo que un disco suyo quedaría sin reseñar.

El descartado fue "Sueños", segundo disco de Coque Malla en solitario, hoy en día una rareza descatalogada del que puedo presumir de tener un CD original en formato disco-libro. Y por aquello de matar dos pájaros de un tiro, hoy la canción que nos emociona nos da pie a hablar de aquel disco, una mirada introspectiva y de difícil primera escucha, basada en los sueños y pensamientos del artista madrileño, en retazos de subconsciente convertidos en canciones (las 9 del disco) o poemas (los que conforman el libro). La música que acompaña a las letras del disco es igualmente introspectiva, y según el productor Suso Sáiz, crearon un disco al que algún día le gustaría darle una revisión y un lavado de cara, porque esconde mucho más de lo que muestra.

"Sueños" es, en definitiva, un puñado de canciones al buen nivel compositivo habitual, pero que conforman un disco que, salvo en puntuales momentos más enérgicos o eléctricos (canciones como "Mi asesina" "El faro" o "El sombrero" son brillantes), no consigue escapar de la dificultad de su carácter onírico y taciturno. Y es así hasta que llega "El final", un tema de cierre que musicalmente es totalmente diferente al conjunto del disco. Si tengo que describir "El final" en el contexto de un disco enfocado en los sueños, diría que es el primer café de la mañana. La noche ha podido ser prolífica en ideas, sueños y pensamientos, y Coque los reflejó perfectamente en este particular disco, pero "El final" es el necesario subidón de la cafeína y de la reparadora ducha, el despertar enérgico al nuevo día.

Es también la esperanza del resurgir, de una salida de las sombras de la noche, y Coque hace ese tránsito en la letra de manera brillante. De los descorazonadores mensajes iniciales: "No he vivido nunca un duelo, pero he cruzado los espejos, y ya se que no hay nada que encontrar", a la contradicción entre la letra del estribillo: "Se parece mucho al final" y los esperanzadores coros que la acompañan en el último tramo: "¡Y ahora vamos a empezar!" Como si de una premonición se tratase, el nuevo comienzo y la luz al final del camino llegaron justo después en forma de resurgimiento comercial ("No puedo vivir sin tí") y con la entrega de un tercer disco sobresaliente ("La hora de los gigantes").

Tengo la sensación de que Coque no se ha prodigado demasiado en directo con esta canción. Quizá considere que, como ocurre con el café, no es bueno abusar de su repetida ingesta, pero yo personalmente echo de menos el sabor de una canción que es amarga y dulce a la vez. En el concierto final de la gira de "Mujeres" en el Circo Price, después de tocar ese disco al completo con todas las artistas que participaron en él, dedicó media hora final a tocar algunos temas escogidos de otros discos. Cuál sería mi sorpresa, cuando la banda atacó las notas de "El final", y aquel momento se convirtió en inolvidable, como si en una agradable conversación con buenos amigos, alguien apareciera con una inesperada y humeante taza de buen café.

domingo, 9 de febrero de 2020

Coque Malla: El último hombre en la tierra (Mes Coque Malla)

El último hombre en la tierra


Si vamos al diccionario y buscamos la definición de la palabra Prejuicio, éste nos dirá que es una "opinión preconcebida, generalmente negativa hacia algo o alguien. Si realizamos la misma operación para la palabra Preconcebida, el diccionario nos dirá que significa "que ha sido pensado o analizado de antemano". Cuando tenemos algún tipo de prejuicio, debemos haber analizado antes los motivos por los que lo tenemos. El problema surge cuando ese prejuicio lo tenemos sin haber analizado los motivos, es decir cuando lo hacemos a la ligera. Eso es lo que me ha pasado a mí, durante mucho tiempo, con Coque Malla. Hace años ya, y habiendo escuchado más bien poco material de su discografía, basándome en las canciones que conocía de Los Ronaldos, decidí que aquello no me gustaba y que no lo escucharía aunque Coque fuera el último hombre en la Tierra que se dedicara a hacer discos.

Vivía con esa idea (falsamente) preconcebida sobre Coque Malla hasta que, allá por noviembre de 2018, dentro de nuestra sección del Disco de la semana (tenemos la obligación inexorable de escuchar religiosamente todos los discos de esa sección), Nevermind propuso el disco La hora de los gigantes, publicado en 2009. He de decir que mi concepto erróneamente preconcebido sobre Coque empezó a hacer aguas con la escucha de este disco, y me gustó lo suficiente como para seguir escuchando material suyo. Y la oportunidad me ha llegado ahora, con motivo del mes dedicado a Coque Malla, ya que en el reparto me ha tocado escuchar y reseñar su disco El último hombre en la tierra, publicado en 2016.

Mi primera impresión, nada más escuchar el disco, no puede ser más positiva. Me encuentro ante un disco más íntimo y personal, con unos arreglos orquestales magníficos, donde la temática gira en torno al amor, aunque también hay espacio para abordar la crítica y la incitación a luchar y no rendirnos por el cambio hacia un mundo mejor. Un disco donde las letras son excelentes y cobran más protagonismo, aún si cabe, que en anteriores trabajos.

Abre el disco La señal, tema que ya nos da una clara idea de lo que nos vamos a encontrar, una maravillosa sección de vientos y cuerdas, donde Coque nos habla del sentimiento de haber perdido un amor, de haber cometido errores que no debería haber cometido, y entonces ella no se habría ido. Le sigue Santo Santo, tema donde deja la temática del amor para hacer una plegaria en toda regla, a quien corresponda, para que haga un cambio en este mundo que se va al garete, en definitiva una oda a la lucha y a no rendirse. En Lo hago por tí Coque se marca quizás el tema más comercial del disco, donde recupera unos riffs y un sonido más popero y donde nos vuelve a sumergir en la temática del amor. El último hombre en la tierra es para mí una de las joyas del disco, en la que destacan sobremanera y de una forma exquisita esos arreglos orquestales tan bien preparados por su hermano Miguel Malla, y donde Coque nos sumerge con sus letras en un ambiente de romanticismo y nostalgia por lo bello que es amar. Cachorro de león, un tema que es imposible que no te sobrecoja, es la historia de una mujer que es capaz de sobrevivir a todo tipo de circunstancias adversas y oscuras, a relaciones con hombres que no la convenían, y que al final sale adelante y encuentra la felicidad y la estabilidad en pareja. Es sencillamente magnífica: "Ella por fín maduró, dejó las drogas y el alcohol y ahora es artista..." "No más desilusiones......sólo calma y claridad...".
En Escúchame, tema apoyado en una sección de metales que recuerda a las canciones de estilo Big Band, Coque le dice a un amor o amig@ que deje de mirarse su propio ombligo, todo un toque de atención a esa persona que está perdiendo el rumbo. En Me dejó marchar vuelven los magníficos arreglos orquestales, combinados con una letra compleja que podría referirse tanto a un amor perdido como a un episodio onírico con la propia muerte, que finalmente le dejó marchar.  
Todo el mundo arde, un blues en toda regla con una letra que de nuevo parece basada en un extraño sueño, y es que según Coque este tema es uno de los más complejos que ha escrito. Y se nota. ¿Un alegato a no rendirse cuando todo va mal? Quizás.
Pétalos, sonrisas y desastres, otra canción de amor con una letra buenísima, y no me cansaré de repetir y remarcar los arreglos orquestales tan buenos del tema y del disco, lo merecen. Casi llegamos al final con El cambio interior, tema donde Coque critica sin tapujos a todos aquellos que llaman al cambio y la revolución de cara a la galería y luego no son capaces de salir de la triste rutina y el ensimismamiento con la "caja tonta". Y llegamos al cierre del disco con Duerme, una hermosa nana para poner el broche de oro a un disco redondo, íntimo, personal y, simplemente, magnífico.

domingo, 2 de febrero de 2020

Coque Malla - Revolución (Mes Coque Malla)



¿Todavía crees en la revolución? ¿Todavía sueñas con cambiar las cosas?

Así empieza ¿Revolución?, el sexto disco de estudio de Coque Malla (si consideramos "Mujeres" un recopilatorio y no contamos rarezas interesantes como "Transformer" o el disco de canciones de Rubén Blades). O no exactamente, porque el disco y el tema que le da título arrancan realmente con una breve introducción basada en tambores militares y sonidos que parecen sacados de un viejo reloj y una caja de música.

La primera vez que escuché esos tambores, los relacioné inconscientemente con una escena de un programa infantil de televisión que, no sabría explicar por qué, se me quedó para siempre grabada en mi cabeza. La escena era un desfile de un batallón de soldados napoleónicos por las calles de un decorado que se suponía era París. Todos los soldados desfilaban coordinados y al unísono salvo uno, que se incorporaba tarde a la marcha en la última fila, intentando abotonarse a toda prisa la casaca. Aquel soldado parecía sobrepasado por las circunstancias, y no se le auguraba un gran futuro como militar, pero una bella dama en la hilera de espectadores de uno de los lados de la calle le dedicaba una cálida sonrisa a aquel soldado que se salía de la monotonía del conjunto.



Ya que hablamos de los tambores de la ¿Revolución?, ese abrumado soldado bien podría ser el Coque Malla que acababa de separarse de Los Ronaldos, intentando encontrar su sitio y no perder la marcha de su carrera como músico, durante los difíciles finales de los 90. Momentos de dudas y sinsabores, de patearse pequeños locales y tocar ante reducidas audiencias con el único acompañamiento de su fiel guitarrista, pero con la firme determinación y el talento de un compositor diferente e inquieto. Era cuestión de tiempo que la bella dama de la crítica musical pusiera sus ojos en él y le dedicara su exclusiva sonrisa. Él nunca dejó de creer que era posible cambiar las cosas, y las fue cambiando y mejorando disco a disco, hasta llegar hasta este ¿Revolución? que, tras los tambores, arranca con un teclado desnudo y la voz de Coque, para ir creciendo en intensidad hasta rozar la épica con el respaldo de la Orquesta Sinfónica de Bratislava.


"Todo lo que fuimos desapareció, sólo queda una canción... Sólo queda música". Dicen que hay dos fechas importantes en la vida. La primera es la del día en que nacemos, y la segunda la del día en el que descubrimos para qué hemos nacido. Si como en el caso de Coque, estás predestinado para dedicarte a la música, no debe ser tan grave que sólo quede música. Todo lo contrario, quizá sea esa la razón por la que este tema es uno de los más alegres y vitalistas de sus últimos discos. De corte más electrónico y desprovisto de los arreglos orquestales del anterior tema, pero con una frescura y energía que hacen imposible escucharla sentado. Si ¿Revolución? era una mirada al pasado, Sólo queda música es una apuesta optimista por el presente y el futuro.

El kaleidoscopio de sonidos y estilos que salen del baúl revolucionario de Coque no ha hecho más que comenzar, y en un nuevo y brillante bandazo nos traslada con "Un lazo rojo, un agujero" a la pista de baile y bola de cristal en el techo, vistiendo a un típico hit marca de la casa con un traje sonoro heredero de la Motown y del sonido Philadephia de los 70. Nada sobra en el exquisito tratamiento del conjunto, guinda incluida en forma de rap intermedio en colaboración con Kase O, en la que es la primera de las colaboraciones del disco.


Versatilidad y chispa ya demostradas en estos dos últimos temas, toca de nuevo abrumarnos con la segunda pieza sinfónica del álbum, América, en la que la aparentemente sencilla letra esconde el desencanto del momento en que descubrimos la cruda realidad detrás de los idealizados sueños. Imposible no cerrar los ojos e imaginar escenas de West Side Story, de grandes barcos de emigrantes llegando a Nueva York, y de personas sintiéndose insignificantes ante la primera visión de la gigantesca ciudad de metal. Todo ello contado al ritmo de una gran epopeya musical, con la grandiosa orquesta regalándonos otro momento excelso.


Extraterrestre vuelve a la senda directa y accesible de "Sólo queda música", pero con "buen humor, swing e ironía". Cuenta Arancha Moreno en el libro sobre Coque "Sueños, Gigantes y Astronautas" que "Este es el momento" fue la segunda canción que presentó para la película "Campeones", y que la primera (cuyo título no se menciona en el libro) se la guardó para este disco cuando fue descartada. Podría equivocarme pero, si tengo que apostar, diría que esa canción era "Extraterrestre". Si estoy en lo cierto, aquella negativa le ha permitido al disco subir varios enteros con el aporte extra de una canción brillante, con un ritmo pegadizo y un tramo final de inquietante mensaje coral aderezado con breves ramalazos industriales que recuerdan al peculiar sonido del disco "Earthling" de David Bowie.


En 7días7notas nos gusta pensar "en vinilo", por lo que me referiré a la siguiente canción como la primera de la "Cara B". "Un Ángel Caído" arranca con un pegadizo teclado marcando el ritmo, y la batería y el bajo acompañando. Arreglos de cuerda para acompañar la relajada voz de Coque, un tema tranquilo pero muy equilibrado.


Mantras En La Oscuridad’ comparte ese aire de canción para bailar tranquilo, con una copa de vino en la mano para brindar "por la libertad", con un estribillo tan calmado como irresistible. Al contrario que en la anterior, aquí el ritmo lo consigue con el sonido de las guitarras de fondo el sonido de guitarras y los metales sustituyen a las cuerdas en el acompañamiento. Dos maneras diferentes de alcanzar el mismo resultado brillante. El sonido de guitarras de "El Árbol" recuerda al de temas anteriores como "Lo hago por ti" de "El último hombre en la Tierra" pero dónde aquella se quedaba ésta continúa y crece con los brillantes juegos de los coros respondiendo a la voz principal: "Seré como un árbol, resistiré cien años"... "El águila que vuela será tu compañera". Tras este anticipo, y uno de los pocos espacios que en el disco se dejan a un solo de guitarra, los coros toman el control de la canción para elevarla a lo más alto.


A estas alturas ya podría despedirse de cualquier manera, y no evitaría que nos rindiéramos ante la evidencia de estar ante un disco enorme, pero todo artista tiene que guardar para el último momento el truco final, el espectacular cierre que haga que la gente se vaya a casa con el sabor de boca de haber visto o escuchado algo realmente mágico. Eso es en este disco "Polvo Cósmico", apoteósica despedida bañada de brillantes arreglos orquestales y armonías de metales. El propio Coque dice "Adiós" como si ésta fuera realmente una despedida, para dar paso al recitado de Jaime Urrutia, colaboración de grandes quilates para terminar de dar empaque a una de las joyas del disco. Los versos de Laura Gómez Palma suenan incandescentes en la grave voz de Urrutia en esta segunda colaboración del disco.


Y tras el adiós, dice el manual de los buenos artistas del circo que hay que salir a saludar y guardarse un buen bis, antes de iniciar realmente "El Gran Viaje A Ninguna Parte". Guinda o broche, este medio tiempo tiene un sonido más cercano a "Sueños" o a "La hora de los gigantes" pero no desentona con el conjunto y deja un buen sabor de boca en la auténtica despedida del disco, con los coros actuando de nuevo como gospelianos cómplices que responden, cuál conciencia, a la voz cantante.
¿Cómplices de una Revolución? Depende de si "crees todavía en la revolución" y de si "sueñas todavía con cambiar las cosas..."




sábado, 1 de febrero de 2020

Coque Malla - Mujeres (Mes Coque Malla)

En 7dias7notas hemos tomado la decisión de hacer un poco mas monográfico el blog, para lograr ese objetivo dedicaremos varios artículos durante un mes a un artista, desde reseñas de sus discos, curiosidades, canciones que nos emocionan, otros trabajos artísticos o su implicación en el mundo del cine al ser arte muy asociados. Este mes de Febrero el protagonista sera Coque Malla.

Con este primer articulo, damos la bienvenida al grupo de críticos de cine pertenecientes a Habladecine que desde 2012 nos ilustran sobre el mundo del séptimo arte desde el blog www.habladecine.com y a los que escuchamos desde mayo de 2017 a través de Radio Marca Zaragoza o en Ivoox con su programa semanal sobre los estrenos de cine y sus recuerdos a películas clásicas. En esta ocasión contamos con la colaboración de Jose Miguel Merino @jmerino11 que nos ha dejado un texto sobre el documental "Mujeres", dirigido por Coque Malla y estrenado en Enero de 2019. A fecha de hoy podemos disfrutarlo a través de la plataforma de Prime Video de Amazon.




Hace más de 6 años que Coque Malla, el ex-integrante y líder de la banda de pop-rock de gran éxito de finales de los 80 y 90 en España, «Los Ronaldos», decidió hacer un disco acompañado por 10 mujeres que de un modo u otro significaban algo en la vida de Coque Malla, como él dice en la película, al menos de los últimos 15 años. Aparecen desde su madre, la actriz Amparo Valle, que lamentable no podrá ver acabado este documental ya que falleció en 2016, a otras de gran nivel artístico como Leonor Watling, Rebeca Jiménez, Angela Molina, Anni B Sweet, Jeanette….

El documental sigue un esquema en el que se sigue a Coque Malla durante unas semanas en las que va pasando entre ensayos con cada una de las mujeres del disco, con las que siempre mantiene unos interesantes diálogos sobre su pasado, su presente y su futuro con las mujeres, desde todos los puntos de vista, el amor, el dolor, las novias, su mujer, el sexo, la naturaleza de las relaciones entre hombres y mujeres, y con una protagonista muy especial, su hija Cayena, que nació en Octubre de 2012, y que seguro como dice él en algunas de sus conversaciones con el productor Antonio Dyaz durante el recorrido del documental, no le cambió la vida de golpe, si no poco a poco.



Durante los 85-90 minutos del documental, Coque, Antonio y las mujeres que aparecen ensayando van planteando preguntas, e intentando contestarlas, como: ¿Qué queremos el uno del otro en una relación?, ¿Hablamos idiomas distintos?, ¿Cómo cambia la vida del hombre cuando empieza a relacionarse con la mujer, y con la hija?, ¿Cómo sabes que una mujer es la definitiva?…ó una pregunta ¿Qué será de nosotros cuando las chicas dejen de bailar? parte de una canción que forma parte del álbum debut en solitario de 1999 de Coque Malla, «Soy un astronauta más».

El hilo que va uniendo todas estas canciones, ensayos y conversaciones es el día a día de Coque Malla, en el que nos muestra varias facetas de su vida, como los ensayos y preparación para un concierto, momentos posteriores a una gala con unos fans, o otros más rutinarios como ir a hacer la compra, a comer con un amigo, a dar de comer a Cayena, o hacer la comida con su mujer Macarena, lo que hace del documental algo más que un reportaje sobre su disco.

Si tengo que quedarme con dos momentos en la película son sin dudar con las 2 canciones que más me gustan de las 11 que componen el disco, y que además están interpretadas por dos voces de lujo; la primera sería el «No puedo vivir sin ti», en una maravillosa versión con la cantautora Anni B. Sweet.


Pero si hay una que sobresale es «Berlín», canción escrita por Coque Malla en 2009, para su disco «La hora de los gigantes» y que encuentra un dueto hipnotizador con Leonor Watling. La conversación con Leonor es de las más interesantes, y durante la misma llegan a comparar la vida de Coque con la de Marcello Mastroiani en la obra maestra de Fellini, 8 y medio, al hacer este repaso de su vida a través de las mujeres que le marcaron, tanto las que tuvo como las que no pudo tener.

El documental está dirigido bien por Gonzalo Visedo, y producido por Antonio Dyaz y Corleone Films, y debió tener muchas dificultades para ser lanzado, ya que ya se anunciaba en 2013 junto con el lanzamiento del disco, pero ha tardado casi 6 años en ser distribuida, en este caso por la distribuidora Con un Pack.




LO MEJOR: Lo fácil que se ve y «Berlín».

LO PEOR: Que si no te gusta su música, seguro que te parece un rollo, pero hay que darle una oportunidad.

viernes, 18 de octubre de 2019

El disco de la semana 149: Gabinete Caligari - La culpa fue de Gabinete Caligari



La reseña de esta semana no ha sido nada fácil. Y no solo porque no soy un gran conocedor de la trayectoria de Gabinete Caligari, sino porque se trata de un recopilatorio de los mejores temas de su carrera, en lugar de un disco en concreto, seleccionado entre la totalidad de su obra. Estoy acostumbrado, y en el fondo es lo que más me gusta de escribir reseñas, a intentar entender las canciones desde el análisis de la situación vital del artista en el momento de sacar el disco. Tiendo a interpretar un álbum como un todo, como una obra completa con un posible significado, en lugar de un puñado de canciones inconexas. Por último, me resulta inevitable compararlo con el resto de entregas de la discografía del artista en cuestión, para poder valorarlo y disfrutarlo en su justa medida.


Nada de eso es posible cuando tienes entre las manos un recopilatorio. Normalmente se caracterizan por la falta de unidad del conjunto, ya que por más que se trate de los mismos músicos, las canciones provienen de momentos temporales distintos. En el caso de artistas de dilatada trayectoria puede haber diferencias de 20 años entre unas y otras, y a lo largo de su carrera los músicos habrán tenido distintas influencias y, probablemente, se habrán cansado de hacer de la misma manera determinadas cosas.

Después de darle muchas vueltas a este problema, decidí que tampoco era tan relevante, y que lo único que debería estar dando vueltas era el tocadiscos. Y si no podía caer en mis divagaciones habituales, me centraría simplemente en la escucha de las canciones, liberado del objetivo de escribir sobre ellas, y vería que pasaba sin preocuparme por el momento de tener después que enfrentarme a la pantalla en blanco.

Lo que ocurrió entonces es que disfruté como nunca con el bestial arranque del disco, encadenando cuatro temas seguidos del genial Camino Soria (la canción del mismo nombre, Suite nupcial, La sangre de tu tristeza y Tócala Uli). Creo que el tiempo ha tratado bastante bien a estas canciones, que hoy en día mantienen intactas la brillantez y la frescura que tenían la primera vez que las escuché. Aquel disco debió haber sido para mí un "disco llave", nombre con el que denomino a esos discos con los que descubres a un grupo, y que tras rayarlos tras mil escuchas, te abren la puerta de la curiosidad sobre publicaciones anteriores, y te llevan a buscar más material de los  mismos autores.

Inexplicablemente, un disco tan genial como ese no me llevó a seguir explorando en las entrañas del gabinete del Profesor Caligari, lo cuál no impidió que, tanto hace 20 años en los bares de Madrid  como ahora escuchándola de nuevo, cantara a voz en grito y con los ojos cerrados que "La culpa fue del cha cha cha". ¿Y de quién iba a ser si no? Pues de unos músicos brillantes, por hacer un hit tan  chulesco como eterno. Tras este tema, no pude evitar lamentar que, en el orden de temas elegido para el disco, no hubieran puesto a continuación los otros dos grandes temas de lo que siempre llamé "La trilogía de los bares", por sus referencias al mundillo de las copas y la fiesta nocturna. Cuatro Rosas y El calor del amor en un bar están presentes, pero desperdigadas entre otras canciones con las que desafortunadamente no me encontré en su momento y que no tienen la misma carga emocional, aunque eso no signifique que en lo musical sean inferiores a las otras.

¿Y qué decir de las "nuevas" canciones? (Nuevas para mí, por mi imperdonable error de hace ya tanto tiempo). Pues que ha sido un placer descubrir que no todas lo eran. Canciones como Sólo se vive una vez y Lo mejor de tí habían sido borradas de mi memoria por el paso del tiempo, pero al escucharlas de nuevo han reverdecido sus hojas y han desplegado las alas de sus estribillos para volar alto de nuevo y pasar a engrosar la lista de canciones míticas de esta recopilación. Por el contrario, temas como Sangre española o Que Dios reparta suerte (ésta última con su guiño al pasodoble incluído) suenan más oxidadas y con un toque de "movida madrileña ochentera" que no ha aguantado tan bien el paso del tiempo.

Y sobre el resto de canciones... Creo que no sería justo comentarlas aquí, sin que antes me dejéis subsanar mi error de adolescencia. Bécquer no era idiota ni Machado un "ganapán", pero yo me comporté como un idiota, al ponerme el impermeable y no dejar que otros discos de esta banda me calaran hasta los huesos. Permitidme ahora degustarlas un poco más, y otro poco mañana, y el día después de pasado mañana, y quizá en un futuro no muy lejano, puede que Al final de todo, disfrute Como un animal de esas otras canciones, y me encuentre de repente Haciendo el bobo al ritmo de su música.

Y será entonces, cuando pueda llegar a meterlas en el mismo saco en el que ya están canciones que tienen una carga emocional muy grande para todos los que nos hemos sentido alguna vez desgraciados, abrazados a la tristeza, enamorándonos de ella mientras la sacábamos a bailar un "cha-cha-cha" en uno de aquellos bares, tan gratos para conversar mientras, en el escenario, al calor del amor por la música, un tal Uli tocaba su armónica una vez más.

domingo, 6 de octubre de 2019

El disco de la semana 147: Enrique Bunbury - Flamingos




Empiezo dejando las cosas claras, para mi el disco Flamingos es la gran piedra sobre la que hizo dar un giro a la carrera musical de Enrique Bunbury, tras su paso por Héroes de Silencio, alma mater del grupo y sus dos trabajos anteriores en solitario, Radical Sonora y Pequeño, notamos aquí un cambio musical muy trascendente, al artista gira su sonido y explora nuevos ambientes de fusión sin olvidar el rock and roll en cada una de sus extensiones. Es para mí un disco sublime, autentico, lleno de fuerza y sobre todo lleno de emoción que se desparrama en muchas de sus letras y melodías.

El disco comienza fuerte, con un rock and roll con aires de Bowie, nos da la bienvenida con “El club de los imposibles” toda una declaración tanto musicalmente como temáticamente de lo que nos vamos a encontrar… de momento te mete en pelea, la canción empieza con el sonido de una campana de un ring y un homenaje al boxeo. Con “Si”, Enrique nos mete en un cabaret mientras la batería va marcando el ritmo de un tema que no nos deja ni un minuto de respiro, la voz disparada de Enrique con los multiples instrumentos que se enlazan con la batería nos da un tema loco, esquizofrénico, con un frenesí desde el minuto uno, paralizado curiosamente y a contraposición del titulo por un Nooooooo lacónico y con aires de lamento que nos saca del maravilloso atolladero por el que la canción nos ha movido hasta este ese final de canción melodica. Son un poco de más de tres minutos realmente aprovechados, se le ha tildado de comercial, pero para mi gusto es uno de los grandes picos del álbum. Con el siguiente tema “Contar conmigo” nos mete directamente en una mezcla curiosa y arriesgada, empieza con toques de Western y piensas ahí esta un Country, me estoy frotando las manos pero enseguida gira y te encuentras con sonidos árabes totalmente apabullantes mientras la guitarra chirria y desentona con melodía la voz de Enrique amplificada y distorsionada…. “Que pueda contar contigo, como sabes que conmigo siempre. Que no cuente la suerte, no, sólo el destino que nos presentó. Que pese menos el pasado o se recuerde al menos todo. Que no cambien a su modo un episodio de historia.” Ademas encontramos al final de este tema un nuevo homenaje al boxeo, en esta ocasión al campeón del mundo en 1974, con la inclusión de la narración de ese momento… emotivo.



Gira el disco a la transcendencia con el cuarto tema “Sacame de aquí”, maravillosa balada con una letra llena de frases contundentes y lapidarias, una canción desesperada, un grito de lamento y desolación, con una riqueza de instrumentación y de instrumentos abrumadora, otro de los grandes picos del álbum.
“Escribiremos nuevas reglas, Esta es la primera de ellas, Está prohibido prohibir”
“Hubo un momento en que pudimos, Decir que no, que lo sentimos, Nos debimos confundir”
“Nos hemos equivocado, Teniendo toda la razón, Aun podemos ser libres, Dentro de una canción”
“Dicen que si continuas, Algún un lugar llegarás”
“No son mala hierba, Sólo hierba en mal lugar”
Y enlaza con “Enganchado a ti” otra de las grandes joyas del disco, y de nuevo el cabaret y otro alarde de instrumentación, una canción con doble sentido.. ¿esta hablando de drogas? ¿Esta hablando del amor?... yo me quedo con la segunda ya que no deja de ser una variante de la primera… pero yo iria mas lejos, poner imagen a cualquier cosa que sea imprescindible en vuestra vida y será el reflejo de la canción. Genio!. Y cerramos la trilogía con la mistica “Lady Blue” que con un sonido medio futurista cercano al synth pop nos deleita con una canción de amor, de perdida, de dolor, de soledad, con ese grito en el estribillo que demole tus cimiento o frases demoledoras y geniales como esa de “…. No volverás a ver la mirada triste del chico que observaba el infinito….” Que bestialidad, acompáñen la audicion de un buen licor y una oscuridad palpable.


En “San Cosme y San Damián” hace el mismo juego que Contar conmigo, comienzan los sonidos y parece que te encuentras en pleno desierto fronterizo Norteamericano pero rápidamente gira hacia la psicodelia con extraños sonidos que se reparten por la canción, magníficos, brillantes, resaltando el mensaje, mientras Enrique nos relata su relato de misterio y extraña situaciones, no en vano he leído que es un homenaje a un hermano fallecido en 1994, además San Cosme y San Damián es una ermita en la provincia de Huesca que el hermano del cantante solía ir… “un enjambre de estrellas, para que no te pierdas, talismán, contra toda clase de males y un christmas de Navidad, que sepamos donde estas….”. Nuevo giro en el siguiente tema, “Un bastón para mi corazón”, tiempo de swing, de dandy, de canción melódica, en un disco que nos había llevado por tantas emociones nos rebaja un poco la adrenalina, y no le sale nada mal…. 2 minutos de relax para lo que está por venir, y es que “No se fie” es otra rareza en el mundo Bunbury hasta ahora escuchado, y es que rápidamente te recuerda a Joaquín Sabina, si es cierto que el Aragonés le ha metido muchísima más instrumentación a esta historia fatal, y encima jugando con ritmos de tango, aunque tratar de emular al maestro de Ubeda es una tarea inabarcable, no digamos que le salió mal, más bien ha pasado con nota este reto…. Y siguen los retos porque “Ciudad de Bajas Pasiones” se atreve a hacer una especie de ranchera con el toque personal, mucha instrumentación y una historia realmente magnifica, no sabemos si autográfica, pero si que todos quisiéramos vivir. Brillante para cantar en coro con los amigos después de que los efluvios del alcohol nos hayan nublado las neuronas.



Inicia la última parte del disco con la maravillosa “Hermosos y malditos” una canción llena de ritmo y de un estribillo de una calidad extrema, en medio de la canción incluye el sampler de la retransmisión del combate entre Perico Fernández y João Henrique por el título mundial… ”…rumba que tumba al más 'pintao', ¿cómo puedes creer que te hayan olvidado? si una rumba no tumba a un ganador a un peso pesado y campeón no le damos de lao. Deja de acostumbrarte a la inmolación y vuelve a casa ya nadie te desea la humillación todos te extrañan…” escuchando la letra detenidamente no sé si realmente es un homenaje al boxeador Aragonés, que por tan malos momentos paso, si fuera así me parece excelente tributo por parte de Bunbury. El siguiente tema sigue la senda top que nos dejó la anterior canción, y es que en este “One, Two, Three” vuelve la psicodelia bien entendida, con un aire de bolero brillante, el mensaje extraño y encriptado al que nos tiene acostumbrados en una especie de balada magnifica, dolorosa y triste, les invito a que se detengan a escuchar detenidamente la letra y los múltiples instrumentos y curiosidades musicales que nos regala. Magnifica. “Hoy no estoy para nadie” tiene ecos de The Doors, la pausa, los sonidos psicodélicos, ese tono que nos recuerda al grupo americano, incluso su duración que se va mas allá de los 7 minutos, particularmente se me hace un poco pesada. En cambio con “Mundo Feliz” aun llevando el mismo estilo que la anterior, quizás algo más pop, me resulta una absoluta delicia, empezando con esa letra tan crítica, y sobre todo por esa corista que suena desacompasada tras la voz de Enrique, una gran canción. Y terminamos por todo lo alto a ritmo de vals y con un titulo que lo deja todo claro “…y al final” desde el minuto uno, con ese soniquete que adelanta lo que va a ser la canción y que se te mete en la cabeza, roto por el instrumento de viento dando paso a un Vals en toda su extensión…. Un emocionante alegato a la amistad, a la compañía, al amor y a la solidaridad entre los amigos….. un epilogo para recordar

Permite que te invite a la despedida
no importa que no merezca mas tu atención
así se hacen las cosas en mi familia
así me enseñaron a que la hiciera yo.

Permite que te dedique la última línea
no importa que te disguste esta canción
así mi conciencia quedara más tranquila
así en esta banda decimos adiós.

...y al final
te atare con todas mis fuerzas
mis brazos serán cuerdas al bailar este vals
...y al final
quiero verte de nuevo contenta
sigue dando vueltas si aguantas de pie.

viernes, 23 de agosto de 2019

El disco de la semana 141: El ultimo de la fila - Como la cabeza al sombrero






El ultimo de la fila, es uno de los míticos grupos de los 80 y 90 para muchos de nosotros, esa mezcla de rock-flamenco meloso con unas letras muy potentes y altamente cantables hizo de este grupo uno de los estandartes de la música en español. El grupo esta formado básicamente por un dúo, a la voz Manolo Garcia y a la guitarra Quimi Portet. El grupo comenzó su andadura en 1984 aunque previamente habían estado en el panorama musical siendo componentes de otros grupos como los Rapidos y Los burros, dando por finalizada su andadura en 1998, momento en que ambos emprendieron carreras en solitario. A los fans nos dejaron un puñado de buenas canciones y unos recuerdos inolvidables en los 7 LP´S que sacaron al mercado. Hoy nos vamos a detener en el cuarto disco que fue el que les dio el espaldarazo definitivo al éxito, editado en 1988, Como la cabeza al sombrero.


Dios de la lluvia 

Un tema muy melancólico con referencias al pasado y al deseo de volver a lo que una vez fuimos, todo ello incidiendo en los primeros amores no correspondidos, los primero amores no aprovechados, es un canto de amor a la adolescencia. Casi parece un tema acústico con una fuerte presencia de la batería y algún toque árabe con el que mas adelante nos deleitaran. El fuerte del ultimo de la fila son las letras, y en esta canción hay algunas que pueden desgarrarte el alma, cargadas de una gran melancolía como "Se desdibuja en mi memoria, la antigua vereda que tantas veces recorrí." metáfora de los recuerdos que van desapareciendo, también encontramos la pena y la desesperación "Dios de la lluvia abrázame y bajo tus nubes volveré a considerar las múltiples formas de besar, el aire bañado en tu perfume singular." y como no el grito desesperado "Seguí la luz y te perdí desde ese dia rezare, para que vuelvas, envuelta en tu bruma". Déjense transportar con este primer tema al pasado.


Sara

Brillante tema de amor incondicional, con un ritmo que va cambiando y se acopla perfectamente a la estructura del tema. La voz de Manolo Garcia se desgarra en una canción nuevamente melancolica de amor no correspondido. Es quizás uno de los temas mas apreciados del grupo.

Secreto suave que he perseguido
tantas noches sobre tu piel;
sabes que sólo soy un salvaje
y que nunca he dado para más.
Sara, Sara, dulce Sara.
Sara, Sara, dulce Sara.



En los árboles 

Esta es quizá una de mis debilidades del Ultimo de la fila, con esa guitarrita del principio y ese tono de relato que le pone Manolo Garcia y es que en este sencillo tema se esconden muchos matices, nuevamente de tiempos pasados, personalmente me parece muy bonito muchos temas de los que tocan, las cartas, subirse a los arboles, piedras contra la ventana. Así, con estos ingredientes, la melancolía y el romanticismo nos inunda desde el minuto uno. ·"Cartas que me dijesen, cosas bonitas, como que vendras a maullarme, de contraseña en la madrugada, bajo mi ventana..... " y nunca exenta de poesia..., "que corriéramos campo a través a la luz de los fulgores del alma, chispas sobre el rojo violento y que hiciésemos cabañas en lo arboles.... " Dios mio ¿quien de vosotros no ha querido tener una adolescencia como esta?
Y siendo un grupo de rock de nuevo tiran de la música árabe/andalusí para darle un toque exótico y particular al tema.... MASTERPIECE!!!!



La piedra redonda

Personalmente este tema me trasmite un buen rollo maravilloso, venimos de 3 grandes temas con mucha melancolía y pesar, de repente nos encontramos con esta canción que con su juego musical (batería y guitarra con un ritmo inverso de coordinación, ahora suenas tu, ahora sueno yo) te trasmite un buen rollo e incluso te invita a mover las caderas. Quizá también la temática positiva ( no exenta de frases tristes)  juega a que saltes a cantar y me deje un sonrisa en la cabeza.

Llévame, aire del camino
hasta donde nadie me pueda encontrar
Llévame, aire tibio y azul
y abandóname colgado de tu luz.
Y en tu luz brillante de cuchillo
adivinaré la rosa y el clavel.
Llévanos, aire del camino,
hasta donde nadie nos pueda encontrar




A veces se enciende 

El exceso de musicalidad en este tema me provoca que sea uno de los temas mas aburridos, sin dejar a un lado la gran calidad musical con la que juegan los instrumentos (encontramos toques de jazz???)  y de una frase maravillosa, "El tiro con fuego negro de cuervo de tu mirada, ha sido el relámpago que anuncia el trueno en la tempestad. Fuiste mía anoche en sueños. Me besabas con el ansia con que se besan unos labios nuevos. Deja que diga que no te pediré que me quieras mientras vivas. Pero palabra de amor no daré....." termina siendo un tema cansino visto lo que me habían provocado los cuatro temas anteriores, quizás sea el descanso mental ante lo que se nos avecinaba en la cara B (Si, cara B porque este vinilo es parte de la historia), nos van a hacer sentir de lo lindo.


Como la cabeza al sombrero

Nos encontramos ante la canción que da nombre el disco, y quizás también otras de la mas flojas para mi gusto, si encuentro una cierta gracia en todas las comparaciones que hace durante la canción, dándole un aire Sabinero muy agradable, pero me resulta bastante machacona la batería, por otro lado Manolo Garcia se descubre en voz.


Ya no danzo al son de los tambores 

En pie señores y señoras desde el primer toque de batería, están ante una obra suprema de desamor y tristeza, que lo mismo no es demasiado pero para los que se nos altera el pulso y tenemos un debil engranaje nos hace volar a lugares casi inalcanzables, como casi inalcanzable es la fabula de dolor, desesperación y desolación en la que nos vemos metidos escuchando detenidamente la letras, con frases que directamente te cortan el corazón en dos partes.
A veces hablo con mi hija (14 años) de música y que realmente las canciones románticas poéticas no existen en la música actual, yo esta canción la escuche con 16, y con un panorama amoroso nulo por pura dejadez, pero ostias, me metía de lleno y se me clavaba... 30 años después sus punzadas siguen en mi alma... millones de gracias Manolo y Quimi porque dejare este tema de legado a mis descendientes... me has dejado vació, pero me has hecho persona.
Ya no danzo loco al son de los tambores no es mas que el grito de dolor del enamorado traicionado y olvidado, que no encuentra su lugar hasta que esa barca llegue a un nuevo puerto, un puerto que de verdad le haga hueco a su barca.


Trabajo duro 

Dentro del tono del álbum este tema es una rareza absoluta en la temática del disco, hemos dejado a un lado el amor, el desengaño en las relaciones, para sumergirnos en la historia del día a día, de una familia normal y centrado en el ámbito laboral, de lo duro que se puede hacer la vida del obrero y de lo que desgastan en las relaciones entre ellos, incluso con el exterior... una canción chula


Trece planetas 

Este tema le he llamado siempre el tema chaman, el de la suerte, el del destino... mete un montón de elementos que tienen que ver con el futuro, la suerte y el destino pero nos deja su perlita romántica "...Dormir abrazado a ti, revolverte el pelo rojo.  Dormir enredado en ti, en tu cuerpo que ahora enreda el viento... ". Grandes toques exóticos para esta canción que sin ser una joya se escucha muy agradablemente



Llanto de pasión 

Hablemos de desamor, hablemos de juventud, hablemos de oportunidades perdidas, hablemos del que pudo ser.... hablemos de ese callejón. Nuevamente nos exprime el corazón con otra canción que directamente nos traslada a cuando con 16 años (de nuestra época)  besabas la tierra por donde pisaba esa chica que te tenia loco, esa chica que no era mas que un sueño, algo bonito que podía pasar y que como muchas cosas en la vida, nunca llega a suceder, aunque conserves un recuerdo escolar de ella, simplemente habrá quedado en una ensoñación... esa historia que todos en mayor o menor medida hemos pasado, se encarga aquí el grupo de ponerle nombre y apellidos y en pintarnos un cuadro de perfecta luz y color para que ese cuadro que tu pintaste un día puedas volver a colgarlo en la entrada de tu casa, con tu mujer, con tus hijos, y puedas decir.... fíjate lo que pinte con 16 años, se me estropeo el pincel cuando termine pero conseguí terminarlo..... no quería dejar la pintura y me encontró uno que pinta mejor.... terminas de observarlo y tus ojos bajan, justo debajo del cuadro esta el retrato de tu feliz matrimonio.... sonríes, fuiste luz en el pasado, eres fulgor en el presente.