Elegí recientemente "Funky Kingston" como el primer disco a escuchar, dentro del objetivo que me he marcado de adentrarme por fin en las rítmico oleaje de las aguas del reggae, género al que nunca había prestado antes demasiada atención. El motivo no es otro que, pese a ser reconocido como uno de los mejores álbumes del género, es un disco que tiene una cadencia soul y, como su propio nombre indica, ciertos aires funky que pensé que suavizarían esta primera experiencia. Y acerté. No solo es un discazo de reggae, sino que es una obra que musicalmente trasciende con nota los límites de ese particular género. Baste como ejemplo mencionar que incluye dos eficaces versiones de canciones tan relevantes del rhythm and blues como "Louie Louie" de Richard Berry (popularizada por The Kingsmen y, posteriormente, por The Stooges) o "I can't believe", de Ike & Tina Turner.
El disco comienza a lo grande con "Sit right down", de marcado aire reggae pero que introduce ya una sublime sección rítmica, que aparecerá en otros temas del disco y que constituye uno de los puntos fuertes del álbum. La tonalidad "soul" de la voz de Frederick "Toots" Hibbert encaja a la perfección con los metales y la cadencia soul-funk en un arranque inmejorable, que no decae con "Pomps & Pride" ni con la ya mencionadas versiones de "Louie Louie" y "I can't believe", siendo probablemente esta última la más pegadiza y comercial del disco. La tercera bala con la que Toots and the Maytals se posicionan más allá de los típicos postulados y arquetipos rastafaris la constituyen sus efectivas letras sobre la lucha de la clase más pobre y la vida cotidiana. Son buen ejemplo de ello temas como "Redemption Song", más rítmica y acelerada que la versión de Bob Marley, o "Daddy's home", una balada en la que, de nuevo, los toques soul son más que evidentes en la cadencia de la música y en la voz de Frederick "Toots" Hibbert.
Llega el turno de la canción que da título al disco, la genial "Funky Kingston", una curiosa mezcla de ritmo funky con rasgueos de guitarra que juegan con el funky que el propio nombre de la canción pregona. Hay además ciertos toques en los gritos de Frederick "Toots" Hibbert que recuerdan a James Brown, y todo ello sin abandonar el reggae y acompañado de un efectivo y rítmico piano. Una auténtica joya de la fusión de estilos. Por si todo esto fuera poco, la producción de la canción y de todo el disco es excelente para tratarse de un disco grabado en Jamaica en los primeros años setenta.
El álbum cierra con "It was written down", quizá la más reggae del conjunto, y dejándonos con ganas de más, tras 37 minutos de perfección musical, e impresiona aún más cuando, leyendo particularidades sobre la grabación, descubrimos que apenas se añadieron cosas a las tomas grabadas por la banda. Los periódicos de la época definieron "Funky Kingston" como "rock and roll Jamaicano", principalmente debido a la inclusión de las dos versiones de temas de rhythm and blues americano, y porque el disco estaba a la altura de las mejores grabaciones de los artistas estadounidenses y británicos del momento.
Quizá por eso, la versión que se publicó en Estados Unidos en 1975 mantenía solo tres canciones del "Funky Kingston" original, sustituyendo el resto por otras versiones de clásicos estadounidenses como el "Take Me Home, Country Roads" de John Denver, entre otros, y añadiendo el single "Pressure drop" que había sido un éxito en 1969 y que a la postre quedó para el recuerdo como la canción más reconocida de la banda. Pero ese es otro "disco de la semana". Hoy, nos quedamos con la versión original de "Funky Kingston", sencillamente inmejorable, por encima incluso de su "doble" estadounidense.
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