Para definir la experiencia de escuchar en el #MesNinaSimone que ahora comienza, el que fuera disco de debut de Nina Simone en 1959, nada mejor que el subtítulo con el que, en ocasiones, se conoce y se nombra a este "Little Girl Blue": "Jazz como se tocaría en un exclusivo club de Side Street". La atmósfera de este disco es precisamente esa, la de un pequeño local lleno de mesas redondas, iluminadas por la luz de las velas, mientras en un pequeño escenario una banda de jazz deleita a los asistentes con una delicada versión de Moon Indigo. Al frente de la banda, los dedos de Nina acarician el piano, interpretando las notas del clásico Don't smoke in bed, y su aterciopelada voz emociona a todos en la intensa y taciturna He needs me, antes de regalarnos la maravilla de Little Girl Blue, el tema que da título a un álbum que brilla desde la calma y la belleza de sus temas, bañados por la tenue luz del escenario.
La joven e inexperta Nina vendió los derechos del disco a Bethlehem Records por tres mil dólares, sin saber que los beneficios que acabaría generando superarían ampliamente el millón, por lo que suponemos que no pudo comprarse el anillo de oro al que hace referencia Plain Gold Ring, un tema que comienza a capella, con el lamento desnudo de Nina, al que se irán uniendo in crescendo una marcial batería y un tenue ritmo de piano, construyendo un leve manto para la cálida y arrebatadora voz de una Simone que canta como si fuera una artista consagrada con miles de kilómetros a cuestas. Y en la recta final de ese camino, Nina nos regala de nuevo su talento al piano, interpretando una sentida You'll never walk alone, para cerrar después el disco a lo grande con otro clásico de su discografía, I love you Porgy, en la que su voz aterciopelada vuelve a llenar el pequeño e imaginario club nocturno de intensidad melancólica.
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