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viernes, 23 de abril de 2021

Disco de la semana 222: Lovesexy - Prince (Mes Prince)


Lovesexy nace de las cenizas del Black Album, quemado en la hoguera por su propio creador. Corren mil teorías sobre las razones que le llevaron a cancelar la publicación de ese disco, y a preparar un disco nuevo en tan solo 7 semanas. Una de ellas habla de un encuentro en un club nocturno de Minneapolis con la cantautora y aspirante a cantante Ingrid Chávez, que planteó al músico que abandonara la negatividad en su música, y la abriera a mensajes más espirituales y positivos. Prince aceptó el reto y se puso manos a la obra, embarcando además a su nueva musa dentro de su séquito de colaboradores cercanos y de su banda de acompañamiento, inicialmente bajo el sobrenombre de "The Spirit Child" (La chica espiritual).

El resultado es un disco conceptual,  en el que todas las canciones giran (y muchas mencionan) en torno a un sentimiento nuevo llamado "Lovesexy", mencionado en muchos de los temas, y descrito como lo que se siente al estar enamorado, pero no de un hombre o una mujer, sino del más allá. El hecho de ser creado en poco tiempo, y con un hilo conceptual claro uniendo las canciones del proyecto, hace de este disco el más unitario de la carrera de Prince, y el que incluye menos "visitas" a la "bóveda" a repescar canciones escritas previamente. El concepto único del disco, provocó también la excéntrica decisión de publicar el disco con un solo corte, sin posibilidad de escuchar las canciones por separado.

En el mismo año de su publicación (1988), yo acababa de descubrir a Prince con Sign of the Times (1987), y aunque el signo de los tiempos era (y sería finalmente) su cumbre creativa, y Lovesexy un disco bastante más incomprendido por la crítica del momento, en aquel momento el impacto que me produjo la escucha de éste último fue mucho mayor. Nadie hacía discos tan buenos como Sign of the Times en aquella época, pero yo nunca había escuchado un disco como Lovesexy hasta ese momento. Para mí es inevitable, para comentar un disco así, no pensar en la primera vez que lo escuché, en mitad de las semanas de exámenes en el instituto. Un compañero de clase me lo grabó en cassette, y lo puse de fondo mientras estudiaba para un examen.

Ya desde la relajante intro de Eye no, en la que la propia Ingrid Chávez recita suavemente que "Todo el mundo sabe... que cuando el amor te llama, tienes que acudir", supe que no podría resistir la llamada de Prince, invitándome a escuchar aquel disco hasta el final. Eye no es el único tema en el que la banda al completo toca en el disco, siendo el resto de temas interpretados en su mayor parte por Prince, salvo puntuales colaboraciones al saxo (Eric Leeds), percusión (Sheila E), teclados (Dr. Fink) y voces (Boni Boyer, Cat, Sheila E). Todo el disco es un gran viaje desde la negatividad, desde los coros que repiten "No" sin cesar en este tema, hasta llegar a la positividad como punto de destino, reflejada en la suave voz femenina que repetirá "Si" constantemente en Positivity (perdón por el spoiler), el tema con el que cierra el disco. Este primer tema se construyó a partir de partes de un tema antiguo (The Ball), en lo que sería la única excursión a la "bóveda" de todo el disco.

Alphabet St es el tema con el que empezó todo. La canción que, tras ver los apenas tres minutos del vídeo promocional, con el "Thunderbird del 66 o 67, tan glam que resulta ridículo"  atravesando un universo de letras de colores ("pon las letras correctas juntas, y haz un día mejor"), me hizo insistir hasta la saciedad a mi compañero para que se acordara de grabarme el disco, y que lo hiciera mucho antes incluso de pasarme los apuntes de alguna asignatura, de cuyo nombre no quiero acordarme. Prefiero hacerlo de la sensación de satisfacción y sorpresa, al comprobar que, al contrario que en discos anteriores, en los que las versiones largas de las canciones aparecían en los maxisingles, el viaje de Alphabet St se prolongaba en Lovesexy hasta los siete minutos, con rap de Cat y desenfadado final instrumental incluidos. Una irresistible mezcla de dance, rock, rap y funk plagada de divertidas referencias al sexo, a través de la descripción de las cosas que un chico planea hacer con el coche de su padre.

Glam Slam también fue single, una canción de estribillo pegadizo y efectivos arreglos de guitarra en su primer tramo, y adornada con un impactante tramo final de corte sinfónico y clásico, en el que los teclados de Prince emulan a una orquesta de violines. Es la única canción de Prince en la que encontramos un guiño, más o menos explícito, a la música de otro grande como David Bowie, ya que el estribillo de la canción (Glam Slam, thank U ma'am) parece inspirado en la frase "Wham Bam thank you ma'am" de "Sufragette City".

Anna Stesia es otro de los momentos memorables del disco. La canción en la que Prince parece describir el encuentro con Ingrid Chávez, que pudo desencadenar el concepto del disco y el giro hacia la espiritualidad de su música, entendida siempre desde el prisma particular de Prince, que aquí promete abandonar los pecados de la carne y dedicar su vida a Dios, pero que en conjunto entrega un disco de amor y sexo, que en la propia Lovesexy llegará a su máximo clímax, representado incluso con un orgasmo. Antes de este nuevo spoiler que acabo de cometer, llegará el turno para Dance On, quizá el tema que menos encaja en el conjunto, con una poderosa línea de bajo y una letra cercana a la de la canción Sign of the Times.

Con la ya mencionada Lovesexy, el disco retoma la línea de derroche musical y creativo de los primeros temas. Turno para no privarse de nada, en un despliegue de saxos, teclados y de unas increíbles guitarras casi enterradas en la mezcla, acompañando a un festival de voces y giros que desembocan inevitablemente en ese momento de máxima espiritualidad que, paradójicamente, lo marcan los gemidos de Cat y Prince en el orgasmo que os prometía en el párrafo anterior. Como si del mismo encuentro sexual se tratase, el final de la canción se entremezcla completamente con el inicio de When 2R in love, el único tema rescatado del Black Album, y que encaja mucho más en Lovesexy que en ese disco previo. Los dos amantes se bañan juntos, y el jugueteo amoroso comienza de nuevo ("Báñate conmigo, déjame tocar tu cuerpo hasta que tu río sea un océano")

I wish U heaven es otro gran ejemplo de la dualidad espiritualidad-sexo habitual en la temática de los discos de Prince. Después de un par de temas más o menos explícitos, llega un tema breve y minimalista sobre el agradecimiento y la evocación de ese más allá final ("Por todos tus besos, te deseo amor, te deseo el cielo". La canción es, pese a su aparente sencillez, uno de los mejores temas del disco, y fue el tercer y último single que se extrajo del mismo. En esta ocasión, la versión extendida fue a parar al maxisingle, una larga suite formada por tres partes diferenciadas (tanto que en la "bóveda" se encontró la tercera parte como tema independiente con el nombre de Take this beat) de la que en el disco solo quedó la primera parte de la suite.

El disco termina con Positivity, tema de toques tribales en la percusión, basado en un esquema de recitado cercano al spoken word, incluso con tramos en los que Prince recita mascando chicle, desde la tranquilidad de haber alcanzado el final del viaje hacia el positivismo. A lo largo de la canción, se repite continuamente la pregunta "¿Has tenido tu signo positivo hoy?", hasta que la canción muere en un murmullo de agua corriendo, entre ráfagas de teclado. Justo en ese momento, regresé del viaje mental en el que el disco me había sumergido, con mucho menos tiempo para aprenderme los temas del examen, y en riesgo de hacer el viaje en sentido inverso, de lo que podría haber sido una buena nota a un resultado negativo. No fue así finalmente, porque mis padres habían prometido que un buen resultado me daría derecho a escoger un regalo, y tener Lovesexy original y en vinilo se convirtió esa misma noche en mi gran objetivo.

miércoles, 21 de abril de 2021

La música en historias: La hoja roja de Delibes y los últimos CDs de Prince



La metáfora de "La hoja roja" siempre me ha fascinado. Solo un monstruo literario de la talla de Miguel Delibes podía reflejar con tanto acierto lo que debe sentirse al acercarse a esa edad en la que hay que aprender a vivir con la certeza de estar apurando los últimos sorbos de la vida. En el libro, un anciano mantiene la costumbre de fumar tabaco liado, tiene un paquetito con hojas de papel de fumar, y va liando cigarrillos hasta que, un buen día, se encuentra con una hoja de papel de color rojo, que los paquetes de la época llevaban para alertar al fumador de que a partir de ahí quedaban pocos papeles para liar.

El anciano relaciona la hoja roja con un aviso que va más allá del cercano final del paquete de fumar. Lo que se le está acabando es el tiempo y le quedan pocas páginas de su vida por escribir. Debe ser difícil afrontar ese momento, pero al mismo tiempo ese aviso es una oportunidad que todos deberíamos tener, para aprovechar de la mejor manera posible hasta el último instante de nuestras vidas. Yo no pienso todavía demasiado en la hoja roja, pero la relaciono inevitablemente con una foto y una noticia que encontré en Internet sobre los días anteriores a la repentina muerte de Prince el 21 de Abril de 2016.

En la foto, si es que es él realmente, aparece un Prince sorprendentemente sencillo, volviendo a su casa en una bicicleta no demasiado glamourosa, después de hacer unas compras en Chanhassen, la pequeña localidad anexa a Minneapolis donde se alza majestuoso su "Paisley Park", el complejo arquitectónico que albergaba su residencia, su estudio de grabación e incluso un auditorio en el que celebraba sus famosos conciertos sorpresa para los fans más afortunados. El edificio se ve al fondo de la foto, en un contraste mágico entre la grandiosidad del edificio y la sencillez de su habitante y su bicicleta.

Prince en una tienda de discos
En la historia que relata la noticia, el contraste es también evidente. Los mismos que en su momento criticaron el aislamiento al que se sometió en "Paisley Park", son los que le persiguieron hasta sus últimos días en salidas ocasionales como la de la foto, hasta el punto de que por ellos sabemos que visitó una farmacia y una tienda de discos. El nivel de detalle es tal, que conocemos incluso los seis cd's que, según ellos, adquirió. Al contrario que el anciano de Delibes, Prince no sabía que esos 6 cd's serían los últimos que escucharía, si es que llegó a escucharlos todos, ya que pocos días después lo encontraron muerto en uno de los ascensores de su torre de marfil, por una sobredosis accidental de opiáceos. No hubo ninguna hoja roja al retirar el envoltorio de plástico, ni al sacar el libreto para ver las letras de las canciones o los agradecimientos de los artistas. Él no tuvo esa oportunidad de plantearse un cambio, de aprovechar aún más el tiempo que le quedara.

O quizá sí la tuvo y no supo verla. Quizá el aterrizaje de emergencia el 16 de Abril de 2019 en Moline (Illinois), para ser atendido de urgencias en el hospital y estar 3 horas en observación, tras las que se le dio el alta, fue el equivalente a la hoja roja. Si hubiera hecho caso a este aviso, habría intentado cambiar su destino, sus hábitos, su enfoque ante la vida. Incluso así parece que fue, si atendemos a los datos que dicen que, al día siguiente de su muerte, tenía cita con un reputado médico experto en tratar adicciones.

Sea como fuere, ya nunca lo sabremos, ni hay ya vuelta atrás. Sólo espero que el ingente material inédito que acumuló en su famosa "bóveda" sea tratado con el respeto y el cuidado que se merece un artista que puso banda sonora a momentos relevantes de mi vida, para que el suministro de buenas canciones de Prince no cese y se nos administre en pequeñas y regulares dosis. Al fin y al cabo, todos tenemos nuestras adicciones.

Y mientras esperamos que nuestra propia hoja roja llegue algún día, y lo haga lo más tarde posible, quizá podamos abrir una botella de buen vino y escuchar alguno de los últimos cd's que un genio de la música quiso comprarse para escuchar tranquilamente en su casa. Aún estamos a tiempo.


"Talking Book" - Stevie Wonder (reseñado en nuestro blog, disco de la semana

"The time has come" - Chambers Brothers

"Hejira" - Joni Mitchell

"Inspirational gospel classics" - Swam Silverstones

"The best of" - Missing Persons

"4" - Santana

domingo, 18 de abril de 2021

Prince - The Black Album, (Mes Prince)


La música en historias: The Black Album, #MesPrince

Hace poco leí en el periódico que un disco de Prince se vendió a través de una subasta por la suma de 27.000 dólares, este disco de Prince es uno de los discos más particulares del artista, el mismo señalo que este disco era una critica a quienes criticaban al artista por ser su música con un estilo muy Pop. Este particular disco se llama The Black Album y como el mismo artista destaco en una entrevista en la revista Rolling Stones, antes de la publicación del disco Prince comento que llego a la revelación que la muerte te puede llegar en cualquier momento, y no quería ser recordado por un disco como el de The Black Album.

Así que tras esta revelación Prince decide destruir gran parte de las copias del disco, porque el mismo decía que no quería ser recordado por tal disco, pero no a llegado a destruir todos ellos, y esto nos ha permitido conocer esta obra tan particular.


Y de tan particular es como su nombre lo indica The Black Album, no tiene ningún titulo impreso, ni nombre del artista, créditos de producción o fotografías, sólo una simple funda negra que acompañaba el disco, el cual es el decimosexto álbum que Prince planeaba originalmente dar a conocer el 7 de diciembre de 1987. Pero el disco fue retirado una semana antes de su lanzamiento, y fue reemplazado por Lovesexy, un álbum orientado más hacia el pop, con ciertos elementos religiosos. Si bien Lovesexy es muy distinto a The Black Album, se los relaciona por compartir un mismo tema, la balada When 2 R In Love.

The Black Album, es un disco lleno de funk, pero sobre todo su historia le dio un aura legendaria a sus canciones, el disco comienza con Le Grind que es un tema en el que predomina el bajo y un sonido extraño que marca el ritmo durante todo el tema continuando con Cindy C, una canción que habla de una supermodelo a la que intenta sexo al parecer sin éxito.


Dead on it
es una canción en la que insulta a los raperos, continúa con When 2 r in love que volverá a editar en el disco Lovesexy, para seguir con Bob George sobre un proxeneta que maltrata a mujeres hasta el punto de matarlas, seguimos con Superfunkycalifragisexy parafrasea la canción de Mary Poppins en un tema algo aburrido, pero por último remonta con el extraño e hipnótico instrumental 2 nigs united 4 west Compton y acabando muy arriba con Rock hard in a funky place, un temazo con alma funky, buenos vientos y un solo de guitarra que quita la respiración.

The Black Album es una pieza sé que creyó perdida, pero no del todo, al menos para quien tenga 27.000 dólares.
 
Daniel
Instagram Storyboy

miércoles, 14 de abril de 2021

Prince - Parade (Mes Prince)


¿La mejor banda sonora del siglo XX?

La pregunta puede resultar pretenciosa, y seguro que os vienen a la mente grandes bandas sonoras que merecerían ese apelativo mucho más que este, por otra parte, increíble disco antes que banda sonora de la película Under the Cherry Moon, dirigida y protagonizada por el propio Prince en 1986. Pero es que la pregunta tiene trampa.

Descubrí a Prince siendo sólo un adolescente, cuando llegó a mis manos el disco Sign of the Times (1987), casi al mismo tiempo que mi cabeza de quinceañero explotaba viendo la retransmisión del concierto de la gira de Lovesexy (1988) en Dortmund. Después de aquello, escuché ambos discos hasta desgastarlos, e inicié una ardua búsqueda de todos sus discos anteriores, digna del mejor de los detectives. Para los que crean que aquí también exagero, conviene recordar que por aquel entonces no había Internet, ni nada parecido. Para llegar a saberlo todo de un artista, había que comprar las revistas especializadas en música en las que apareciera. En una de ellas,dedicaron una página entera a reseñar brevemente todos los discos que había sacado hasta entonces, ordenados cronológicamente y con fotos de las portadas. Recorté esa página y la colgué en la pared de mi habitación, y se convirtió en la hoja de ruta de mi búsqueda de Prince.

En el apartado dedicado a Parade (1986), el redactor afirmaba que éste era el mejor disco de Prince, y añadía que era "la mejor banda sonora del siglo XX". Con esas expectativas, busqué el disco por todas partes, en lo que fue un auténtico desfile de tienda en tienda, hasta que logré encontrarlo. Con las primeras notas de Christopher Tracy's Parade ya tuve claro que aquello no era "la mejor banda sonora del siglo XX", pero sí uno de los discos más arriesgados e inspirados de un artista en estado de gracia, que seguía experimentando con los sonidos étnicos que ya poblaban el también excelso Around the World in a day (1985), pero dotando a las canciones de densas orquestaciones (Parade fue el primer disco firmado por Prince en el que colaboró el compositor y arreglista clásico Clare Fischer) y de referencias a la canción francesa, junto a una carga de jazz-funk mayor que la que había llevado en la maleta en su vuelta al mundo en un día.

Tras el breve y orquestal desfile inicial de Christopher Tracy's Parade, el primero de los dos temas en los que menciona al personaje que interpreta en la película, la cabra tira al monte y nos regala un tema tan desnudo como sus dos protagonistas, en el que Prince propone abiertamente a su pareja: "Cariño, tenemos que probar una nueva posición..." Sexualidad implícita y explícita aparte, es también un alegato a no acomodarse en los esquemas del pasado, y esa búsqueda de "nuevas posiciones" fue constante en cada disco publicado en los ochenta. Toda la canción es un golpe de creatividad y de experimentación sobre la mesa, una muestra más de que en ese momento no había barreras musicales que no se planteara saltar. El ritmo va ralentizándose al tiempo que se mezcla con el comienzo de I wonder U, una brillante pieza minimalista en concepto, duración y letra, con toques árabes y adornos orquestales, rota magistralmente en el final por los acordes de Under the Cherry Moon, primero de los buques insignia del disco y la película, y una de las más brillantes cartas de presentación del Prince melódico y pianista.

El Prince rockero y guitarrero de Purple Rain (1984) brilla aquí por su ausencia, pero a cambio, el despliegue instrumental es apabullante en temas como Girls and Boys, un auténtico trallazo de jazz-funk en el que se da el gusto de incluir tubas, violas y secciones de viento, y hasta recitados en francés acreditados a una enigmática Marie La France. Lástima que después llegue la atropellada y sobrecargada Life can be so nice, el tema menos destacable del disco, que retoma de nuevo la senda correcta con la delicada Venus de Milo, pieza instrumental basada en el piano de Prince y las capas de orquestaciones de Clare Fischer.

La cara B arranca con otro trallazo, la monumental y épica Mountains, quizá la pieza más cercana al rock, pero sin alejarse del tono barroco y psicodélico elegido para el disco. La versión incluida en los créditos finales de la película es mucho más extensa, con una parte adicional en clave de jam session funk. En el disco la canción se reduce a su parte más ortodoxa, al termino de la cual el sonido va disminuyendo hasta mezclarse con la voz de una niña que, en francés, dice: "Los niños que son malos no van al paraíso", antes de que comiencen los primeros compases de Do U Lie, la pieza más "francesa" del álbum, y una dulce canción basada en una estructura de piano y batería de jazz.

Kiss irrumpe entonces poderosamente en los altavoces con su pegajosa guitarra funky, casi en el momento en el que finaliza el último redoble de la balada "parisina" del disco. Poco más se puede decir de uno de los mejores temas de toda la carrera de Prince, el segundo en el que desafió las normas de la ortodoxia musical, eliminando la línea de bajo de la versión final de la canción (el primero fue When Doves Cry). La versión en single es, de nuevo, más extensa, y la parte adicional es más densa y desatada a nivel instrumental, en la línea de lo que haría después en temas como Eye No o Alphabet St en Lovesexy (1988)

Pegadiza e intensa, Anotherloverholenyohead no se queda corta con respecto a los trallazos anteriores. De nuevo es posible encontrar una versión más larga publicada como single, otra muestra más de la desbordante creatividad del músico, obligado a recortar sus obras para ajustarse al formato vinilo, pero dejándolas volar libres y completas en un formato (single y maxisingle) que tuvo sus cotas de popularidad en los ochenta. Y para terminar, el de Minneapolis se guarda una sorpresa en forma de delicatessen a piano y guitarra. Sometimes it snows in April es el segundo tema basado en el personaje de la película, y es de nuevo uno de los mejores temas escritos por Prince a lo largo de su carrera. Triste, intensa, austera, acústica, muy alejada del tipo de temas lentos de su cancionero. Y esa es la esencia de Parade, un disco que no suena como ninguna otra cosa hecha antes o después por Prince, ni como ninguna de esas bandas sonoras que todos consideramos como las mejores del siglo XX.

domingo, 11 de abril de 2021

La música en historias: Around The World In A Day - #MesPrince

 

Around The World In A Day, Prince


Con Purple Rain, publicado en 1984, Prince había alcanzado por fin el estatus de super-estrella, un titulo reservado a un pequeño grupo de artistas. Con dicho disco vendió nada menos que 13 millones de copias en Estados Unidos, permaneciendo 24 semanas consecutivas en el puesto número 1 de la lista estadounidense Billboard 200. Pero además, la película de dicho álbum, ganó un premio de la Academia a la Mejor Banda Sonora Original y recaudó más de 68 millones de dólares en Estados Unidos.

La discográfica de Prince, Warner Bros., se frotaba las manos esperando su próximo disco de éxito, imaginando algo parecido a una continuación de Purple Rain. Pero Prince tenía otros planes, y estos no tenían nada que ver con los de Warner. El genio de Minneapolis ya había conquistado el mundo, y en vez de consolidar esa conquista, decidió que era el momento de progresar creativamente y abrirse a nuevas tendencias e influencias. Prince decide apartarse del funk clásico y se marca un disco caleidoscópico, se aparta del sonido más comercial del género y experimenta con otros estilos más psicodélicos y otras texturas para enriquecer su sonido. 

Prince va macerando los temas que compondrán este álbum entre febrero y diciembre de 1984 en diversos estudios entre Minneapolis y Los Ángeles. El resultado es Around The World In A Day, trabajo publicado paralelamente por Warner Bros, y por la discográfica creada por el propio Prince, Paisley Park, en abril de 1985, y bajo el nombre de Prince and The Revolution, incluyendo así en la autoría a su banda de acompañamiento. Fue deseo expreso de Prince, que se negó, a sacar single previo al lanzamiento del álbum, para que según él, el disco fuera entendido como un todo. Por ese motivo, el primer sencillo del disco estuvo retenido hasta casi un mes después del lanzamiento del álbum. 

Around The World In A Day, debido a su estilo caleidoscópico y psicodélico, y a su portada llena de personajes del universo Prince, fue considerado por la crítica como el Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band de Prince, pero su autor siempre negó esa comparación con los Beatles, apuntando hacia otros lados las influencias del disco. En cuanto a la portada, fue obra del artista estadounidense Jim Warren, conocido por las ilustraciones de portadas de libros y el arte de fantasía surrealista. Prince simplemente tomó la decisión pensando que la gente estaría cansada de verle la cara a él en las portadas de sus discos. Como ya hemos comentado, la relación entre la discográfica y Prince siempre había tenido tiras y aflojas, y en esta ocasión no iba a ser menos. Ya había dejado claro su parecer, desoyendo los consejos y recomendaciones de la discográfica y marcándose un disco completamente diferente a lo que Warner esperaba. La discográfica echaba en falta hits más claros y con mayor carga de guitarras, pero la idea de Prince era la de jugar con sonidos más experimentales, con percusiones a base de darbukas y tamborinas, y con cellos, violines y flautas salpicando la práctica totalidad de las canciones.

Para muestra, la anécdota del día que Prince presentó el trabajo a la discográfica. Ese día, Prince se presentó en limusina y toda la parafernalia que aquello conllevaba en el recinto donde iba a presentar el material a Warner, los invitados tomaron asiento, se apagaron las luces, y el trabajo de Prince empezó a sonar. Una vez acabó la última nota y se encendieron las luces, los directivos de la compañía observaron incrédulos como Prince ya no se encontraba allí. El mensaje estaba claro: "Este es el material de mi nuevo disco, y no es negociable, es lo que hay". La discográfica quedó en una situación bastante incomoda y tuvo que tragar. Pero la relación, como ya comentaremos más adelante, se iba a tensar aún más. A pesar de la escasa promoción del álbum, y del material que contenía mismo, no muy comercial precisamente, el disco se vendió realmente bien, convirtiéndose después de Purple Rain, en el segundo disco del artista en alcanzar el puesto número 1 en la lista Billboard Hot 200. Dos de los cuatro sencillos lanzados posteriormente, Raspberry Beret y Pop Life, alcanzaron el top 10 en la lista Billboard Hot 100. 

Paisley Park



Entramos en materia, y el primer tema que abre el álbum es precisamente el que da título al mismo, Around the World In a Day, tema que está acreditado a David Coleman, hermano de Lisa Coleman e integrante de la banda The Revolution, a John L. Nelson, padre de Prince, y al propio Prince. Esta fue una de las únicas canciones que el artista no escribió por su cuenta. El tema partió de una canción grabada por Coleman, al cual Prince dió como regalo de cumpleaños algo de tiempo de grabación en los estudios Sunset Sound de Los Ángeles. Posteriormente Prince re-elaboró la canción manteniendo el título de la misma. También acreditó en el tema su padre, pues incluyó melodías y matices que recordaba habérselos oído a él, y era una forma de agradecérselo. En este tema Prince nos invita a a mirar más allá de uno mismo y a no ponernos limitaciones, ¿Realmente no se puede dar la vuelta al mundo en un día?, en tu mente tu puedes, y nos lo recordaba diciendo "Abre tu corazón, abre tu mente".
Paisley Park, el tema fue uno de los cuatro sencillos que se lanzaron posteriormente, y Prince se encargó de interpretar toda la canción excepto el violín (Novi Nvog) y los coros (Wendy y Lisa). El tema es uno de los únicos que se asemejan y acercan algo al estilo de su anterior disco, Purple Rain. Si nos fijamos en algunas notas de la solapa del álbum, nos dice que algunas canciones del disco fueron grabadas en Paisley Park, lo que en aquel momento era una fantasía de Prince, pero que en 1988 se haría realidad, pues Paisley Park pasaría a ser la mítica casa, estudio, sala de conciertos y cuartel general de artista donde centralizaría todas sus futuras operaciones.

Raspberry Beret
Condition of the Heart, es un tema al que Prince le da un enfoque de música clásica barroca y exhuberante con una primera parte instrumental a piano. En el tema muestra su interés por la historia de Hollywood, de ahí sus claras referencias a la famosa actriz estadounidense de los años 20 Clara Bow. También se dice que el tema fue compuesto para la cantante y compositora Susannah Melvoin, quien era hermana de Lisa, y que para Prince fue una musa que inspiró muchos de sus grandes trabajos. Raspberry Beret, uno de los grandes clásicos de Prince y que se editó también en single. De este tema Prince hizo una versión extendida donde incorporó instrumentos de cuerda, platillos de dedo del Medio Oriente y una armónica. El tema habla de la primera experiencia sexual de un adolescente con un chica. El joven es un humilde empleado de una tienda, y tiene una difícil relación con su jefe. De repente, entra esta chica, alegre, alocada y rebelde por la puerta de la tienda portando en la cabeza una llamativa gorra de color frambuesa.

America 
Tamborine, es el tema que cierra la cara A del álbum. Quizás el tema más raro del disco, de corte muy experimental, con percusiones a base de darbukas y tamborinas. Todos los instrumentos de este tema son tocados por prince. America se encarga de abrir la cara B, el tema más guitarrero del disco, con una base rock and roll donde va incorporando toques étnicos. De este tema hay una versión extendida de más de 20 minutos donde la melodía principal de rock and roll desaparece y comienza una explosión de puro funk. Este fue otro de los cuatro sencillos que se publicaron del disco.

 

Pop Life
Pop Life, fue junto a America, Raspeberry Beret y Paisley Park el otro de los únicos cuatro temas del disco que fueron editados en single posteriormente. Como muy bien dice el título, el tema es el de corte más pop del disco, y alcanzó el puesto número 7 en las listas de ventas de Estados Unidos, convirtiéndose en el octavo éxito de Prince en colarse entre los diez primeros en un lapso de de dos años. La canción incluye una parte que representa el sonido de una campana en un combate seguido por el sonido de una multitud inquieta. Se rumoreaba que esto fue sacado de un concierto en Los Ángeles en 1981 donde Prince abrió para los Rolling Stones. En realidad fue sacado de una biblioteca de efectos de sonido.

The Ladder, es junto el tema que da título al disco, el otro tema donde Prince acredita a su padre, John L. Nelson. En éste tema también incorporó matices que recordaba habérselos escuchado a su padre. Se trata de una balada donde mete una extraña distorsión y donde Prince nos canta una historia medieval, un tema lleno de pura psicodelia. y cierra la cara B y por tanto este gran disco Temptation, un tema de algo más de ocho minutos donde Prince nos regala una primera parte muy cañera que va transformando en pura psicodelia en la segunda parte. En cuanto a la letra del tema, aquí Prince mantiene una conversación con Dios el cuál acaba perdonando al artista al final de la misma. Quien no perdonaría al artista sería su discográfica, Warner Bros., que esperando otro disco superventas al estilo Purple Rain, se encontró con algo completamente diferente. La cuerda se seguía tensando...



miércoles, 7 de abril de 2021

Prince -1999 (Mes Prince)

 

1999, Prince

El genio de Mineapolis, más conocido como Prince, publicaba en 1982 su quinto trabajo de estudio, 1999, considerado por la revista Rolling Stone como su álbum más influyente, ya que sentaba las bases de lo que más tarde sería conocido como sonido Minneapolis. El personal acreditado junto a Prince en la grabación del álbum está compuesto por Dez Dickerson (voz, guitarra y coros), Lisa Coleman (voz y coros), Jill Jones (Voz y coros), Vanity (coros) y Wendy Melvoin (coros). Doctor Fink (teclados), Bobby Z. (batería) y Brown Mark (bajo), si bien no aparecen acreditados en el estudio, aparecen en los vídeos musicales. De todos estos músicos nace el embrión que acabará convirtiéndose en The Revolution, la banda de Prince.

Está claro que Prince era un genio, y por eso su cerebro funcionaba a otro ritmo diferente al de la gente normal. Desde que fichara a finales de los años 70 con la discográfica Warner Bros., siempre habían surgido pequeños tira y afloja entre la discográfica y él a la hora de ver ciertas cosas, y en 1999 no iba a ser menos. Prince tenía el firme propósito de lanzar un doble álbum, mientras que los responsables de Warner querían lanzar un disco sencillo. Al final fue Prince quien se llevó el gato al agua, consiguiendo que Warner publicara el álbum como doble, un trabajo que realmente sólo tenía once temas, pero con la mayoría de los temas excediendo ampliamente de los 5 minutos, sumando entre todos poco más de 70 minutos de duración.

El material que compone este doble disco es grabado entre el estudio casero de Prince, el Kiowa Trail Home, instalado en su residencia de Chanhassen, Minnesota, y en los Sunset Sound Records, de Hollywood, California, entre enero y agosto de 1982. 1999 es publicado el 27 de octubre de 1982, y supone el punto de inflexión que lanza al estrellato a Prince, siendo el primer álbum del artista que alcanza el Top 10, consiguiendo el puesto número 9 en la famosa lista estadounidense Billboard Hot 200, y el quinto en la Billboard Year-End Abums of 1983. El disco consigue además la gran aceptación de la crítica, que lo considera innovador y revolucionario, llegando a ser calificado posteriormente por varias publicaciones y organizaciones como uno de los mejores álbumes de todos los tiempos. 

En cuanto a la portada, es una ilustración del propio Prince, que esconde varias cosas interesantes. Por un lado, presenta elementos de la portada de su álbum anterior, Controversy (1981), los ojos de Prince y el pin de Rude Boy que porta en la chaqueta aparecen en los "9" de 1999, mientras las tachuelas de la hombrera de la chaqueta aparecen en la "R" de Prince. Y si nos fijamos en la "I" de Prince, ésta contiene las palabras "And The Revolution" escritas al revés, en reconocimiento a su banda de apoyo, presagiando la carrera que se avecinaba con dicha banda durante los siguientes años. La portada contiene un detalle más que quizás pasó inadvertido a los señores de la censura, si nos fijamos detenidamente en el "1" de 1999, se asemeja mucho a lo que viene a ser un pene. 

En cuanto al hecho de empezar a dejar pistas sobre The Revolution, Prince no quería formar una banda, el tenía la idea de formar un movimiento, y quizás la razón de no presentar 1999 como un trabajo de The Revolution fue que realmente éste había sido un trabajo prácticamente individual donde grabó el mismo prácticamente todos los instrumentos, y las colaboraciones de la banda se resumían básicamente a la participación en los coros. Pero ya estaba avisando y preparando al público y la crítica de lo que se avecinaba, The Revolution.



El tema que abre este doble álbum es precisamente la que da título al disco, 1999, compuesta, al igual que todas las demás, por Prince. El tema fue publicado como sencillo principal del disco, y el éxito tanto de crítica como de público marcó el comienzo del exitoso ascenso de la carrera del artista. Comienza el tema con unas tranquilizadoras palabras de Prince, con voz distorsionada: "No te preocupes, no te haré daño. Sólo quiero que te diviertas un poco". En este tema, Prince comparte las voces principales con los miembros de su banda, Dez Dickerson, Lisa Coleman y Jill Jones. Originalmente fue concebido para ser una armonía de tres partes, pero finalmente se decidió separar las voces que comenzaban cada verso. Little Red Corvette, es un tema que rápidamente se convirtió en uno de los estándares del artista, y su mayor éxito hasta la fecha, siendo el primero en alcanzar el Top 10 en Estados Unidos. El tema combina un ritmo de batería con un ritmo lento de sintetizador y un coro en clave de rock, sobre el cual Prince, usando metáforas de automóviles, recuerda una aventura que tuvo una noche con una hermosa mujer, a la que se refiere cuando habla del "pequeño Corvette rojo". El tema contiene un sólo de guitarra de Dez Dickerson, la única instrumentación del disco que no fue realizada por el propio Prince. Prince tuvo la idea de la canción mientras dormía en un coche Mercury Montclair Marauder de 1964, propiedad de la componente de la banda Lisa Coleman. Prince se quedó dormido en el coche después de una agotadora sesión de grabación que duró toda la noche. La letra fue compuesta a pedazos, entre el material obtenido en varias siestas más del artista. Cierra la cara A del primer disco Delirious, que fue además el tercer sencillo publicado, aprovechando el éxito y el tirón que supuso Little Red Corvette. Está compuesto sobre un blues estándar de 8 compases, y Prince, a través de sugerentes y sutiles metáforas sexuales, nos relata como una hermosa mujer lo está volviendo loco.

Abre la cara B del primer disco Let's Pretend We're Married. compuesta básicamente de teclados y cajas de ritmos, y dos versos seguidos de coros forman la base principal de la canción. En este tema, el genio de Minneapolis no se corta y le dice a su nueva amante, Marsha, que necesita una felación brutal si eso le va ayudar a olvidar a la mujer que acaba de dejar. El tema que cierra la cara B del primer disco es D.M.S.R., un tema de más de ocho minutos que aparecerá posteriormente en la banda sonora de la película Risky Business. Es un tema que dejaba a Prince y The Revolution espacio para realizar largas jams improvisadas en directo.

Abre la cara A del segundo disco Automatic, tema donde Prince juega con el personaje sumiso que solemos encontrarnos en sus primeros discos. El video musical está protagonizado por Jill Jones teñida de rubio y mientras baila con ropa interior de color negro y enciende los cigarros a Lisa Coleman. Después de unos minutos, las dos se acuestan en una cama con Prince con el torso desnudo y lo atan, fustigándolo mientras él se retuerce y da patadas. En Something In the Water (Does Not Compute), Prince laza un grito al aire y protesta por su condición de niño rechazado en su infancia. Cierra la cara A de éste segundo disco Free. uno de los temas más ligeros del álbum.



Comienza la cara B del segundo disco con Lady Cab Driver, otra canción donde Prince junta los coches y el sexo. Prince, mientras es llevado en coche por una atractiva taxista, papel interpretado por la integrante de la banda Jill Jones, decide que es el momento de compensar todas las injusticias sociales, biológicas y económicas que ha sufrido en la vida con un buen "polvo tranformador". All The Critics Love U In New York, fue el primer tema que Prince compuso con la idea de ser parte del material de 1999. Lo presentó en directo en Minneapolis, en el club First Avenue, y dijo al público presente que el tema no saldría editado en un año, o tal vez seis, cosas del genio. Al final vería la luz en el álbum, pero en una versión más suave que en el tema presentado ante el público de sus localidad natal.

Cierra la cara B del segundo disco, y por tanto el álbum, International Lover, que fue la primera canción de Prince que consiguió una nominación a los premios Grammy. Bajo una letra seductora, Prince, capitán de un avión llamado Seduction 747, invita a una hermosa mujer a subirse en él, ya que el avión está completamente equipado con todo lo que necesita ella para su propia satisfacción. Una metáfora en toda regla, donde el sexo son los viajes en avión, y el capitán Prince está al mando. Además de ser uno de los temas que catapultaron a Prince al estrellato, por su nominación a los Grammy, es una buena muestra del dominio y registro vocal de Prince, que a lo largo del tema juega tanto con los tonos más bajos como con el agudo y característico falsete marca de la casa. Y así acaba 1999, el álbum con el que Prince inició su viaje al estrellato, a bordo de su particular avión, un ascenso que ya no abandonaría hasta que un 21 de abril de 2016, el Seduction 747 tuvo un inesperado y forzoso aterrizaje, del que ya no volvería a despegar. 

domingo, 4 de abril de 2021

Prince - Controversy (Mes Prince)

En este mes de monográfico de Prince, vamos con el álbum Controversy, su cuarto disco de estudio, lanzado el 14 de octubre de 1981 por la discográfica Warner Bros. Records. El disco fue producido, arreglado, compuesto e interpretado por el propio Prince, salvo en la canción Jack U Off, en la que se acompañaría por primera vez de su banda. Para la portada, Prince pasó de la provocación de su disco anterior a un primer plano y la mirada de seguridad de un artista que ya sujetaba con fuerza el timón de su ascendente carrera. Controversy es un disco que incide de nuevo en la visión de Prince sobre la sexualidad y la provocación, aunque en un tono más suavizado que el que empleó en las letras de Dirty Mind, su disco anterior.

Comienza con Controversy, canción que da título al disco, con una duración de más de siete minutos, una de sus barbaridades en las que mezcla funk, rock y esos teclados electrónicos y futuristas tan característicos. Poderosamente adictiva, su ritmo se te clava y ya no te suelta, una canción que también tuvo sus dosis de "controversia" por su letra, en la que en el tramo final incluso se recita el Padre Nuestro. Luego llega Sexuality, en la que acentúa el falsete, seña de identidad de buena parte del disco, de nuevo en clave de funk con reminiscencias de rock clásico en el sonido y los fraseos de la guitarra. En  Do Me, Baby se va por encima de los ocho minutos en una balada muy sensual, muy de las suyas, intensa y muy poderosa. Private Joy es el tema mas Pop del disco, con un sonido más luminoso, sin dejar de lado los sintetizadores y un punto Disco que hace que la canción te entre directamente.

Ronnie, Talk to Russia es una canción muy de la época, un alegato de menos de dos minutos en el qeu pide al presidente Ronald Reagan que dialogue con la URSS, en clave de rock and roll acelerado. Let’s Work  es otro tema de sonido funk futurista con influencias de la New Wave, con los sintetizadores de nuevo como elemento predominante. En cuanto a Annie Christian, es la canción menos conseguida del disco en comparación con el resto, igual tiene un punto más experimental y futurista, con un ritmo minimalista aunque incorpora riffs de guitarra, y con una letra que hace referencia a sucesos de la época como el asesinato de Lennon, el atentado contra Reagan o los secuestros y asesinatos de niños afroamericanos en Atalanta, convirtiéndose en una crítica contra todo tipo de extremismos. Y el cierre es para  Jack U Off,  en la que de nuevo aparece el Prince más divertido y provocador, con un sonido de nuevo ecléctico y a medio camino entre el funk y el rock.

La canción Controversy alcanzó el número tres en la lista Billboard y fue disco de platino. El álbum fue votado como el octavo mejor álbum del año en 1981. Considerado a menudo como "el menos relevante de sus discos más relevantes", Controversy marca la transición entre la grata sorpresa de Dirty Mind y la explosión de color y ritmo de 1999 y discos posteriores, que elevarían su carrera hasta lo más alto, pero los ingredientes de su peculiar fórmula sonora están aquí ya presentes, y es probablemente el disco más "político" de Prince, lo que mezclado con los habituales temas de contenido sexual, hace del conjunto una de esas rarezas con las que tanto le gustaba sorprender y desviarse de cualquier tentación de acomodarse en un mensaje o un estilo. Él prefirió la Controversia.

Daniel 
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viernes, 2 de abril de 2021

El disco de la semana 219: Prince - Dirty Mind


Tras los dos primeros álbumes de estudio, en los que básicamente había trabajado solo, Prince empezó a formar una banda de apoyo con sus colaboradores más cercanos y músicos de la emergente escena musical de Minneapolis. Eso influyó en el origen de las canciones, que antes surgían y se trabajaban en soledad, y ahora nacían también de las sesiones de ensayo e improvisación con la banda. Matt Fink, que formaría después parte de The Revolution como el "Dr. Fink", improvisó un solo de teclado que dejó impresionado a Prince durante una de esas sesiones. Al caer la noche, los músicos se fueron a sus casas, pero Prince siguió trabajando en el tema, y al día siguiente estaba lista la maqueta de Dirty Mind, la canción que daría título al tercer álbum de Prince, y que marcaría la línea musical del resto del disco. Prince reservó el solo de teclado de la versión final para que fuera interpretado por Fink, que acabaría tocando también el teclado en Head, otro de los tótems del disco. Pese a estas dos puntuales colaboraciones, y algunos coros de Lisa Coleman (otra futura integrante de The Revolution, también al mando de los teclados), el resto del disco responde a la popular frase que aparecía en la contraportada de todos sus discos, es decir, que está "producido, arreglado, compuesto e interpretado por Prince".

 

Curiosamente, y aunque no tocaron realmente en el disco, Prince muestra a la banda al completo en la solapa interior del disco, con sus nombres pintados con spray en la pared, en un reconocimiento a la banda que le iba a acompañar en la gira de promoción del disco, una de las más valoradas por sus fans a lo largo de los años, y en la que el público asistente a aquellos conciertos pudo comprobar la increíble metamorfosis de Prince, que pasó súbitamente del virtuoso pero tierno adolescente de los inicios, al lascivo y provocador artista que salía al escenario en calzoncillos y gabardina, haciendo abrasivos solos de guitarra y cantando sobre sexo oral, amores incestuosos y sucios pensamientos. Una metamorfosis que no habría sido posible sin el poder de las canciones de Dirty Mind, un viaje vertiginoso hacia la lujuria, ideado por una mente tan "sucia" como privilegiada.

Sin llegar a poder considerarse un álbum conceptual, Dirty Mind se desmarca completamente de sus dos discos anteriores por la increíble cohesión y unidad tanto en temática como en sonido. El viaje sonoro comienza con el personaje central, un adolescente obsesionado con el sexo, detallando lo que le gustaría hacer con una chica en el coche de su padre, y reconociendo que, por todo ello, reconoce tener la "mente sucia". El comentado solo de teclados del Dr. Fink es sencillamente antológico, y la oscuridad retro del resto de teclados marca la oscura atmósfera del disco, mientras la guitarra le da un sorprendente toque a T. Rex y Marc Bolan al conjunto.

A lo largo y ancho de las ocho canciones que lo componen, el protagonista colecciona a partes iguales éxitos y fracasos sexuales, en su interacción con mujeres sexualmente liberadas del mundillo del Uptown de Minneapolis, pero es especialmente en When you were mine dónde los sentimientos del personaje ahondan más allá del sexo, para hablar del dolor por la pérdida amorosa, reconociendo quererla incluso "más de lo que lo hacía cuando eras mía", y con un inquietante tono voyeurista y enfermizo ("Ahora paso mi tiempo siguiéndole a él cada vez que te ve"). Musicalmente es, además, el mejor tema del disco, con la guitarra de Prince emulando a T. Rex aún más de lo que anticipaba en el tema de inicio. Y sin embargo, y quién sabe si jugando a la confusión o al despiste, Prince declararía que se le ocurrió la canción en una habitación de hotel en Birmingham (Reino Unido), mientras escuchaba a John Lennon.

La atmósfera de Do it all night está construida sobre un auténtico muro de sintetizadores, tan exagerado y potente como la fanfarronada de la letra, en la que un de nuevo excitado adolescente promete una noche de sexo ininterrumpido. "Quiero hacerlo toda la noche, y hacértelo bien" es la máxima del estribillo. La realidad parece que fue otra, o que en aquella relación no todo lo importante fuera el sexo, porque en Gotta Broken Heart Again, la balada taciturna del disco, el chico se derrumba y reconoce que le han vuelto a romper el corazón otra vez.

En ese momento, y superado el enésimo duelo emocional, todo vuelve a empezar de nuevo. Llega el fin de semana y "todo el mundo va a Uptown, el lugar dónde yo quiero estar, allí puedes liberar tu mente, todo el mundo está caliente, y yo no quiero parar". Uno de los temas álgidos del disco, con una generosa parte final de rítmica instrumentación funk, tras la cuál y sin mediar silencio nos adentra en lo que parece ser un sueño o anhelo secreto del personaje, que describe lo que parece un episodio de sexo oral con una novia en el día de su boda. Aquí el contrapunto está en los sensuales y tentadores coros de Lisa Coleman, que casi susurrando van enloqueciendo cada vez más a su partenaire. En este tema el Dr. Fink se marca su segundo y último solo.

El cierre del disco está marcado por el predominio de las guitarras a lo T. Rex en Sister, la polémica canción sobre una supuesta relación incestuosa entre el personaje y su hermana, y en el cierre funk de Partyup. "Nos importa una mierda, solo queremos fiesta", "Rock and roll revolucionario", y demás mensajes festivos, entrelazados con dispersos y confusos mensajes de corte anti-bélico, al abrasivo ritmo del funk más sucio, culminando con un coro gospeliano-festivo mientras el personaje clama desde lo más alto de la fiesta: "Vas a tener que pelear tu propia maldita guerra, porque no queremos pelear más".

 El disco fue una auténtica muestra de "Rock and Roll revolucionario" para la crítica del momento, sorprendida e impresionada a partes iguales por la transformación y el desafío que el álbum suponía. Es famosa la crítica de Robert Christgau, un confeso admirador de los Rolling Stones, que tras escucharlo declaró que después de aquello "Mick Jagger tendría que envainársela e irse para casa". Al leer ese comentario, un intrigado Mick Jagger fue a un concierto de Prince, y tras verlo en directo le ofreció que él y su banda telonearan a los mismísimos Rolling Stones. A la larga, y por la violenta reacción de un público demasiado cerrado ante la provocación de un adolescente negro en calzoncillos y gabardina, aquellos conciertos no funcionaron, pero en su momento, aquel ofrecimiento de Jagger debió ser, para una mente tan sucia, algo parecido al mejor de los orgasmos.

jueves, 1 de abril de 2021

Prince - Bienvenidos a la Musicología, For You y Prince, comienza el Mes Prince


El 21 de Abril de 2016 la letra de Let's go crazy se hizo desgraciadamente profética. El "ascensor intentó llevarle abajo", y lamentablemente no pudo "volverse loco, y pulsar la planta más alta". Van a cumplirse ya cinco años desde aquel desafortunado día en el que con la muerte de Prince se nos moría también un poco la música, herida de gravedad con la muerte de David Bowie sólo unos meses antes. Así que nos parecía adecuado robar este mes de Abril a la primavera, para dedicarlo al #MesPrince. ¿Y por dónde empezar a describir una carrera de alrededor de cuarenta discos de estudio, tres largometrajes, varias grabaciones de directos, y una infinidad de canciones inéditas? Dicen que, a veces, "la mejor salida es, simplemente, la salida", y probablemente esa frase sirva también para los comienzos, así que la mejor manera de empezar a hablar de Prince será hacerlo desde el comienzo.


"Todo esto y más, es para ti.

Con amor, sinceridad y el más profundo cuidado.

Mi vida, contigo, la comparto"

Esta es la escueta letra de "For you", el tema que da comienzo y título a su primer disco. Tratándose de un artista novel, nadie sospechó que ese "Para tí" no fuera destinado a una novia del instituto o del Uptown de Minneapolis, y más teniendo en cuenta que la mayor parte de canciones de aquel primer disco eran de amor. Pero, con el tiempo, descubrimos que la vida que aquel adolescente se proponía compartir era la música, y que los destinatarios de aquel regalo eramos todos los que quisiéramos escucharle. Las pistas estaban en sus propias declaraciones, y en su forma de entender y trabajar con la música. Al juntar algunas de sus dispersas y poco frecuentes declaraciones, nos sorprendió el unitario sentido del conjunto, el "todo esto" que formaban, "para tí", para nosotros, para todos:

"Hago música porque si dejara de hacerla moriría. Grabo música porque llevo en la sangre. Escucho sonidos todo el tiempo (...) Únicamente soy libre cuando hago música. El resto del tiempo sueño con hacerla (...) Cualquiera que pasaba por delante sabía lo que estaba pasando. Yo trabajaba. Cuando ellos estaban durmiendo, yo estaba tocando. Cuando se levantaban, ya tenía terminado un nuevo ritmo (...) Yo no conseguí lo que conseguí por una discográfica. Si no hubiera logrado un contrato, hubiera seguido tocando..."

Son frases de una persona que dedicó su vida por entero a la música, y que formó parte del reducido club de genios que lograron cambiarla. Pocos artistas han mostrado una confianza y una fe tan grande en sí mismos, y una visión tan clara del camino a seguir:

“Lo más importante es ser tú mismo, pero a mí me gusta el peligro. Eso es precisamente lo que le hace falta a la música pop actualmente. No hay emoción ni misterio (...) Yo no podría avanzar si estuviera vinculado a una canción de mi pasado (...) Un espíritu fuerte trasciende la norma...

Un primerizo y adolescente Prince trascendió las normas de la discográfica Warner ya desde el principio, exigiendo el control absoluto de su trabajo en el estudio durante la grabación de FOR YOU (1978), el primero de los discos que nos ofreció con "amor, sinceridad y sumo cuidado", una obra tan perfectamente ejecutada que, paradójicamente, se convirtió en un paso inicial en falso. La obsesión de aquel "novato" por hacer un disco "perfecto", le llevó a gastarse todo el adelanto correspondiente a varios discos, en una grabación que se alargó excesivamente y en la que tocó más de veinte instrumentos diferentes. Él solo produjo, arregló, compuso e interpretó la totalidad del disco, pero el resultado se queda en una propuesta musical demasiado "científica". Y más allá de la cuidada música, un Prince de 19 años tenía mucho que pulir en su madurez personal y, en consecuencia, en la de las letras de sus canciones. Pero lejos de tildar la perfección técnica como un error de juventud, destacamos momentos álgidos como For you, un delicado tema "coral" en el que interpreta a capella todas las voces, o la excelsa y desmedida Just as long as we’re Together, la pieza más funk del disco y casi un "proyecto de fin de carrera" con el que logró convencer a los "espías" que Warner envió al estudio de que dejar que se autoprodujera y grabara sin banda era un riesgo que debían asumir. Destacan también las primeras demostraciones de habilidad con la guitarra en My love is forever o, especialmente, en la cuasi-heavymetalera I'm yours, pero es en la explícita sexualidad de la letra de Soft and Wet dónde se intuye que, con un poco más de maduración, el genio iba a acabar liberándose por completo en entregas posteriores.

Y lo hizo un poco más en PRINCE (1979). El nuevo intento de asalto al trono se realizó en menos tiempo y con menos medios, por lo que de nuevo recurrió a la estrategia de prescindir de una banda y hacerse cargo de todo el proceso de producción y grabación de los temas, y aunque la suavidad y el romanticismo siguen estando, presentes, el funk y la intensidad rítmica fueron ganando cada vez más terreno. Un ejemplo del tipo de canción pegadiza y funky que empezó a brotar en este disco es el arranque con I wanna be your lover, su primer single incluido en la categoría de "clásico", o la no menos memorable I feel for you, la primera canción que se grabó para el álbum, y que consiguió saborear el éxito en la versión de Chaka Khan. El trío de ases lo cierra la irresistible y pegajosa Sexy Dancer,  pero cabe destacar también dos piezas en las que da rienda suelta a su faceta guitarrera, la polémica y explícita Bambi (en la que Prince se postula como alternativa heterosexual a las tendencias lésbicas de la mujer que le obsesiona) y la intensamente rockera Why you wanna treat me so bad.

Estos dos discos son, para la carrera de Prince y para el #MesPrince en 7días7notas, sólo un aperitivo de lo que estaba por llegar en los discos siguientes, y de lo que intentaremos contaros en detalle en los próximos 30 días. Sólo para vosotros, Prince, la mente sucia, la controversia, el fin del mundo en 1999, la lluvia púrpura, y la vuelta al mundo en un día, aunque en realidad ya os digo que tardaremos un mes. El #MesPrince. Bienvenidos al desfile, al signo de los tiempos, y a la vida hecha música, esa a la que un genial músico bajito le puso un día el nombre de "Musicología".