domingo, 28 de enero de 2024

Wasting Light - #MesFoofighters

 

Wasting Ligt, Foo Fighters


     Wasting Light es el séptimo álbum de estudio de la banda estadounidense Foo Fighters. Fue grabado entre septiembre y diciembre de 2010 en la residencia de David Grohl en Encino, California, bajo la producción de Butch Vig, quien había trabajado en el álbum Nevermind de Nirvana, y del propio grupo, y publicado el 12 de abril de 2011 por los sellos discográficos Roswell Records y RCA Records. El grupo quería evitar la artificialidad de la grabación digital, por lo que fue grabado en el garaje del líder de la banda, David Grohl, de su residencia en Encino, California, utilizando exclusivamente equipos analógicos. Estos equipos analógicos antiguos no permitían muchos errores, por lo que el grupo pasó tres semanas ensayando las canciones, y el productor Butch Vig tuvo que aprender técnicas de edición obsoletas. Buscaban un sonido más pesado y crudo en contraste con la experimentación de sus discos anteriores. 

La idea de Grohl era crear un álbum que definiera a Foo Fighters al igual que otras bandas tenían ese disco que las definía, como podía ser el caso del Back in Black definía a AC/DC o el Black Album a Metallica. Grohl afirmaba sobre esto: "Puede que no sea su mejor álbum, pero es con el que la gente identifica a la banda... Tomas todas las cosas que la gente considera características distintivas de tu banda y simplemente las amplificas y haces un álbum simple con eso". Grohl contrató a Butch Vig porque consideraba que tenía la habilidad de "recortar la grasa y darle sentido a todo". La mayoría de las letras fueron escritas mientras Grohl, y en ellas reflexionaba sobre su vida y su posible futuro. Fueron invitados músicos de la talla de Bob Mold, Krist Novoselic, Jessy Greene, Rami Jaffe y Fee Wabill.

 

Durante la gira de 2010 con Them Crooked Vultures, Grohl escribió canciones y grabó demos, que luego llevó al baterista de Foo Fighters, Taylor Hawkins, para su desarrollo. También se hizo miembro de pleno derecho de la banda al guitarrista Pat Smear, quien había dejado el grupo en 1997, pero había sido parte de la banda de gira desde el año 2006. Grohl consideraba que la grabación digital se estaba saliendo de control: "Cuando escucho música estos días, y escucho baterías que suenan como una máquina, le quita un poco de vida a la música". Según Grohl, la estrategia analógica haría que el disco sonara "más crudo e imperfecto". Al principio, el productor Vig pensó que la idea era una broma, más tarde al ver que era cierto, advirtió al grupo que tendrían que tocar bien, ya que los errores no se corregían fácilmente sin la tecnología digital. El grupo pasó tres semanas ensayando en su estudio habitual donde se completó la composición de las canciones, pasando de cuarenta a catorce escogidas. Ensayaron las canciones escogidas con la intención de grabarlas en vivo en el garaje de la casa de Grohl, comprometiéndose a no cambiar nada de lo grabado; según Pat Smear: "Hiciéramos lo que hiciéramos, no lo cambiaríamos. Si una voz distorsionada pasaba por un pedal, eso es lo que iba a ser".

Wasting Light supuso el explosivo retorno a sus raíces, y consiguió capturar la esencia cruda y enérgica de la banda gracias a su proceso de grabación único. Un poderoso sonido que podemos disfrutar en temas como Bridge Burning, que abre el álbum, una poderosa introducción que nos establece lo que nos espera durante el resto del viaje musical; RopeDear Rosemary, esta última donde colabora Bob Mould, que continúan con esa explosión de energía inicial fusionando poderosos riffs de guitarra con emotivas letras; o Walk, una emocional balada que se ha convertido con el tiempo en todo un himno de superación personal.

Wasting Light no sólo revitalizó la carrera de Foo Fighters, su enfoque y su energías cruda y la habilidad de David Grohl como letrista para ofrecernos letras sinceras e introspectivas colocó este disco en un privilegiado lugar en la discografía de la banda, convirtiéndose en un duradero testimonio del impacto de la banda en la escena musical. Y parte del mérito también hay que atribuirlo a su productor Butch Vig, quien recogió el guante y se arremangó para trabajar con antiguas técnicas de grabación, convirtiéndose también una pieza clave en el feroz sonido del grupo.

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