sábado, 1 de febrero de 2025

1493.- Always Crashing in the Same Car - David Bowie


 

"Always Crashing in the Same Car" ("Siempre chocando contra el mismo coche"), del disco Low (1977) de la mítica trilogía berlinesa de David Bowie, es un claro ejemplo del surrealismo y la metáfora llevados de manera brillante a la letra de una canción. En un tono de voz que transmite el hastío y la frustración del atribulado protagonista, Bowie relata en primera persona la historia de un hombre atrapado en un surrealista círculo vicioso, conduciendo un coche a alta velocidad alrededor del garaje de un hotel, y por más que lo intente, termina "siempre chocando contra el mismo coche".

La metáfora tiene una carga "visual" potente, y es casi imposible no imaginarse el garaje, con Bowie girando en círculos en el interior del coche, haciéndonos ver lo frustrante de esa sensación que todos hemos experimentado alguna vez, cuando por más que te esfuerzas, acabas cayendo una y otra vez en los mismos errores. Es particularmente curiosa e inquietante la mención a una chica llamada "Jasmine", que observa atentamente la escena, como si a la frustración de tropezar continuamente en la misma piedra, se le uniera el hecho de estar todo el tiempo bajo la atenta mirada del ojo público, una sensación que Bowie había vivido muchas veces y que fue una de las razones de su retiro berlinés.

Hay quién dice que Bowie se basó en un episodio real, ocurrido en lo más alto de su adicción a la cocaína, cuando conduciendo su coche, vio a un traficante de drogas que le había estafado, y como venganza, embistió en repetidas ocasiones al coche del camello. En esta teoría, Jasmine sería en realidad su amigo Iggy Pop, que al parecer viajaba en el asiento del acompañante, y la canción podría estar relacionada de alguna manera con "The Passenger", el pasajero que observa a través del cristal de la ventana del coche en el disco de Iggy de ese mismo período berlinés.

Musicalmente, "Always Crashing in the Same Car" es una de las piezas más trabajadas de Low. El productor Brian Eno tenía un órgano Farfisa como el que Pink Floyd había usado en "Matilda Mother", y lo utilizó para la canción, entrelazado con varios sintetizadores y con el añadido de un solo de guitarra eléctrica distorsionada, creando una pieza intensa y futurista en la que destaca el contraste y a la vez el encaje con la voz decaída y pausada del Delgado Duque Blanco, lamentando que hiciera lo que hiciera, todo acababa en un mismo e inevitable final. Quizá por eso Bowie nunca dejó de inventarse, y dando vueltas y más vueltas alrededor de un garaje imaginario, tratando de huir de un ineludible destino, acabó regalándonos tantas y tan buenas canciones.

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