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miércoles, 14 de abril de 2021

Prince - Parade (Mes Prince)


¿La mejor banda sonora del siglo XX?

La pregunta puede resultar pretenciosa, y seguro que os vienen a la mente grandes bandas sonoras que merecerían ese apelativo mucho más que este, por otra parte, increíble disco antes que banda sonora de la película Under the Cherry Moon, dirigida y protagonizada por el propio Prince en 1986. Pero es que la pregunta tiene trampa.

Descubrí a Prince siendo sólo un adolescente, cuando llegó a mis manos el disco Sign of the Times (1987), casi al mismo tiempo que mi cabeza de quinceañero explotaba viendo la retransmisión del concierto de la gira de Lovesexy (1988) en Dortmund. Después de aquello, escuché ambos discos hasta desgastarlos, e inicié una ardua búsqueda de todos sus discos anteriores, digna del mejor de los detectives. Para los que crean que aquí también exagero, conviene recordar que por aquel entonces no había Internet, ni nada parecido. Para llegar a saberlo todo de un artista, había que comprar las revistas especializadas en música en las que apareciera. En una de ellas,dedicaron una página entera a reseñar brevemente todos los discos que había sacado hasta entonces, ordenados cronológicamente y con fotos de las portadas. Recorté esa página y la colgué en la pared de mi habitación, y se convirtió en la hoja de ruta de mi búsqueda de Prince.

En el apartado dedicado a Parade (1986), el redactor afirmaba que éste era el mejor disco de Prince, y añadía que era "la mejor banda sonora del siglo XX". Con esas expectativas, busqué el disco por todas partes, en lo que fue un auténtico desfile de tienda en tienda, hasta que logré encontrarlo. Con las primeras notas de Christopher Tracy's Parade ya tuve claro que aquello no era "la mejor banda sonora del siglo XX", pero sí uno de los discos más arriesgados e inspirados de un artista en estado de gracia, que seguía experimentando con los sonidos étnicos que ya poblaban el también excelso Around the World in a day (1985), pero dotando a las canciones de densas orquestaciones (Parade fue el primer disco firmado por Prince en el que colaboró el compositor y arreglista clásico Clare Fischer) y de referencias a la canción francesa, junto a una carga de jazz-funk mayor que la que había llevado en la maleta en su vuelta al mundo en un día.

Tras el breve y orquestal desfile inicial de Christopher Tracy's Parade, el primero de los dos temas en los que menciona al personaje que interpreta en la película, la cabra tira al monte y nos regala un tema tan desnudo como sus dos protagonistas, en el que Prince propone abiertamente a su pareja: "Cariño, tenemos que probar una nueva posición..." Sexualidad implícita y explícita aparte, es también un alegato a no acomodarse en los esquemas del pasado, y esa búsqueda de "nuevas posiciones" fue constante en cada disco publicado en los ochenta. Toda la canción es un golpe de creatividad y de experimentación sobre la mesa, una muestra más de que en ese momento no había barreras musicales que no se planteara saltar. El ritmo va ralentizándose al tiempo que se mezcla con el comienzo de I wonder U, una brillante pieza minimalista en concepto, duración y letra, con toques árabes y adornos orquestales, rota magistralmente en el final por los acordes de Under the Cherry Moon, primero de los buques insignia del disco y la película, y una de las más brillantes cartas de presentación del Prince melódico y pianista.

El Prince rockero y guitarrero de Purple Rain (1984) brilla aquí por su ausencia, pero a cambio, el despliegue instrumental es apabullante en temas como Girls and Boys, un auténtico trallazo de jazz-funk en el que se da el gusto de incluir tubas, violas y secciones de viento, y hasta recitados en francés acreditados a una enigmática Marie La France. Lástima que después llegue la atropellada y sobrecargada Life can be so nice, el tema menos destacable del disco, que retoma de nuevo la senda correcta con la delicada Venus de Milo, pieza instrumental basada en el piano de Prince y las capas de orquestaciones de Clare Fischer.

La cara B arranca con otro trallazo, la monumental y épica Mountains, quizá la pieza más cercana al rock, pero sin alejarse del tono barroco y psicodélico elegido para el disco. La versión incluida en los créditos finales de la película es mucho más extensa, con una parte adicional en clave de jam session funk. En el disco la canción se reduce a su parte más ortodoxa, al termino de la cual el sonido va disminuyendo hasta mezclarse con la voz de una niña que, en francés, dice: "Los niños que son malos no van al paraíso", antes de que comiencen los primeros compases de Do U Lie, la pieza más "francesa" del álbum, y una dulce canción basada en una estructura de piano y batería de jazz.

Kiss irrumpe entonces poderosamente en los altavoces con su pegajosa guitarra funky, casi en el momento en el que finaliza el último redoble de la balada "parisina" del disco. Poco más se puede decir de uno de los mejores temas de toda la carrera de Prince, el segundo en el que desafió las normas de la ortodoxia musical, eliminando la línea de bajo de la versión final de la canción (el primero fue When Doves Cry). La versión en single es, de nuevo, más extensa, y la parte adicional es más densa y desatada a nivel instrumental, en la línea de lo que haría después en temas como Eye No o Alphabet St en Lovesexy (1988)

Pegadiza e intensa, Anotherloverholenyohead no se queda corta con respecto a los trallazos anteriores. De nuevo es posible encontrar una versión más larga publicada como single, otra muestra más de la desbordante creatividad del músico, obligado a recortar sus obras para ajustarse al formato vinilo, pero dejándolas volar libres y completas en un formato (single y maxisingle) que tuvo sus cotas de popularidad en los ochenta. Y para terminar, el de Minneapolis se guarda una sorpresa en forma de delicatessen a piano y guitarra. Sometimes it snows in April es el segundo tema basado en el personaje de la película, y es de nuevo uno de los mejores temas escritos por Prince a lo largo de su carrera. Triste, intensa, austera, acústica, muy alejada del tipo de temas lentos de su cancionero. Y esa es la esencia de Parade, un disco que no suena como ninguna otra cosa hecha antes o después por Prince, ni como ninguna de esas bandas sonoras que todos consideramos como las mejores del siglo XX.

lunes, 12 de abril de 2021

La musica en historias: Clare Fischer, el colaborador en la distancia



Mucho se ha escrito sobre el control que Prince ejercía sobre sus colaboradores y grupos satélite. Todas aquellas publicaciones de The Time, Vanity 6, The Family, Madhouse... no eran sino proyectos de Prince enmascarados, y controlados por él hasta el más mínimo detalle. En el caso de "The Family" (1985), proyecto efímero de banda que duró solo un disco en el que apareció por primera vez "Nothing Compares to you" (mucho antes de que Sinead O'Connor la hiciera famosa), el control llegó al máximo hasta el punto de que todo el disco estaba terminado previamente por Prince, y únicamente se sustituyeron sus voces por las del cantante designado para el grupo.

Pero no estoy siendo exacto, decir "todo el disco" sería injusto e incorrecto si tenemos en cuenta los arreglos orquestales de Clare Fischer, omnipresentes en ese disco satélite, y en mayor o menor medida en los discos de Prince desde 1985 hasta 2009. La singularidad de esta colaboración es que es probablemente la única en la que el genio de Minneapolis dió libertad creativa casi absoluta al colaborador y mantuvo la colaboración durante más de 20 años.

Pero además, lo curioso de esta historia es que Prince y Clare Fischer nunca llegaron a conocerse en persona. Todo empezó con la preparación del disco "Parade" en 1985, Prince necesitaba arreglos orquestales que enriquecieran partes de algunos temas, y como además pretendía complementar el disco con una película ("Under the Cherry Moon"), necesitaba también tramos orquestales para la banda sonora del film.

Como cuenta Brent Fischer, hijo y ayudante de Clare Fischer, en 1985 les llegó una cinta de cassette etiquetada como "Proyecto Hermanos Marx" que en realidad era el álbum "Parade".  Lo que Prince les pedía para aquella cinta era que trabajaran en los arreglos orquestales que pudieran encajar con algunas de las canciones. El acuerdo incluía que para la primera sesión de grabación de los mismos, Prince viajaría de Minneapolis a Los Angeles para unirse a ellos en el proceso de dejar pulidos los temas con los arreglos.

Por razones de última hora, finalmente Prince no pudo asistir el día de la grabación pero, cuando le enviaron los resultados de vuelta, llamó a Clare Fischer para decirle que estaba impresionado con el resultado y que "si hubierta estado ahí, las pistas podrían haber acabado de manera diferente". A continuación le dijo que, por ese motivo, no se presentaría jamás a ninguna sesión de grabación en la que Clare Fischer estuviera trabajando en los arreglos orquestales de sus discos. Y se mantuvo fiel a sus palabras durante los más de 20 años en los que estuvieron trabajando juntos. Los arreglos de Clare Fischer aparecen en muchas canciones de Prince (y otras tantas que estarán guardadas en la mítica bóveda - caja fuerte del artista) y ambos músicos no llegaron nunca a verse en persona.

El momento en que más cerca estuvieron, y no es un momento demostrable, fue cuando Prince necesitó música de orquesta para las escenas de la película. Como no podían verse, Clare le pidió que le mandara una cinta de vídeo de la película para inspirarse en la creación de la música de acompañamiento. Días después una limusina púrpura aparcó en la puerta de la casa de Clare Fischer, y el conductor llamó a la puerta con una cinta de video en la mano.

Brent Fischer abrió la puerta, pero no pudo ver quién estaba detrás de los cristales tintados de la limusina. Cuando se ofreció a recoger la cinta, el conductor dijo que tenía instrucciones exactas de entregar la cinta únicamente en mano a Clare Fischer, por lo que Brent llamó a su padre para que bajara a recogerla. Prince probablemente estaba dentro de la limusina púrpura, y de ser así ese fue el momento en el que más cerca estuvieron de haberse conocido,   

Clare Fischer murió en Enero de 2012, y Prince solo cuatro años después, por lo que su colaboración abarcó finalmente la mayor parte de su obra. Sirva este post para que, si escucháis "Venus De Milo", "Graffiti Bridge", "Scandalous" o "Te amo corazón", por nombrar solamente algunas, prestéis atención a la orquesta que adorna las canciones, y descubriréis que todas tienen un estilo común en la manera en que esa orquesta suena. Estaréis descubriendo a Clare Fischer.

miércoles, 7 de abril de 2021

Prince -1999 (Mes Prince)

 

1999, Prince

El genio de Mineapolis, más conocido como Prince, publicaba en 1982 su quinto trabajo de estudio, 1999, considerado por la revista Rolling Stone como su álbum más influyente, ya que sentaba las bases de lo que más tarde sería conocido como sonido Minneapolis. El personal acreditado junto a Prince en la grabación del álbum está compuesto por Dez Dickerson (voz, guitarra y coros), Lisa Coleman (voz y coros), Jill Jones (Voz y coros), Vanity (coros) y Wendy Melvoin (coros). Doctor Fink (teclados), Bobby Z. (batería) y Brown Mark (bajo), si bien no aparecen acreditados en el estudio, aparecen en los vídeos musicales. De todos estos músicos nace el embrión que acabará convirtiéndose en The Revolution, la banda de Prince.

Está claro que Prince era un genio, y por eso su cerebro funcionaba a otro ritmo diferente al de la gente normal. Desde que fichara a finales de los años 70 con la discográfica Warner Bros., siempre habían surgido pequeños tira y afloja entre la discográfica y él a la hora de ver ciertas cosas, y en 1999 no iba a ser menos. Prince tenía el firme propósito de lanzar un doble álbum, mientras que los responsables de Warner querían lanzar un disco sencillo. Al final fue Prince quien se llevó el gato al agua, consiguiendo que Warner publicara el álbum como doble, un trabajo que realmente sólo tenía once temas, pero con la mayoría de los temas excediendo ampliamente de los 5 minutos, sumando entre todos poco más de 70 minutos de duración.

El material que compone este doble disco es grabado entre el estudio casero de Prince, el Kiowa Trail Home, instalado en su residencia de Chanhassen, Minnesota, y en los Sunset Sound Records, de Hollywood, California, entre enero y agosto de 1982. 1999 es publicado el 27 de octubre de 1982, y supone el punto de inflexión que lanza al estrellato a Prince, siendo el primer álbum del artista que alcanza el Top 10, consiguiendo el puesto número 9 en la famosa lista estadounidense Billboard Hot 200, y el quinto en la Billboard Year-End Abums of 1983. El disco consigue además la gran aceptación de la crítica, que lo considera innovador y revolucionario, llegando a ser calificado posteriormente por varias publicaciones y organizaciones como uno de los mejores álbumes de todos los tiempos. 

En cuanto a la portada, es una ilustración del propio Prince, que esconde varias cosas interesantes. Por un lado, presenta elementos de la portada de su álbum anterior, Controversy (1981), los ojos de Prince y el pin de Rude Boy que porta en la chaqueta aparecen en los "9" de 1999, mientras las tachuelas de la hombrera de la chaqueta aparecen en la "R" de Prince. Y si nos fijamos en la "I" de Prince, ésta contiene las palabras "And The Revolution" escritas al revés, en reconocimiento a su banda de apoyo, presagiando la carrera que se avecinaba con dicha banda durante los siguientes años. La portada contiene un detalle más que quizás pasó inadvertido a los señores de la censura, si nos fijamos detenidamente en el "1" de 1999, se asemeja mucho a lo que viene a ser un pene. 

En cuanto al hecho de empezar a dejar pistas sobre The Revolution, Prince no quería formar una banda, el tenía la idea de formar un movimiento, y quizás la razón de no presentar 1999 como un trabajo de The Revolution fue que realmente éste había sido un trabajo prácticamente individual donde grabó el mismo prácticamente todos los instrumentos, y las colaboraciones de la banda se resumían básicamente a la participación en los coros. Pero ya estaba avisando y preparando al público y la crítica de lo que se avecinaba, The Revolution.



El tema que abre este doble álbum es precisamente la que da título al disco, 1999, compuesta, al igual que todas las demás, por Prince. El tema fue publicado como sencillo principal del disco, y el éxito tanto de crítica como de público marcó el comienzo del exitoso ascenso de la carrera del artista. Comienza el tema con unas tranquilizadoras palabras de Prince, con voz distorsionada: "No te preocupes, no te haré daño. Sólo quiero que te diviertas un poco". En este tema, Prince comparte las voces principales con los miembros de su banda, Dez Dickerson, Lisa Coleman y Jill Jones. Originalmente fue concebido para ser una armonía de tres partes, pero finalmente se decidió separar las voces que comenzaban cada verso. Little Red Corvette, es un tema que rápidamente se convirtió en uno de los estándares del artista, y su mayor éxito hasta la fecha, siendo el primero en alcanzar el Top 10 en Estados Unidos. El tema combina un ritmo de batería con un ritmo lento de sintetizador y un coro en clave de rock, sobre el cual Prince, usando metáforas de automóviles, recuerda una aventura que tuvo una noche con una hermosa mujer, a la que se refiere cuando habla del "pequeño Corvette rojo". El tema contiene un sólo de guitarra de Dez Dickerson, la única instrumentación del disco que no fue realizada por el propio Prince. Prince tuvo la idea de la canción mientras dormía en un coche Mercury Montclair Marauder de 1964, propiedad de la componente de la banda Lisa Coleman. Prince se quedó dormido en el coche después de una agotadora sesión de grabación que duró toda la noche. La letra fue compuesta a pedazos, entre el material obtenido en varias siestas más del artista. Cierra la cara A del primer disco Delirious, que fue además el tercer sencillo publicado, aprovechando el éxito y el tirón que supuso Little Red Corvette. Está compuesto sobre un blues estándar de 8 compases, y Prince, a través de sugerentes y sutiles metáforas sexuales, nos relata como una hermosa mujer lo está volviendo loco.

Abre la cara B del primer disco Let's Pretend We're Married. compuesta básicamente de teclados y cajas de ritmos, y dos versos seguidos de coros forman la base principal de la canción. En este tema, el genio de Minneapolis no se corta y le dice a su nueva amante, Marsha, que necesita una felación brutal si eso le va ayudar a olvidar a la mujer que acaba de dejar. El tema que cierra la cara B del primer disco es D.M.S.R., un tema de más de ocho minutos que aparecerá posteriormente en la banda sonora de la película Risky Business. Es un tema que dejaba a Prince y The Revolution espacio para realizar largas jams improvisadas en directo.

Abre la cara A del segundo disco Automatic, tema donde Prince juega con el personaje sumiso que solemos encontrarnos en sus primeros discos. El video musical está protagonizado por Jill Jones teñida de rubio y mientras baila con ropa interior de color negro y enciende los cigarros a Lisa Coleman. Después de unos minutos, las dos se acuestan en una cama con Prince con el torso desnudo y lo atan, fustigándolo mientras él se retuerce y da patadas. En Something In the Water (Does Not Compute), Prince laza un grito al aire y protesta por su condición de niño rechazado en su infancia. Cierra la cara A de éste segundo disco Free. uno de los temas más ligeros del álbum.



Comienza la cara B del segundo disco con Lady Cab Driver, otra canción donde Prince junta los coches y el sexo. Prince, mientras es llevado en coche por una atractiva taxista, papel interpretado por la integrante de la banda Jill Jones, decide que es el momento de compensar todas las injusticias sociales, biológicas y económicas que ha sufrido en la vida con un buen "polvo tranformador". All The Critics Love U In New York, fue el primer tema que Prince compuso con la idea de ser parte del material de 1999. Lo presentó en directo en Minneapolis, en el club First Avenue, y dijo al público presente que el tema no saldría editado en un año, o tal vez seis, cosas del genio. Al final vería la luz en el álbum, pero en una versión más suave que en el tema presentado ante el público de sus localidad natal.

Cierra la cara B del segundo disco, y por tanto el álbum, International Lover, que fue la primera canción de Prince que consiguió una nominación a los premios Grammy. Bajo una letra seductora, Prince, capitán de un avión llamado Seduction 747, invita a una hermosa mujer a subirse en él, ya que el avión está completamente equipado con todo lo que necesita ella para su propia satisfacción. Una metáfora en toda regla, donde el sexo son los viajes en avión, y el capitán Prince está al mando. Además de ser uno de los temas que catapultaron a Prince al estrellato, por su nominación a los Grammy, es una buena muestra del dominio y registro vocal de Prince, que a lo largo del tema juega tanto con los tonos más bajos como con el agudo y característico falsete marca de la casa. Y así acaba 1999, el álbum con el que Prince inició su viaje al estrellato, a bordo de su particular avión, un ascenso que ya no abandonaría hasta que un 21 de abril de 2016, el Seduction 747 tuvo un inesperado y forzoso aterrizaje, del que ya no volvería a despegar. 

domingo, 4 de abril de 2021

Prince - Controversy (Mes Prince)

En este mes de monográfico de Prince, vamos con el álbum Controversy, su cuarto disco de estudio, lanzado el 14 de octubre de 1981 por la discográfica Warner Bros. Records. El disco fue producido, arreglado, compuesto e interpretado por el propio Prince, salvo en la canción Jack U Off, en la que se acompañaría por primera vez de su banda. Para la portada, Prince pasó de la provocación de su disco anterior a un primer plano y la mirada de seguridad de un artista que ya sujetaba con fuerza el timón de su ascendente carrera. Controversy es un disco que incide de nuevo en la visión de Prince sobre la sexualidad y la provocación, aunque en un tono más suavizado que el que empleó en las letras de Dirty Mind, su disco anterior.

Comienza con Controversy, canción que da título al disco, con una duración de más de siete minutos, una de sus barbaridades en las que mezcla funk, rock y esos teclados electrónicos y futuristas tan característicos. Poderosamente adictiva, su ritmo se te clava y ya no te suelta, una canción que también tuvo sus dosis de "controversia" por su letra, en la que en el tramo final incluso se recita el Padre Nuestro. Luego llega Sexuality, en la que acentúa el falsete, seña de identidad de buena parte del disco, de nuevo en clave de funk con reminiscencias de rock clásico en el sonido y los fraseos de la guitarra. En  Do Me, Baby se va por encima de los ocho minutos en una balada muy sensual, muy de las suyas, intensa y muy poderosa. Private Joy es el tema mas Pop del disco, con un sonido más luminoso, sin dejar de lado los sintetizadores y un punto Disco que hace que la canción te entre directamente.

Ronnie, Talk to Russia es una canción muy de la época, un alegato de menos de dos minutos en el qeu pide al presidente Ronald Reagan que dialogue con la URSS, en clave de rock and roll acelerado. Let’s Work  es otro tema de sonido funk futurista con influencias de la New Wave, con los sintetizadores de nuevo como elemento predominante. En cuanto a Annie Christian, es la canción menos conseguida del disco en comparación con el resto, igual tiene un punto más experimental y futurista, con un ritmo minimalista aunque incorpora riffs de guitarra, y con una letra que hace referencia a sucesos de la época como el asesinato de Lennon, el atentado contra Reagan o los secuestros y asesinatos de niños afroamericanos en Atalanta, convirtiéndose en una crítica contra todo tipo de extremismos. Y el cierre es para  Jack U Off,  en la que de nuevo aparece el Prince más divertido y provocador, con un sonido de nuevo ecléctico y a medio camino entre el funk y el rock.

La canción Controversy alcanzó el número tres en la lista Billboard y fue disco de platino. El álbum fue votado como el octavo mejor álbum del año en 1981. Considerado a menudo como "el menos relevante de sus discos más relevantes", Controversy marca la transición entre la grata sorpresa de Dirty Mind y la explosión de color y ritmo de 1999 y discos posteriores, que elevarían su carrera hasta lo más alto, pero los ingredientes de su peculiar fórmula sonora están aquí ya presentes, y es probablemente el disco más "político" de Prince, lo que mezclado con los habituales temas de contenido sexual, hace del conjunto una de esas rarezas con las que tanto le gustaba sorprender y desviarse de cualquier tentación de acomodarse en un mensaje o un estilo. Él prefirió la Controversia.

Daniel 
Instagram Storyboy

viernes, 2 de abril de 2021

El disco de la semana 219: Prince - Dirty Mind


Tras los dos primeros álbumes de estudio, en los que básicamente había trabajado solo, Prince empezó a formar una banda de apoyo con sus colaboradores más cercanos y músicos de la emergente escena musical de Minneapolis. Eso influyó en el origen de las canciones, que antes surgían y se trabajaban en soledad, y ahora nacían también de las sesiones de ensayo e improvisación con la banda. Matt Fink, que formaría después parte de The Revolution como el "Dr. Fink", improvisó un solo de teclado que dejó impresionado a Prince durante una de esas sesiones. Al caer la noche, los músicos se fueron a sus casas, pero Prince siguió trabajando en el tema, y al día siguiente estaba lista la maqueta de Dirty Mind, la canción que daría título al tercer álbum de Prince, y que marcaría la línea musical del resto del disco. Prince reservó el solo de teclado de la versión final para que fuera interpretado por Fink, que acabaría tocando también el teclado en Head, otro de los tótems del disco. Pese a estas dos puntuales colaboraciones, y algunos coros de Lisa Coleman (otra futura integrante de The Revolution, también al mando de los teclados), el resto del disco responde a la popular frase que aparecía en la contraportada de todos sus discos, es decir, que está "producido, arreglado, compuesto e interpretado por Prince".

 

Curiosamente, y aunque no tocaron realmente en el disco, Prince muestra a la banda al completo en la solapa interior del disco, con sus nombres pintados con spray en la pared, en un reconocimiento a la banda que le iba a acompañar en la gira de promoción del disco, una de las más valoradas por sus fans a lo largo de los años, y en la que el público asistente a aquellos conciertos pudo comprobar la increíble metamorfosis de Prince, que pasó súbitamente del virtuoso pero tierno adolescente de los inicios, al lascivo y provocador artista que salía al escenario en calzoncillos y gabardina, haciendo abrasivos solos de guitarra y cantando sobre sexo oral, amores incestuosos y sucios pensamientos. Una metamorfosis que no habría sido posible sin el poder de las canciones de Dirty Mind, un viaje vertiginoso hacia la lujuria, ideado por una mente tan "sucia" como privilegiada.

Sin llegar a poder considerarse un álbum conceptual, Dirty Mind se desmarca completamente de sus dos discos anteriores por la increíble cohesión y unidad tanto en temática como en sonido. El viaje sonoro comienza con el personaje central, un adolescente obsesionado con el sexo, detallando lo que le gustaría hacer con una chica en el coche de su padre, y reconociendo que, por todo ello, reconoce tener la "mente sucia". El comentado solo de teclados del Dr. Fink es sencillamente antológico, y la oscuridad retro del resto de teclados marca la oscura atmósfera del disco, mientras la guitarra le da un sorprendente toque a T. Rex y Marc Bolan al conjunto.

A lo largo y ancho de las ocho canciones que lo componen, el protagonista colecciona a partes iguales éxitos y fracasos sexuales, en su interacción con mujeres sexualmente liberadas del mundillo del Uptown de Minneapolis, pero es especialmente en When you were mine dónde los sentimientos del personaje ahondan más allá del sexo, para hablar del dolor por la pérdida amorosa, reconociendo quererla incluso "más de lo que lo hacía cuando eras mía", y con un inquietante tono voyeurista y enfermizo ("Ahora paso mi tiempo siguiéndole a él cada vez que te ve"). Musicalmente es, además, el mejor tema del disco, con la guitarra de Prince emulando a T. Rex aún más de lo que anticipaba en el tema de inicio. Y sin embargo, y quién sabe si jugando a la confusión o al despiste, Prince declararía que se le ocurrió la canción en una habitación de hotel en Birmingham (Reino Unido), mientras escuchaba a John Lennon.

La atmósfera de Do it all night está construida sobre un auténtico muro de sintetizadores, tan exagerado y potente como la fanfarronada de la letra, en la que un de nuevo excitado adolescente promete una noche de sexo ininterrumpido. "Quiero hacerlo toda la noche, y hacértelo bien" es la máxima del estribillo. La realidad parece que fue otra, o que en aquella relación no todo lo importante fuera el sexo, porque en Gotta Broken Heart Again, la balada taciturna del disco, el chico se derrumba y reconoce que le han vuelto a romper el corazón otra vez.

En ese momento, y superado el enésimo duelo emocional, todo vuelve a empezar de nuevo. Llega el fin de semana y "todo el mundo va a Uptown, el lugar dónde yo quiero estar, allí puedes liberar tu mente, todo el mundo está caliente, y yo no quiero parar". Uno de los temas álgidos del disco, con una generosa parte final de rítmica instrumentación funk, tras la cuál y sin mediar silencio nos adentra en lo que parece ser un sueño o anhelo secreto del personaje, que describe lo que parece un episodio de sexo oral con una novia en el día de su boda. Aquí el contrapunto está en los sensuales y tentadores coros de Lisa Coleman, que casi susurrando van enloqueciendo cada vez más a su partenaire. En este tema el Dr. Fink se marca su segundo y último solo.

El cierre del disco está marcado por el predominio de las guitarras a lo T. Rex en Sister, la polémica canción sobre una supuesta relación incestuosa entre el personaje y su hermana, y en el cierre funk de Partyup. "Nos importa una mierda, solo queremos fiesta", "Rock and roll revolucionario", y demás mensajes festivos, entrelazados con dispersos y confusos mensajes de corte anti-bélico, al abrasivo ritmo del funk más sucio, culminando con un coro gospeliano-festivo mientras el personaje clama desde lo más alto de la fiesta: "Vas a tener que pelear tu propia maldita guerra, porque no queremos pelear más".

 El disco fue una auténtica muestra de "Rock and Roll revolucionario" para la crítica del momento, sorprendida e impresionada a partes iguales por la transformación y el desafío que el álbum suponía. Es famosa la crítica de Robert Christgau, un confeso admirador de los Rolling Stones, que tras escucharlo declaró que después de aquello "Mick Jagger tendría que envainársela e irse para casa". Al leer ese comentario, un intrigado Mick Jagger fue a un concierto de Prince, y tras verlo en directo le ofreció que él y su banda telonearan a los mismísimos Rolling Stones. A la larga, y por la violenta reacción de un público demasiado cerrado ante la provocación de un adolescente negro en calzoncillos y gabardina, aquellos conciertos no funcionaron, pero en su momento, aquel ofrecimiento de Jagger debió ser, para una mente tan sucia, algo parecido al mejor de los orgasmos.

jueves, 1 de abril de 2021

Prince - Bienvenidos a la Musicología, For You y Prince, comienza el Mes Prince


El 21 de Abril de 2016 la letra de Let's go crazy se hizo desgraciadamente profética. El "ascensor intentó llevarle abajo", y lamentablemente no pudo "volverse loco, y pulsar la planta más alta". Van a cumplirse ya cinco años desde aquel desafortunado día en el que con la muerte de Prince se nos moría también un poco la música, herida de gravedad con la muerte de David Bowie sólo unos meses antes. Así que nos parecía adecuado robar este mes de Abril a la primavera, para dedicarlo al #MesPrince. ¿Y por dónde empezar a describir una carrera de alrededor de cuarenta discos de estudio, tres largometrajes, varias grabaciones de directos, y una infinidad de canciones inéditas? Dicen que, a veces, "la mejor salida es, simplemente, la salida", y probablemente esa frase sirva también para los comienzos, así que la mejor manera de empezar a hablar de Prince será hacerlo desde el comienzo.


"Todo esto y más, es para ti.

Con amor, sinceridad y el más profundo cuidado.

Mi vida, contigo, la comparto"

Esta es la escueta letra de "For you", el tema que da comienzo y título a su primer disco. Tratándose de un artista novel, nadie sospechó que ese "Para tí" no fuera destinado a una novia del instituto o del Uptown de Minneapolis, y más teniendo en cuenta que la mayor parte de canciones de aquel primer disco eran de amor. Pero, con el tiempo, descubrimos que la vida que aquel adolescente se proponía compartir era la música, y que los destinatarios de aquel regalo eramos todos los que quisiéramos escucharle. Las pistas estaban en sus propias declaraciones, y en su forma de entender y trabajar con la música. Al juntar algunas de sus dispersas y poco frecuentes declaraciones, nos sorprendió el unitario sentido del conjunto, el "todo esto" que formaban, "para tí", para nosotros, para todos:

"Hago música porque si dejara de hacerla moriría. Grabo música porque llevo en la sangre. Escucho sonidos todo el tiempo (...) Únicamente soy libre cuando hago música. El resto del tiempo sueño con hacerla (...) Cualquiera que pasaba por delante sabía lo que estaba pasando. Yo trabajaba. Cuando ellos estaban durmiendo, yo estaba tocando. Cuando se levantaban, ya tenía terminado un nuevo ritmo (...) Yo no conseguí lo que conseguí por una discográfica. Si no hubiera logrado un contrato, hubiera seguido tocando..."

Son frases de una persona que dedicó su vida por entero a la música, y que formó parte del reducido club de genios que lograron cambiarla. Pocos artistas han mostrado una confianza y una fe tan grande en sí mismos, y una visión tan clara del camino a seguir:

“Lo más importante es ser tú mismo, pero a mí me gusta el peligro. Eso es precisamente lo que le hace falta a la música pop actualmente. No hay emoción ni misterio (...) Yo no podría avanzar si estuviera vinculado a una canción de mi pasado (...) Un espíritu fuerte trasciende la norma...

Un primerizo y adolescente Prince trascendió las normas de la discográfica Warner ya desde el principio, exigiendo el control absoluto de su trabajo en el estudio durante la grabación de FOR YOU (1978), el primero de los discos que nos ofreció con "amor, sinceridad y sumo cuidado", una obra tan perfectamente ejecutada que, paradójicamente, se convirtió en un paso inicial en falso. La obsesión de aquel "novato" por hacer un disco "perfecto", le llevó a gastarse todo el adelanto correspondiente a varios discos, en una grabación que se alargó excesivamente y en la que tocó más de veinte instrumentos diferentes. Él solo produjo, arregló, compuso e interpretó la totalidad del disco, pero el resultado se queda en una propuesta musical demasiado "científica". Y más allá de la cuidada música, un Prince de 19 años tenía mucho que pulir en su madurez personal y, en consecuencia, en la de las letras de sus canciones. Pero lejos de tildar la perfección técnica como un error de juventud, destacamos momentos álgidos como For you, un delicado tema "coral" en el que interpreta a capella todas las voces, o la excelsa y desmedida Just as long as we’re Together, la pieza más funk del disco y casi un "proyecto de fin de carrera" con el que logró convencer a los "espías" que Warner envió al estudio de que dejar que se autoprodujera y grabara sin banda era un riesgo que debían asumir. Destacan también las primeras demostraciones de habilidad con la guitarra en My love is forever o, especialmente, en la cuasi-heavymetalera I'm yours, pero es en la explícita sexualidad de la letra de Soft and Wet dónde se intuye que, con un poco más de maduración, el genio iba a acabar liberándose por completo en entregas posteriores.

Y lo hizo un poco más en PRINCE (1979). El nuevo intento de asalto al trono se realizó en menos tiempo y con menos medios, por lo que de nuevo recurrió a la estrategia de prescindir de una banda y hacerse cargo de todo el proceso de producción y grabación de los temas, y aunque la suavidad y el romanticismo siguen estando, presentes, el funk y la intensidad rítmica fueron ganando cada vez más terreno. Un ejemplo del tipo de canción pegadiza y funky que empezó a brotar en este disco es el arranque con I wanna be your lover, su primer single incluido en la categoría de "clásico", o la no menos memorable I feel for you, la primera canción que se grabó para el álbum, y que consiguió saborear el éxito en la versión de Chaka Khan. El trío de ases lo cierra la irresistible y pegajosa Sexy Dancer,  pero cabe destacar también dos piezas en las que da rienda suelta a su faceta guitarrera, la polémica y explícita Bambi (en la que Prince se postula como alternativa heterosexual a las tendencias lésbicas de la mujer que le obsesiona) y la intensamente rockera Why you wanna treat me so bad.

Estos dos discos son, para la carrera de Prince y para el #MesPrince en 7días7notas, sólo un aperitivo de lo que estaba por llegar en los discos siguientes, y de lo que intentaremos contaros en detalle en los próximos 30 días. Sólo para vosotros, Prince, la mente sucia, la controversia, el fin del mundo en 1999, la lluvia púrpura, y la vuelta al mundo en un día, aunque en realidad ya os digo que tardaremos un mes. El #MesPrince. Bienvenidos al desfile, al signo de los tiempos, y a la vida hecha música, esa a la que un genial músico bajito le puso un día el nombre de "Musicología".

viernes, 12 de abril de 2019

El disco de la semana 123: Prince "Purple Rain"




Queridos hermanos,
Nos hemos reunido aquí hoy para afrontar esta cosa llamada "vida".

Palabra eléctrica "vida", significa para siempre y eso es mucho tiempo

Pero estoy aquí para deciros que hay algo más... el más allá

Un mundo de felicidad sin fín, en el que siempre podréis ver el sol, de día o de noche
Así que cuando llaméis a ese tipejo en Beverly Hills, sabéis quién digo, el Dr. “Todo irá bien”

En lugar de preguntarle cuánto tiempo os queda,
preguntadle cuánto queda de vuestra mente.

Porque en esta vida, las cosas son mucho más difíciles que en el más allá.

En esta vida... Estás sólo

Y si el ascensor intenta llevarte abajo,

Vuélvete loco... ¡¡¡Pulsa el piso superior!!!

Este es el comienzo de "Let's  go crazy", el tema que abre "Purple Rain". Una impactante intro de teclado y voz salmódica que es una sátira de los discursos de los predicadores prometiendo el más allá, sólo que en este caso el predicador es Prince, que nos aconseja enloquecer y divertirnos antes de que los enterradores "nos metan en el camión". Algunos le hicimos demasiado caso y enloquecimos hasta el extremo de cantar esta canción en un concurso de flamenco, pero esa es otra historia (ver "La música en historias: Prince y el concurso de Flamenco" en este blog)


Tras esta particular reflexión sobre la vida y la muerte, explotan las guitarras y los teclados y ya no habrá tregua. En su propuesta musical y escénica, vestido como un Mozart que viajara en el tiempo y descubriera una guitarra eléctrica y un amplificador, Prince nos lleva a su particular más allá cuando la canción llega a su fin en un solo de guitarra electrificante al mas puro estilo Hendrix, hasta que desatado grita a la banda "Llévadme lejos", momento en el que todos los instrumentos estallan en un último golpe final.

¿Y cómo enganchar la siguiente canción con un final así? Solo podía ser arrancando de nuevo en lo más alto. Un épico redoble de batería que mantiene la adrenalina en los niveles en los que el anterior tema la dejó, hasta que la canción muta en un medio tiempo agradable marcado por el ritmo pegadizo de los teclados. Si antes nos invitaba a un viaje enloquecido,ahora "Take me with U" (Llévame contigo) es la respuesta a esa invitación. Subamos en la icónica moto púrpura y viajemos hasta el Lago Minnetonka o hacia dónde quiera que el genio de este artista quiera llevarnos.

El éxtasis vocal final de "The Beautiful Ones" en "Purple Rain"
Asumiendo la vida como una locura que hay que aprovechar, y aunque tengas a una bella acompañante sentada en el asiento de atrás de tu moto, aún necesitarás declararle tu amor de manera rotunda y convincente, para lo que la escucha de "The Beautiful Ones" será de gran ayuda. En uno de los temas más impactantes del disco, Prince pasa del enamorado falsete del primer tramo, a la rabia y pasión desmedida ante la indecisión de la mujer amada, "Le quieres a él, o me quieres a mí, porque yo te quiero a tí" grita desgañitándose, en un final de canción que es la declaración de amor más brutal que he escuchado en un disco.

Y entramos entonces en el tramo del disco más lascivo, el más Prince en cuanto a la temática sexual provocadora y controvertida. "Computer Blue" es una reflexión de un personaje solitario que no entiende por qué las relaciones de pareja no le han ido bien, sintiéndose como un triste computador que necesita ser reprogramado, pero comienza con una conversación entre Wendy Melvoin (guitarra) y Lisa Coleman (teclados), en lo que parece la conversación previa a darse un baño caliente juntas.

Musicalmente la canción vuelve a la senda rockera del inicio del disco, y contiene una de las transiciones instrumentales más brillantes del disco (con permiso del épico solo de guitarra de "Purple Rain") en el desarrollo guitarrístico de la segunda parte de la canción, con toda la banda tocando a tope hasta llegar al abrupto grito de Prince que marca el cambio a "Darling Nikki", la canción más polémica y oscura del disco, con una temática similar a la que desarrolló en "Little Red Corvette" (chico recordando una experiencia sexual con una chica mucho más experimentada y liberada).

La diferencia es que en la canción de 1999 el tono es nostálgico y más luminoso, sugiriendo a través de atrevidas metáforas, mientras aquí el lenguaje es totalmente explícito, hasta el punto de ser ésta canción la responsable de la inclusión de la pegatina "Parental Advisory: Explicit Lyrics" ("Aviso para padres: Letras Explícitas") en las portadas de los discos que incluyeran contenido considerado ofensivo o peligroso para la juventud estadounidense.

Para rebajar la tensión del tema más duro del disco, tanto en temática como en intensidad rockera, y para dar un final místico y esotérico a la cara A, la canción culmina con una parte coral en la que Prince hace todas las voces. Esta parte está grabada al revés, en un guiño al mito de los mensajes satánicos en los discos de rock. Como curiosidad, lo que dice reproduciéndolo correctamente es un mensaje religioso en lugar de satánico: "Hola, ¿cómo estás?, yo estoy bien porque sé que el Señor vendrá pronto"

La cara B abre con "When Doves Cry", uno de los temas emblemáticos del genio de Minneapolis, no solo por ser el single de adelanto del disco, sino porque para esta canción eliminó todas las líneas de bajo. Todos le dijeron que era una locura, no se podía hacer una canción de éxito sin bajo. No era Prince muy amigo de rectificar sus ideas por influencia de otros, así que la canción se quedó sin bajo y se convirtió en un éxito mundial, su primer  número uno en Estados Unidos y la canción más vendida del año.


La siguen dos canciones enlazadas, "I would die 4U" y "Baby I'm a Star". La primera es la canción más sencilla y corta del disco, lo cual no evita que brille con luz propia, aunque carece de la profundidad de matices y los cambios sorprendentes del resto. La segunda es la canción más funky del álbum, en la que la banda está más presente que nunca y en la que más se evidencia otra de las curiosidades sorprendentes de este disco: Gran parte de los temas están grabados en directo, en un concierto celebrado en 1st Avenue en 1983, en el mismo escenario en el que transcurren las actuaciones de la película. La calidad de los temas es tal, y fueron tan brillantemente aderezados con arreglos adicionales en el estudio, que cuesta creer que muchos de los temas sean en directo.

Así es queridos hermanos, cortes como la propia "Purple Rain", el grandioso tema que cierra y titula el disco, son en realidad canciones interpretadas en directo en lugar de creaciones de estudio. Puede apreciarse en la parte orquestal final, cuando la lluvia púrpura ya está amainando, y pueden oirse los silbidos y alabanzas del público. Ese público que, desde aquel día, ha reconocido y admirado la grandeza de un tema que, curiosamente, surgió de un intento de Prince de ¡hacer una canción country!, para acabar convirtiéndose en un himno atemporal surgido de una actuación irrepetible.

Poco más puedo decir de una canción y de un disco que no son abarcables con simples palabras, así que para cerrar la reseña voy a hacer mías las palabras del replicante de Blade Runner, que valoraba las cosas bellas de la vida más que muchos humanos:

"Yo he visto cosas que vosotros no creeríais... He cantado Let`s go crazy en un concurso de flamenco, he visto a un amigo subir a un risco a gritar The Beautiful Ones a los cuatro vientos dedicada a la chica de sus sueños, he grabado mi propia versión de Purple Rain en un local de ensayo con mis amigos los "Telelovers", me he emocionado al escuchar a mis hijos tocar When Doves Cry en sus clases de piano... Todos esos momentos se perderán en el tiempo... como lágrimas... en la lluvia púrpura".