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miércoles, 4 de mayo de 2022

0489.- Magic Bus - The Who



Magic Bus fue grabada por The Who en 1968, pero es una canción que data de unos años atrás (1965), y que fue escrita por Pete Townshend casi al mismo tiempo que My Generation. Una versión demo interpretada por Townshend circuló en 1966, y una banda llamada The Pudding lanzó al mercado una versión de la canción en 1967. Ni The Pudding ni su versión tuvieron mucho recorrido, mientras que la versión definitiva de The Who en 1968 se convirtió, nada más publicarse, en una de las canciones más populares de la banda.

​ La canción se estructura en un formato de dueto, con Roger Daltrey cantando las partes del "pasajero" que, cada día, sube al autobús mágico para ir a ver a su chica. El pasajero acaba haciendo al "conductor" (Townshend) una oferta para comprarle el autobús. El conductor se niega en un principio, pero finalmente acaba vendiéndole el autobús al pasajero, para que cumpla su promesa de conducirlo a diario hasta la casa de su novia.

La canción destaca por el uso de claves en la percusión, y por un característico ritmo "a lo Bo Diddley", pero también por una línea de bajo casi inexistente, por la que John Entwistle declaró que no soportaba interpretarla en directo, en lo que para el suponía estar tocando una sola nota hasta sentir náuseas. Publicada únicamente como sencillo, alcanzó el puesto 26 de las listas inglesas y el 25 en las de Estados Unidos, pero el recorrido del mágico autobús fue mucho más largo, convirtiéndose, mal que le pese a Entwistle, en pieza imprescindible de los conciertos de la banda.

viernes, 28 de enero de 2022

Disco de la semana 260: Who's Next - The Who


¿Puede realmente el éxito nacer de un fracaso? Es lo que me pregunto, mientras observo como cuatro tipos de aspecto setentero acaban de orinar sobre una especie de monolito de hormigón en mitad de un campo de Sheffield. Los cuatro tipos son Roger Daltrey (voz), Pete Townshend (guitarra y sintetizadores), John Entwistle (bajo) y Keith Moon (batería), integrantes del grupo The Who, y aparecen de esa guisa en la portada de Who's Next, su quinto álbum de estudio. El grupo venia de entregar una de sus obras magnas, la intrincada ópera rock de Tommy (1969), y se embarcó en otro megalómano proyecto llamado Lifehouse, una ópera rock futurista que planeaban grabar en vivo, interactuando con el público pero, tras muchos e infructuosos esfuerzos, lo cancelaron porque su extrema complejidad y la insatisfactoria respuesta de la audiencia, que esperaba escuchar sus éxitos, les estaba llevando al límite. En palabras de Roger Daltrey: "The Who nunca estuvieron más cerca de separarse".

Abandonado ese enfoque, y liberados de la enorme tensión que les había generado, rescataron algunas de las canciones de Lifehouse para el replanteado disco. Hasta ocho temas, de los nueve que componen el disco, fueron planeados inicialmente para el proyecto Lifehouse, y liberados en el estudio del complejo hilo argumental de aquel proyecto, pasaron a formar parte de lo que sería Who's next. Y así fue como, fracasando en el intento de hacer una nueva ópera rock en la línea de Tommy, acabaron facturando el que la mayoría consideramos el mejor disco de su carrera. Y su mayor éxito, nacido del mayor de sus fracasos.

Al no necesitar ceñirse a la estructura argumental cerrada de una ópera rock conceptual, les permitió centrarse en pulir al máximo las nuevas canciones, y eso se nota, sobre todo, en el acabado final de las mismas, especialmente en los singles, tan perfeccionados que se han convertido en auténticos hitos de la carrera de The Who. El primero de ellos, Won't get fooled again, es además el primer tema que se grabó para el disco, en el estudio móvil de los Rolling Stones, un hit de más de siete minutos en el que manejaron con maestría los sintetizadores, un recurso nada habitual en los discos más clásicos de la banda, que buscaba conscientemente un nuevo enfoque para su música.

Con la pista básica del primer tema grabada, se trasladaron a los estudios Olympic Sound Studios en Barnes, para seguir trabajando las canciones. La elegida para abrir el disco fue Baba O'Riley, el segundo single, y de nuevo destaca el magistral uso de los teclados, tejiendo una tela de araña sonora que acompaña a la perfección a los intensos ramalazos de guitarra de Townshend. Al final de la canción, poco después de que Daltrey cante la mítica frase "It's only Teenage Wasteland" (Es solo yerma tierra adolescente), que a punto estuvo de ser el título de la canción, nos sorprenden con un ecléctico violín firmados por Dave Arbus, demostrando que este disco es justo todo lo contrario, un terreno fértil de deslumbrante creatividad y maduros frutos musicales. 

Bargain comienza con la frase "Me encantaría perderme para encontrarte", de Meher Baba, por entonces gurú de Pete Townshend, al que hace también referencia el título del tema anterior (El "Riley" es por el compositor minimalista Terry Riley). En este tema vuelven a sus esquemas clásicos de rock, combinando la guitarra acústica del ritmo con los tradicionales rasgueos de Townshend. Tras dos cargas de profundidad, rebajan decibelios en Love ain't for keeping, un tema más melódico en el que la guitarra de Townshend nos lleva a terrenos más sureños y virtuosos.

My wife, escrita por John Entwistle. es la única canción que no procede del proyecto Lifehouse, y fue incluida a última hora en el disco, ya que inicialmente estaba destinada a un proyecto en solitario de su autor. Si este disco es un éxito nacido de un gran fracaso, este tema sería entonces un relleno que no sobra en absoluto, y la parte final, con varios instrumentos de metal sobre-grabados para emular una sección de vientos, constituye uno de los momentos instrumentalmente más acertados del álbum. Tras ella, cierra la cara A The song is over, con la colaboración de Nicky Hopkins al piano, e incluyendo en el final un fragmento de la intro de Pure and Easy, otro tema de Lifehouse que finalmente no fue incluido en Who's next.

La cara B abre con Gettin' in tune, la segunda colaboración de Nicky Hopkins en el disco, con una estructura musical similar a su antecesora en el inicio, pero el tema va evolucionando progresivamente y ganando en intensidad. La atmósfera de liberación y despreocupación que se generó tras abandonar el proyecto Lifehouse queda plasmada en los primeros versos: "Estoy cantando estas notas porque encajan bien con los acordes que estoy tocando". Así de sencillo, sin mayores complicaciones, y sin tener que ajustarse a esquemas o guiones preconcebidos, en el que quizá sea el tema más esperanzador y positivo del álbum, como demuestra el repetido estribillo, en el que el protagonista declara abiertamente "Estoy en sintonía".

De la esperanza a la alegría solo hay un paso, apenas unos segundos de silencio en los surcos del disco, los que separan Gettin' in tune de Going Mobile, el tema más alegre del disco. La letra describe un reconfortante viaje en camioneta de un granjero escocés y su familia, pero bien podría tratarse de un guiño a una caravana que Townshend compró en 1970, con la que fue al concierto de la banda en el Festival de la Isla de Wight.​ Pese a ser un tema más ligero, son reseñables los envolventes efectos de distorsión del solo de guitarra de Townshend.

Y en el final, como toda buena ópera rock que no fue realmente, un disco de esta envergadura tenía que tener un cierre tan épico y descomunal como el que conforman Behind Blue Eyes y la ya mencionada Won't Get Fooled Again. Para la primera, una de las mejores canciones de la historia de la banda, se construyeron dos partes diferentes, en lo que supuso uno de los cambios de ritmo más brillantes del disco. En la primera parte, no aparece en ningún momento la batería, en lo que el biógrafo de la banda describió después como "el tiempo más largo que Keith Moon estuvo quieto en toda su vida".

Para el tema de cierre, el órgano y los efectos de los sintetizadores de Townshend toman con fuerza el timón de la banda, mientras Daltrey escupe proclamas que son, a la vez, anti-revolucionarias e instigadoras de la lucha en las calles. Lucharemos, pero "no nos engañarán de nuevo", porque sabemos que no servirá de nada, y que no lograremos cambiar el politizado orden establecido. Sería como pretender desintegrar un monolito de hormigón, a base de orinar sobre una de sus caras. Mas fácil sería que el éxito pudiera nacer del mayor de los fracasos, como cuando los pedazos dispersos de una obra inabarcable se convirtieron en uno de los mejores álbumes de rock de la historia.

lunes, 22 de noviembre de 2021

0326: A quick one while he's away - The Who


 
A Quick One, While He's Away, del disco A Quick One (1966) de The Who, es una suite de seis partes diferenciadas, que marca el inicio de un estilo en la composición de Pete Townshend que se alejaría de los esquemas standard de canción de los sesenta, para adentrarse con éxito en estructuras más complejas, que culminarían en elaborados discos conceptuales (Quadrophenia) e intensas óperas rock (Tommy).

Los 9 épicos minutos de A Quick One, While He's Away son precisamente eso, un adelanto en clave de mini ópera, de lo que después vendría con Tommy. La canción narra la historia de una mujer sin nombre, que vive en la añoranza del amor de su vida (Her man's gone), ausente durante mucho tiempo (Crying Town). La mujer acaba sucumbiendo a la presión de su círculo cercano, que la empuja a conocer a otras personas (We have a Remedy), y mantiene una relación con un maquinista ferroviario llamado Ivor (Ivor the Engine Driver). Transcurrido un año, su amor regresa inesperadamente (Soon be Home), y la mujer le confiesa su infidelidad. A estas alturas, no creo que sea "spoiler" contaros que, al final de esta historia épica y cambiante (You are Forgiven), ella obtiene el perdón de su amado.

Una historia de lírica intensa, que en lo musical es un generoso despliegue de recursos y cambios, que abarcan desde una introducción a capella, interpretada por los cuatro miembros de la banda, pasando por un tramo en el que Roger Daltrey cede el testigo de la voz cantante al bajista John Entwistle o una sección en la que aparece un armónico coro, hasta llegar a la última parte en la que es Pete Townshend el que canta el esperado perdón, mientras el resto de la banda repite la palabra chelo, en una broma que incluyeron tras serles negada la aparición de una sección de cuerda para ese último tramo de la canción. Para recordarle al productor que su negativa había dejado incompleta la canción, repitieron de manera irónica el nombre del instrumento en los momentos en los que debería haber sonado.

miércoles, 29 de septiembre de 2021

0272: Substitute - The Who


Substitute
se ha interpretado a menudo como una reflexión de Pete Townshend sobre el papel de The Who en el mundo de la música de los sesenta, y su posible rol de "sustituto" del top que ocupaban los mismísimos Rolling Stones. Sin embargo, al ser preguntado por la letra de la canción y su significado, Townshend declaró que la canción no iba "acerca de nada".

En línea con las declaraciones de Townshend, que desmontaban la teoría del "sustituto", la canción no es comparable con ningún tema de los Stones, y su seña de identidad más característica es la potente línea de bajo de John Entwistle, que según cuenta la leyenda, esperó a que el resto de la banda no estuvieran presentes, para subir al máximo la pista de bajo en la grabación de estudio. Esa misma sesión de grabación es famosa por unas declaraciones de Keith Moon en las que reconocía que, habiendo grabado el tema en estado de embriaguez, no recordaba nada y acusó a sus compañeros de grupo de haberle reemplazado por otro batería.

Sea como fuere, esta canción publicada como sencillo en 1966 es una de las piezas más memorables de la discografía de The Who, a la altura de sus temas más populares y reconocidos, y aparece en los álbumes de directo más representativos de la banda (Live at Leeds y Live at the Isle of Wight Festival 1970. Varios son además los grupos que la han homenajeado con sus propias versiones, entre ellos grupos punk tan representativos como The Ramones o The Sex Pistols, y bandas de brit pop como Blur o Stereophonics. Todos ellos intentaron ejercer de sustitutos, pero no hay nada como ponerse en el tocadiscos la canción original.

martes, 21 de septiembre de 2021

0264 My Generation - The Who


My Generation
fue un éxito inmediato en Reino Unido desde su lanzamiento como sencillo en octubre de 1965, alcanzando el número dos de las listas de éxitos. En Estados Unidos la respuesta fue algo más tibia (llegó al puesto 74), pero en casa el tema de The Who se convirtió casi al instante en un himno para toda una generación de adolescentes. El tema fue incluido también en el álbum debut de la banda (titulado My Generation en Reino Unido y The Who Sings My Generation en Estados Unidos), y sería una parte importante de las giras y del disco en directo de 1970 Live at Leeds, en el que aparece en una versión extendida hasta llegar a los... 15 minutos!

Pete Townshend escribió la letra durante un trayecto en tren, incluida la famosa frase de "Espero morir antes de envejecer" que se convirtió en el mantra de la generación del momento, y en una de las frases más características del rock​. Toda la letra es un manifiesto de rebeldía adolescente, y la música es además precursora de lo que después sería el punk rock y el hard rock, reforzada por los solos de guitarra de Townshend y la potente línea de bajo de John Entwistle, que se marca el que para muchos es el primer solo de bajo de la historia del rock.

Roger Daltrey dotó a la canción del tantas veces analizado tartamudeo con el que terminaba los versos, interpretado por muchos como una manera de reflejar el nerviosismo, enojo y frustración de esa generación a la que estaba poniendo voz, mientras otros apuntan a que sólo pretendía sonar como un típico adolescente mod que hablara bajo los efectos de las drogas. La BBC lo consideró ofensivo para las personas con tartamudez, y se negaron a pincharla inicialmente, pero acabaron dando su brazo a torcer cuando My Generation se convirtió en el tema del momento. De su relevancia dan fe tanto la inclusión en la lista de las 500 mejores canciones de todos los tiempos de la revista Rolling Stone, como las múltiples versiones que de ella han hecho artistas del nivel de Alice Cooper, Iron Maiden, o grupos de generaciones posteriores como Oasis o Green Day, que muchos años después también tenían claro de lo que estaban hablando. "Hablo de mi generación..."