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martes, 11 de enero de 2022

0376.- Arnold Layne - Pink Floyd


Arnold Layne fue la primera canción de Pink Floyd que salió publicada como single. Desafortunadamente, y siguiendo la costumbre arraigada en los 50 y los 60 de no hacer coincidir las canciones de los singles y los LP's, este tema no fue incluido en el álbum debut de la banda (The Piper at the Gates of Dawn) pese a ser una canción muy superior a la mayor parte de temas del disco, y estar considerada como una de las mejores obras del período inicial de la banda, marcado por la psicodelia y la experimentación que aportaba su entonces líder Syd Barrett.

Escrita por el propio Barrett, la letra no estuvo exenta de polémica, ya que el protagonista de la canción era un travesti aficionado a robar ropa interior femenina de los tendederos de las casas. Pese a la polémica generada, y la consiguiente prohibición de ser emitida en algunas emisoras londinenses, Arnold Layne llegó al puesto 20 de las listas de ventas del Reino Unido, dando el primer paso firme de unos, por entonces, primerizos Pink Floyd, destinados a marcar una era en sus posteriores reencarnaciones y bajo el mando del ya presente Roger Waters y el aún ausente David Gilmour.

Pese a que Pink Floyd se convirtió en el blanco de las críticas de la nueva ola punk de finales de los setenta, una banda como The Damned se rindió a las excelencias de esta canción y realizó una versión de las aventuras del psicodélico travesti inmortalizado por Syd Barrett. Posteriormente, en 2006 David Gilmour la incluyó por sorpresa en su gira del disco On an Island, contando con la interpretación vocal de David Bowie durante el concierto celebrado en el Royal Albert Hall. Otra versión interesante es la de The Boomtown Rats, por tratarse del grupo en el que cantaba Bob Geldof, que encarnaría a Pink, otro de los personajes del imaginario creativo de Pink Floyd, y protagonista de la película del disco The Wall.


martes, 21 de diciembre de 2021

Grandes éxitos y tropiezos: Los miembros de Pink Floyd en solitario

 

Hoy las secciones se entremezclan en 7días7notas. En pleno #MesPinkFloyd ha resultado imposible escapar a la tentación de aprovechar este Grandes éxitos y tropiezos para profundizar un poco más en nuestro artista del mes o, para ser más exactos, en las carreras en solitario de cada uno de sus miembros. Todo aquel que descubre a un grupo que le entusiasma, y tras haber escuchado hasta la saciedad todos sus discos, intentará seguir buscando esa luz brillante y quizá ya perdida en los discos posteriores de sus integrantes. Imaginemos que ese grupo es Pink Floyd, y que esa ansiosa búsqueda tiene lugar en nuestra imaginaria y vieja tienda de discos de segunda mano ¿Qué discos de Waters, Gilmour, Barrett, Wright o Mason deberíamos comprar? ¿Cuáles deberíamos evitar? Bien podrían ser éstos:

Estás tardando en comprarlo:

Amused to Death (1992) es la obra maestra de Roger Waters en solitario. Un disco conceptual sobre la estupidez del ser humano, reflejada en su propensión a las guerras y al consumo desmedido, que está a la altura de sus mejores obras con Pink Floyd. De temática parecida es el reciente Is this the life we really want (2017), en la que un Waters más maduro e introspectivo que nunca nos vuelve a regalar una obra de peso.

On an Island (2006) es probablemente la mejor obra en solitario de David Gilmour. Una obra en la línea de The Division Bell, que a su vez es el mejor disco facturado por Pink Floyd tras la marcha de Roger Waters. Un Gilmour maduro y virtuoso nos regala atmosféricos pasajes y talentosos solos de melancólicas guitarras.

Si te queda pasta, llévate también:

Tras dejar Pink Floyd por sus problemas mentales, y aunque su desequilibrio iba cada vez más en aumento, llegó a grabar dos álbumes en solitario, The Madcap Laughs (1970) y Barrett (1970), en los que contó con la colaboración y ayuda de varios de sus ex compañeros. Ambos son obras de culto que suponen una clara continuación del sonido psicodélico de la primera etapa de Pink Floyd, pero son obras intimistas de aire inconexo y difícil escucha, que transmiten el caos y la inestabilidad mental que sufría su autor.

En 1984, en pleno proceso de separación de la banda, Roger Waters lanzó su primer álbum como solista: The Pros and Cons of Hitch Hiking, al que seguiría en 1987 el disco Radio K.A.O.S. Ambos son trabajos interesantes, que siguen la línea conceptual y estilística de discos como Animals o The Final Cut, pero alejados de sus mejores momentos con Pink Floyd.

En paralelo a su participación en Pink Floyd, David Gilmour lanzó dos interesantes discos en solitario. Su disco de debut David Gilmour (1978) y About Face (1984) merecen una revisión a pesar de que, en su momento, no tuvieron apenas seguimiento. El reciente Rattle that lock (2015) tampoco tiene desperdicio, aunque quede también lejos en cualquier comparativa con las grandes obras de la banda.

El último disco de Rick Wright, Broken China (1996), es un disco en la línea atmosférica y conceptual marca de la casa. Una interesante obra sobre la lucha contra la depresión, y una rareza que cuenta con la colaboración de Sinéad O’Connor en algunos temas. 

Vuelve a dejarlo en el expositor:

Nick Mason es el único miembro de Pink Floyd que se ha mantenido a lo largo de toda la trayectoria del grupo, por lo que no tiene discos en solitario, pero sí que firmó los discos Profiles (1985), Life Could Be a Dream (1986), White of the Eye (1987), Body Contact (1987) y Tank Malling (1989) a dúo con Rick Fenn, ex guitarrista de 10cc, pero ninguno de ellos merece ser rescatado en esta búsqueda. Misma suerte correría el disco Nick Mason’s Fictitious Sports, firmado junto a Carla Bley, aunque su labor en el mismo fue casi exclusivamente la de productor.

Un año antes de que Roger Waters le expulsara del grupo, Rick Wright lanzó su primer disco: Wet Dream (1978), un álbum melódico y pausado que se aleja del sonido conceptual de la era Waters, y se acerca a lo que sería Pink Floyd en la época Gilmour (que le repescaría y le devolvería su sitio en la banda). El propio Wright lo calificó de disco simple y poco sólido, así que lo dejaremos de nuevo en el expositor, junto al disco Identity (1984) que hizo junto a Dave Harris del grupo New Romantic.

Si buscas canciones sueltas: Hay muchas y muy buenas, y la lista depende totalmente de cuál sea vuestro músico preferido. Aquí van cinco temas imprescindibles para ir abriendo boca, y ya completaréis vuestra playlist vosotros con el resto:

1. What God Wants (Roger Waters)

2. On an Island (David Gilmour)

3. Perfect Sense (Roger Waters)

4. David Gilmour (Castellorizon)

5. Terrapin (Syd Barrett)