miércoles, 31 de diciembre de 2025

1826.- Another Brick in the Wall - Pink Floyd

 


Dentro del inmenso muro musical que fue The Wall (1979), el undécimo álbum de estudio de Pink Floyd, encontramos una gran pieza central titulada Another brick in the wall ("Otro ladrillo en el muro"), que dividida en tres partes, le da al disco ese mágico toque recurrente que tienen los grandes álbumes conceptuales, y tiene buena parte de la culpa de que "The Wall" siga siendo considerado uno de los mejores discos de la historia del rock.

La primera de las tres piezas en las que se descompone Another brick in the wall profundiza en los lúgubres sentimientos y recuerdos de Pink, alter ego de Roger Waters y personaje principal del disco, que llora la muerte de su padre ("Papá se fue volando a través del océano, dejando solo un recuerdo... Después de todo, no fue más que un ladrillo en el muro...") en una infancia en la que, supuestamente, vivimos "Los días más felices de nuestras vidas" (The happiest days of our lives, que es el título de la siguiente canción del disco, entrelazada entre la primera y la segunda parte de Another brick in the wall, una brillante transición en crescendo que es imposible no mencionar al hablar de esta impactante obra por partes).

Sin pausa alguna, un grito de angustia marca el comienzo de Another brick in the wall II, uno de los momentos más intensos del disco, centrado en la férrea y asfixiante educación inglesa de los años setenta, personalizada en la figura de un sádico profesor que pasa las clases "derramando su sarcasmo sobre cualquier cosa que hiciéramos, y exponiendo cualquier debilidad de los niños, aunque éstos se esforzaran en ocultarlas", y que se convertiría en el single por antonomasia y en la canción más celebrada y recordada de "The Wall" (con permiso de "Comfortably Numb"). La célebre letra es un manifiesto rebelde de los maltratados niños de un colegio contra una educación opresiva y alienante, y en la voz del coro de la Islington Green School, se convirtió en todo un himno: "¡No necesitamos no-educación, no necesitamos control del pensamiento, no al oscuro sarcasmo en clase, profesores dejad a los chicos en paz! Después de todo, no somos más que otro ladrillo en el muro".

Aún habrá que esperar, a lo largo del disco, la llegada de la tercera y última parte, Another Brick in the wall III, con un Pink ya adulto que lo primero que hace es golpear un televisor encendido hasta destrozarlo, al tiempo que canta"No necesito brazos a mi alrededor, no necesito drogas para calmarme, he visto la pintada en el muro (...) Después de todo, todos vosotros no erais más que ladrillos en el muro", justo antes de que en Goodbye Cruel World, su breve y concisa nota de despedida ("Adiós mundo cruel, hoy te dejo atrás (...) Adiós a todo el mundo, no hay nada que podáis decir para hacerme cambiar de opinión. Adiós.") el último ladrillo que quedaba por oner en el muro le aísle completamente del exterior. No quedará la cosa ahí, y (alerta spoiler) Pink acabará siendo juzgado, y condenado a exponerse ante el mundo, tras la orden de un juez de derribar el muro en mil pedazos, pero para conocer la historia completa, lo mejor es que escuchéis "The Wall" entero, sin saltaros ni uno solo de los ladrillos que lo componen.

1 comentario:

  1. La película de Alan Parker "Pink Floyd The Wall" desarrolla esta historia con algún tema no incluido en el disco. Creo que a Waters le marcó también la psicosis de Sid Barret, de la que creo ver referencias en la película. Muchas gracias por este post. Le deseo un feliz año y le envío un fuerte abrazo.

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