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domingo, 24 de julio de 2022

0570.- Neil Young and Crazy Horse - Running Dry (Requiem for the Rockets)

 


Antes de que Crazy Horse fuera Crazy Horse, eran The Rockets. Como The Rockets, lanzaron un álbum homónimo en White Whale Records en 1968 y una de sus canciones, "Let Me Go", fue versionada en el debut de Three Dog Night en 1968, no fue algo que rompiera récords, pero parecían tener futuro. Neil Young conoció a los Rockets en agosto de 1968, tres meses después de que Buffalo Springfield se hiciera añicos, tocó con ellos en el icónico Whisky A Go Go y le gustó lo que escuchó, así que luego les pidió que lo ayudaran en un disco que estaba trabajando y que llevaría por titulo Everybody Knows This Is Nowhere. No todos los Rockets estuvieron de acuerdo, se suponía que era algo temporal, uno de los Rockets que no se presentó fue George Whitsell, quien recuerda: "Todos pensaban que Neil los usaría para un disco y una gira rápida, los traería de regreso y nos ayudaría a producir el próximo álbum de los Rockets, pero no lo cierto es que me costó un año y medio darme cuenta de que me habían quitado la banda".

La canción "Running Dry (Requiem for the Rockets" deja en claro que Neil Young nunca tuvo la intención de simplemente "tomar prestada" la banda. La canción trata sobre los arrepentimientos de Young por mentir y arruinar relaciones. Es algo que lo ha seguido toda su vida, pero algo que parece creer que es inevitable se piensa un esclavo de su musa, y hará cualquier otro sacrificio que necesite hacer por esa musa, es inquietante, suena como algo sacado directamente del set de un espeluznante western con su violín torturado y retorcido y sus tristes acordes menores, estamos ante el equivalente musical de las nubes de tormenta que se acumulan sobre el cielo más gris que puedas imaginar y por esa razón podría imaginar que a muchos no les gustará. La atmósfera es tal que uno pensaría que se han cometido múltiples asesinatos en lugar de lo que describe: una relación rota, donde creíamos que Neil iba a hacer un tributo/homenaje a la banda que empezó a acompañarle en sus inicios, nos regala una triste canción de una ruptura que no tiene solución, una canción sincera y confesional y, francamente, nunca he visto la necesidad de profundizar más en su significado. La interpretación vocal de Young es convincente, pero también lo es la inclusión de la parte del violín, que sirve como una desviación estilística pero que también complementa perfectamente la triste (no sabemos en realidad si sincera) interpretación de Young.